Partida Rol por web

El ofrecimiento de Shana era realmente encomiable. La pequeña estaba dispuesta a ponerse en peligro por el resto del grupo. Aunque Raith presentó sus quejas al asunto, posiblemente fuera lo mejor.

Raith. Quizás Shana tenga razón. Es la más pequeña y la que pesa menos. Si la atamos con una cuerda, será más fácil sostenerla que si tenemos que hacerlo contigo o conmigo.

Miré al guerrero para comprobar si estaba de acuerdo conmigo o no.
 

Khala examina con detalle la esfera en busca de cualquier indicio o pista que le revele qué es lo que ha sucedido exactamente. Aparentemente nada parece haber cambiado en la esfera así que tan sólo puede significar una cosa. Concluye que, tal y como sugiere la cannith, el amuleto rojo sirve para desbloquear un acceso restringido. Si esto fuese así la colocación del amuleto rojo en su posición central os abriría camino hacia las otras direcciones. En otras palabras; la esfera no se reorienataría de nuevo con el pozo. Por desgracia no os atrevéis a intentar desmontar el panel para confirmar este extremo por lo que tan sólo os queda una opción: el método del ensayo-error.

Sujetándoos con mayor fuerza si cabe os preparáis para lo peor. Shana se prepara para intoducir  el amuleto naranja. Threkor la sujeta con una cuerda. Raith la coge con fuerza mientras con la otra mano busca el mejor asidero posible. Vuestras miradas se cruzan sin mediar palabra. El sudor resbala por vuestra frente.

La princesa introduce el amuleto naranja...

"¡CLACK! ¡RRRUUUUMMMMMM!"

La esfera empieza a rotar de forma extraña. Como si le costase o como si se alinease con una dirección mucho tiempo olvidada. Si se dirige de nuevo hacia el pozo estaréis en problemas. Pero no lo hace lo cual indica que habéis dado con la forma de hacer que la dirección noreste, clave naranja, sea accesible para vosotros.

La puerta de la esfera se abre en esa dirección. Un pasillo conduce a unas puertas dobles de adamantita. En su centro podéis ver el ostentoso y espectacular sello de la casa cannith. Un intenso calor sale despedido de las puertas y recorre el  pasillo llegando hasta vosotros como un aliento incandescente ...

- Princesa no puedo permitir que os arriesguéis, en que lugar me queda eso como vuestra escolta, es mejor que alguien más entrenado corra los riesgos.

Pero no hubo manera de convencer a la muchacha, por suerte la puerta se abrió y gracias a la cuerda pudo bajar sin problemas.

La puerta al abrirse despide un intenso calor, ahora la imagen que vimos anteriormente se hará realidad y nos enfrentaremos al fuego.

- Nos queda algún truco contra el fuego?

Parece un milagro que mi sugerencia haya sido acertada en esta ocasión. Y no es porque no acostumbren a serlo, sino porque esta vez la idea me parecía realmente peregrina incluso a mí.

No puedo sino sentir admiración por el coraje de Shanna y me alegro de que al final no haya sido necesario poner a nadie en peligro para poder continuar nuestro avance. Sin embargo, el destino que nos aguarda más adelante no podría ser más inquietante. El asfixiante calor que se respira aquí parece presagiar que vamos a encontrarnos con la estancia que vimos hace un momento en la sala de escudriñamiento, así que todo nos invita a mostrarnos extraordinariamente prudentes.

—Ya usamos el pergamino de protección contra el fuego cuando nos enfrentamos a la esfera ardiente. Bueno, en realidad fue Raith quien se enfrentó a ella —respondo a la cuestión planteada por Khala—. Tenemos algunas pociones curativas y un par de viales con aceite de arma mágica y lustre de plata. Y también algo de agua bendita, aunque no estoy segura de si alguna de esas cosas nos servirán para mucho ahora mismo.

»Buena parte de mis mejores infusiones diarias ya las he usado como preparativos para el encuentro contra el conjuro viviente, pero puede que todavía pueda seros de ayuda un poco más. Si ahí dentro nos espera lo que creemos, hay un enorme constructo en forma de hidra y varios fuegos ardiendo. Y también un cofre cristalino en cuyo interior está el esquema que hemos venido a buscar.

»Si me dais tiempo, puedo invertir mis últimas energías en hechizar la armadura de Threkor para que pueda esconderse mejor y moverse de manera más silenciosa. Y también conferirle cierta resistencia al fuego. De este modo podrás infiltrarte en la habitación y tratar de sacar el cofre o, en caso de que no puedas moverlo, forzar la cerradura y salir de ahí con su contenido. ¿Os parece bien?

Alhandra parece que tiene aún trucos para hacer a Threkor mas silencioso, puede que sea una carta interesante de usar.

- Si hay posibilidades de aprovechar el sigilo y no combatir hay que aprovecharlas, sin duda es una posibilidad interesante.

La idea de poder sacar el objeto sin tener que recurrir a pelear después de tantos encuentros es tranquilizadora, aunque quizás demasiado bonita para ser cierta, aún no hay asegurado que haya más trampas o guardianes por aquí, antes de que podamos abandonar este sitio.

La placa es finalmente introducida por Shanna y ..... no pasó nada mas que abrir otro de los pasillos de este lugar, era preferible eso al pozo sin fondo.

- Bien, no ha habido heridos. Me paso el dorso de la mano por la frente para quitarme las gotas de sudor acumulado y hago un gesto del pulgar hacia arriba hacia Shanna. - Parece que en esta ocasión, tras este pasillo aguarda algo importante.

El nuevo plan ofrecido por Alhandra significaba mejorar mágicamente a Threkor, dejar que se escabullese entre el enemigo y que recuperara lo que habíamos venido a buscar.

