Partida Rol por web

STAR TREK: UNIFICACIÓN (+18)

USS ENTERPRISE - ENFERMERIA

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13/07/2019, 13:38
Tte. Vrako

Miré a Connor cuando el bajorano dijo aquellas palabras sobre la falta de confianza del alto mando hacia mí. En mi rostro se podía leer claramente un "te lo dije". - Dudo que algunas vez tuvieran confianza en mí. - Respondí al consejero, para luego mirar a Lena nuevamente. - La doctora y yo ya lo discutimos alguna vez y la dejé bien claro que consideraba a la capitana Greystone bastante racista, al menos con lo que a mi raza se refiere y que veía demasiada desconfianza de ella sobre mí persona. - Le expliqué a Kepaar, centrando mi atención completamente en él. - Supongo que es lo que tiene que le impongan a un romulano en su propia tripulación desde los altos mandos. Y si no era yo, sería otro.

»Además, el mestizo bajorano1 me hizo un flaco favor jugando a leer mi mente y mis reacciones sin permiso. - Miré con recelo al hombre. Sabía que estaba haciendo lo mismo y no me gustaba nada que hurgasen en mi cabeza sin permiso mío, pero menos aún que usasen esa información en mi contra. - Me ofrecí voluntario para hablar con la teniente Da'Par y sacarla información, aprovechando que tanto los romulanos como los cardasianos eran los sospechosos del ataque a la base científica. Ya sabe, buscar algo de empatía por una situación similar y tratar de sonsacar información. Personalmente prefiero otros médotos, menos... agradables para el interrogado. - Una mirada un tanto sádica se reflejó en mi rostro.

- Esto no le va a gustar nada escucharlo, doctora. Pero al menos que sepa por mi boca que no soy ningún... ¿santo les llaman? - Había preocupación por mi parte por lo que Lena dijese o pensase. Pero no iba a ocultar nada. Era ridículo hacerlo y ella quiso llegar a esto. - Durante mi charla con la teniente, fantaseé con torturarla físicamente. - Miré a Keepar a los ojos, evitando la mirada de Lena. - Y sí, disfrutaba mentalmente con ello. A fin de cuentas, a muchos romulanos se nos entrena no solo para torturar al enemigo, sino para disfrutarlo y no sentirnos mal por ello. Solo que unos lo disfrutan más y luego tienen la necesidad de buscarlo y hacerlo y otros... no llegamos a dar ese paso salvo si es necesario. - Les dije con total sinceridad. - Y sí, antes de que me lo pregunten, si hubiese podido porque sus normas así lo permitíesen, hubiese ejecutado esta tortura y disfrutado con ello.

»Así que el maldito mestizo tardó nada y menos en contárselo a la capitana delante de mí y creo que ese debió ser el detonante... donde me hablaron de que era ¿delito? pensar en esas cosas y disfrutarlas... - Dije algo confuso con todo aquello. - Supongo que eso fue lo que terminó de poner a la capitana en mi contra... eso o que de paso quiera proteger al azul... - No me atrevía a mirar a Lena, no después de aquellas palabras. - Pero supongo que es lo mismo que desear a una mujer, puedes imaginártela desnuda, que estás sobre ella y disfrutar de eso mentalmente, pero de ahí a una violación aún queda un trecho... y eso es lo que parece que el mestizo y la capitana olvidaron.

Guardé silencio unos instantes, reordenando ideas en la cabeza. Lo anterior lo había contado con bastante calma y sinceridad, a pesar de que sabía que a la doctora no le gustaría nada averiguar todo aquello y que temía por su reacción. Pero ahora venía la parte más dura para mí. La que verdaderamente me sacaba de mis casillas.

- En cuanto al soberbio y arrogante del comandante... - Comencé a decir. - Creo que ya ha visto y percibido lo que hay entre nosotros. - Le dije al bajorano tratando de mantener la calma. - Es verle y...  - Apreté los puños con fuerza, tensando hasta el rostro en aquel  momento. - Pero le contaré lo que nos ha llevado a eso...

»Fui enviado con un equipo de hombres en dos lanzaderas a la base científica que había sido atacada. Después de cinco horas, si no recuerdo mal, para llegar hasta allí tras recibir el aviso de que estaba siendo atacada, dudé y seguiré dudando de que allí quedase un científico vivo. Aún así, mi equipo iba preparado con botiquines médicos y algún hombre bien preparado para al menos estabilizar o mantener con vida a alguien mientras llegase un médico de verdad. - Señalé con mi mano por inercia a Connor, pues era la que estaba presente a demás de ser la elegida para ello.

- Pero alguien decidió que mejor llevar al médico en el equipo ¿y que mejor que hacerlo que teletransportándolo a una de las lanzaderas? No podían esperar a que tuviésemos controlado el lugar y no poner a profesionales tan importantes en peligro o hacernos volver a la Enterprise. No. Era más divertido mantenernos a la espera en medio del espacio, sin saber si aún había hostiles cerca. - Comenzaba a cabrearme de nuevo con todo aquello. Lo tenía tan reciente y tan grabado que me consumía por dentro.

- Así pues, sin darnos un motivo inicial nos hicieron detenernos y esperar nuevas órdenes. - Me quedé pensativo unos instantes. - Además, juraría que esa primera orden la dio la capitana Greystone, siendo el comandante quien continuó con aquella... cagada. Eso ya no importa ahora. - Negué con la cabeza, mientras que mi corazón comenzaba a latir con fuerza. - Solicité a la Enterprise que nos diese permiso para continuar, puesto que no sabía que pasaba y me sentía como un cebo vivo. Las comunicaciones que se recibían por parte de la nave, era que iban a hacer una prueba de bajada de escudos. ¿No había otro momento para hacerlo? Se veía que no... - Inspiré con fuerza y puse mi mano sobre la zona dolorida al hacerlo.

- Insistí con ello y que nos moviesen de allí, puesto que éramos un blanco fácil. Así que el comandante me indicó que iban a teletransportar a la doctora Connor a mi lanzadera. - Sentí una pequeña punzada al decirlo, como la que sentí cuando me lo dijo la primera vez. - No quería a Connor allí y menos aún si era una trampa. Su vida es más valiosa que la mía, - confesé sin pensármelo dos veces, - e incluso que la de todos los tripulantes que me acompañaban en aquel momento. - Por fin me atreví a mirar a Connor. - Su vida, salva vidas, doctora. No lo olvide nunca. - Y está salvando la mía.

