Partida Rol por web

La Teniente estuvo a tiempo de gritar "Mayor, los planeadores...", pero la Mayor había fijado el objetivo. Se había puesto en posición de disparo. Una distracción en este momento podría ser catastrófico. La Teniente no tenía más remedio que proteger a la Mayor Boyd y cubrirla. Apuntó en dirección a los planeadores y esperó su turno para derribar uno de ellos.

La situación se volvía más complicada por momentos.

Venga, Mayor, venga... dispare de una vez... se están acercando... ¡maldita sea, dispare de una vez! -decía para sí misma la Teniente Pratt-.

Demasiado tarde, los planeadores estaban a distancia de tiro y la Mayor aún no había disparado. La Teniente Pratt abrió fuego contra uno de los planeadores, pero eran demasiado rápidos. Otro disparó cerca de donde estaba la Mayor Boyd, desequilibrando su posición y perdiendo el objetivo.

Mierda -gritó desesperada, viendo como su plan iba a pique y sus vidads colgaban de un hilo-. Teniente, retirarda, retirada -gritaba, mientras cargaba el lanzamisiles a su espalda-.

El Alkesh llegó a distancia de tiro y lanzó su munición contra los miembros del SG1, dispersos ahora en campo abierto. Por suerte para ellos falló, pero la onda expansiva de la explosión derribó a la Teniente Pratt.

No había manera de salvar la situación, quizás el SG5 habría logrado su objetivo...

Enseguida se direron cuenta de que no era así. El Coronel Reynolds junto a sus hombres salió al rescate de la Mayor y la Teniente. Sus hombres disparaban contra los planeadores, aunque sin demasiado éxito. La rapidez de las naves hacía muy difícil fijar el objetivo.

Un planeador se acercó peligrosamente a la Teniente. Iba en línia recta contra ella y estaba en el suelo. No tenía tiempo de levantarse y correr, estaba atrapada...

La Mayor Boyd, sin embargo, no estaba en una situación mejor. Atrapada entre fuego enemigo, esta vez no podía fallar su disparo.

Mayor, tiene que derribar el Al'kesh, si no estamos perdidos. Otros dos planeadores más están en camino. ¡Tenemos que derribarlo y entrar en el bosque! -gritó el Coronel Reynolds-.

La Mayor aspira y expira profundamente, concentrándose en el Al’kesh. De repente se hace el silencio a su alredor. Solo ve la nave acercándose. Ese es su objetivo. De eso depende todo. Vuelve a colocarse el lanza misiles en posición para disparar, vuelve a centrar su mirada en el Al’kesh, esta vez através de la mirilla del arma y dispara.

La orden de retirada había llegado tal vez demasiado tarde. La explosión la coge con la guardia baja y cae de forma inevitable al suelo, dejándola sin capacidad de maniobrar.

- ¡Coronel, váyanse! - grita casi con desesperación - ¡No tenemos porqué caer todos! ¡Retírense al bosque! - levanta su arma, dispuesta a pelear hasta el último segundo, pero es realista y sabe que el éxito de la misión depende de que el equipo de Reynolds continúe en pie. No quiere que se sacrifiquen por ella si eso significa dejar que ganen los retorcidos crea híbridos.

La Teniente Pratt gritaba al grupo del Coronel Reynolds para que se retirara al bosque, pero también sabía que era probable que no le hicieran caso. Debía concentrarse en su propia supervivencia y derribar ese planeador como fuera.

A su vez la Mayor Boyd estaba a punto de disparar a su objetivo. Un poco más cerca, un poco más... Ya casi lo tenía. Sin embargo un planeador se acercaba peligrosamente hacia su posición. El Coronel Reynolds lo vio y dejó su posición cubierta en la Iglesia para derribar el planeador. Sabía que el piloto del planeador no podía verle pues había salido por la retaguardia. Si fracasaba, la Mayor moriría antes de poder disparar.

