Partida Rol por web

Finalmente le facilitáis a Aarwynn las coordenadas para enviar el mensaje. En ese momento podéis sentir un terrible escalofrío que os recorre a todos y contempláis como a vuestro alrededor todo parece desmoronarse... literalmente. Las paredes desaparecen mostrando de nuevo la jungla. El Kashoonara sonríe maliciosamente mientras gira su rostro y también se desvanece en el aire...

El dolor en vuestra cabeza, ese que hacía un tiempo que no sentíais, vuelve, más intenso, mucho más fuerte; y mientras os recorre el cuerpo todo a vuestro al rededor se vuelve oscuro, negro... hasta que finalmente os veis obligados a tener que cerrar los ojos y quien sabe si gritar por causa del intenso dolor.

Cuando los volvéis a abrir el dolor ha desaparecido, y frente a vosotros se encuentra probablemente el último ser que querríais ver en persona. Algunos tan solo lo conocíais de oídas, otros de alguna imagen... es poco probable que ninguno haya sobrevivido a un encuentro en su presencia. No hay duda en cualquier caso. Armadura y casco negro, una larga capa del mismo color que llega hasta el suelo y sus manos cubiertas por guantes apuntando hacia vuestra posición. La grave respiración producida por la máquina que lo mantiene con vida le da un aura que sin duda despeja cualquier tipo de duda. Se trata de Darth Vader.

Cuando os reponéis de su abrumadora presencia os percatáis de que os encontráis en el interior de una pequeña habitación de paredes grises. Estáis atados en lo que sin duda es algún tipo de máquina de tortura imperial, atados de brazos y piernas... con algún tipo de aparato con agujas cerca de vuestro cráneo...

Darth Vader baja su mano, y aunque no veis su rostro podéis sentir como os mira, como escudriña vuestras mentes.

- Os habéis resistido con fiereza, pero no teníais ninguna oportunidad - 

Se dirige hacia la puerta y pulsa un botón para abrirla. Podéis ver dos soldados imperiales haciendo guardia en el exterior. No hay duda por lo que veis, estáis en una nave imperial.

- Poned rumbo a Troiken y dadle estas coordenadas al Gran Moff Lazruck. Allí está la base rebelde -

Uno de los soldados coge la tarjeta que Vader le ofrece y se va.

- Lord Vader - Dice el soldado que queda en la puerta. 

- El humano conocido como Kaj´hal ha confesado finalmente la ubicación del templo, estamos preparando todo para el ataque. - 

Darth Vader levanta la mano en vuestra dirección y hace un giro de muñeca, activando una palanca en la máquina de tortura. Del aparato que teníais en vuestra cabeza comienzan a salir una especie de rayos energéticos que no hay duda eran los que os estaban produciendo el dolor que hasta ahora estabais sintiendo. Esta vez no parecen detenerse y por causa del dolor, finalmente caéis inconscientes... 

El sonido de una explosión hace que os despertéis. Ya no estáis en aquella sala de tortura. En su lugar estáis en una celda.Los cuatro. Paredes oscuras y un banco al fondo desde el que podéis ver una puerta de metal con una pequeña ventana con rejas en medio. 

De nuevo otra explosión, ahora podéis percataros que en el exterior de la celda una luz roja avisa de algún tipo de emergencia en la nave. Al incesante ir y venir de la luz lo acompaña un fuerte sonido que finalmente podéis escuchar con claridad.

<< Todo el mundo a sus puestos de combate, resistencia rebelde encontrada. Todo el mundo a sus puestos de combate >>

Trent mira a sus compañeros y ve reflejada su sensación de incredulidad ante lo que ha sucedido. Al parecer estaban siendo torturados en algún tipo de simulación para obtener las coordenadas de la base rebelde. No recordaba cuándo habían sido capturados, y sin duda, esos dolores eran la única indicación de que algo estaba pasando fuera de lo normal.

Por nuestra culpa, la rebelión está en peligro.

