Partida Rol por web

Tu golpe se pierde entre la bruma a pesar de estar convencido de que golpeabas en el lugar correcto. De repente algo se mueve justo desde abajo de tu posición. Una mano fría, nudosa y retorcida te toca el brazo. Un dolor insoportable te recorre el cuerpo. Sientes como si tu propia alma se desgarrase de tu cuerpo, como si te hubiesen ordenado morir. Tu mente se llena de imágenes retorcidas de muerte y corrupción...Apenas aguantas en pi esta insufrible tortura. Pero no puedes evitar gritar con todas tus fuerzas...

Alhandra aparece de repente blandiendo su maza a diestra y siniestra. Pero sólo golpea la oscura niebla en lo que parece una aterrada voluntad de evitar que nada se le acerque. Khala y Threkor lanzan varias flechas al interior de la oscuridad. Sus proyectiles se pierden en el interior de aquella masa conjurada sin que ellos puedan conocer si han acertado o no.

Una voz femenina surge del interior. Parece ser Shana quien está entonando algún tipo  de canción. Cuando de repente otro grito, tan lleno de dolor como el primero, surge de la niebla. Si el primer grito fue desgarrador e indefinido, este segundo lo reconocéis, inequívocamente, como un grito de Raith.

Me muevo a tientas en la opresora oscuridad que se cierne sobre mí al tiempo que blando mi maza a diestro y siniestro con más desesperación que confianza. Mi diestra corta la niebla una y otra vez en un gesto vano y no me detengo hasta que, al retroceder, tropiezo que algo.

Lanzo un grito y, con los nervios a flor de piel, doy media vuelta a toda velocidad dispuesta a lanzarme contra lo que quiera que aceche tras de mí. Solo entonces reparo en que se trata de Threkor. ¡Puedo verle! ¡Puedo ver de nuevo!

He logrado salir de la asfixiante niebla y ahora solo siento deseos de echar a correr y no mirar atrás hasta encontrarme a salvo en el interior de la caravana elemental de Failin. Sin embargo, todavía hay compañeros atrapados en el interior de la negra bruma. Más que compañeros, me atrevería a afirmar.

Hago un rápido repaso mental y me doy cuenta de que, con mi último encantamiento, he agotado mis capacidades diarias. Estoy tan fatigada y alterada que, aunque pudiera idear algún modo de disipar la niebla, sencillamente no puedo hacerlo. No dispongo ni del tiempo ni de los recursos necesarios para llevarlo a cabo.

Lo único que se me ocurre ahora mismo es tan burdo como ponerme a gritar para que aquellos que han quedado atrapados en la oscuridad puedan seguir mi voz y emerger de las tinieblas. A veces, saber cuándo no es posible ganar es tan importante como hacerlo. Tenemos que escapar.

Aquella niebla y la visión de aquel ser os bloquea hasta tal punto que no sabéis cómo reaccionar. Tan sólo Khala se aproxima y golpea con su espada. Ha creído escuchar algo...Pero su golpe atraviesa la oscura neblina sin más efecto que arremolinar algunos jirones de ese espeso vapor. Raith y Shana siguen desparecidos en su interior. Alhandra les llama a gritos por sus nombres pero nada sucede ni nadie le contesta.

La niebla comienza a retirarse...

Es como si fuese tragada por un desagüe que parece coincidir con el mismo punto del que surgió inicialmente. Aparece una figura sentada en el suelo, canturreando en voz baja. Es Shana quien al verse de la oscura niebla mira a su alrededor austada y sorprendida a partes iguales. 

Aparece también una gran mancha de sangre en el suelo de vidrio y, junto a ella, está Raith. Aunque de pie y en guardia su cuerpo tiembla como no le habéis visto nunca antes. Su respiración es estertórica y pesada. Su piel tiene un color malsano a medio camino del blanco y el azul. Su aspecto es el de alguien gravemente enfermo. Sin embargo la sangre no parece ser suya. 

La niebla termina de desvanecerse por ese único punto. Pero allí no queda ni rastro de aquel ser. 

Rápidamente os acercáis a Raith y le ayudáis para salir cuanto antes de Cantera Carmesí. Que aquel ser haya desaparecido no hace sino temer algún tipo de reacción de aquellos otros enemigo que puebla aquella villa. 

Menos de una hora después regresáis al último punto en el que dejasteis a Failin. Os teméis lo peor al no ver ni rastro de él. Por el este veis que al amanecer no le queda mucho para presentarse en el nuevo día que os aguarda. Pero vuestra mayor preocupación es que alguien intente seguir vuestros pasos y no dispongáis de un método rápido para alejaros de este lugar. Cuando de repente una voz os sorprende:

- Pues no tenía yo muy claro si ibais a regresar, la verdad...- os dice Failin tras salir de unas rocas tras las que parecía estar tendido. Sobre sus hombros lleva una manta para protegerse del frío de la noche.- ¿Y bien? Ya os dije que contratabais el mejor transporte de todo Darguun ¿Siguiente parada caballeros?