El Coronel empezó a vaciar su cargador contra el planeador, pero al descubierto. Gracias a la valentía del Coronel y con un poco de suerte, una de las balas impactó contra el motor del planeador que estalló en el aire un segundo después. El movimiento, sin embargo, no pasó desapercibido por otro de los planeadores que se acercaba peligrosamente hacia el Coronel. Éste, no tenía tiempo para reaccionar...

La Mayor perdió por un segundo la concentración del objetivo al oir la explosión del planeador tan cerca a su posición y luego lo vio... El Coronel estaba perdido. Dentro de unos segundos, el segundo planeador dispararía contra él. Ella tenía el lanzamisiles, pero... ¿Qué debía hacer? Cambiar ahora de objetivo era muy arriesgado...

En ese momento la Teniente disparó contra su objetivo. Los disparos precisos de su arma impactaron contra la cabina del piloto, perforando la estructura y matando al piloto al acto. El planeador perdió el rumbo y se estrelló cerca de la linde del bosque...

-Hoy no voy a perder ningún Coronel! Ni a Reynols ni a Vargas! - Grita, sabiendo que con el estruendo de la batalla nadie la puede escuchar. La mayor gira sobre si misma vuelve a colocar el lanzamisiles en posición, sigue durante un par de segundos al planeador y dispara.

Contra todo pronóstico, las balas impactaron en el piloto del planeador, derribando a este. Sin embargo, por mucho que la suerte les hubiera sonreido momentaneamente, estaban lejos de estar fuera de peligro.

- ¡Vamos hacia el bosque! - grita al grupo que ha salido a ayudarlas - ¡Vargas nos necesita! - cree que el equipo está perdiendo de vista la misión y la importancia de acabar con este enemigo, deben recordar que es más importante que perder a algún miembro - ¡No podemos permitir que creen más híbridos! - añade mientras empieza a ir hacia la linde del bosque.

Viendo que la gente no hace afán de moverse, menos que nadie la Mayor, decide frenar un momento y ayudar en lo que pueda a acabar con los alkesh. Dispara de nuevo sabiendo que esta vez la suerte probablemente no le sonría tanto.

Retirada -gritó el Coronel Reynolds-. Sabía que su vida estaba pendiendo de un hilo, pero sus hombres no podían ayudarle

La Mayor decidió cambiar de objetivo al último momento, sabía que estaba arriesgando la misión pero no podía permitir que el Coronel Reynolds cayera en ese momento.

Con apenas unos segundos de margen disparó el lanzamisiles contra el planeador que acechaba al Coronel Reynolds.

Mientrastanto la Teniente cubría la retirada de los hombres del SG5 a los que el Coronel había ordenado la retirada. Dos de ellos estaban heridos. Además, había visto movimiento en la lejanía. Algunos soldados de la Alianza Lucien estaban también llegando a la zona.

Tendremos que avanzar rápido si queremos sobrevivir a esto -pensó la Teniente-.

En ese instante el mísil lanzado por la Mayor alcanzó el planeador, derribándolo.

Rápido, todos a cubierto. Retirada, retirada -iba gritando la Teniente-.

Todo era un caos, aún quedaba el al'kesh y un planeador en el aire, pero si se quedaban más tiempo en zona abierta morirían todos. Debían llegar al bosque donde, al menos, el planeador no podría seguirles la pista.

Llegados a cierto punto, la decisión de correr hacia el bosque es la única acertada. Se ha dado cuenta de que hay miembros heridos y debe atenderlos cuanto antes, así que convierte en su prioridad ayudar a estos a llegar a cubierto. A pesar de que quedan objetivos a los que disparar, deja colgar el arma y utiliza sus brazos para llevar a uno de los heridos. Por desgracia, parece que la Mayor sigue decidida a acabar con los planeadores.

- ¡Mayor, hay que ir hacia el bosque! - grita mientras avanza hacia allí. Una vez dentro del bosque podrían reagruparse y revisar la táctica, porque era obvio que de momento había fallado.

Mis primeros golpes no estan resultando efectivos, "¿Acaso estoy fuera de forma? En cuanto regrese al Comando Stargate me voy a poner una rutina de ejercicios mas pesada, ¡dos horas todos los dias!".

