Partida Rol por web

Los tentáculos de Kath empezaron a acariciar mi cuerpo, a tocar mi piel y rodear mis lekkus. Sentir la calidez de su cuerpo en una zona tan sensible, provocó que todo mi cuerpo se estremeciera, y moví una pierna para acercarme todavía más a ella. A mi vez, alargué mi mano para acariciar sus hullepis, con suavidad, con ternura y dejé que mis dedos atravesaran aquella cortina, que no solo representaba una frontera física, sino también, psicológica contra cualquier acercamiento.

Finalmente, pegué mi cuerpo al suyo, mientras con mi otra mano desabrochaba con rapidez el nudo que había en mi cuello y que sujetaba mi ropa, permitiendo que esta cayese al suelo, deslizándose a lo largo de mi piel, dejando que sus ojos me contemplasen por primera vez tal y como era.

Y entonces, llegó la comunicación del puente.

-Salimos del hiperespacio, estamos en el Sistema Bengoar. Capitana, Ree; convendría que se pasasen por la cabina; tal vez surja algo que necesite de su participación

No sabría decir si fue el destino o simplemente la casualidad, buena suerte... o mala. Estaba bastante segura de quién diría qué, las voces que se alegrarían de aquella interrupción... y las que lo lamentarían profundamente.

Parece que tendremos que averiguar lo que tenemos en otro momento, me temo -suspiré, aunque antes de retirarme, le di un beso tierno, húmedo y dulce a la vez, en la mejilla. Después me giré, me agaché para recoger mi ropa, me vestí y cuando terminé, me deslicé hacia la puerta con aquel movimiento que tan bien aprendido tenía. -. Mi fuego y tu hielo tendrán que esperar, aunque confío en que no demasiado.

Abrí la puerta, y esperé a que Kath me siguiese al puente.

Kath se dejó llevar, era algo inusual en ella pues le gustaba tener el control de todo lo que hacía en todo momento. Pero reconocía que el fuego que la twi´lek tenía en su interior era enigmáticamente adictivo. Las manos de de Kath recorrían el cuerpo ahora desnudo de Ree mientras dejaba que sus hullepis acariciaran el cuello y los lekkus. El fuego soltaba chispas la tocar el hielo y solo quedaba que la pasión les llevara más lejos.

Pero Hobo sonó por la megafonía interna de la nave cortando toda la magia del momento. Los hullepis de la khil se alejaron del cuerpo de Ree y el hielo volvió a ser lo normal en Kath.

-Sí -corroboró Kath-, en otro momento comprobaremos lo que tenemos.

Cuando Ree le dio un beso uno de sus hullepis acarició su mejilla sintiendo nuevamente su suave y perfumada piel, y el fuego que la twi´lerk llevaba dentro.

-Vamos a ver qué tripa se le ha roto a Hobo -dijo encaminándose hacia la carlinga para ayudar al piloto.

Kath llegó a la carlinga y se sentó junto a Hobo. Su rictus era su sempiterna cara marmórea, sin muesta alguna de sentimiento, aunque parecía que estaba más afable de lo normal.

Nada más llegar tecleó unos comandos en la computadora de la nave para escanear los alrededores y poner los escudos en marcha.

-¿Algo que reseñar? -preguntó a Hobo mientras tecleaba.

Llegué junto a Kath, dejando de lado todo lo que había sucedido y pasando a concentrarme en lo importante. Al mirar el panel, vi la luz parpadeante y entendí que, ciertamente, estábamos a punto de llegar a Bengoar.

-Vaya, parece que por fin estamos llegando. Creí que no lo lograríamos, y no tenía muy claro si era por la nave... o por su piloto -dije, encogiéndome de hombros -. Me alegra haberme equivocado.

Miré hacia atrás esperando ver a Marcus y a la capitana, pero al no ver ni rastro de ellos, sonreí, convencida de qué los estaría "reteniendo".

-Seguramente, la capitana y el señor Hersk necesiten un poco más de... tiempo. Supongo que tendrán cosas que resolver entre ellos -comenté, sin variar el gesto, pero mirando a mis dos compañeros.

Seguí con la mirada a Marcus en silencio, buscando la manera de calmar mis lágrimas las cuales aún salían por mis ojos. Vi con que delicadeza trató a Sucram y con que mimo lo trató. Él decía que era espantoso pero yo estaba enamorada de él. - De los dos. - Marcus se giró con aquella sonrisa tan hermosa, que me trasladó de golpe al día en que me lo regaló. Me hizo tan feliz... le colmé de besos y abrazos y le prometí que jamás me separaría de él. De ninguno de los dos. Extendí mis manos como una niña pequeña hacia el peluche de sus sueños, igual que el día que me lo regaló y me abracé a él con fuerza. - Me lo regaló alguien a quien amé tanto que me duele recordarlo... y le hice una promesa aquel día. Ojala supiese que la estoy cumpliendo... pero no se donde está y... - Hundí mi cara en Sucram, abrazándole con más fuerza aún si podía, manteniendo la sonrisa de Marcus en mi cabeza, mientras que permanecía sentado a mi lado.

