Partida Rol por web

Dóminick Pritchenko despierta sobre un suelo árido.

Lo primero que notas es el calor del verano, luego, el dolor que recorre todo tu cuerpo.

Estas tirado al lado de una carretera, que divisas entre un grupo de arbustos que te medio esconde de cualquiera que mire desde allí.

Estas sudando a mares, y con un dolor de cabeza como si un elefante estuviera saltando la cuerda dentro de ella. Ademas, tu garganta esta afectada por una terrible sed.

Te das cuenta de que estas vestido con una remera totalmente negra, y un par de pantalones igual de negros. Tus zapatillas negras son viejas y gastadas.

Entonces, ves el cartel.
 

Bienvenido a Ssenkrad.

Más alla se pueden ver unas casas aisladas.

¡Oh, jodeeer! - exclamo agarrándome la cabeza - ¡Sal de mi puta cabeza jodido elefante!.. - digo apretando los dientes intentando que se mitigue el dolor - ¡Coño como duele!

Me pongo de rodillas y miro mis ropas - "Esto no son ropas de preso.. ¿que coño ha pasado?" - me pregunto mirando a mi alrededor - "¿Donde demonios estoy?" - es entonces cuando veo el cartel - Bienvenido a Ssenkrad - repito las palabras en voz alta - ¿Ssenkrad? ¿Que puto lugar es ese? - pregunto a nadie en particular mientras aún me agarro la cabeza y trato de ponerme en pie.

Algunos recuerdos vienen a mi mente.. "Estaba en el patio de la prisión.. esos hijos de puta me pincharon en un costado" - pienso palpándome donde debería tener la herida y me levanto la remera para mirar. Un pequeño mareo me hace tambalearme y perder el equilibrio, estoy sudando a mares y me duele todo el cuerpo. Tengo sed.. necesito beber - "Ya averiguaré más tarde lo que me ha pasado"

Me incorporo otra vez y veo unas casas aisladas más allá del cartel. Haciendo acopio de mis fuerzas me tambaleo en dirección a las casas mascullando maldiciones entre dientes por el dolor que siento.

Tu herida no es muy grave, apenas un arañazo profundo. Lo raro es que... no te duele. Tampoco parece haber sangre saliendo de la herida, aunque tampoco es que sea muy sorprendente teniendo en cuenta su escasa gravedad.

Mientras intentas avanzar hacia las casas, te cáes unas tres veces más. Sientes la cabeza como el peso de una roca, y la migraña te revuelve los sesos. Finalmente, logras llegar a las casas.

La más cercana parece haber sido abandonada a toda prisa: la puerta esta abierta, y por dentro solo se ven algunos muebles viejos. Las ventanas cuelgan de sus marcos, destrozadas. Todo parece darte muy mala espina.

El calor es intenso, pero para tu suerte, parece haber un pozo atras de la casa.

"Lo que daría yo por un puñado de calmantes" - pienso rodeando la casa al ver que está abandonada - Menuda suerte tengo.. ¿donde coño está la gente cuando la necesitas? - mascullo entre dientes mientras medio camino y medio me arrastro hacia el pozo para sacar agua y saciar mi sed - "Lo primero beber si no quiero morirme, después buscar un arma y volarme la tapa de los sesos para que se me quite este puto dolor de cabeza.. al menos parece que no voy a desangrarme, pensaba que era más grabe".

Mientras intentas llegar a la poza, te tropiezas y caes.

Quedas tendido de cara al cielo. Entonces te dás cuenta de que el sol es negro.

La luz negra cae a tu alrededor, tergiversando las cosas con su contacto. Sorprendido, parpadeas. Todo vuelve a la normalidad.
Entonces unas nubes empiezan a formar la figura de un elefante guiñando un ojo, mientras se señala la cabeza con una pata. Vuelves a parpadear. el cielo está despejado.
Al parecer, tu dolor de cabeza está empezando a hacerte alucinar.

Logras arrastrarte hasta el pozo y tomar la suficiente agua como para saciar tu sed. Tu dolor de cabeza se hace más ligero, aunque permanece constante. Te resulta mucho más facil pensar. Sin embargo, empiezas a sentir un pequeño dolor proveniente de tu puñalada.

