Partida Rol por web

Di lo que quieras. Ya te he dicho que me niego a destrozar esas vigas con tus agujeritos. - Darian no parece interesado en negociar esos agujeros bajo ningun concepto - ... Búscate la vida.

El Sr Gienetti se gira impotente hacia el Sr West, buscando quizás algo de apoyo. - ¿ Lo ve ?

La verdad es que resulta un problema complicado. El Sr Morrison tiene razón en que la resistencia estructural de esas vigas se irá al traste si las agujerean como pide Alváro. Pero esos cables tienen que llegar a las puertas sea como sea.

- Hum... - volvió a adoptar ese gesto pensativo y ceñudo tan caracteristico, aquellos dos ingenieros le recordaban un poco a sus alumnos, cada uno discutiendo sus puntos de vista y los dos llenos de razones. Ah, la electricidad, la electrónica... era bueno en varios campos, pero los circuitos electromagnéticos siempre le habían parecido un misterio. Observo la distribución del plano, los problemas iban a crecer de forma exponencial a medida que la nave iba poniéndose a punto. - Bueno, señor Giennetti, ¿es realmente imprescindible que pasen por ahí? Quiero decir, ¿porqué no buscar un atajo para llegar hasta los cierres sin tener que perforar las vigas? Y por otro lado, señor Morrison, ¿qué tamaño mínimo sería recomendable para esos agujeros? Sino pueden ser de 3 pulgadas, ¿pueden tener un diametro menor y aguantar la presión? ¿O tal vez sería mejor diseñar un compartimento para que el cableado pase justamente por ahí?

- No pasa nada, Alfred - contesta animado. - Si no tuviera en cuenta los detalles, luego no podría buscar culpables... Así no siempre te caerá una reprimenda a ti - bromeó riendo. - Bueno, confío en que puedan hallar una solución a esta disputa, caballeros, ¿por qué no piensan un poco más?

La llegada del Sr West baja los humos y los nervios de todos. De Alváro, Darian incluso Edgar. Este ultimo se marcha con cara de pocos amigos y sin prestar mas atención al comentario de Alfred.

(aquí nos saltamos la parte de demasiado tecnicismos ^_^)

Tras algunos minutos se acaba improvisando alguna solución y ambos jefes de departamento se marchan para seguir con sus tareas.

Escuché con atención lo que empezó a decir Alfred a pesar de no entender ni una palabra, incluso asentí un par de veces como si siguiera la conversación aunque no estaba segura ni siquiera de qué era exactamente una válvula. Aunque sí que la había oído mencionar centenares de veces por aquellos talleres.

Me disponía a ofrecer algo más de ayuda al respecto cuando el ogro Edgar hizo acto de presencia, ¡menuda sorpresa!. En cuanto le vi me puse algo pálida pero no me lo pensé dos veces e hice caso de las instrucciones de Alfred, así que me mantuve debajo del caluroso y ruidoso cacharro que me indicó más callada que una monja mientras observaba sus distintos zapatos moverse. La verdad es que resultaba fácil reconocerles sólo con ese pequeño detalle.

Cuando empezaron las discusiones técnicas a punto estuve de acabar dormida, poco acostumbrada a quedarme parada en un mismo sitio tanto rato, pero cuando finalmente el Ogro se alejó del sitio empecé a abandonar mi escondrijo entre resoplidos de sofoco. Me sacudí la ropa y el pelo enmarañado y tras un vistazo alrededor me serené durante apenas un instante.

-Será mejor que me marche cuanto antes. ¡Gracias Alfred!- le dediqué una sonrisa de agradecimiento y tras un vistazo lleno de curiosidad al sr. West, el único al que era incapaz de nombrar por su nombre de pila, me marché de allí a toda prisa.
Me hubiera gustado proponerle a ese mecánico que montara un sistema sencillo de poleas y cuerdas para manejar los cubos de agua pero ya no tenía tiempo para nada más que para correr.

Simon caminaba revisando la lista de pedido que debía presentarle al Sr. West para que la aprobara, en su opinión un tramite bastante tonto, puesto que el Sr West sabia bien poco sobre que necesitaban o dejaban de necesitar del botiquín.