Insisto en golpear nuevamente al primer soldado que ataque, necesito tumbarlo de una buena vez para pasar al siguiente y salir de ese atolladero, asi que esta vez teniendolo frente a mi le lanzo mi mejor golpe de puño sobre la cara con la intencion de reventarle la nariz y hacer que su cara se le llene de sangre. Todo lo anterior procurando mantenerme a la espalda del segundo soldado, de quien no me he olvidado, aunque se que no podre evitarlo del todo, me muevo buscando el punto ciego de ese segundo soldado para que no pueda lanzarme atacarme tan facilmente.

Después del disparo la mayor tira el lanza misiles y sale corriendo hacia la arboleda. Por el camino observa como la Teniente ayuda a los heridos ha llegar a una zona “segura”. Había que alcanzar cuanto antes el bosque y proseguir, antes de que los piratas a pie también se adentrarán. Tenían que ganarles distancia o su problema sería aún mayor.

El Coronel Reynolds, la Mayor Boyd y la Teniente Pratt se dirigieron al bosque. La Teniente iba un poco más rezagada debido a que ayudaba a dos de los heridos del equipo de Reynolds.

Los planeadores y Al'kesh de la Alianza Lucien les persiguieron de cerca y, a punto estuvieron de recibir un disparo mortal, sin embargo, consiguieron llegar al bosque e internarse. No podían detenerse, pues los al'kesh podían disparar cargas de superfície. Era el peligro más grande ahora mismo.

Debían decidir una dirección y la manera más eficiente de moverse. Además, los heridos reducirían un poco la velocidad de la marcha. Además, la Teniente había avistado soldados de la Alianza moverse hacia el lugar donde se había dado la escaramuza. Lo único que jugaba a su favor era el conocimiento del terreno.

Una escaramuza algo extraña estaba sucediendo cerca de la entrada de la nave de la Alianza Lucien. Los dos soldados de la puerta cayeron ante las rudimentarias armas de los habitantes del planeta antes de poder avisar del ataque. Por otro lado, otros dos o tres habitantes habían derribado los guardias que custodiaban a Laomé.

Ésta, al no poder mantenerse en pie cayó al suelo de rodillas.

El Coronel estaba a su vez luchando contra los dos soldados que tenía delante, que al ver la situación en la que se encontraban parecía que tenían intención de huir hacia el pueblo para poder avisar del altercado.

La Mayor hizo recuento, estaban todos. Después intento orientarse pensar en el punto del bosque por el que habían entrado y más o menos a que distancia estaban del camino (en sentido inverso) que ella había seguido para buscar ayuda.
- Aún no esta todo perdido. Debemos seguir avanzando. El camino que lleva al pueblo esta por ahí. Teniente, ¿como están los heridos?

Lo primero que hace al llegar al irregular refugio entre los árboles es obligar a los heridos a sentarse mientras los atiende.

- No morirán hoy, Mayor. - dice con una sonrisa, intentanto animar a sus compañeros - Pero iremos más lentos, no quiero que las heridas les empeoren por forzarse. - vuelve a mirar a los heridos - Aunque tendrán que caminar, los tenemos casi encima... ¿se ven capaces? - pregunta mientras suministra los primero auxilios.

No se preocupe Teniente, podremos seguirles, no nos quedan muchas más opciones -dijo uno de los heridos-.

Tras esas palabras, y con la todo el grueso de la tropa tras sus pasos, el grupo empezó a avanzar siguiendo las indicaciones de la Mayor y el buen sentido de la Teniente.

Los heridos retrasaban la marcha, pero esto es algo que la Teniente ya tenía previsto. La Mayor Boyd le indicó el camino que tenían que seguir para llegar cerca del poblado y la Teniente se encargó del resto.

Los soldados tardarían en encontrar su rastro, pues se encargaban de disimular su rastro, pero además, el rastro de devastación que dejarían los al'kesh iría a su favor. Sin embargo, tenían las naves demasiado cerca y había sido también cuestión de suerte que no les hubieran dado al internarse en el bosque.

Además, pronto deberían descansar, los heridos lo necesitaban, pero los demás también. Se estaba acercando la noche.