- Me negué a que la doctora nos acompañase y el comandante, con tono burlesco, me respondió que era cierto, que había sido un error por su parte y que Connor iba a la otra lanzadera. - Agaché la cabeza avergonzado por mis siguientes palabras. - Entonces cedí y pedí que la trajesen conmigo. Al menos a mi lado no la pasaría nada. - Me bajé los pantalones ante aquel cabrón cediendo y pidiéndoselo como lo hice. - Y perdimos las comunicaciones con la Enterprise y la lanzadera que nos acompañaba.

»En ese momento escuché a la alferez gritar: torpedo. Entonces ordené a la piloto que nos sacase de allí, bajo mi responsabilidad. Pasándome las órdenes de la espera por ahí mísmo. Ese fue mi primer acto de indisciplina. Pedí a la alferez que pasase por delante de la lanzadera que nos acompañaba, para que nos viesen movernos y nos siguiesen, sin saber si la doctora Connor se encontraba en el interior de la Nueva Zelanda. - Entonces sentí aquel dolor en el pecho, al recordar lo que ocurrió después. Mi rostro se entristeció levemente y mi mirada se quedó perdida en la nada.

- El torpedo salió disparado hacia nuestra posición. Ignoro si el objetivo era mi lanzadera o la Nueva Zelanda, si al pasar por delante de ella y girar, esta sirvió de escudo y el impacto de aquel torpedo se lo llevó ella en lugar de nosotros. Pero la nave voló en mil pedazos y la explosión daño a la nuestra severamente. Nos quedamos completamente expuestos. Yo caí al suelo en aquel impacto, dañándome las costillas y sufriendo algunas heridas y hematomas menores. Por fortuna los demás estaban sentados y con sus cinturones puestos y no tuvimos que lamentar más heridos en mi lanzadera. Pero los de la Nueva Zelanda... los habíamos perdido a todos. - Trataba de aislarme de lo que sentía, pero solo había dolor y más dolor por todo aquello. - No les conocía, pero estaban bajo mi mando. Eran mi responsabilidad y debía traerles de vuelta sanos y salvos a todos. Eso es lo que hace un buen teniente, velar por sus hombres. Además, creí que ella se encontraba allí dentro. - Mi angustia aumentaba con cada una de mis palabras.

- Y a ella si la conocía y no solo a ella, sino a su hermano, el doctor Connor... ¿Cómo hubiese podido decirle que...? - Guardé silencio, aquello me afectaba demasiado. No podía seguir por aquel camino, debía serenarme y continuar con el relato tal y como fue.  - Perdón... debería ceñirme a los hechos.

»Como decía, en la lanzadera no pintaba nada bien. No teníamos escudos, el casco se había fracturado y había fuga de presión... los controles no respondían. Era cuestión de tiempo que, simplemente, muriésemos allí dentro afixiados y congelados. Pero entonces se nos transportó a la nave y para mi sorpresa y no negaré que alegría, la doctora Connor permanecía aún en la sala de transporte. Herido y dolorido, me dirijí al puente de mando, para ver que nos había atacado y saber aque jugaron con nosotros desde allí, desoyendo las instrucciones de la doctora de ir a la enfermería y recibiendo parte del tratamiento en el mismo puente. - Guardé silencio nuevamente, porque sabía la parte que venía ahora.

- Al finalizar el combate, el comandante le indicó al mestizo, que habría que mandar otro grupo de asalto a la base científica, añadiendo en un tono que no me gustó nada algo así como "pero esta vez sin hacer pruebas de escudos, no le parece? Sentí que se burlaba de mí, que realmente nos usó de cebo, - mi corazón se agitaba nuevamente con fuerza, mis pulsaciones se aceleraban y la furia y la rabia se abrían paso por mis venas, invadiendo así todo mi cuerpo, - y lo peor, que no le importaba nada en absoluto la muerte de aquellos hombres. De SUS hombres. Encima se comportaba como si él estuviese por encima de todo eso y que su error, su enorme cagada, no la pagaría él. Además, no me permitió ir con el segundo grupo puesto que estaba de "baja médica" y sin autorización de la doctora, no me movería a ningún sitio.

»No pude contenerme. Perdí el control y le dije de todo a la cara. De hecho alcé mi puño para golpearle en su feo rostro. - Continué narrado con odio y rabia. - Y no llegué a golpearle puesto que mis costillas no me lo permitieron, no por falta de ganas. Pero mis palabras si le dolieron, puesto que desde entonces está... bueno, ya lo ha visto. De aquello recuerdo que alguien me ayudó a llegar a la enfermería. - Miré a Lena en ese momento. - Nadie sabe cuanto pude agradecer que las instrucciones del comandante no se cumpliesen y que ella me recompusiese. - Me relajé mirando su rostro durante unos segundos, sintiendo como me iba tranquilizando poco a poco.

- Redacté un informe para el alto mando de la flota estelar, contando todo esto tras ser expulsado de la enfermería hace unos minutos. La doctora Connor tiene una copia. Si la necesita, solo tiene que solicitarla. No tengo objección alguna con que la lea y se la quede si es necesario.   - Dije al bajorano con sinceridad, sin dejar de mirarle a los ojos. Cuanto más hablaba de todo aquello, menos parecía afectarme, pero aún así enseguida me enrabietaba y sentía que perdería los papeles en segundos. - Y si tienen alguna pregunta, cualquiera de los dos, estoy más que dispuesto a contestarla. - Miré a Keepar para luego mirar un tanto avergonzado a Lena, sobre todo por descubrir aquella parte más "oculta" de mí.

Notas de juego

[1] Teniente Jor tova'Daq

Sorry. Ha quedado largo de coj... pero está narrado todo y así agilizamos todo más.

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15/07/2019, 19:58
Director

Todos notáis un leve "empujón" de la nave, que os hace tambalearos ligeramente. Sin duda, acaba de entrar en transwarp, lo cual significa que se han resuelto todos los problemas que había con los motores de la nave.

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16/07/2019, 16:27
Kepaar Landor

El teniente comenzó su exposición, un relato largo y detallado de todo lo sucedido en este tiempo. El bajorano atendió las palabras del romulano con atención, a fin de cuentas acababa de llegar a la nave y la mayoría de sucedos que estaba relatando le eran desconocidos y le servian para ponerse al día.

Kepaar podía haber intervenido en varias ocasiones mientras la historia continuaba pero prefirio dejar hablar a Vrako, sin duda no había sido una travesía facil para él aunque tampoco para los demás. Aquel largo relato quizá sirviera para algo más, como una pequeña terapia consistente en dos oidos que escucharan todo lo que el teniente había estado reprimiendo durante todo este tiempo.

La mirada del bajorano era directa a los ojos del romulano pero sin llegar a resultar incomoda, el semblante de edad ya avanzada del consejero invitaba a buscar el sosiego en él.

