Partida Rol por web

Hazaira Neikawe llega a uno de los escasos callejónes de la ciudad, tras haber preguntado a varios trausentes por la casa de Yamamoto Newirla.
Los primeros dos la miraron de mal modo y se alejaron. El tercero ladró las instrucciones con una precision increible y haciendo gala de malos modales se marchó con rapidez.

A las 12 del mediodia, se puede respirar un ambiente escalofriante en la ciudad, hasta el aire parece dar escalofrios, pese a ser pleno verano.

Eres consciente de varios rumores que has escuchado sobre hechos y crímenes extraños sucediendo ultimamente en la ciudad.

Tu padre, quien cuenta con una posición importante dentro de la Yakuza con sede en estados unidos te ha mandado a buscar a un tal Yamamoto Newirla, que ha escapado de la Yakuza, y posee información importante que es necesario conocer. Por el tono de preocupación de tu padre cuando te pide que lo traigas vivo a cualquier costo, denota que esta información no es nada comun.

Lo has perseguido por mas de tres estados, y has estado varias veces a distancia de un disparo de alcanzarlo, pero siempre ha conseguido deslizarse entre tus dedos a ultimo momento.

Al entrar a Arizona, le has perdido la pista, pero hace 2 dias volvistes a oir de él.
Ssenkrad parece ser su último refugio. Hace dos semanas que se encuentra allí, y no ha intentado irse, por lo que se puede deducir que está a punto de rendirse.

La casa es vieja, despintada. La puerta de madera, cerrada con llave, también parece vieja y facil de derribar.
Hay dos ventanas abiertas, y los agujeros en la pared son los suficientes como para trepar. También hay una chimenea en el techo lo suficientemente grande como para deslizarse por ella.

Solo posees un cuchillo de combate del ejercito, ya que perdiste la pistola en una de las persecuciones, y en Arizona no hay ningun establecimiento de la Yakuza, un grave error por parte de esta.
Sin embargo el tal Yamamoto es un cobarde, y seguramente bastaría atemorizarlo con el cuchillo para que se rinda.

Al fin lo podría cojer después de innumerables intentos y capturas sin éxito. Se había propuesto de que este sería su última ciudad en la que irí detrás de él, se crujió los huesos de sus dedos estrujandolos unos contra los otros para prepararse para trepar por la casa para llegar a una de las ventanas, dado que tirar la puerta abajo podría traerle un par de complicaciones.

- Haber si no me deja alguna sorpresa como la otra vez en Arizona... maldito...

Se ajustó su gabardina de cuero para subir por los agujeros.

Neikawe subió éxitosamente por la pared hasta llegar a la ventana para introducirse por ella.

Mientras estás trepando, empiezas a rememorar por milesima vez lo que sabes de Yamamoto Newirla.

El contacto de la Yakuza con una mafia rusa con la que estaban negociando varios tratos y acuerdos. Dicha mafia tenía alcanze en territorios en los que la Yakuza no había podido llegar por ningun medio, ademas de contar con establecimientos tanto en este estado como en los alrededores. Por mucho que disgustara a toda tu "familia" se habían visto obligados a hacer un trato.

Yamamoto había sido uno de los contactos enviado para negociar en este mismo estado. Pero luego, en un viaje a otro lugar, se había dado repentinamente a la fuga, y te habían enviado a perseguirlo.

Obviamente, en los datos que te habían dado no figuraba el hecho de que el muchacho era un artísta del escape capaz de hacer que los mas grandes magos de la historia parecieran nenes de preescolar.

Finalmente logras trepar por la ventana, aunque estás cubierta de sudor gracias al calor aplastante. Al mirar hacia el sol... ves que los rayos no iluminan en lo absoluto. Parpadeas, y tódo vuelve a la normalidad. O eso parece, pero todavía hay algo parecido a una sombra nublando los rayos del sol.

Al entrar por la ventana, te encuentras en una habitación vacía, cubierta de polvo y con muebles irreconocibles amontonados. La habitación esta oscura, y por la puerta se puede ver una escalera hacia abajo. La escalera es de madera, y hay una luz abajo.

- Que extraño... juraría que estaba nublado.

Se encaminó hacía la puerta, para mirar con cuidado a lo largo del pasillo, antes de bajar sigilosamente por las escaleras para ir a donde estaba la luz, con sumo cuidado, no sabía que podría encontrarse. Llevaba un cuchillo pero solo le servía para cortar cosas, era mucho más peligrosa usando las artes marciales.

Bajas con un sigilo impresionante las escaleras de madera. Sin embargo, estas son muy viejas, y se escuchan algunos crujidos mientras bajas.

Todo el lugar está cubierto de una capa de mugre impresionante. Sin embargo, no ves ninguna seña de los insectos que uno esperaría encontrar en un lugar así. La casa parece estar completamente despoblada de vida. Hace un calor impresionante, y la nube de polvo que respiras no ayuda en nada a reducir tu sensación de sofoco.

Finalmente llegas abajo, y en un sillon roto y viejo, que parece a punto de derrumbarse, esta Yamamoto Newirla en persona. O lo que queda de él.