Los ultimo días estaban siendo algo aburridos, excepto por algún que otro pequeño rasguño que sufría algún mecánico fruto de su trabajo, tenia el resto del tiempo libre por lo que se dedicaba a estudiar. “Un medico nunca puede dejar de hacerlo”, decía su tío.

En ese momento doblaba la esquina cuando choco fortuitamente con Maya.

-Lo...lo siento, Maya -la joven no le había pasado desapercibida y Simon recordaba su nombre- Si vas corriendo por ahí tan deprisa acabaras rompiéndote algo...

Dio un paso hacia atrás y la miro.

- ¿De donde vienes tan rápido?

-¡Ah...!- exclamo un tanto sobresaltada después de rebotar contra el pecho de Simon y dar un traspiés. Por poco se me cae el cubo al suelo pero por suerte consigo reaccionar a tiempo para que eso no suceda, mis reflejos no están tan atrofiados después de todo.

-No te creas, en realidad me han dicho varias veces que parezco de goma...- respondo con una sonrisa amigable y aprovecho el momento para tomar algo más de aire -Además si me fracturase algo podría estar sin trabajar mientras me cuidáis en al enfermería, ¿no? Uf, eso sí que sería genial...- suspiro y me quedo unos segundos soñando despierta con un día libre en el que pueda limitarme a tumbarme en una cama mullida. Eso debe de ser como el paraíso, o al menos parecido.

-En fin- carraspeo volviendo en mí y miro el pasillo por el que acabo de venir claramente confundida -Pues vengo del taller....- enseguida caigo en al cuenta de que todo el hangar está lleno de talleres pero es que los tecnicismos y los números no son muy fuerte y cuando además no sabes leer los carteles la cosa se complica -... en el que están construyendo un motor de vapor para una grúa, o algo así- al final parece que sí me enteré de algo aunque es probable que me haya inventado algún dato.

-Alfred y el sr. West están allí- señalo pues el pasillo en cuestión, convencida de que le resultará mucho más interesante la presencia de esos señores que la mía y de todas formas tengo un poco de prisa pero opto por no salir pitando por no ser maleducada. Aunque en realidad supongo que alguien como yo no tiene porque tener modales pero bueno, de vez en cuando está bien aparentarlos.

West miró al mecánico, meditando un momento.

- Bueno, si eres tan amable de explicarme en qué consisten esos motores SEVS-QP y cual es su funcionalidad exacta, podré pensarlo con mucha más calma. Además, confío en ti, Alfred, sé que no me vas a defraudar - lo cogió por los hombros para infundirle ánimo. - Por cierto, creo que es la hora del té... - sacó el reloj del bolsillo de su chaleco y miró la hora. - Cielos, Walter debe estar al caer, vamos a perdernos un poco por aquí mientras me cuentas un poco más sobre esos motores... - y empezó a buscar un lugar tranquilo del hangar y hacia el lugar dónde estaba la improvisada cocina para preparar un té.

Simon la miro con una indescifrable expresión en el rostro. Realmente aquella chiquilla parecía bastante cansada, pero llegar a juguetear con la idea de sufrir algo tan doloroso como una fractura le hizo pensar que o bien nunca se había roto un hueso, o la pobre estaba realmente agotada. Eso despertó cierta compasión en el. Ya que a costa de mucho sacrificio el había conseguido lo que quería, si bien no de la forma que podría considerar perfecta, pero si bastante aceptable. En realidad todo el mundo parecía estar donde quería a excepción de ella.

-Bueno, si alguna vez te encuentras demasiado cansada... -cerro la boca de pronto, no sabia ni por que lo habría empezado a sugerir siquiera, era una locura y si le pillaban se acabaría su sueño de poder participar en los juegos. -Eh, así que el Sr West se encuentra en ese taller...

Miro hacia el pasillo donde Maya había señalado, lo cierto es que tenia que hablar con el, pero tampoco corría demasiada prisa... total para lo que hacia. Decidió robarle un poco más de tiempo a Maya a fin de que descansara un poco más. Ya que no tenia valor para hacer nada más.

-Ya los veré más tarde, seguro que se encontraran absortos en algún tema mecánico y no me prestarán demasiada atención...-penso que si llamaban la atención a Maya el actuaria por ella-¿A donde vas? ¿Necesitas ayuda en algo?

Charles contempló como todo el mundo se marchaba ... la chica para la cocina, simpática ella, West y Alfred hacia otra zona charlando de maquinas, los demás siguieron cargando cajas, analizando papeles y en general volviendo al trabajo ... 

