Partida Rol por web

-Nggg... -Mohamed recoge el portátil, y quitandole el polvo te lo entrega, después te ayuda a laventarte y te abre la metálica puerta.

Al pasar a su lado le dirijo una mirada de resentimiento y entro a través de la puerta.

Tras cerrarte la puerta a tus espaldas, te encuentras solo en un taller viejo, sucio, y con pinta de chatarrería, que además está mal iluminado.
Un hombre armado aparece por un recodo. -Sigueme, dice, y le sigues hasta una pared con extraño aspecto. Detrás del holograma, hay un montacargas hábilmente camuflado.

Descendéis, rato que te parece interminable, y te lleva hasta el fondo de la sala, está oscuro y no distingues bien, pero entre las sombras, cerca vuestro, distingues los morros de una fila casi interminable de aero-coches de lujo. Por el ambiente,y el aire fresco que corre llegas a la conclusión de que estáis en una sala enorme.
A unos cien metros desde el montacargas llegáis a otra puerta y te hace ir delante, subiendo unas escaleras. El aspecto ahora del entramado es de un edifico normal, con pasillos bien iluminados. Tras atravesar un par de "Halls" os detenéis en una habitación decorada con muy mal gusto y muy saturada de arte antiguo. Un hombre, sentado en un sofá de cuero rojo, tras una mesa de ébano, todo al estilo del siglo XX, te recibe.

-Sientese, por favor, señor Kimpang. -Dcei, señalando un mullido sillón, delante de su mesa. Es un hombre obeso, de mirada caída, manos rechonchas y actitud prepotente, pero acobardada. Curiosamente sabe tu nombre, pero no te suena de haberle visto antes.

Después del recorrido y estar constantemente seguido por Mohamed, es un alivio poder charlar con una persona que lo primero que piensa no es en partirte las piernas.

Me acomodo en el sillón y empiezo a hablar. Si me acepta una sugerencia, su cuerpo de seguridad necesita tener algo más de cabeza, y algo menos de músculo. Después de hablar saco una cajetilla de cigarrillos y me dispongo a encender uno cuando parece que recuerdo algo, le ofrezco la cajetilla y pregunto ¿Quiere uno?

-No, graciaaas. No es necesàaario. -Dice, y luego se queda unos inquietantes instantes observándote.

-¿Sábes quién soy yòoo, hijooo?

-No me voooy ha andar por las ramas, sumaaacho. Me interesa la información que puedas brindàaarme, porque.... Trabajas para el viejo Samus Smith, ¿no es asíii?

-Chico... ¿Te hàaa comido la lengua el gaaato?

-Querrá decir... -Dice Madok, deteniendose distraido por otra cosa. -Muchacho...

-Nggggaggagag. -Ahim balbucea un sinsentido. -¡Mira sumaaacho! No me andaré por las ramas. Alíate conmigo, sé mi contacto entre la gente de Smith y te daré toda la droga que puedas imaginar. Rechaza mi ofèeerta y... muere inmediatameeente.

-¿Y quién le dice a usted que no acepte su oferta y luego no huya con la pasta? -Madok, tranquilamente, crellendo controlar la situación y con actitud orgullosa y preponderante se fuma uno de sus cigarros "aromáticos".

Ahim, sonriente se recuesta en su holgado asiento, y asiente con la cabeza, mirando hacia las sombras, en algún lugar detrás tuyo.

Aparece Mohamed, y pasándote una cuerda de guitarra alrrededor del cuyo, apretando muy fuerte, te inmoviliza inclinando la silla hacia atrás. Quedas atrapado.

-Miraaa... -Dice Fergus, levantándose del asiento y acercándose a donde estás. Te mira a los ojos todo el rato, desafiante y sin pestañear. -Muchos han considerado convenientemente la tonteríiia de tomarme por idiota. Ahoras descansan en el fondo del río Omàaan. ¿Aceptas o mueres? Es sencillooo.

-Agrggr...cergrgrgr.... acerggto...

-¿Cóoo díiicesss? No te oígooo... -Dice Fergus, con todo su acento y desprecio.

-Acergggtooo...

-¿Quéee? -Dice el gordo, y acerca el oído.

-¡¡Quergrg acerrgggto corggñiiio!!

-Muy bieeen, cuéntaselo todo al tio Fergus.

Madok habla y le cuenta todo a Fergus. Los planes de Samus, los miembros de la tripulación, las sospechas, y sobre el extraño contacto de Smith entre los altos miembros de la Dart. Corp.

Tras ésto Madok recibe unas instrucciones muy claras: A cambio de "protección" para su negocio de tráfico de drogas, y a cambio de cierta suma de dinero, Madok tendrá que inutilizar tanto la propulsión de la Sombra como la de la Chamaleon y procurar encerrar a la tripulación de ambos navíos donde no se puedan defender. Luego esperará la llegada de los hombres de Fergus, activando "cierta" baliza de posicionamiento.

