-No - Digo secamente.
Después inclino una pierna y me arrodillo frente a Siria dándole un abrazo.
-Sabes que no podemos hacer nada... el mismo tiempo peligraría si intercediésemos - Digo con tristeza, sin duda era un crimen que la madre de Siria fuese esclava de la mafia Hutt, pero son los Hutt los que controlan todo lo que ocurre en el planeta, si nos metemos en sus asuntos fácilmente pueden vedarnos las comunicaciones, el alimento, el transporte... A veces el mal de unos pocos es aceptable por el bien de muchos.
Evito la mirada del maestro y no me molesto en responder a lo que dice, eso no era paz, el esclavismo es un crimen imperdonable y los jedis tenían miedo por otras cosas...-El miedo también es un error en un jedi, maestro-Respondo con astucia y rencor.
Me levanto.
-Sin duda, es un error tener miedo, pero eso aún más grande actuar de forma irresponsable. - Tomo aire - Ahora sí puedes irte si lo deseas.
Sin una palabra mas y con gran dificultad para controlar mis pasiones sigo mi camino hacia el templo, quería llegar a los aposentos y quedarme solo. No quería ver a nadie ni hablar con nadie.
Tras unos minutos, llegas a tu habitación, ahí está tu compañero, el gand Pnorr, estudiando.
Al ver que estaba ocupado me salgo de la habitación decidido a buscar un sitio donde estar solo, era lo único que quería.
Maldito empollón de Pnorr
Este se gira hacia Siria según llega y me quedo mirándolo sorprendido por su aspecto.
-¿Qué ocurre? - Pregunta este.
-Nada Pnorr, para nada, solo quiero dar una vuelta-Contesto, intentando no pagar mis frustraciones con él.
-Este te acompaña - Dice este mientras se levanta rápidamente y se sitúa tras Siria.
Estos bichos hablan de si mismos en 3ª persona.
Pnorr es tremendamente modesto, se esfuerza como el que más, y trata de ayudar en lo que puede.
Imaginando que no tendría otra opción dejo que me acompañe, mientras camino mirando al suelo, sin decir nada y pensando en lo sucedido.
Sin duda algo afecta a mi compañero, pero él decidirá si quiere contárselo a este si es que este puede ser de ayuda. Mientras tanto lo único que este puede hacer es caminar a su lado para que no esté solo.
-Pnorr¿Qué harías si hubieras matado a un hombre?-Lo pregunto hipoteticamente pero es obvio que me afecta.
-Este se entregaría a las autoridades si pensase que estuvo mal hacerlo. Pero hasta el más honrado jedi puede verse obligado a matar y no por ello deja de ser una buena persona.
Te resulta evidente que te responda algo así, jamás le oirás decir que haría algo de forma egoísta.
-¿Si fuera uno de los clientes de mi madre?¿Que iba hacerla sufrir delante de mí?Pnorr, lo he matado, no se que voy hacer ahora...no soy un buén jedi-
Este se detiene en seco... un asesinato...
-Este cree que deberías decírselo a un maestro, pues tu vida y la de tu madre pueden estar en peligro. Más importante que ser un guardián es ser justo. Los maestros decidirían si mereces castigo o no, pero si no te entregas, te arrepentirás eternamente.
Sabes que él no va a ir a chivarse, pero habla con sinceridad.
-Supongo que tienes razón-Digo caminando hacia las estancias del consejo-¿Puedes acompañarme?Por favor-
-Claro - Dice este mientras continua andando junto a Siria - Aunque no es lo más correcto, uno no se malvado por defender a aquellos que valora y que además lo merecen.
Asiento con la cabeza -Gracias- Cuando llego a la cámara llamo a la puerta tres veces esperando que me dieran permiso para entrar.
-Pasa - Responde una voz desde el interior.
Entro en la cámara del consejo, sin esperar un segundo con la mirada en el suelo comienzo a explicar con todo detalle cómo la travesura de siempre se había convertido en un asesinato-...Y entonces cogí, el perchero, lo golpee y lo maté, de un golpe...-Termino sin levantar la mirada.