- ... dudo que vuelva a encontrarle. - Le confesé a Marcus algo más serena tras aquel achuchón al peluche gigante que mantenía entre mis brazos. Y es que había cambiado todo tanto, que no le reconocía. Acaricié la cabeza del dragón con mimo. - Al menos me queda él. El único testigo de lo grande que fue aquello y el único que sabe lo que sien...

En aquel momento sonó un aviso del piloto. - ... to y es mi único am... - La voz del piloto me cortó la frase de nuevo. - ¿Ir por si surje algo? ¿No puede avisar cuando haya pasado? - Pregunté mirando al techo visiblemente molesta por la interrupción de Hobo. Era la primera vez que me medio sinceraba con Marcus y comenzaba a dejar salir algo de todo aquello a la luz sin gritarle. Nunca fui una mujer que llorase, pero después de aquella ruptura y las puñaladas, era lo único que sabía hacer. Pero es que jamás había sentido nada por nadie como lo que sentí por él. Lo que en el fondo seguía sintiendo por él.

La conversación tendría que esperar, aunque dudaba que pudiésemos volver a retomarla.

Al menos estaba algo más calmada. Busqué algo con que secarme los ojos sin soltar a Sucram en ningún momento. Luego besé la cabeza del peluche y lo coloqué sobre la cama, antes de mirar a Marcus. - Creo que... deberíamos ir a ver que pasa... - Le indiqué señalando la puerta con la mano, antes de ponerme en pie. Al menos las piernas ya no me fallaban y parecía haber recobrado la compostura. - Si es que quieres venir... - Le dije casi en un tímido susurro, deseando que no me diese una coz por respuesta.

Salí de mi cabina y fui hasta el puesto del piloto. - ¿Qué sucede? ¿Hemos llegado ya a nuestro destino? - Le pregunté a Hobo nada más llegar, clavando mi mirada en sus super-expresivos ojos que nunca me transmitían nada. Era como mirar a una piedra. Luego miré los paneles de la nave. Todo parecía estar bien y en calma.

Miré de nuevo al piloto. Mi rostro daba muestras de cansancio, mi maquillaje estaba emborronado y corrido por las mejillas. No fue una gran idea darme desmaquillante en los ojos y no retirarlo, dejando que las lágrimas lo arrastrasen todo por mis mejillas. Pero peor fue la idea de no mirarme a un espejo antes de salir de mi cabina o de preguntarle a Marcus. Pero tampoco me podía fíar de él, capaz era de decir que estaba perfecta... Mis ojos estaban enrojecidos por las lágrimas derramadas y mi semblante estaba serio. - Espero que nos hayas hecho venir para algo importante esta vez... No para contemplar el espacio contigo a los mandos... - Le dije al piloto, mosqueada por lo que se estuviese cocinando en la cabeza de aquel retaco de ojos grandes.

Luego miré al mecánico. Porque... era el mecánico, ¿no? Le notaba cambiado... otro color de piel, más pecho... - Quizás se haya duchado por fin... - Pero tampoco le hice mucho caso en aquel momento. Me preocupaba más saber porqué estábamos allí, mientras que mi cabeza se peleaba por mantener la vista alejada de Ree y más aún de Marcus. No quería verle babear de nuevo con aquella mujer azul con tentáculos en la cabeza. No si quería controlarme un rato al menos.

Mis ojos inexpresivos recorren las caras del resto de tripulantes de la nave; no lo denotan, pero emitirían señales de reproche si pudiesen.

- Estamos llevando contrabando; es de esperar que el Sistema esté controlado, así que puede interceptarnos una patrulla en cualquier momento, y hay que estar completamente alerta

... no se si se piensan que esto es un transporte normal, en que llegas, aterrizas... y tan feliz. Llevamos cosas que no deberíamos llevar, así que al margen de fiarnos de los sensores, tenemos que estar atentos a otros indicios, porque esto... es un trabajo peligroso, y no vale esperar a llegar tranquilamente; si no, no nos lo habrian encargado a nosotros.

- Estad atentos en los puestos de armas, porque desde ellos se cubre mejor el espectro visual, no sea que puedan ocultarse a nuestros sensores

...leches... esto debería decirlo el primero o el segundo; estamos entrando en terreno peligroso, y ... la gente tan pancha...

... y no se que pasa, que me parece que hay más tías que antes... ¿estaré soñando?