Justo antes de dejarle en manos de Mohamed, tras las instrucciones, entra en la habitación una mujer vestida de oficina. Le da unos papeles al "Boss", le dice algo al oído y se marcha lanzándole una gélida mirada a Madok. Fergus observa su marcha con rostro vicioso, pasándose la lengua por los labios.

-Aaaaah.... -Dice el gordo. -¿Te gusta Tara, es una buena secretaria, investiga muy bien a las personas. Mira, aquí mismamente tengo la dirección de tus padres en la Tierra. Jieee, jieee, jieee... Pero tu no eres tontooo. ¿Nooo? No, eres muy listooo y sabes que tardaría un año en enviar a alguien a la tierra para secuestraaarlos, o mataaarlos, o hacer alguna clase de chantajeee. Perooo, tienes mas amigos. Ummm, eres un mujeriego ¿eh?... en realidad nos parecemos bastante. ¿Recuerdas a Freeed? Tu mismo le delataaaste en la entraaada, seguro que creías que entrabas en una guariiida de tontos. Pero te estamos vijilando, querido, y si no obedeeeces las ordenes, puedo informaaar a la poli de tus tratos. ¿Cónoces la pena por el tráfico de drooogas? Son veinte añooos. ¡¡Ja, ja, ja!! O podríiia matar a eseee Fred, o al propio Saaamus, o a la chica que conocisteee ayer y a tus compañerooos de tripulación,. Si obedeces te prometo que no pasará nada, te dejareeemos empaz. ¿Capicci? -Fergus hace un gesto con la cabeza y Mohamed te saca de allí en volandas, a través del pasillo.

Mientras el enorme esbirro te empuja hacia el ascensor, por entre un recodo aparece Tara, la secretaria de Fergus. Le hace un gesto a Mohamed, y asombrosamente éste se marcha, aunque no sin alguna reticencia.

-Sígueme. -Dice la hermosa mujer, pero lo dice con una dureza y autoridad que nunca habías visto en alguien del sexo contrario y como encandilado por un mágico perfume, sin capacidad para resistirte, la sigues por los pasillo de aquella guarida subterránea.

En un ascensor subís hasta un nivel por encima de la calle, el veloz cilindro metálico asciende hasta una altura de cuarenta pisos. Salís, y te das cuenta de que estáis entre los lujosos pasillos del hotel Ferguson de la ciudad, los hoteles más prestigiosos del sistema. Te lleva hasta una habitación. Abre la puerta con su tarjeta de seguridad y entráis tensamente, en silencio.

Allí te detienes estupefacto por la riqueza que desborda aquel hotel. Ella se gira tras cerrar la puerta y con un rápido movimiento saca una pistola y te encañona.

-Levanta las manos. -Dice con un extraño acento. Un acento dulce y atractivo. Un acento "sexi", piensas. -Y deja la bolsa del portátil ahí, sobre la cama. Lentamente... muy bien. Me gustas, Madok. Te he investigado. Tu eres el haker que reventó los sistemas de la Dart.Corp. en el 55. Fué dificil, cada vez firmas tus trabajos con un nombre diferente, pero llevo un registro bastante exaustivo. ¿No eras acaso "Blur" en el 55, o "IWarp" cuando el asalto al banco central del sistma? Pero aquella vez te salió mal. No obstante me resultas... intrigante. ¿Porqué te dedicas a traficar con drogas y a frecuentar los peligrosos bajos fondos como un patán cualquiera?

-Ooooww... -Digo sin saber que decir. Aquella mujer sabía más de mí que yo mismo, lo del 55 ocurrió seis años atrás. ¡Seis años! ¿Cómo pretende que recuerde lo que hice hace seis años? Era un chaval, acababa de llegar a Nuevajamaica, y no fué tan dificil, siempre hay alguien que mete la pata, un fallo en el sistema.

-No sé, puede que sea un patán cualquiera.

-¿Cómo? Tienes talento, la mayoría de ataques que has realizado podrían haberte echo rico, pero siempre te retiras. Eres un jodido genio, el einstein informático de nuestra generación, y dices que eres un patán. ¿Es que no sabes que trabajando para tipos como Fergus podrías haberte echo millonario? ¡Y haciendo mucho menos de lo que has llegado a conseguir! ¿Por qué no arruinas los sistemas que llegas a asaltar? ¿Porqué no robas datos? -Tara pone una expresión de asco supremo. No es capaz de comprender, no entiende que tenga delante a una persona a la que admira, a la que conoce conciencudamente mediante el rastreo de sus movimientos informáticos, y que haya logrado cosas que ella no conseguiría en cien años, no comprende que esa persona se vea encarnadas en semejante tipejo maloliente y drogadicto, con camisa hawallana y chanclas.

-Querida, deberías relajarte.