Una vez la exposición acabo, Kepaar pudo desgranar lo que no se había oido en el mensaje, la forma de expresarse, el enfasis en ciertas partes y los sentimientos que acompañaban a cada frase era informaicón valiosa para hacerse una idea del todo.

No he venido a jugar con su mente teniente, siento que haya tenido una mala experiencia anterior pero no he venido ni a torturarle ni a juzgarle. También quiero que sepa que mi posición esta al margen de su cadena de mando, soy un alto consejero invitado por la federación y no debo obediencia a nadie en esta nave... lo que no quiere decir que me salte las normas.

tras aquellas primeras palabras que Kepaar quiso dejarle claro, prosiguio.

Le agradezco la sinceridad de sus palabras y aunque es pronto para tener una visión completa de una situación tan compleja su relato me ha servido para situar todas las piezas en el tablero. Se que ha tenido diferencias con sus mandos, incluso estoy seguro de que el fondo de sus acciones tienen un motivo valiente y valeroso... pero en cuestiones militares la forma en que se hacen las cosas es casi tan importante como el fondo.

Kepaar se inclino en su silla ligeramente hacia delante, mirando más directamente a los ojos del romulano.

No es usted un santo como bien dice... estoy tan seguro de ello como que tampoco lo son ni el comandante ni la capitán, no vengo a juzgarle, no me preocupa su raza, ni su religión ni lo que haya hecho... lo que realmente me importa señor Vrako es lo que tiene por hacer.

Nos acercamos a lo que podria ser el fin de esta nave y toda su tripulación, se que tras esa puerta hay gente que piensa que no es digno de ese uniforme, se que se ha equivocado al igual que otros se han equivocado igualmente, pero nada de eso importa si no son capaces de ver más allá... Son oficiales de la flota estelar y sus hombres, su misión esta por encima de cualquier revancha personal. Quiero que se haga una pregunta señor Vrako, quiero que piense en porque se alisto en la federación, no tengo dudas de que no lo ha tenido facil desde el principio pero sin embargo la insignia en su traje me dice que se un teniente de la flota estelar y no tengo ninguna duda de que esta más que capacitado para ocupar su puesto, es más, se que esta nave necesita de sus servicios teniente, pero necesita al Vrako que un día se alisto en la federación por unos ideales y no por él Vrako combativo y revanchista.

La voz de Kepaar describia un especial enfasis en cada frase, tranmitiendo con sus gestos y palabras una sinceridad y experiencia arrebatadora

Se lo debe a sus hombres, quienes confian en su habilidad para cumplir con su misión y si no esta de acuerdo con sus superiores no debe desafiarles porque no son el enemigo, ver dos cosas diferentes de diferente manera no significa necesariamente que una sea mejor que la otra.

El consejero hizo una pausa, tan solo le quedaba algo que añadir... sin duda el teniente tenía todas sus facultades intactas, pero sus propios fantasmas y las provocaciones le habían hecho desviarse de su verdadero camino.

Teniente Vrako, no busque el reconocimiento de sus superiores, busque el reconocimiento de sus hombres porque en ellos hayará la paz que necesita y le aseguro que cuando tenga la admiración de sus hombres nigún estupido comentario podrá provocarle.

Notas de juego

Como no voy a tener tiempo de un largo dialo y hablar con unos y con otros cambio de planes y voy con este post más directo

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16/07/2019, 17:58
Tte. Lena Connor

Lena escuchó todas las palabras de Vrako con suma atención, prestando especial interés en las emociones y las pulsaciones que la biocama le mostraba sobre el romulano, para ella nada de lo que dijo le resultó extraño ni chocante, la doctora Connor conocía perfectamente lo que era un romulano y aquel romulano en concreto había sido tratado por su hermano, algo que comentaron los dos mellizos en muchas ocasiones, puesto que la relación que mantenían los dos Connor era muy fluida. Por eso le divirtió el azoramiento que el teniente pareció mostrar cuando confesó sus oscuros pensamientos y deseos... se veía que pocos eran los que verdaderamente la conocían a ella... de manera que la doctora se mantuvo serena con una leve sonrisa indescifrable reflejada en sus labios.

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Entonces Keepar intervino sincerándose sobre lo que pensaba de la situación y de Vrako, escucharlo hablar era en cierta manera un alivio, pues a pesar de que la doctora entendía y apoyaba a Vrako ella también pensaba que el comportamiento del romulano no lo ayudaba y eso sólo dependía de él, por ese motivo aguardó a que el consejero terminara de hablar para intervenir. Cuando lo hizo la doctora estaba con los brazos cruzados y actitud relajada.

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- Efectivamente ninguno de los presentes somos santos, todos tenemos nuestros claros oscuros... es algo inherente no sólo a la especie humana, sino a todas las demás, sólo que en unas afloran con más facilidad que en otras- miró unos segundos a los ojos del romulano para después añadir mirando al bajoriano- el problema no es sólo por parte del teniente, señor Landor... estoy de acuerdo con muchas de las cosas que acaba de decir y que mediante el reconocimiento de los hombres de Vrako y los principios de la Flota Estelar se podrían solucionar muchas cosas, pero el mismo tipo de mensaje es el que habría que transmitir a nuestros superiores, la falta de disciplina se puede solucionar de muchas formas, mantener a un hombre aislado y tratado como un prisionero, se me hace excesivo ya que lejos de ayudar empeora la situación. Por eso quería que usted, como persona neutra aporte su visión. La mía, como psicóloga está clara... el estrés y nerviosismo de mi paciente se ha ido incrementando precisamente por la actitud de los mandos superiores de la nave, en especial del comandante. La experiencia traumática del teniente tras la pérdida de sus hombres en la lanzadera por una orden tal vez errónea del señor Shev, ha sido el origen de la animadversión entre ambos... algo que se ha ido agravando por el mal entendimiento de ambas partes.

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16/07/2019, 23:57
Tte. Vrako

- No me hable de mandos competentes ni de medios militares. - Respondí al consejero con orgullo desmedido al hablar de los míos, de mi raza. No me avergonzaba de ser un romulano, estaba orgulloso de ello. Pero allí era un castigo serlo. - Ascendí a teniente en el mismo Imperio Romulano al cual se enfrentaron durante años y años. Allí si hay dureza militar, ambición y se castiga la incompetencia, no se premia como parece que hace la Flota Estelar, que parece funcionar al revés. -Y aún así perdimos contra ellos. - Alguien como el comandante no hubiese pasado de tripulante de tercera en su vida bajo el mando romulano. - Nuevamente mi pulso se alteró y sentí como la rabia volvía a circular por mis venas. Dudaba incluso de que los altos cargos de Rómulo le diesen una nave a alguien como a la capitana Greystone, pero preferí omitir aquella parte. Me había quedado claro que ella y Connor eran amigas y no iba a cruzar esa línea. Bastante había dicho ya que me avergonzase ante aquella mujer.