Trent se acerca a la puerta y mira a través de las rejas al exterior. Necesitaríamos un comunicador para alertar a la resistencia rebelde de que el Imperio se dirige a la base. Quizás solamente nos hemos encontrado con una patrulla y aún no estemos en el sistema.

.-Vader....-digo una vez se ha atenuado el dolor punzante y nos damos cuenta de que nos encontramos en lo que parecía una sala de tortura pero nada más por que vuelvo a desmayarme ante el abrumador dolor que hay por todo el cuerpo. 

Escucho voces atenuadas de cascos:-Troiken....base rebelde....Kah'jal.....ubicación del templo.....preparando...ataque.-y después de eso nada. Al cabo de lo que había parecido un momento, me despierto sobre saltado por el ruido de las alarmas y la luz roja de la celda en la que nos encontramos. Veo a Trent también despierto y a Sharene y Gial aún inconscientes, me acerco para comprobar que siguen respirando, acercando la mano a su nariz y notar el flujo de aire:-Siguen vivos, menos mal.-pienso para mí:-Sharene, Gial! Despertad!! Tenemos que salir de aquí!.-les grito mientras los agito para que darles estímulos y que vuelvan de a estar conscientes.

Me despierto con los gritos de Daedar, y por lo visto todo lo sucedido no era un mal sueño..., el propio Vader les había interrogado, era imposible resistirse, por desgracia ahora la base rebelde estaba en peligro.

Gial abrió los ojos, se trató de poner de forma renqueante en pie. Para cuando lo consiguió se dio cuenta que la situación era límite. Estaban en una celda. -Por lo menos estamos los cuatro juntos.-Pensó.

Al cabo de unos segundos, espabiló del todo, comenzando a otear la celda. Decidió encaminarse hacia la ventana, mientras Daedar trataba de despertar a Sharene. Al llegar a la ventana se agarró a los barrotes para tratar de ver si había alguien o algo en los pasillos de las celdas. Al poco comenzó a gritar: ¡Ehhh Ehhh, aquí socorro, un médico!!. Se giró hacia sus compañeros y les dijo: -Estad atentos si alguien viene a abrir la celda salimos a por él.

La sangre se heló bruscamente en sus venas al sentir su presencia. Darth Vader. Su temible figura negra se erguía frente a ellos oprimiendo cada átomo contenido en aquella habitación.

¿Ninguna oportunidad?

Quería responder, negociar, mentir, cualquier cosa, pero estaba paralizada. Fue incapaz de articular palabra, tan sólo pudo observar cómo abandonaba la sala para dar caza a su objetivo.

Cerró los puños con fuerza, notando como las uñas se clavaban en sus manos. Le ardía el corazón de odio, rabia e impotencia. Mucha iba dirigida contra el Imperio, pero no menos contra sí misma.

¿Por qué? ¿Porqué había traicionado su instinto? ¡Estaba tan furiosa! No había sospechado la verdad, pero sí había sentido que demasiadas cosas estaban mal. Tan solo hizo falta hacerle revivir el peor capítulo de su vida para que bajase la guardia. Había confiado. Y eso significaba que inocentes morirían.

El sentimiento de culpa era tan grande que comenzó a gritar con furia, sacudiéndose, tratando de liberarse de las ataduras sin importar el dolor que pudiese sentir, hasta que la máquina del demonio volvió a activarse. Luchó contra ella como si su voluntad pudiese alejar las agujas de su cerebro pero fue una batalla perdida.

Un fuerte estallido. Luego otro. Abrió los ojos y vio el rostro de Daedar que la agitaba para hacerle recuperar la conciencia. Miró alrededor sorprendida. ¿Por qué seguían vivos?

Gial se dirigió a la puerta clamando por un médico. ¿Le escucharían siquiera con el estruendo de las alarmas? Y en tal caso ¿les importaría? Ya sabían que estaban vivos cuando les trasladaron aquí, pero no podían controlar un incidente entre ellos. Se sacó el cinturón y envolvió su cuello con él.