Estas cerca de un grupo de casas aisladas en la carretera. A lo lejos ves una ciudad pequeña, seguramente Ssenkrad.

Al mirar hacia la ciudad, ves que por encima de ella hay una especie de sombra que tapa el sol, y no se parece en nada a una nube. Sin embargo, es imposible precisar si siquiera esa sombra existe en realidad.

Cuando me quedo tendido en el suelo boca arriba y veo el sol negro y después el elefante guiñando un ojo empiezo a carcajearme yo solo - Joder.. ¿Que mierda me han dado?.. - pregunto hablando en alto y extiendo mi brazo hacia el elefante - ¡EH SEÑOR ELEFAAAAANTE! ¡Ja, Jajajaaajaa, Ja!.. creo que me estoy volviendo loco - sigo hablando cuando el elefante desparece sin hacerme caso y todo vuelve a estar más o menos normal.

Me arrastro hasta el pozo, bebo hasta saciarme y finalmente el dolor se mitiga un poco, lo justo para poder pensar con algo de claridad aunque noto la herida del costado. Me limpio la cara con el agua para despejarme y también la herida del costado para que no se infecte - "¿Que demonios han hecho conmigo?.. ¿Es que me han metido alguna mierda en el cuerpo?" - me pregunto buscando marcas de pinchazos en mi cuerpo. Es entonces cuando veo la ciudad pequeña a lo lejos.

Me froto los ojos al ver la especie de sombra que la cubre - "Debo estar más cansado de lo que creía.. aun sigo delirando" - pienso achacándolo a mi estado físico - "Será mejor que vaya hacía allí, pero antes voy a mirar este grupo de casas por si encuentro algo útil.. es como si se hubiesen ido con prisa.. así que si hay algo, seguro que ya no lo necesitan" - pienso con una sonrisa mientras me encamino aún con dificultad hacia el grupo de casas aisladas en la carretera para registrarlas.

Al llegar frente a la primera casa del grupo, tu cabeza empieza a doler como si tuvieras una estampida de rinocerontes dentro de ella. Tus instíntos o algo parecido te gritan al oido que corras. Casi automáticamente, te mueves a un lado de la casa.

Entonces ves salir a alguien parecido a una persona humana. Sin embargo, la manera encorvada de andar, y los sonidos gruturales que produce no semejan en nada a los de una persona. La criatura parece pelada, y su piel sucia parece como si hubiera contraido una enfermedad.

La criatura lanza un chillido extraño, y sale corriendo a una velocidad sobrenatural a un bosque cercano. El grupo de casas queda en silencio.

Al registrarlas no encuentras casi nada. En la cuarta o quinta casa encuentras unos 20 dolares. Finalmente, en la última encuentras un botiquín de primeros auxilios tirado en el piso. Todas las casas comparten muebles destrozados e irreconocibles, ademas del hecho de que las puertas y ventanas parecen haber sido forzadas.

En un momento sientes un pinchazo en un brazo, y al estirarlo, notas unas marcas de pinchazos por todo el brazo, y lo mismo en el otro. Estas marcas solo se notan al estirar tus extremidades.

En eso, una nube solitaria te tapa el sol. El lugar adquiere un aspecto tétrico al combinarse con la "sombra" de más adelante. Algo te dice que no es muy seguro permanecer aquí.

¿Que puta mierda ha sido eso?.. joder de verdad que me estoy volviendo loco.. no se que coño me habrán metido pero será mejor que encuentre ayuda pronto o lo voy a pasar mal.. muy mal.." - pienso una vez he parado de correr al ver a la criatura esa. Busco una mochila o petate que me pueda echar al hombro o la espalda y recogiendo los 20$ y el botiquín para salgo a toda prisa hacia el pueblo.

La buena noticia es que sabes que te han drogado.. la mala es que no tienes ni puta idea con qué ha sido, ni que efectos tiene.. aunque seguro que las alucinaciones ópticas y auditivas, además de la paranoia son unos de ellos. ¡Ah, si!.. no te olvides de que estás hablando solo.. así que eso termina de arreglarlo.. Bravo por ti Prit - digo sonriendo mientras me paso el dorso de la mano por la frente para quitarme el sudor de la fiebre y sigo andando hacia el pueblo.