- No es una revancha personal. No lo entiende. - Miré a Lena y sentí a mi corazón extremecerse de dolor al recordar las palabras previas del consejero. - "Nos acercamos a lo que podria ser el fin de esta nave y toda su tripulación." - Se repitieron nuevamente en mi cabeza. Podría perderla a ella y no podía hacer nada. Me fustraba y me sentía impotente. Pero debía centrarme. - ¿Quanto llevo en activo en la Enterprise? Horas... - Dije mirando al consejero de nuevo. - No tengo hombres aquí que me respalden. De los fallecidos en la lanzadera a penas recuerdo sus rostros, pero no olvidaré sus nombres. Se que mi actitud y mi manera de ver las cosas no ayuda nada, pero esas muertes se podían haber evitado y más aún, se debería haber respetado su memoria y no reíse de ellos, precisamente el mismo que los mató.- Me alteré tanto que hasta la máquina que había a mi lado comenzó a pitar. Mis pulsaciones se habían disparado. No era justo para ellos haber muerto así, pero menos aún que el culpable se saliese de rositas y encima se mofase de todos en su cara.

- Y lo peor no es eso. Lo peor es lo que usted mismo está diciendo: soy un prisionero. Ahí fuera no hay nadie ya que crea en mí. Lo que hice fue por los tripulantes caídos de la Flota Estelar, mi propio enemigo hace unos años. Por ellos... no por mí. - Señalé con el dedo al infinito, alterado por todo aquello. - Porque el culpable quedase desenmascarado y ahora es mi honor y mi reputación lo que se juzga, puesto que mi credibilidad se perdió cuando se dijo que era un romulano. - Agitado por mis palabras, me di cuenta de que me había elevado casi un palmo de la cama y me volví a recostar, sintiendo el dolor creciente en mis costillas por mi agitada respiración. - Y yo no puedo creer en un uniforme que protege a un asesino de sus propios hombres y culpa y sentencia a otro que solo defiende lo que es justo. Así que, en ese sentido, no hay problema. Ellos no consideran que deba llevar el uniforme de la Flota Estelar y a mí me asquea lo que veo que ahora mismo representa para mí. - Realmente sentía asco por aquella ropa en aquel momento. No era justo lo que se hacía conmigo y lo que se suponía que aquel uniforme representaba no era más que una burda y fea mentira.

- Soy un soldado, señor Keepar. Ser combativo forma parte de mi naturaleza. - Dije con orgullo y sinceridad. - Es lo que me ha mantenido a flote a pesar de mi enfermedad crónica. Un dolor de cabeza constante que llega a ser insufrible en algunos casos y el cual, por fortuna ahora mismo, está apaciguado gracias al dolor de mis costillas. Un dolor que arrastro desde hace décadas y del que no se ha encontrado cura. - Mis ojos se desviaron hacia la doctora en aquel momento. Ella había encontrado una manera de apaciguarlo, de apaciguarme. Pero no podía contar con ello siempre. Como en aquel duro momento. - Y no es revancha. Es justicia. - Dije cargado de rabia y creyendo firmemente en ello. - Y ahora más que nunca, justicia para los cáidos, pero para mí también.

Porque los romulanos no reíamos, sino hubiese soltado una sonora carcajada cuando dijo que no buscase el reconocimento de mis superiores. - ¿Cómo dice? ¿Qué yo busco el qué? Creo que se ha equivocado de cama... o de sujeto. Ese salió hace unos momentos por la puerta, justo antes que Perkins. Ahí se ha equivocado por completo conmigo. El reconocimiento y la justicia, el honor y el buen hacer no van cogidos de la misma mano. Si quiere perros que busquen reconocimiento, vaya a ver al azul o al mestizo. - El orgullo volvió a aflorar en mí. - Hay cosas más importantes en mi vida que eso ahora mismo. - Una fugaz mirada hacia Lena buscando apoyo o quizás compresión a mis palabras, fue la pequeña pausa que usé para seguir hablando luego, sintiendo un extraño latido en mi pecho. - Y como le digo no tengo hombres, nunca los he tenido y gracias a mis superiores, jamás los tendré. Me han convertido en... nada. - Añadí con furia y dolor por partes iguales.

Las palabras de Lena lograron calmarme un poco, pero estaba cansado de todo aquello. Cada vez veía más claro que todo era una pérdida de tiempo y que lo único bueno que había sacado de todo aquello lo podía perder sin poder evitarlo. Ni estando sano físicamente podría hacer nada, pues sin duda estaría encerrado en una celda por "indisciplina", siendo degradado y humillado por el alto mando y acabando con mi carrera en la Flota Estelar como estaban haciendo, todo por cubrir su propia mierda y no dar su brazo a torcer ante sus propios errores, protegiendo de esa manera sus carreras. Esa era la verdad de porqué estaba en aquella situación. Y me había dado cuenta tarde.

- Cabeza de turco creo que me llaman. - Susurré en voz alta recordando aquella expresión de boca del doctor Connor, cansado y dolido.

- Doctora Connor. Quizás debería mostrarle al señor Keepar mi informe  y que lo lea con calma en el terminal de su despacho. Luego podría regresar y ver que me pasa. De pronto me siento muy cansado y triste a la vez. - Pedí a aquella mujer con un tono de voz fatigado y apagado. Darme cuenta de todo aquello tan tarde me estaba pasando factura.

Y entonces recordé a Annaith, quién creí que era una amiga y por quién llegué a pensar que sentía algo especial y miré hacia la puerta de la enfermería. Sin duda sabía de mí,  y lo que  curría a mi alrededor y debía suponer que lo estaba pasando mal. Pero no sé había molestado en preocuparse por mí ni una vez. Estaba claro quienes eran los amigos de verdad una vez que te hundías en la mierda.

Notas de juego

Añadido el último párrafo. Una posible salida de Keepar de escena para que no se preocupe en las vacaciones y que podrá retomar a su vuelta. Además en el informe hay más datos.

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17/07/2019, 10:06
Alférez Zoe

Zoe era una espectadora de lujo, o al menos, así era como se sentía. Su mutismo no se debía, por una vez, a su timidez o dificultad para socializar, sino porque en la enfermería se estaba desarrollando una escena en la cual ella no pintaba nada. No conocía demasiado al Teniente Vrako; es decir, no lo conocía en absoluto; su vida en el Enterprise, durante la puesta a punto y posteriormente, se había desarrollado sobre todo en Ingeniería. Pero cuando había coincidido con él, su opinión era que se trataba de un oficial serio y comprometido con su trabajo.

