Partida Rol por web

Cuando Mitsuki siguió aquel enfrentamiento cerré los puños y me dispuse a contestar, pero Fran se adelantó.
Tras eso mi compañera se ofreció a acompañarme a la habitación, asentí con la cabeza y aproveché que Mai y Rubí habían vuelto para despedirme -Lamento marcharme ya... muchas gracias por todo- dije inclinándome -que aproveche y buenas noches- expresé con una sonrisa algo cansada antes de darme la vuelta para salir por la puerta.

La puerta se abrió y Fran y Ayami salieron del dormitorio. No había nadie en el pasillo, por lo que cerraron la puerta y caminaron hacia uno de los lados, para ir al pasillo de Spica y descansar el resto de la noche. Después de todo, les esperaba un día difícil. El primer día de clase.

Le apenó ver como tras aquel intercambio entre Fran y Mitsuki, la peliblanco se marchaba junto con Ami-chan sin ni siquiera probar el té. Esperaba que aquello no supusiera nada malo a la larga, y se lo hubieran pasado bien aunque fuera un poco.

Como ya estaba sentada junto al resto alrededor de la mesa no iba a levantarse y marcharse, sería de mal gusto y seguramente provocase más tensiones. Al menos estaba Rubí también, aunque ella y Mai parecían estar en su mundo. Bueno un rico té y luego a dormir, tampoco es tan terrible.  Era su primer día allí y era de lo más normal no conocer a nadie aún.

- Buenas noches chicas, que descanséis.. - se despidió procurando no sonar triste, luego Mai empezó a servir por lo que Hina tomó su taza y esperó a que terminase de servir a las otras chicas. - ¿Puedo probar un poquito? Gracias. - pidió alargando las manitas para que Mai pudiese servirle un poco sin riesgo a que se derramase nada.

Rubí asintió antes la sugerenci de Mai. Luego, se despidió de las dos que se iban. 

Hana~chan, cuando te quieras ir, avísame y nos vamos juntas. 

No se le apetecía té, pues seguramente se pasaría la noche en vela si lo tomaba. Por lo que prefirió observar como las demás se lo bebían. Entre tanto, echó un vistazo a su habitación y si había de su agrado. 

Mitsuki se despidió de la pareja de Spica. Las últimas palabras de Fran daban a entender que para ella no había sido tanto una riña, sino más un juego. Pero la muchacha lo había interpretado como una guerra de egos, y a Mitsuki no le gustaba perder ni a las cartas. En el fondo se sentía algo apenada por cómo había acabado la disputa, sobre todo al notar (algo tarde) las intenciones de la otra. Además, no quería que su actuación le trajera problemas a Mai. Tendrían que haberle puesto con otra compañera. 

Cuando Mai ofreció el té, Mitsuki alargó su taza. Momomi le ponía nerviosa. Por primera vez en su vida, la mirada de otra persona le afectaba. -Bu-bueno. ¿Ya sabéis a qué club os vais a unir? -preguntó para descargar un poco el ambiente.   

Reparto el té entre las interesadas y sonrió a cada una:

-si queréis repetir aun queda un poco-digo.

Sin quitar el ojo a Ayami y Fran que se iban a dormir:

-buenas noches chicas, espero que nos veamos mañana-me despido.

Mientras ya las pocas que quedaban tomaban té tranquilamente y Rubi escudriñaba la habitación, Mitsuki pregunto sobre el club al que nos gustaría unirnos:

-creo que intentare unirme al club de Literatura-digo y tomo un sorbo del té.

Tras ver que su amiga quería marcharse, asintió, dedicándole una sonrisa amable, y dejando en claro que no tenía problemas en acompañarla de regreso a la habitación. Después de todo, no quería generar más problemas innecesarios, cuando parecía que a Mitsuki no le había agradado su actitud. Si bien a la peliblanco no le había agradado tampoco que ésta intentara darle una orden, en vez de querer pelearse con ella, había decidido molestarla un poco, provocándola de otra manera, como una especie de retribución de su parte, pero más para divertirse que tomándola realmente en serio. Fran estaba segura que, en una pelea física, la rubia no tendría oportunidad contra ella, pero tampoco era como si deseara pelearse con ésta por algo tan tonto. Eso no quería decir que no fuera a demostrar un poco de rebeldía, en especial si sabía que eso mosquearía un poco a la chica.

- Bien, vamos. Buenas noches a todas. Perdón por no quedarnos mucho tiempo, pero parece que Ami-chan tiene sueño. - Se disculpó, principalmente con Mai, ya que había sido quien las había invitado a todas, y al final no se habían quedado para el té. Sin embargo, era mejor así, ya que estaba segura que, si se quedaba, no haría más que hacer enojar a Mitsuki, más de lo que realmente quería. Después de todo, incluso si ésta había intentado darle una orden, y fallado en el intento, a la guitarrista no le caía mal la joven de Miatre. Incluso le parecía una persona bastante sensible en el fondo, si no fuera porque estaba demasiado refugiada en esa máscara de altanería que quería mantener. Además, tenía que admitir que era un poco divertido molestarla, aunque sin excederse claro.