No logras llegar muy lejos. La fiebre, combinada con el mareo que te cuasa la herida, te hace caer de rodillas en medio de la carretera. EL dolor de tu herida se ha convertido en una punzada constánte, mientras que tu cabeza se siente como si estuviera a punto de explotar.

Tus ojos empiezan a percibir todo con cierta oscuridad. Atras tuyo te parece escuchar el mismo chillido extráño, pero con una entonación que lo hace más horrendo todavía. Es como el grito lastimero de un alma en pena a punto de consumirse.

Sin embargo, tus piernas no responden.

Mierda.. estoy hecho una mierda - mascullo entre dientes - Pensaba reservarlo por si me ponía peor.. y estoy peor.

Me tomo el remedio efectivo contra la fiebre y me aplico desinfectante en la herida para limpiarla vendarla a continuación. Cuando termino me tomo el que es para el dolor en general - Necesito llegar a ese pueblo asqueroso y encontrar ayuda si no quiero que las alucinaciones me maten tarde o temprano - farfullo medio delirando. Descanso intentando coger aire y mirando hacia atrás por si hay algo, esperando tener fuerzas para continuar hacia el pueblo. Intento levantarme y continuar mientras esos chillidos me ponen los pelos de punta - "Solo son cosas en tu cabeza, solo son cosas en tu cabeza" - repito para mi mismo.

Finalmente, logras levantarte y continuar. Avanzas por lo que parece media hora, cuando tropiezas con el tronco de un arbol, tirado en medio del camino.

Al caer, intentas levantarte, pero por más esfuerzos que hagas, no lo logras. Ninguna parte de tu cuerpo te responde. Tus ojos se cierran.

Escuchas a algo acercarse. Sientes la mirada de ese algo sobre tí. Una voz masculina pronuncia algo parecio a "Vaya..."

Luego escuchas un sonido extraño, algo parecido a un "Hah". Entonces él empieza a hablar.

Realmente el idiota se pasó esta vez. Por qué soy yo siempre el que termina encargándose de todo? Y que hago hablándole a alguien que ya está en el quinto sueño? me estaré volviendo loco también?

Te llama la atención su tono de voz, sarcástico y hastiado. Entonces, te desmayas.

Ves una luz espectrál.
Tus ojos están mirando el cartel que dice "Bienvenido a Ssenkrad". Luego, olisqueas el aire. El olor a ser humano llena tus pulmones.
Sueltas un extraño sonido, entre un chillido y un aullido. Otras criaturas, con un parecido estremecedor a seres humanos, responden con el mismo chillido.

Despiertas en algo que parece una cama. Lo primero que notas es que estás atado a ella. Luego, tus ojos se abren lentamente. Ves el rostro borroso de una mujer. Una voz definitivamente femenína te habla.

Estas despierto?

Intento enfocar la vista en quien me habla, probablemente mi captora ya que por lo visto me tiene atado a la cama - ¿Si te digo que no, me dejarás dormir cinco minutos más? - pregunto echándome a reír - Al menos tu voz suena mejor, es una pequeña mejoría.. - digo hablando para mi mismo - Supongo que es mucho pedirle a mi alucinación que me de un poco de agua ¿verdad? - le digo volviendo a reírme mientras pestañeo tratando de que deje de estar borrosa.

Al fín puedes enfocar a la mujer. Parece ser mas o menos de tu edad, tiene facciones atractivas, y pelo largo, de un tono anaranjado extraño. Viste una camiseta mojada en su totalidad por sudor, y unos pantalones cortos.

Notas que tu dolor de cabeza es mucho más ligero, aunque sigue constánte. También que te falta la remera, y que tu herida en el torso parece haber sido tratada. La cama abajo tuyo está completamente manchada en tu sudor.

Bueno, parece que no estás del todo despierto. Aunque no es de extrañar. No conozco a ninguna persona que sobreviva a una fiebre así, Ya no hablar de alguien que esté despierto con semejante temperatura.

Te mira con gravedad, luego sigue hablando.

Me llamo... Miranda Williams, te encontré cerca de mi casa, con marcas de arrastre atras tuyo, como si alguien te hubiera arrastrado. Perdón por atarte, es que con lo insegura que es la ciudad...