Ahora, por lo que estaba oyendo y viendo, su problema era justamente el opuesto al de Zoe. Donde esta callaba, él hablaba. Zoe no se sentía capaz de decir lo que pensaba, pero el Teniente era claro y directo. Había muerto gente en la lanzadera; lo sabía. No los conocía, pero podía sentir directamente el sufrimiento en todos los tripulantes, en sus rostros y gestos, en el cómo andaban y se dirigían a sus terminales. El Teniente no solo lo sentía; lo demostraba feacientemente, y acusaba a aquellos que no se habían preocupado.

También había oído las acusaciones del Comandante. Todo era... demasiado personal.

Y mientras tanto, ella tenía que permanecer allí, en aquella cama, y poco menos que aislada. Zoe estaba cansada, seguramente por la radiación, pero igualmente hastiada.

El trabajo en aquella nave estaba bien; sus compañeros eran eficientes, aunque no tratase demasiado con ellos. Pero los mandos... no podría asegurar que estaban a la altura de las circunstancias.

Para nada.

Zoe resopló y apenas se movió, intentando pasar desapercibida. Si hubiese podido meterse dentro de un saco, lo habría hecho. Estar viendo todo aquello, era demasiado embarazoso.

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17/07/2019, 23:30
Tte. Lena Connor

Lena volvió a predecir la respuesta del romulano, realmente entendía su molestia y en cierta medida estaba de acuerdo en que las medidas eran excesivas, como ya había manifestado, pero lo más conveniente para la mejora de su situación consistía en tratar de avenirse a razones y no continuar dando muestras de su enojo, la rabia que había en su interior parecía inagotable algo que no haría más que complicar la defensa de Vrako.

- Teniente- intervino la doctora antes de que lo hiciese el consejero- como he hecho notar, comprendo que la actuación de los oficiales superiores de esta nave para con usted ha de ser revisada y que usted tiene motivos para estar enfadado, he hecho notar mi punto de vista tanto con el comandante como con la capitana y me voy a disponer a redactar un informe con la ayuda del consejero, todo ello para solventar esta indeseable desaveniencia dentro de la Enterprise. Se que su raza es guerrera y que usted es un gran guerrero, no le voy a pedir que pida disculpas a nadie pero si, que procure calmarse. Renegar de su uniforme, de la Flota y de sus hombres no va a solucinar nada y no pienso permitir que un oficial como usted concluya su carrera de esta manera. Denos un voto de confianza y no se mueva ni intente hacerlo hasta que yo le de el alta- le dijo serena pero muy seria, estaba empezando a estar cansada de tanta pataleta y las pulsaciones y el enfado del romulano iban a echar al traste su tratamiento físico.

Tras la mirada de Connor al teniente la doctora se volvió hacia Keepar

- Voy a mostrarle el informe del señor Vrako para que lo pueda estudiar, después entiendo que querrá conocer la versión del comandante y la mía como profesional, para terminar de hacer sus conclusiones.  Le conduciré a mi despacho y le facilitaré toda la información que desee- ofreció Lena acompañando al consejero para después mirar a Zoe, se había olvidado de la alférez...

- Alférez Zoe- le dijo acercándose a ella mientras revisaba su estado- ¿cómo se encuentra? si sigue evolucionando bien pronto abandonará enfermería- le informó leyendo los datos de la cama biónica en tono amable, ambas habían empezado mal pero no deseaba entrar en conflicto nuevamente con ella.

 

 

Notas de juego

Informe de Vrako

U.S.S. Enterprise. Localización: Kointinar. Fecha Estelar -303595.4552257738

Informe perteneciente al cuaderno de bitácora del teniente Vrako. Oficial de seguridad dela U.S.S. Enterprise.

Quiero hacer constar, antes de acabar en una celda por actos de insubordinación a un superior, los motivos que me llevaron a cometerlos, así como el extraño comportamiento de quien pretende llevarme a esa celda de castigo, el Tte. Cmd. Shev th'Shon e incluso los de la capitana de la U.S.S. Enterprise, Cira Graystone.

Todo comenzó hace unas horas, concretamente en la Estación Omega-3, a la cual acudimos tras recibir el aviso de que estaba siendo atacada. Se enviaron dos lanzaderas para investigar que había ocurrido y buscar supervivientes en el interior de la misma, después de comprobar que no había peligro alguno en las inmediaciones.

Parte de mi equipo y yo fuimos destinados a la Australia, mientras que los demás viajaron en la Nueva Zelanda. Me gustaría añadir, antes de continuar, el buen saber estar y la profesionalidad de la alférez Kalina Menen, a quien sin duda le debemos la vida gracias a su sangre fría y control sobre la lanzader.

Dicho esto, recibimos órdenes por parte la capitana Cira Graystone de detenernos en medio de la nada y esperar instrucciones. A pesar de no gustarme aquello, detenemos el rumbo, manteniendo los escudos arriba. De pronto recibimos una transmisión de que se va a hacer una simulación de bajada de escudos. La idea sigue sin gustarme y me pongo en contacto con la Enterprise, comunicando mi disconformidad con esa idea y que no me gusta que se me utilice como cebo vivo.

En esta ocasión recibimos respuesta por parte del Tte. Cmd. Shev th'Shon, quien asegura que no somos un cebo, que está todo controlado y que van a mandarnos a la doctora Lena Connor a mi lanzadera. Solicito que no se la envíe, puesto que no necesitamos poner en peligro a la doctora Connor. Quisiera nuevamente realizar un pequeño inciso en este tema y decir que la doctora Lena Connor es la persona más profesional e íntegra que he conocido en esta nave.

La respuesta del Tte. Cmd. Shev th'Shon no se hace esperar, diciendo que la doctora será transportada a la Nueva Zelanda. Eso me perturba lo suficiente como para pedir que la dejen a mi lado. Al menos sabía que así estaría protegida. Pero no recibo más instrucciones de la Enterprise. Al poco descubrimos que no tenemos comunicación con nadie y decido saltarme las órdenes y regresar a la Enterprise, ordenando a la alférez Kalina Menen que pase por delante de la lanzadera Nueva Zelanda, con la esperanza de que nos sigan.

Mi insubordinación hizo que la tripulación de la Australia se salvase en su totalidad, aunque resultamos heridos, cuando un torpedo hizo volar en mil pedazos a la Nueva Zelanda y a todos sus ocupantes, siendo la onda expansiva la que nos hirió a los demás. Los escudos habían caído y había una fuga por algún sitio. Aún así, la alférez Kalina Menen no desistió y siguió tratando de hacer funcionar la lanzadera... hasta que fuimos teletransportados a la Enterprise.