- Como plan está bien, ahora deberíamos acercarnos lo mas posible a la puerta para echarle una mano en caso de que lo necesite. Estamos muy cerca del final como para falla ahora.

Notaba como la magia de Alhandra imbuía mis ropas. No sabía exactamente los efectos que tendría en mi persona, ni como afectaría a mis movimientos. En realidad no me sentía más ligero ni nada parecido, pero confiaba en las habilidades de mi compañera.

Estoy preparado Raith. Intentaré escabullirme cuando entremos e intentaremos atacar por dos flancos.

Threkor se aproxima a la puerta para examinarla. La construcción de la puerta es extraordinaria. La calidad del sello, teniendo en cuenta que ha sido esculpido en adamantita pura, es excelente. Recorre la puerta con la yema de los dedos con una suave caricia. Mira los extraños brillos que surgen por la parte baja de las puertas. Son inconstantes, cambiantes, como si un loco corriese en círculos con una potente luz. Escucha algo. Parece ser el borboteo de algún líquido espeso y el crepitar del fuego en el interior.

Busca y examina el mecanismo de la puerta, pero no tiene ningún mecanismo.

Ningún mecanismo. Y hasta juraría que podría abrirlas con tan sólo empujar una de las hojas. Los goznes parecen perfectamente operativos. Tal vez sea así de fácil y sólo haya que empujar. Pero es una decisión que sólo el puede tomar. Parece difícil que nadie pueda aconsejarle que hacer en estos momentos de duda e incertidumbre...Le veis sudar profusamente. Su piel se enrojece debido al calor.

Threkor abre una de las hojas y, con gran velocidad y sigilo, le veis perderse en el interior...

Un álito de aire caliente te sacude como una bocanada. Esta amplia sala se extiende hasta más allá de la puerta, y un intenso calor impregna el aire. Una hoguera descontrolada ruge a unos 40' de tu posición, cerca del muro más alejado, proyectando sombras danzantes por toda la sala. Otra más arde a unos 60', cerca del muro sur. En el centro de la sala, un enorme crisol lleno con vidrio fundido burbujeante irradia un calor horrible. Largas cabezas serpentinas, forjadas en hierro y bronce, se alzan de la superficie del crisol como si de algún tipo de hidra metálica se tratase.A primera vista diríais que se trata de alguna máquina en apariencia, desconectada.

 Justo al sur del crisol y el constructo, un cofre cristalino refleja todas las ardientes luces. A través de su material translúcido puedes ver que contiene varios objetos, incluido lo que sólo puede ser el esquema en forma de rombo que buscáis. Las hogueras de fuego, que ya sabes que en realidad son elementales, parecen no haber advertido tu rápido movimiento.

Te encuentras junto a la puerta, aún, Ves, desde tu posición, un extraño mecanismo situado junto al cofre. La sala tiene una cúpula que parece ser alguna especie de compuerta enorme. Muy probablemente sirviese para sacar a la hidra de este lugar.

El calor era sofocante y me quemaba en los pulmones. No sabía cómo hubiera resistido aquello sin la magia Cannith de Alhandra. No tenía tiempo que perder así que mi objetivo era el cofre y evitar a los elementales.

Me agazape intentando que no me notarán y me acerqué al cofre y empecé a trastear en la cerradura.

Threkor se enfrenta a la puerta y aunque suda mucho su determinación no parece flaquear, se toma su tiempo y se desliza hacia el interior, eso hace que me ponga muy nerviosa, si todo va bien podremos irnos, pero si algo le ataca quizás no lleguemos a tiempo para ayudarle.

- Espero que todo vaya bien, estoy segura que lo logrará sin problemas.

Tras el lanzamiento de sortilegios por parte de Alhandra, Threkor "más confiado" se interna en el corredor y tras abrir las puertas se aventura al interior de la estancia. Por ahora tendríamos que esperar noticias, nuestra mera presencia cerca de la puerta podría alertar al guardián del dispositivo.

- Vamos compañero, tu puedes. 

Te aproximas hacia el cofre dejando a tu derecha el extraño mecanismo. Justo detrás de ti la hidra sigue en su baño de cristal fundido. Tu piel se enrojece al instante y tus pulmones parecen respirar fuego. 

Te mueves agazapado, como si de un felino se tratase, hasta llegar junto al cofre. Cerca de ti, pegado al muro, ves a uno de los elementales de fuego. Es fuego puro pero ves alguno de sus rasgos humanoides. No tiene piernas pero eres capaz de ver su rostro y sus ojos cerrados como si dormitase tan tranquilo en aquel infierno.

Te centras en el cofre. En su interior ves varios objetos y botellas. Entre ellas dos pociones de resistir energía, dos de curar heridas moderadas y un pergamino cuyo uso desconoces.

La cerradura no tiene trampas. Intentas abrirla con tus ganzúas y trucos. Pero no lo consigues de momento...

La cerradura del cofre se hacia de rogar. Me detuve, respiré hondo y volví a intentarlo. La cerradura era complicada y me estaba tomando más tiempo del necesario.

Echaba la vista atrás de vez en cuando para comprobar que los elementales no me detectaran

La cerradura sigue sin moverse más allá de unos pequeños "clicks" que escuchas al mover tus ganzúas. Tus herramientas te queman los dedos y el aire te abrasa la garganta y los ojos los cuales sólo puedes mantenerlos entrecerrados. La sensación de asfixia es enorme...

Los elementales siguen , en apariencia , dormidos con los brazos cruzados sobre el pecho...

No era capaz de abrir la cerradura y el calor empezaba a quemarme la piel. Notaba el calor en ella, aunque aún era soportable. Los elementales continuaban en su sitio, pero no tardarían en notar mi presencia. Debía darme prisa.