-Di que ha sido él -le dijo a Gial mientras señalaba con el dedo a Daedar- por dar las coordenadas y para que no revele más información. -Luego miró a su supuesto asesino-. Ponte ahí por favor -apuntó a un lugar no muy alejado de ella- si entra y se agacha, avalánzate sobre él. 

Se tumbó en dramático desmayo, con el cuerpo torcido y el rostro enfocado hacia el lugar contrario a la entrada, esperando tal vez a algo que no llegaría. Se centró en controlar y ralentizar su respiración y en este estado de meditación se dio cuenta. Desde que abandonó su casa se había buscado la vida en solitario, sintiendo que el mundo era suyo pero que no tenía hogar. Y ahora esto se había convertido en algo personal. Le dolía inmensamente el ataque que iban a perpetrar contra los Rebeldes, como si fuese a perder parte de su familia. Haría cualquier cosa para impedirlo y aunque después de lo ocurrido jamás la aceptasen, tendrían una aliada en ella y el Imperio una enemiga.

Inmóvil en el frío suelo, había escogido un bando.

Con todos ya despiertos, empezamos a idear un plan. Sharene se haría ver que yo mismo la había atacado por revelar información y las coordenadas de la base en Troiken y cuando llegara el médico, si es que llegaba, por que la nave en la que estábamos se encontraba bajo ataque.

Me coloqué donde Sharene me indicó y esperé a que llegara algún imperial para avalanzarme sobre él. 

Trent, que no se ha movido de la puerta mientras sus compañeros se despiertan y planean cómo atacar a un guardia si entra en la celda, se mueve ligeramente al lado de Gial para ayudarle en caso de que alguien entre. 

Cuando Trent se asoma tan solo ve un largo pasillo de paredes gris oscuras con más celdas y las luces rojas girando incesantemente al compás del sonido de alarma. Parece que los soldados imperiales que pudieran patrullar la zona han decidido ocupar su tiempo en otros menesteres.

Justo en el momento en que va a retirarse algo llama su atención. Se trata de un droide que se acerca hacia ellos; y por lo que parece se trata del droide de Daedar...

Atravesando el pasillo y a toda velocidad parece estar checkeando todas las celdas del pasillo, hasta que finalmente se planta frente a la vuestra. Cuando os ve comienza a emitir unos incomprensibles pitidos para variar

- Por fin os he encontrado, voy a abrir la puerta no os preocupéis - Trent puede ver como se acerca a la cerradura que mantiene vuestra puerta bloqueada...

Diez segundos después el maravilloso sonido de la puerta abriéndose llegaba a vuestros oídos. 

Un momento después el droide esta volando a toda velocidad al interior de la celda hasta que se planta frente a Daedar y prosigue con sus pitidos de comunicación, obviando al parecer que Sharene esté en el suelo.

- El imperio está atacando Troiken, los rebeldes están librando una batalla en el espacio exterior al planeta. Todavía no han conseguido atravesar nuestras defensas, pero es solo cuestión de tiempo que lo hagan.  - 

Pasa el tiempo y no aparece nadie y el sonido y las luces rojas empiezan a estresarme. Me percato de una sombra y un sonido familiar en el pasillo y cuando se para delante de nuestra celda sonrío:-Buen chico ID. Abre la celda.-le digo al pequeño droide.

.-Dice que están atacando Troiken pero de momento aguantan, sólo es cuestión de tiempo de que consigan superar las nuestras defensas.-traduzco lo que dice ID después de que abra las puertas, ayudo a Sharene a levantarse y le quito el cinturón del cuello:-Vamos a buscar nuestras cosas, intentemos sabotear la nave y salvemos a los rebeldes. Os parece bien el plan?-digo mientras le hago una señal a ID para que se coloque en modo mochila. 

Me quedo observando el pasillo por si aparece algún trooper que nos pueda fastidiar el plan. 

Daedar le tendió la mano y ayudada por él se puso en pie. Afortunadamente ID-10 había venido a su encuentro. Por un momento Sharene imaginó cómo sería ir acompañada por un droide.