Jamás me alegré tanto de ver a alguien con vida, como en aquel momento que fui consciente de donde estaba y pude ver a quien creía muerta en la Nueva Zelanda. La doctora Connor estaba en la sala de teletransporte, completamente ajena a lo que la habría ocurrido de haber sido llevada a aquella lanzadera. Me dolía el costado, pero aún así tenía que ir al puente y averiguar que nos había atacado, puesto que la nave enemiga estaba usando el sistema de ocultación romulano.

Desde el puente, lancé un mensaje en romulano, el cual traté de que fuese claro para los atacantes y que los demás no llegasen a entender. Bastante mal me miran por ser de Rómulo, como para que se tomasen mi farol como algo real. El mensaje decía así:

- «Aquí el teniente Vrako desde la Enterprise. Si sois de mi raza y fieles al Imperio Romulano, debéis saber que estoy infiltrado en la nave con planes más importantes que hacerla volar en pedazos. Retiráos ahora que sois invisibles a sus ojos y sensores. De lo contrario tendré que desvelar los secretos de la ocultación de nuestras naves a la Federación y me obligaréis a destruiros. Por el Imperio y por Rómulo.»

Aunque aquello no sirvió de nada puesto que los ataques continuaron. También ayudé con mis conocimientos asesorando a la Enterprise para que localizase a esa nave oculta, la cual resultó ser Cardassiana y autodestruyeron ante nuestros ojos. Nuevamente se formó una partida para descender a la estación y quise formar parte de ella, siendo negada mi intervención por el Tte. Cmd. Shev th'Shon, que me puso en manos de la doctora Connor debido a mis heridas.

El problema vino cuando el Tte. Cmd. Shev th'Shon comunicó que: Se haría el abordaje como antes, pero ahora no necesitaremos más la estrategia de bajada fingida de escudos. - Bajada fingida de escudos. ¿A qué jugaban en esa nave? Habían muerto valerosas personas, tripulantes de la Flota Estelar y nos trataba como a peleles. Se que me excedí, pero solo me arrepiento de no haber completado la acción. Salté como una fiera salvaje a por el Tte. Cmd. Shev th'Shon. La capitana Garystone no se encontraba presente.

Estallé. Yo estaba en una de esas lanzaderas y quizás ese torpedo iba dirigido a la mía y fue al pasar rodeando a la Nueva Zelanda lo que quizás hizo que no nos diese. No lo sabía, nunca lo sabré. Pero si pude ver la actitud de aquel oficial y quise darle el puñetazo de su vida. Pero mis costillas no me dejaron y alguien me sacó del puente de mando y me llevó a la enfermería antes de que me terminase de cargar mi carrera en la Flota Estelar.

Una vez allí fuí tratado por la doctora Connor nuevamente, quien valoró mi estado, haciéndome ir a descansar a mi cabina y regresar a la enfermería en cuanto despertase. No se cuanto dormí, pero me personé allí al poco de despertar, encontrándome con la situación más inusual y vergonzosa que jamás haya presenciado en mi carrera militar. Una desquiciada capitana Graystone, sacando su pháser de su cinturón y haciendo un uso ostentoso del mismo, nos expulsó al el Tte. Cmd. Shev th'Shon que casualmente entraba allí, a gritos, alegando que "aquella era su enfermería y nos atendería cuando pudiera".

Pero eso no fue lo peor y más raro. El Tte. Cmd. Shev th'Shon dijo que me estaba buscando y me obligó a salir de la enfermería, mientras que la capitana mantenía su phaser en la mano y junto a ella mantenía retenidas tanto a la doctora Connor como a un alférez. Mientras el Tte. Cmd. Shev th'Shon me sacaba al pasillo, se atrevió a amenazarme diciéndome que si no le acompañaba acabaría en una celda por insubordinación.

No solo le respondí a sus palabras, recordándole que ahora estaba de baja médica y que solo obedecía órdenes de la doctora Connor, siendo estas muy claras: descansar en mi cabina y en caso de despertarme ir a verla. Al estar ocupada y yo no poder hacer nada al respecto, puesto que me hubiese tocado enfrentarme a una capitana armada junto a los dos guardias que custodiaban la enfermería y el andoriano, que no me iba a facilitarnada, le indiqué que me iba a seguir descansando con la esperanza de ver a Connor más tarde.

Por supuesto que hay testigos de esto y no solo de mis palabras, sino de las que le dediqué diciéndole que lo que debía hacer era entrar ahí y poner orden, puesto que la capitán no necesitaba tratarnos así ni amenazarnos con un arma para que saliésemos de la enfermería y que, a mi modo de ver las cosas, eso era una situación verdaderamente grave, con toma de rehenes includida. Y es que con una sola ordén dela capitán, hubiésemos salido todos de allí. No era necesario eso.

Dicho esto, me fuí y ahora permanezco en mi cabina, con la puerta bloqueada para que no me moleste nadie, redactando esta bitácora que espero que llegue a su destino y cuyos hechos espero que sean confirmados, mientras espero que vengan a llevarme a una celda, donde seguramente me mantendran mientras siga siendo una carga para sus planes y sus conciencias... si es que alguno de los dos tienen de eso.

Vrako fuera.

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18/07/2019, 09:31
Alférez Aileen O’Brennan.

Notas de juego

Entro

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18/07/2019, 09:37
Alférez Aileen O’Brennan.

Cuando entré en la enfermería, Zoe estaba sentada, hablando con la doctora y Kepaar parecía estar haciendo lo mismo con el Teniente Vrako.

Me sentí como si hubiese irrumpido en una extraña reunión privada, o fuese la invitada sorpresa e inesperada a una fiesta, aunque cuando vi a Zoe mirándome y casi sonriéndome, a su estilo tímido y callado, me relajé.

-Eh, discúlpeme, doctora, teniente, señor. Venía a ver cómo se encontraba la alférez Zoe, pero si es un mal momento, puedo volver después. Es que parece que ahora mismo disponemos de algo de tiempo, y quería... bueno, verla, antes de que... todo se complique.

Sí, antes de que entremos en batalla y puede que no la vea más, porque si es cierto todo lo que se dice, vamos a pasarlo mal, pensé, sonriendo para no mostrar mi inquietud.

Zoe parecía encontrarse bien, relajada, y tenía mejor aspecto. El Teniente Vrako también, pero como siempre parecía estar igual de enfadado, era difícil saberlo. Además, la presencia de aquel recién llegado, un consejero, me parecía que era, me decía que había interrumpido una discusión de algún tipo sobre lo que había hecho o dejado de hacer el Teniente. 