Reparo demasiado tarde en que mis gritos pueden atraer no solo la atención de mis compañeros prisioneros de la niebla sobrenatural sino también la de el resto de indeseados ocupantes de Cantera Carmesí. Por desgracia y por fortuna, ni unos ni otros acuden a mi llamada y solo puedo esperar expectante a que la bruma se disipe.

Cuando tal cosa ocurre, en lo primero que reparo es en la solitaria silueta que permanece en pie en medio de los jirones de niebla. Me temo lo peor pero suspiro aliviada al descubrir a una indemne Shanna beatíficamente sentada en el suelo y al aguerrido Raith todavía erguido. Del mago espectral que nos ha salido al paso no parece haber rastro por el momento y ahora mismo no tengo ninguna prisa por averiguar qué ha sido de él.

Paso el brazo izquierdo de Raith, mortalmente pálido, por encima de mis hombros y rodeo su cintura con mi brazo derecho, ayudándole a caminar mientras fulmino a Edirél con la mirada para que preste también alguna ayuda. Tenemos que salir de aquí de inmediato y eso es algo que no necesita ser verbalizado para que todos tengamos claro que es así.

Si el camino de ida fue angustioso por el temor a lo desconocido, ahora es aún más siniestra la vuelta sabiendo lo que puede asaltarnos en cualquier momento. Para cuando finalmente logramos salir de la ruinosa población, me parece un milagro que no hayamos tenido un nuevo y desafortunado encuentro ni con los no-muertos ni con los sosdados acampados muy cerca.

No puedo evitar echarme a llorar de miedo, frustración y rabia al llegar al lugar donde dejamos a Failin y descubrir que ha huido como una sucia rata pero todos estos sentimientos se transforman en alegría y alivio al verle aparecer de detrás de unas rocas. Sin darle importancia a si estaba ocupado durmiendo o haciendo aguas mayores allí, me lanzo a por él y le rodeo con los brazos mientras bebo repetidamente sus mejillas dejándome llevar por la auforia del momento.

―Tenemos que viajar todavía más al este, a las Tierras Enlutadas. Nuestro destino es un lugar llamado Albohogar que se encuentra próximo al antiguo Lyrenton. ¿Podrías llevarnos hasta allí?

La voz de Shanna esta a unos pasos de distancia, supongo que como yo se ha quedado atrapada en la oscuridad, por ahora tenía que dejarla a su suerte. El ser estaba cerca, lanzo un tajo por delante mío a las tinieblas, pero a diferencia de mi anterior golpe contra la bruma el acero no muerde a su objetivo, me quedo parado, esperando.....¿se ha ido mi enemigo? ¿se ha quedado?. Contengo la respiración intentando hacerle mas difícil el que me encuentre. 

Algo me roza, una descarga de puro frío y miedo recorre todo mi cuerpo. El aire que había retenido sale despedido de mi interior en una mezcla de sollozo y grito de puro terror. - ¡Ahhhhhhhhhhhhhh! Los músculos de las piernas apenas pueden sostenerme, algo me dice que si me dejo caer ya no me levantaré, así que mantengo a mi mente concentrada en mantenerme en pie.

Un girón de luz empieza a entreverse y luego un poco mas hasta que la oscuridad se disipa, alguien esta a mi lado no soy capaz de levantar el brazo siquiera para resistirme. Con cuidado me sujeta para que no termine en el suelo, cuando consigo fijar la vista me doy cuenta que es Alhandra.

- ¿Estaís todosssssssss biennnnn?¿Habéis conseguido acabar con el serrrrr?. Castañeteo los dientes cuando hablo, giro la cabeza de un lado a otro para entrar en calor. - Su toque era frío y doloroso. Creo que lo alcancé, pero aun estaba vivo y me devolvió el golpe.

No me fiaba mucho de nuestro guía, pero tras unos segundos en los que ya creía que nos habían abandonado el carretero hizo acto de presencia. Estaba demasiado cansado, solo esperaba tumbarme donde fuese, cerca de una fuente de calor a poder ser y dormir. Esperando que las imágenes horribles que había visto en la oscuridad no volviesen nunca. 

La niebla se disipa y mis compañeros aparecen de la nada. Raith parece haberse llevado la peor parte, ya que sale apoyado en Alhandra.

Raith, ¿Qué ha sucedido ahí dentro? - pregunto a los tres que salen de la oscuridad. - ¿Donde se ha metido la criatura? Khala y yo hemos lanzado varipos ataques al interior pero solo hemos removido el aire. Teníamos miedo de alcanzar a alguno de vosotros por error. Salgamos de aquí y explicadnos que ha pasado dentro de la nube.

Seguí a Alhandra hacia la salida, mientras recorríamos en sentido contrario el camino de entrada a la edificación. Teníamos que volver al lugar donde habíamos dejado a Failin y continuar nuestro camino hacia Albohogar.

El combate acaba tan misteriosamente como acabó, la niebla se disipó y Raith estaba casi más muerto que vivo, por un momento parecía que lo habían enterrado en hielo.