Su pelo, normalmente bien peinado, sale disparado en todas direciones, y parece carcomido por la mugre. Sus ojos estan desorbitados, y su mirada se clava en tí como si te hubiera estado esperando. Sus manos tienen tics nerviosos, y luce como si no se hubiera bañado hace mucho. No empuña arma alguna, pero sientes que él es peligroso, muy peligroso.

Te examina, esperándo tu reacción.

Al ver que no reaccionas, Yamamoto inclina su cabeza hacia vos, mirándote con algo que se podría interpretar como interes. Notas que su piel está muy pálida, del color del papel.

Bienvenida a mi casa.

Una voz aguda y fría. Esta frase es seguida de una risita aguda, que resulta espeluznante.

Tu sensación de peligro aumenta. Es como si tuvieras un puñal en el cuello, apretándotelo hasta el punto de hacerte daño. Yamamoto parece notar tu reacción, ya que se vuelve a reir.

Un escalofrío recorrió su espalda al ver a Yamamote Newirla en aquél estado, tragó saliva.

- Bien, ¿y esta vez que tienes preparado para escabullirte?

Dijo crujiendose los dedos de las manos.

Escabullirme?

Te mira de manera rara.

Esta es mi última casa. Ya no tengo otro lugar. Ya no me queda nada más.

Empieza a reirse como un loco, su risa fría y aguda te hace estremecerte.

Todo es culpa de Frank. De Frank y el imbécil de James. No voy a acabar así. Voy a vengarme. Voy a hacer sufrir a todos.

Se levanta del sillón, y te mira, sus ojos más desórbitados que antes. Sus palabras no tienen ninguna coherencia, pero puedes notar el tóno de la locura bajo esas frases.

Se acerca a tí de manera amenazadora.

Te despiertas, estas tirado en el suelo, escuchas el sonido de autos pasar cerca, al mirar un poco mejor te das cuenta que estas en un callejon de la ciudad.

Solo tienes tu ropa y el anillo, aunque algun gracioso se ha llevado tus zapatos...

Un policia te empuja levemente con su "cachiporra" y te dice: Levantate ya, las calles no son para dormir.

¿Donde... donde estoy? - pregunto parpadeando al abrir los ojos y al ver que quien me habla es un policia trato de reprimir mi pánico inicial por si me ha reconocido - Lo siento agente, ya me voy.. debí pillarme una buena cogorza - digo y me voy enseguida de ahí maldiciendo por dentro al ver que no tengo zapatos.

Me fijo a ver si es de día o de noche y si estoy aún en ese apestoso pueblo. Me miro los brazos a ver si me veo marcas de pinchazos con todo lo que me hizo el cabrón del doctor.

Hay alguna que otra marca en tu brazo, al parecer hecha con alguna jeringa. el policia parece nortarlo...

(todabia es de dia)

La Droga es ilegal te dice con cara de enojado.

Consumo propio - respondo con voz seca y me largo de ahí. Mientras camino trato de sacarme ese maldito anillo - "¿Por qué demonios me habrán soltado?... tal vez debería buscar a Miranda, no conozco a nadie más en este asqueroso pueblo. Pero primero a agenciarme calzado para mis pies" - camino sin rumbo fijo en busca de algún sitio donde pueda coger o robar algo de calzado y tal vez ropa nueva.

El policia se queda inmovil mientras te vas.

Empiezas a caminar por la calle, no ves nada que parezca un lugar donde comprar ropa, no ves ni un kiosco, solo algunos peatones y unos pocos autos.

"Puto pueblo de mierda, no hay ni una sucia tienda donde robar" - pienso con rabia intentando orientarme en este asqueroso lugar, el cual estoy empezando a aborrecer y eso que apenas lo conozco - "Tal vez pueda pedir algo en la iglesia, tiene que haber una por aquí" - pienso intentando buscar algún cartel o preguntar a alguien por ella hasta que me doy cuenta - "Un momento, aquel puto doctor, mencionó que el cura y otros estaban metidos en el ajo... lo que yo creía que era una puta secta. Tal vez sería buena idea ir a buscar respuestas a mis preguntas" - me digo a mi mismo, intentando convencerme de que es una buena idea. En mi fuero interno se que no, pero si no tengo respuestas, no sabré que coño pasa aquí y es la única pista que tengo.

Estas en la esquina de Main street y powder mell street, ves lo que parece la parte de arriba de una iglesia sobre unas casas, al parecer es a una cuadra y media.

Tambien hay varios peatones, si quieres hablarles solo di a que quieres decirles.

Viendo que la iglesia sobresale por encima de otros edificios no me hace falta preguntar a los transeúntes.. cuanto menos me relacione con ellos mucho mejor, quiero pasar lo más desapercibido posible, aunque ir sin zapatos no me ayuda precisamente - "Está cerca, tal vez allí atiendan también a los indigentes y pueda encontrar algo de comer o calzado que usar" - pienso encaminándome hacia la iglesia - "No se que espero encontrar, pero es mejor que no hacer nada... ¿Que habrá sido de Miranda?.. regresaría al hospital, pero ese puto doctor... si no fuese por este anillo diría que fue una puta pesadilla."