La nave entera era un compendio de rumores. Algunos decían que la mismísima capitana había amenazado con disparar al Teniente y que le iban a hacer un consejo marcial. Otros estaban enfadados con ella por la muerte de la tripulación de la lanzadera, y en medio de todo esto, el Comandante Shev, que siempre había sido un amante de las normas, parecía comportarse como si nada de todo aquello le afectase.

El ambiente, en general, estaba enrarecido.

Pero a mí todo eso me importaba bien poco. En ingeniería, los motores eran nuestro problema, no dónde íbamos ni lo que hacíamos, y estaba contenta bajo las órdenes del Teniente Lightman. Y si Zoe estaba mejor... pues no podía pedir más.

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20/07/2019, 12:48
Tte. Vrako

- Sólo intento decir que ya da igual lo que haga y diga. Ya he sido juzgado y condenado sin darme derecho a defenderme ni darme explicación alguna. Créame que un prisionero de guerra, incluso un asesino se trata mejor que a mí. Aunque claro lo comparo con las leyes y normas romulanas. Seguramente la Flota Estelar y la Federación difieren lo suficiente como para qué este comportamiento y trato hacia mí sea en normal y habitual en todas partes. - Estaba herido por ello y se notaba en mi voz y mis palabras puesto que realmente sabía la verdad.

Antes de acceder a la primera nave de la Flota Estelar, se nos llevó a la Academia de la misma, donde se nos formó según sus normas, leyes, derechos y costumbres, dándose golpes en el pecho con la presunción de inocencia, la integración, la igualdad entre sexos y razas y un sin fin de cosas más que no había visto aún en la Enterprise ni en sus mandos. Al menos no hacía mí. - Pero no se preocupe doctora Connor. Ya me he cansado de todo esto y he perdido las ganas de todo. Es una guerra perdida. - Suspire hundido y dolido por mis propias palabras, sintiéndome caer más aún en aquel extraño estado de desesperanza. Sentía en aquel momento que necesitaba un abrazo y estrechar aquella mujer en mis brazos me reconfortaría  al menos lo mínimo para poder mantener la cordura en mi cabeza. Pero aquello era algo imposible.

 - No me moveré doctora Connor. No tengo donde ir ni nada por lo que luchar. - Dije con sinceridad en mis palabras. Mi voz sonaba triste y no entendía que me estaba pasando, solo sabía que cada vez me sentía más apático y dolido pero no dije nada más. Ya se lo había dicho antes y ella sabría cómo actuar y cuando.

Observé como ambas figuras se adentraban en el despacho de la doctora al tiempo que se abría la puerta de la enfermería. Por un instante pensé que sería ella Annaith, pero no fue así. Una alferez venía a visitar a la joven herida. Mientras la doctora Connor se desvió un momento para hablar con aquella alférez que permanecía en su cama.

Cerré mis ojos tras saludar a la recien llegada inclinando mi cabeza. Estaba herido no sólo física sino psicológicamente hablando. Todo aquello estaba acabando conmigo y más aún saber que íbamos alguna especie de misión suicida y parecía que no tendría ocasión de despedirme de ella como hubiese querido, ni de protegerla al encontrarme en aquel estado y situación o estrecharla en mis brazos por última vez.

Notas de juego

Algo cortito para seguir avanzando ;)

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20/07/2019, 12:57
Alférez Zoe

Las puertas se abrieron y a la par que parecía que la discusión se trasladaba a otro punto, Aileen llegó. Zoe no pudo evitar sonreír, por primera vez en mucho, mucho tiempo, aunque rápidamente bajó la cabeza y adoptó su gesto recatado habitual. Aún así, le dio tiempo para ver como los ojos de Aileen brillaban al verla. Dentro de poco la tendría a su lado.

-Eh, discúlpeme, doctora, teniente, señor. Venía a ver cómo se encontraba la alférez Zoe, pero si es un mal momento, puedo volver después. Es que parece que ahora mismo disponemos de algo de tiempo, y quería... bueno, verla, antes de que... todo se complique.

Al oír su nombre en labios de Aileen, Zoe no pudo esperar más.

-¡Aileen! ¡Yo... m-me alegro de verte, ven!

Al menos a partir de ese momento, no estaría sola como única espectadora de lo que estaba sucediendo en la enfermería. Vio como el Teniente Vrako saludaba educadamente a Aileen con la cabeza y parecía embuirse en sus propios pensamientos.

Notas de juego

Me parece bien. Así vamos haciendo tiempo ;)

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25/07/2019, 13:10
Tte. Lena Connor

Mientras Lena trataba de sosegar a Zoe apareció en escena la alferez Aileen, haciendo que la atención de la doctora se centrase en ella. 

-Eh, discúlpeme, doctora, teniente, señor. Venía a ver cómo se encontraba la alférez Zoe, pero si es un mal momento, puedo volver después. Es que parece que ahora mismo disponemos de algo de tiempo, y quería... bueno, verla, antes de que... todo se complique.

- Alférez- dijo algo sorprendida- pase por favor- sonrió con amabilidad- es un momento perfecto- le dijo sin añadir mucho más haciéndose a un lado para que se acercase a la biocama que estaba ocupando Zoe para ir al lado de Vrako.

-¡Aileen! ¡Yo... m-me alegro de verte, ven!

Mientras caminaba hacia la biocama de Vrako para hacerle un último análisis antes de acudir con el embajador, Connor miró de reojo la reacción de Zoe, algo que a parte de llamarle la atención le resultó... interesante. 

- Sólo intento decir que ya da igual lo que haga y diga. Ya he sido juzgado y condenado sin darme derecho a defenderme ni darme explicación alguna. Créame que un prisionero de guerra, incluso un asesino se trata mejor que a mí. Aunque claro lo comparo con las leyes y normas romulanas. Seguramente la Flota Estelar y la Federación difieren lo suficiente como para qué este comportamiento y trato hacia mí sea en normal y habitual en todas partes. - Estaba herido por ello y se notaba en mi voz y mis palabras puesto que realmente sabía la verdad.

Ya al lado del romulano, lo escuchó en silencio sin interrumpirlo... las heridas del teniente, tanto las físicas como las psicológicas eran evidentes y por mucho que Lena quisiera curarlo, no podía hacer otra cosa que demostrarle que estaba allí para ayudar, las palabras en aquel caso no surtían efecto tenía que curarlo con hechos. Pero necesitaba que el romulano fuese receptivo.

 - Pero no se preocupe doctora Connor. Ya me he cansado de todo esto y he perdido las ganas de todo. Es una guerra perdida. - Suspire hundido y dolido por mis propias palabras, sintiéndome caer más aún en aquel extraño estado de desesperanza. Sentía en aquel momento que necesitaba un abrazo y estrechar aquella mujer en mis brazos me reconfortaría  al menos lo mínimo para poder mantener la cordura en mi cabeza. Pero aquello era algo imposible.