Con prisa y con el miedo metidos en el cuerpo, volvemos hasta la posición inicial, para ver aterrados que no esta el carro y no tenemos como salir de aqui, pero el maldito truhán aparece de nuevo y la esperanza renace.

Espero que el tipo acepte, las tierras enlutadas son un asunto serio.

- Sea lo que fuera ese tipo, aún anda por ahí es mejor que no alejemos.

Una vez alejados de la cantera ya podía dar voz a lo ocurrido en la niebla como me solicitaba Threkor.

- Nada pude ver en la oscuridad, me encontré con la criatura mas por casualidad que por propio tino. Sentí como mi espada desgarraba su cuerpo y cuando volvía a atacarlo....ya no estaba. Se habría movido y no oí nada, solo me tocó. Sentí mil muertes y luego llegasteis vosotros.

Escuché atentamente el relato de Raith.

Pero conseguiste herirle. Eso quiere decir que podemos matarlo. La próxima vez no tendrá tanta suerte.

Pongo una mano en el hombro de Raith. Realmente está bastante afectado por el combate. No quisiera ni saber las visiones que habría tenido mi amigo e intenté reconfortarle

Raith, descansa durante el viaje a Albohogar. Deberías dormir una vez hayamos llegado. Tienes que alejar el recuerdo de las visiones.

Gracias a los dioses, estaban todos vivos. Raith había pasado la peor parte, estaba muy pálido y malherido. Edirél y Alhandra tuvieron que ayudarle a caminar. No quería preguntarle qué había visto, qué tipo de criatura había estado a punto de acabar con su vida, puesto que ella ya tenía suficiente material para pesadillas durante varios días. Con mucho tesón llegaron finalmente hasta donde Failin les esperaba, quien leal a su palabra no se había marchado. Ya en el carromato, Raith les contó a todos lo que había visto. Shanna agarró su mano mientras lo hacía, notando que estaba completamente helada, así que trató de frotarla para que entrase en calor.  "Raith, ten, come un poco y descansa..." Shanna le ofreció una de sus raciones de viaje. "Estás muy pálido y frío..." le puso una manta encima y le preguntó: "¿Mejor? ¿Sigues teniendo frío?"

El apoyo moral que recibía de mis compañeros era un bálsamo para luchar contra las visiones vividas en la oscuridad. 

- Eso espero Threkor, era un ser peligroso....espero que la próxima vez podamos sorprenderlo nosotros a él. 

Una vez en el carromato hago lo que Threkor me ha aconsejado descansar, pero no sin antes comer una de las raciones que me acerca Shanna.

- Gracias, enseguida empezaré a estar bien. Como decís, caer en un sueño reparador me hará bien. 

- Vaya...-suspira Failin sin demasiada pasión-. Algo me decía en mi fuero interior que no querríais visitar las hermosas costas del lago Galifar, pero tampoco me imaginaba que me pediríais una especie de suicidio colectivo entrando en las Tierras Enlutadas...- se sincera en lo que interpretáis como una lucha interna entre sus principios y sus miedos.

Failin se arrebuja en su manta mientras camina despacio. No sabéis si lo hace por el frío o como un intento de aclarar su mente y decidir si finalmente os llevará o no. Alhandra de repente se aproxima a él y lo abraza cubriéndolo de besos. 

―Tenemos que viajar todavía más al este, a las Tierras Enlutadas. Nuestro destino es un lugar llamado Albohogar que se encuentra próximo al antiguo Lyrenton. ¿Podrías llevarnos hasta allí?- le suplica la Cannith.

Pero Failin apenas la mira desconcertado. Cuando está a punto de contestar parece pensárselo y guarda silencio...

Raith explica lo sucedido en el interior de la niebla. Según sus palabras consiguió herir a aquel ser a pesar de las circunstancias extremas en su contra. Pero le costó caro a juzgar por el estado crítico en el que se encuentra el guerrero. Threkor y Shana se deshacen en cuidados con Raith acompañándolo hasta la carreta y cubriéndolo con mantas. Failin os observa. En sus ojos se vislumbra la comprensión y, diríais, que hasta compasión.

-Bien, os llevaré.Tal vez sea una de las últimas oportunidades para viajar allende el muro de niebla. Y eso es algo a lo que no puede negarse el mejor transporte de Darguun. ¡Pero no os saldrá barato! ¡Y no regatearé el precio!. Cuarenta y cuatro monedas de oro por cabeza. Pero no perdamos tiempo ni aquí ni ahora. Al atravesar aquella cosa- dice señalando el horizonte donde el muro de niebla rompe con el paisaje como si de una enorme presencia sobrenatural se tratase- podréis pagarme.

Rápidamente subís a la carreta elemental de Failin. Un leve bamboleo os anuncia que habéis iniciado el movimiento. Y, de esta forma tan desprovista de relevancia, os dirigís hacia la tierra más peligrosa que existe en todo Eberron...