Miré con atención como Yakoo trataba a Sucram y me recordó directamente al primer día que se lo regalé, aquel achuchón y esas caricias reverberaron en mi memoria disfrutando de aquella jovial y genuina sonrisa de felicidad que tantas veces me había regalado y entonces escuché sus palabras sobre aquella persona..

Cada una de aquellas frases estaba cargada de sentimientos, no eran resentidas sino remarcando el dolor de pérdida que la provocaban aquellos recuerdos, alterné mis ojos entre Yakoo y el peluche y por una vez no eras palabras hirientes hacia mí-Bueno...quizás esa persona siga sintiendo algo por tí, pero es posible que sea tan cabezón y orgulloso de no abrir la boca por miedo a no empeorar las cosas- contesté con una mirada pesarosa-o puede que piense que no hay remedio y que no se puede arreglar la situación..-era extraño hablar de aquella manera, aunque sabía perfectamente a quien nos estábamos refiriendo parecía que existía cierta vergüenza o reparo en decir las cosas con más claridad, pero cierto que era desde que rompimos no habíamos mantenido una conversación de éste tipo.

-Si esa persona pudiese recular por una vez y tragarse su orgullo quizás habría posibilidades de recuperar lo perdido, además creo que..-la voz del piloto sonó por el intercomunicador lo que me hizo fruncir el ceño al instante ¿de verdad? Me estaba costando un triunfo contar aquello y el Suub acababa de joder el momento, por un instante me dieron ganas de venderlo a un esclavista, pero no era el momento adecuado.

-Si...creo que será lo mejor, te acompaño-dije con un gesto de resignación, pero manteniendo una amable sonrisa, seguir con aquella conversación nos habría hecho mucho bien, pero ahora deberíamos de esperar a tener otra oportunidad como aquella si es que la había...

Marcus y Yakoo se unieron al resto de la tripulación en la cabina y Hobo, de repente, se encontró con más público del que esperaba. En pocos segundos estarían en el sistema Bengoar y eso era una buena noticia. Después de todo, había sido un viaje tranquilo, ¿no? Solo la ingeniera parecía haber cambiado ligeramente, pero seguro que se debía a que cuando subió, no había descansado lo suficiente. Ahora todo está bien. ¡Demonios, incluso la Twi'lek le parecía simpática!

Tras un pequeño compás de espera, los sistemas de autofrenado se activaron y la nave salió del hiperespacio para encontrarse...

Los disparos de energía volaban en todas direcciones, seguidas de explosiones a un lado y a otro y naves de pequeño y gran calibre sobrevolando unas sobre otras, mientras intentaban destruirse mutuamente.

La Lightsaber recibió rápidamente varias descargas, sin pedirlo siquiera, y tres de ellas hicieron que todos perdiesen el equilibrio. Una señal luminosa tras otra comenzaron a aparecer en el panel, indicando los daños recibidos. 

Si ese era el sistema Bengoar, tenían un buen problema.

Alcancé la cabina del piloto tan solo un par de pasos después de Yakoo y vi que allí estaba toda la tripulación reunida-¿Es que se regala aquí algo o qué? O no... espera..¿Hobo al fin te has puesto desodorante y quieres que todo lo comprobemos?-olfateé el aire de forma cómica.

Miré al mecánico de reojo con extrañeza, ¿Le habían crecido tetas y tentáculos en la cara? Era extraño, pero su raza lo era quizás es que había pasado la adolescencia o era hermafrodita...quién sabe, tampoco sentía la necesidad de preguntarle..la. No puede evitar desviar mi mirada unos breves segundos hacia Ree-espero que el viaje haya sido cómodo Ree-dije con una pequeña y agradable sonrisa, pero estáis vez fui más cauto e inteligente apartando los ojos de su cuerpo al instante, cuanto menos mirase mejor.

-Vamos hombre no seas cenizo, esa zona de carga oculta está blindada, no vamos a llevar las armas para que las detecten a la primera de cambio..- contesté despreocupado, mucha mala suerte debíamos de tener para que nos detectasen y no éramos unos contrabandista del tres al cuarto.

Entonces salimos del hiper espacio y lo que era una bonita imagen de líneas blancas se convirtió en un infierno de guerra-¡PERO QUÉ COJONES!- exclamé mirando aquella batalla espacial donde las descargas láser y torpedos de protones pasaban ante nosotros. De repente recibimos impactos directos haciéndonos perder el equilibrio y las alarmas de los escudos saltaron al instante, estuve a punto de ordenar que derivase la energía auxiliar a los escudos, abrí la boca, pero conseguí cerrarla de nuevo, me incorporé y eché un rápido vistazo por los cristales blindados de la cabina.

Estamos en plena salida del hiperespacio, y estoy efectuando rápidos cálculos mentales...