 - No me moveré doctora Connor. No tengo donde ir ni nada por lo que luchar.

- Que haya decidido no moverse para que pueda curar sus heridas me parece muy bien, señor Vrako... pero he de decirle una cosa... no debe rendirse, porque yo no lo voy a hacer con usted- le dedicó una suave sonrisa que escondía una fuerte determinación por parte de la doctora de defender con uñas y dientes como la leona que era, a su paciente. 

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27/07/2019, 01:13
Tte. Liam Lightman

Notas de juego

Entro,

Quien hay?

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27/07/2019, 07:06
Tte. Vrako

Notas de juego

Los marcados estamos aquí. Zoe en una cama a su lado la otra alférez. El consejero está en el despacho de la doctora y la doctora Connor está junto a Vrako y se irá ahora al despacho también. Si puedo posteo hoy y e lo dejo todo más claro ;)

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27/07/2019, 09:04
Director

Notas de juego

Como dice Vrako, pero te lo explico mejor:

+Kepaar de pie hablando con Vrako, que está en una camilla. 

+Connor también de pie, hablando con Vrako y Kepaar

+Zoe en una cama hablando con Aileen

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30/07/2019, 20:18
Tte. Vrako

Ver entrar así a la alferez y aquel reencuentro, avivaron la llama que había en mí. Sabía que quería eso mismo para mí y que estaba condenado a no tenerlo. Al menos Connor permanecía a mi lado, a pesar de mi comportamiento y mis palabras, ella seguía allí. Las palabras que me dedicó antes de irse a su despacho, no me pasaron desapercibidas. Ni ellas ni el mensaje que contenían, pero estaba demasiado cansado, triste y apagado como para demostrar o decir nada más. Mis ojos se clavaron en aquella sonrisa suya, preguntándome el valor de la misma al igual que su significado y la observé mientras caminaba hacia su despacho. En ese momento la puerta de la enfermería se abrió de nuevo.

Mis ojos se fijaron en la entrada con curiosidad, esperando nuevamente que fuese Annaith quien cruzase su umbral, encontrándome esta vez con el ingeniero de la Enterprise entrando en la sala. - Al menos no es la loca de la capitana ni el obsesivo y enfermizo comandante. - Pensé para mí al verle. Iba a saludarle cuando recordé que yo "era un prisionero" y que sin duda vendría a ver a la alferez Zoe.

Así que cerré los ojos, esperando poder quedarme dormido al menos y que al despertar, descubriese que todo aquello no había sido más que una estúpida pesadilla.

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30/07/2019, 23:42
Tte. Liam Lightman

Una vez en la enfermería, Liam se dirigió a la cama de la alférez Zoe. Al verla hablando con Aileen se sintió aliviado.

- Zoe, me alegra ver que estás mejor. ¿Qué te ha dicho la doctora? Pero no tengas prisa en volver al trabajo, lo primero es recuperarte y sanar al completo.

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31/07/2019, 09:33
Alférez Zoe

Zoe abrazó a Aileen, pero en ese momento, entró el teniente Lightman y tuvo que prestarle la debida atención. No le apetecía, pero la presencia de su inmediato superior no le dejó alternativa. Por otro lado, a pesar de todo, agradecía que se hubiese acercado para visitarla.

Era de esos detalles que Zoe no manejaba demasiado bien.

-Pues... e-estoy bien, señor, gracias. Espero que dentro de poco me den el alta. La alférez también ha v-venido para ver cómo estaba.

Zoe intentó soltar la mano de Aileen, pero esta no se lo permitió. La timidez de Zoe tendría que esperar. ¡Cuántas veces habían discutido por eso!

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31/07/2019, 11:34
Tte. Lena Connor

Lena, iba a acceder ya a su despacho donde aguardaba el embajador cuando entró el señor Lightman, estaba claro que había venido a ver a Zoe... si que era popular la chica... tras observar al teniente giró su vista hacia Zoe y Aileen, las palabras de ambas y sus gestos no hicieron más que confirmar lo que había estado sospechando y al recordar la primera vez que entró Zoe a enfermería y su reacción cuando le dijo que de despojase de su uniforme para ponerse a realizar el examen médico, terminó por hacer que la mente de la doctora atase todos los cabos... ¡Ahora lo entendía!

Así pues decidió acercarse a los tres ingenieros y comenzar con las lecturas de la biocama de la alférez, si le gustaba lo que veía le daría el alta para que fuesen a hacer sus cosas y de camino tener la enfermería en paz, no le gustaba la aglomeración de personal cuando no había nada que curar.

- Teniente- saludó a Lightman poniéndose a su lado- le diré yo misma el estado de al alférez, ha ido progresando adecuadamente, pero permítanme que le realice una revisión más para ver si puedo darle el alta...- comentó mientras revisaba los datos de la biocama y con el escaner médico sobre la paciente para ver como había ido su evolución- ¿Qué tal las cosas en ingeniería? Me ha parecido que ha habido problemas- añadió mientras leía los resultados de manera despreocupada

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago la tirada por si acaso

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31/07/2019, 12:17
Alférez Aileen O’Brennan.

Zoe se había puesto exultante al verme y eso... me emocionó. Era taaaan difícil que Zoe expresara lo que sentía, que cualquier cosa, por pequeña que fuese, la recibía como algo maravilloso y sus palabras y su mirada fueron mucho más que eso.

Estaba por lanzarme a sus brazos cuando de repente entró el Teniente Lightman, así que simplemente, cogí su mano y me giré hacia él.

-Eh... hola, señor -le saludé, algo embarazosamente, no porque me avergonzara de estar allí, sino porque me había interrumpido un momento que en mi cabeza, ya había imaginado de otra manera, mucho más agradable. Iba a abrazarla y besarla, a decirle que la quería y que la echaba de menos, a pesar de la presencia del Consejero, la doctora y el señor Vrako, pero Lightman cortó de raíz todo aquello.

Zoe le saludó tímidamente y la doctora comenzó a explicarle cómo se encontraba.

Entonces yo decidí aprovecharme. Me senté en la camilla y en lugar de conformarme con agarrar su mano, le acaricié el rostro con la otra sin dejar de sonreír. Estaba bien. Estaba a salvo. Y yo me sentía dichosa por ello.

Olvidándome de todo lo demás, acerqué mis labios a su oreja.

-No vuelvas a asustarme así, ¿me has oído? -le dije, dándole a continuación y beso en la mejilla y abrazándola con fuerza. Quería que todo el mundo supiera cuánto me importaba Zoe y lo mal que lo había pasado mientras no sabía si iba a poder hablar con ella de nuevo o no.