-   Por supuesto Sr West.- Respondió Alfred un poco dubitativo.

Al parecer el Sr West estaba un poco despistado y emocionado con el tema del "Saint Michael" y por eso no se acordaba de sus motores, pero bueno tampoco era algo importante ahora mismo.

-   Si, ciertamente lo mejor seria explicarlo todo un poco mas relajados mientras disfrutamos de un te.- Coincide mientras se saca el reloj de bolsillo y comprueba la hora.

Aquel reloj era de fabricación casera como otras tantas cosas, no era muy bello a la vista, pero él valoraba las múltiples funcionalidades con las que contaba su creación, por encima del mero aspecto superficial.

Mal día para trabajar.

Se acerca al tonel de agua justo cuando Maya se aleja del mismo cargada por un cubo recién llenado. Parece que no le ha visto. "Quizás mejor que no me vea con esta resaca en toda la mañana". Pero lo peor no es la resaca... ya hace cuatro días que no fuma y el opio vuelve a atraerle como un viscoso tentáculo en torno a su cuerpo.

El estómago se le retuerce y tiene que apoyarse en la pared para contener las náuseas. "Lo mejor para la resaca es el agua dicen; y una mierda, lo mejor es fumar una pipa bien cargada de Papaver Somniferum y dormitar todo el día". Pero no. Debe resistir, aunque sea por Maya. Tienen que ganarse la confianza de Edgar Anderson, que les ha conseguido un puesto en el equipo, a Teophilus como peón y a Maya como ayudante de cocina.

El pálido rostro de Teo asoma como la luna llena sobre la superficie del tonel. Mira hacia los lados para vigilar que no hay nadie y sumerge su cabeza dentro.

Ladeo la cabeza y me quedo mirando a Simon con curiosidad pero sobretodo con las ganas de saber cómo se supone que terminaba la frase respecto a estar cansada. En fin, no le doy demasiadas vueltas, creo que es uno de esos chicos poco acostumbrados a tratar con chicas a pesar de ser enfermero. ¿No debería estar rodeado de muchachas listas y bien aseadas? Creo que no lo comprendo...

-Pues la verdad es que sí, no creo que vea nunca al sr. West hablando conmigo acerca de lo relucientes que están las cacerolas o lo bien peladas que me han quedado las patatas... Pero no le culpo por ello, menudo rollo de conversación sería esa- me río despreocupadamente sólo de imaginármelo pero cuando se muestra tan caballeroso como para prestarme ayuda doy un respingo recordando a dónde me dirigía. Diablos, soy capaz de abstraerme completamente con cualquier cosa.

-¡Rayos casi se me olvidaba! Tengo que volver a la cocina enseguida, mi jefe me está buscando y si no me encuentra allí me dará una buena tunda aunque estuviera en el taller haciendo mi trabajo. Creo que sólo busca una excusa para poder desahogarse así que será mejor no dársela- suspiro entonces hondamente, como me gustaría poder pararme a charlar con todo el mundo para ir conociéndoles mejor, sobretodo a alguien tan gentil como Simon, pero supongo que por ahora tendré que resignarme, a ver cuánto aguanto.

-Si necesitáis agua en la enfermería o algo en lo que pueda servirte pásate por la cocina, estaré encantada de tener una excusa para salir de allí. ¡Hasta pronto!- le sonrío amigablemente y finalmente vuelvo a ponerme en marcha con paso apresurado mientras mascullo algunas maldiciones entorno al Ogro.

West se acercó a la zona de las cocinas, echando vistazos furtivos a la entrada del hangar, como si estuviera esperando a alguien, o aún mejor, como si temiese que alguien apareciese por allí. Y así era, esperaba que su mayordomo, Walter, tardarse al menos una hora más en ir a incordiarle y le dejase contemplar el lugar del trabajo de su nave. 

En una de esas veces, al mirar hacia delante, alguien chocó contra él sin darse cuenta, a la que, debido a la diferencia de estaturas, mandó casi al suelo. 

- Vaya, disculpe, señorita... - dijo evitando que Maya diese con sus huesos en el suelo. Cuando la impresión inicial se esfumó, le sonrió a la joven a modo de disculpa. - ¿Adónde va con tanta prisa?