He de reconocer que sin duda alguna eres el mejor de mis delirios... ojalá la fiebre me hiciese ver cosas así a menudo - digo con una sonrisa divertida - "Está bien buena... lástima que me ate por no fiarse y no porque le guste hacer estas cosas en la cama" - pienso mientras observo mis ataduras.

Yo soy Pritchenko.. Dóminick Pritchenko, pero puedes llamarme Prit, aunque no se para que me presento, seguro que pronto desapareces como todo lo que he visto desde que he despertado en una cuneta a las afueras - respondo con cierto tono de cachondeo como si no me creyese lo que me está pasando - ¿Me has atendido tu las heridas, oh hermosa visión? - le pregunto mirando mi herida del costado y sonriendo.

- No te preocupes por las ataduras.. yo hubiese hecho lo mismo.

Miranda Williams te mira... se enfada, y te pega una bofetada. Inmediatamente tu mente se despeja del todo.

Si yo fuera una visión, no te dolería la mejilla verdad?

Su tono es sarcástico, pero luego cambia a preocupación cuando se calma.

Supongo que tendré que llevarte al hospital de la ciudad... tu fiebre no baja.

Giro la cabeza por el bofetón recibido y la miro con mis ojos azules muy abiertos - ¡WoooooW! - exclamo abriendo la boca por el escozor y tocándome por dentro con la lengua la mejilla abofeteada, después sonrío mientras la miro - ¿A que ha venido eso guapa? - le pregunto como si me hubiese hecho gracia su reacción - Me acabas de quitar el dolor de cabeza de sopetón, aunque podías haber sido un poco más delicada ¿sabes?, aunque sea para dejarme claro que no eres un delirio provocado por la fiebre - digo echándome a reír viendo como casi al instante se ha calmado y preocupado por llevarme al hospital tras atizarme - Espero al menos, señorita Williams.. que no me hayas traído a tu casa y salvado la vida, para atarme a una cama y poder atizarme cuando te venga en gana - digo esbozando una sonrisa por lo ridículo de mi situación.

Te mira frunciendo el ceño, y luego asiente con la cabeza dándote la razón. Te desata.

Mientras te esta desatando, sientes que el dolor de cabeza constánte te vuelve. Aun así, tu cabeza está despejada, y puedes pensar lo más bien.

Bueno, como decía, tenemos que llevarte al hospital. Tu fiebre no es común.

Gracias.. Miranda - digo incorporándome hasta quedar sentado frotándome las muñecas para activar la circulación. Saco los pies de la cama y me quedo un momento sentado. Alzo la vista y me aprieto la sienes con los dedos en una mueca de dolor - Estoy por pedirte que me sacudas de nuevo.. me está volviendo ese maldito dolor de cabeza, al menos ahora puedo pensar con claridad - le digo apretando los dientes - ¿Por donde dices que se va a ese hospital? - digo mirando a ver si veo mi remera, con fiebre será mejor que me abrigue aunque sude.

La habitación está hecha de madera, desde el piso hasta el techo. Tu remera está tirada en una silla al lado de la cama. No hay decoración alguna, y la sala parece bastánte vacía.

El hospital está en la ciudad, en su extremo norte, al otro lado del río. Nosotros estámos en las afueras del oeste de la ciudad. Tendremos que ir caminando, pero llegaríamos a la noche.

Puedes ver por una ventana que el sol apenas se ha movido, así que habrás estado como mucho una hora inconsciente.

Me incorporo con dificultad y recojo mi remera poniéndomela y abrochándomela hasta arriba a pesar de estar sudando. Tras mirar por la ventana la posición del sol desvío mi mirada hacia Miranda - ¿Entonces me acompañas?. Te lo agradezco, en mi estado no se si seré capaz de llegar hasta allí solo.. y por lo visto habrá que darse prisa si está lejos. Pero siendo un desconocido, no quiero ser una carga para ti. Si te supone algún tipo de problema para ti o para tu familia prefiero que no vengas, trataré de arreglármelas como sea - le digo pasándome el dorso de la mano por la frente para quitarme el sudor y dando unos pasos hacia la puerta para ver que tal ando de fuerzas.