-No creo que haga falta sabotear la nave, como dice ID-10 no tardarán en caer las defensas. Nos queda poco tiempo, así que propongo rescatar a Kaj'hal y huir en una lanzadera de inmediato. Podemos dividirnos en dos grupos si es necesario, uno para buscarle y otro que vaya preparando la nave.

Miró a sus compañeros para ver qué pensaban y luego al droide, al que formuló algunas preguntas.

-¿Sabes dónde tienen a Kaj'hal? ¿Está de camino al hangar? -deseaba que fuese así, ya que ganarían tiempo y el grupo no tendría que dividirse-. ¿Hay armas cerca de aquí?

A continuación miró a Daedar esperando su traducción.

El droide se detuvo justo antes de acoplarse a la espalda de Deadar, se acercó a Sharene...

- He localizado vuestro equipo en una sala en esta misma planta. No he podido comprobar si hay vigilancia dentro o no. Quizá si nos conectamos al ordenador podamos averiguar en que celda tienen a Kaj'hal[1] - 

.-Sharene y Trent esperad delante de la habitación donde están nuestras cosas.-dije mientras me acercaba a un terminal:-Cuando os diga donde está. Os diré si hay vigilancia y sacáis lo nuestro.-dije mientras accedía a los registros de prisión y buscaba donde habían dejado nuestras cosas.

.-Gial vigila mientras busco a Kah'jal y accedo al mapa de la nave para encontrar una rita al hangar.-tecleé botones y introduje la palabra clave rebelde y mientras se cargaba la información, mostré en pantalla los planos de la nave y puse un punto de búsqueda para encontrar el hangar. 

Trent asiente al comentario de Daedar y se prepara junto a Sharene para recuperar su equipo.

Quizás aún hay alguna posibilidad de rescatar a Kah'jal y huir de la nave, pero la situación de la base rebelde era lo que realmente preocupaba a Trent. Todas esas personas se encontraban en estos momentos bajo el ataque del Imperio. Tendría que haber alguna manera de ayudarles....

A pesar de los intentos de Daedar por trastear con el sistema parece que no hay forma de conseguir la información que necesitan.

-Daedar cambiemos posiciones, déjame intentarlo a mí, creo que estoy bastante familiarizado con estos sistemas imperiales y en nada tendremos la información que estamos buscando.

De forma casi instintiva el pirata informático comienza a buscar entre los diferentes menús e interfaces para tratar de encontrar lo que les interesa: su equipo y Kah´jal. Por suerte los cortafuegos son bastante fáciles de superar, y en un breve lapso de tiempo consigue obtener lo que buscaban.

Daedar trata de acceder a los sistemas, pero bien por el cansancio o porque le son desconocidos no logra hacerse con ellos. Gial sin embargo lo consigue con una facilidad pasmosa en cuanto se pone delante de la consola. Primero accede a las cámaras del interior de la sala donde guardan vuestro equipo. Está prácticamente vacía, tan solo hay dos cajas y unas estanterías vacías. No parece haber nadie dentro. 

Su siguiente acción es buscar la celda de Kah´jal. Está un par de puertas más adelante. Desde el mismo panel en el que estáis se puede incluso abrir la puerta de la misma. Las cámaras de la celda muestran a un hombre entrado en años tumbado sobre el banco que está pegado a la pared. Nos e mueve...

Con gesto resolutivo y movimientos de dedos  funcionales, el pirata informático, abre la puerta de la celda donde se encontraba el prisionero, a la vez que advirte a sus compañeros.

-He localizado a Kah´jal, voy a abrir la puerta, también he encontrado nuestras armas que están en esa sala de ahí. Voy a buscarlas mientras el resto tratáis de ver si todavía sigue con vida.

Tan pronto escucha como el cierra de la puerta hace ruído, aprovecha para moverse a por el equipo, de forma cuidadosa ya que en cualquier momento podrían aparecer imperiales para ver que estaba sucediendo.