... somos tropecientos en la cabina; dos tíos, tres tías. Algo me está rozando la nuca, así que... 2+2... espero que Marcus no se me esté rozando... no creo, parece un tío formalito, así que... joder... ¿me están rozando con las tetas en el cogote??? .... la expresión de Sullustano no permite mostrar que está babeando introspectivamente... uff... esto va a ponerse duro...

... pues si,... duro de pelotas, es lo que nos han dado; en cuanto las estrellas y todo lo demás se vuelven nítidos... resulta que hemos aparecido en medio de un jaleo de tres pares de narices... y menos mal, que no nos hemos chocado con algo... pero... su p... los escudos a la mierda!! .. solo nos quedan los del culo, que no es mala cosa!!!

-¡Joder!! ¡a las torretas!!!  Tenemos solo los escudos traseros, así que tengo que darles esquinazo para mostrarles siempre la popa!!!

- Kath! intenta que se levanten los escudos caídos, o nos frien!!

Ya no pienso en culos o tetas; ahora me pongo a maniobrar como un poseso, intentando buscar un resquicio que nos permita alejarnos de estos mandriles que nos tirotean.. a nosotros, a unos pacíficos contrabandistas de lo que sea... que asco de tiempos vivimos...

... pero mientras, mis ojos se fijan en algunas de las naves, para indentificar tipos e insignias... ¿quien coxones serán???

Yakoo y Marcus llegaron... juntos, pero lo que me hizo más gracia fue que después de preguntarme cómo me había ido el viaje, Marcus giró rápidamente la vista para no verme el cuerpo. Sin duda, eso significaba que la llama entre ambos había vuelto a encenderse.

-Está resultando muy interesante -le respondí, mirando de reojo a Kath, pero también a la capitana -y veo que no soy la única que agradece haber dispuesto de tiempo.

Por supuesto, esperaba una respuesta a aquel comentario, aunque cualquier cosa que me dijese Yakoo quedó completamente oculta al pasar al espacio subluz.

En el fondo, sospechaba que algo malo ocurría. Lo percibía sin ni tan siquiera verlo, pero encontrarnos de repente con una batalla de dimensiones épicas, no formaba parte de ningún plan.

-¡Rápido, salgamos de aquí! -le dije a Hobo, viendo aliviada que reaccionaba con rapidez. Mientras la nave se inclinaba e intentaba salir de la batalla, observé con detenimiento algunas de aquellas naves -. Esas son naves Hutt. ¿Debe ser una lucha de poder? ¿Pero contra quién?

Y en eso me di cuenta. Miré a Hobo... y vi que él también los había identificado.

Kath no esperó a que se lo dijesen dos veces. Tras recibir varios impactos, se dio la vuelta para ir a la sección de ingeniería y reactivar los controles de los escudos.

-¡Voy enseguida! -exclamó, mientras corría tan rápido como sus piernas se lo permitían.

Una vez en la sección, intentó redistribuir la energía para recuperar parte de las pantallas que habían resultado dañados. Lo que fuese con tal de aguantar más, aunque si el piloto no lograba sacarlos de allí, todo daría igual.

Cuando las luces volvieron a activarse, Kath respiró tranquila.

-¡Pantallas arriba! ¡Ahora sácanos de aquí, por lo que más quieras! -gritó.

-AHHHH! Mierdaaaaa!!!

Mi cabeza va de un lado a otro buscando como evitar fuegos cruzados en medio de la melee de naves, pero al menos parece que he reconocido a los dos bandos

-Unos son naves Hutt, pero los otros, son piratas nómadas de la Hermandad de Yaart; estamos en medio de una pelea por el territorio de bandas... mierdaaaaa  ¿Pero es que no ven que nosotros somos independientes, o que????

Toda la nave se movió de un lado a otro, pero Hobo había sido bastante habilidoso y había conseguido esquivar una buena parte de los disparos. Eso no significaba que no recibiera más, sino que al menos, por el momento, estaban de una sola pieza. Me alegré de que al final, fuese tan buen piloto como decía.

Kath se fue rápidamente a reparar las pantallas, así que ahora la prioridad era... quitar de en medio todo lo que suponía un peligro para nosotros, por lo que decidí que tenía que participar en aquello.

-Voy a una de las torretas -dije, mirando a Marcus y le sonreí -. Veremos si eres tan bueno como dicen.

Cuando llegué a la torreta, me coloqué el transmisor en la cabeza y me comuniqué con el resto.

-Ree a puente. Estoy lista para la acción. Voy a intentar abrir un hueco para dirigirnos hacia el planeta.

Rapidamente, me concentré en el objetivo y comencé a disparar. Me daba lo mismo de quién se tratara, puesto que en realidad, eran un peligro para nosotros. Lo único que importaba era que pudiésemos llegar... enteros.