- Nos vemos luego, Hina. Gracias por avisarnos sobre la reunión. Si necesitas ayuda en algo, me avisas. - Le agradeció a la pequeña pelirrosa, recordando que si no hubiera sido por ella, no habrían podido participar brevemente de la juntada entre todas las chicas. Tras hacer una leve reverencia a todas las presentes, y dedicarle una sonrisa divertida a Mitsuki, siguió a su compañera de cuarto hacia la salida, con la intención de regresar a su habitación. Después de todo, era mejor que se fueran a dormir pronto, de lo contrario estaría muerta de sueño al otro día, algo malo, teniendo en cuenta que comenzarían las clases, y no había nada más aburrido que asistir a una asignatura.

Fran y Ayami salen de la habitación y se dirigen hacia el pasillo de Spica, igual que antes habían hecho Yaya y Yuki. Los pasillos parecen estar muy tranquilos y llegan sin contratiempos a sus habitaciones.

Tamao y Noriko tomaron el té en silencio, pero nada más terminar, también se despidieron.

-Bueno chicas, nosotras nos vamos. Muchas gracias por el té. Ha estado muy bueno -dijo Tamao.

-Y por la compañía. Todas habéis sido muy amables -añadió Noriko.

-Hasta mañana -se despidieron las dos, antes de salir para dirigirse a su dormitorio.

Rubí se restregó el ojo, el cansancio se le empezaba a notar.

Al concurso de... quiero decir, al de Literatura... -comentaba suspirando-. Hina~chan... Creo que me iré a dormir... ¿Vienes o te quedas un ratito más?

Aunque parece que no te has terminado el té de momento, así que... Si no te importa, te espero en la cama.

Acto seguido se levantó en zig zags y caminó hacia la puerta.

Hasta mañana, chicas... Hasta mañana , Mai  -sonrió con dulzura-, boas noites. Hina~chan, iré calentando la cama para que no tengas frío cuando llegues... 

Por suerte, llegamos a nuestra habitación sin ningún contratiempo o encuentro desafortunado encuentro con una de esas hermanas que vigilaban que cumplíamos las normas. Cuando llegamos a la puerta, me relajé un 10% más de lo que estaba antes... teniendo en cuenta que salí con un 100% de agobio... ahora estaría un 70% agobiada. Al menos era una mejoría.

BK terminó despidiéndose de nosotras, pues ella tenía que irse a otro pasillo para ir a su habitación -_{D-de a-acuerdo... a-adios Rebecca... ha-hasta ma-mañana...}- me despedí en voz baja y tímida mientras la veía irse trotando por el pasillo en silencio.

Luego Yaya me dijo que ya debíamos meternos en la habitación, a lo cual asentí -_{S-si... e-entremos...}- dije mientras ella abría la puerta y yo entraba. Al entrar pues me relajé un poco más, aunque fuese un poco... mientras no recuerde que esta sería la primera vez que dormía con una chica en mi habitación, no me agobiaría más -Bu-bueno... gra-gracias por sa-sacarme po-por a-ahí... pe-pero pe-perdón por que-querer i-irme tan pro-pronto...- le agradecí y me disculpé con Yaya, esperando que no se enfadase -Y-yo so-solo me e-esperaba co-como mucho dos pe-personas a-además d-de no-nosotras... m-me agobían mu-mucho las mu-multitudes...- le confesé a la chica.

Bu-bueno... me po-pondré e-el pi-pijama y m-me iré a do-dormir...- fuí indicándole a la chica, mientras me surgía una duda -Po-por ci-cierto... s-si por l-la noche m-me e-entran ga-ganas de o-orinar... ¿co-como vo-voy al ba-baño del pa-pasillo?- le pregunté. Ella me dijo que era el único baño disponible... y si me gustaría saber si hay algo especial que debo hacer para no andar por la noche por los pasillos agobiada de que me pillen.

Para fortuna de las dos, no se encontraron con nadie de regreso a su habitación, algo bueno, ya que si se hubieran encontrado con alguna hermana, habrían tenido que soportar una charla al respecto y un posible castigo. Sin embargo, eligieron un buen momento para moverse por los pasillos, por lo que no tuvieron ningún contratiempo, mientras caminaban en silencio, mirando en cada esquina, por si pasaba alguna de las hermanas que estuviera vigilando.

Una vez llegaron a su cuarto, la peliblanco no tardó demasiado en lanzarse sobre su cama, tras cerrar la puerta de la habitación. Estaba un poco frustrada, principalmente porque creía que tal vez había generado un mal ambiente con el breve momento de tensión con Mitsuki, si bien tampoco podía ir en contra de su espíritu rebelde, que no le permitía aceptar que alguien le diera ordenes de esa manera. Siempre que pudiera hacerlo, no dudaría en demostrarles que aquello no funcionaba con ella. Si querían algo, debían de pedirlo de buena manera. Aún así... tal vez se había excedido un poco al molestar a la joven de Miatre. Si bien, primero debía disculparse con otra chica primero, una que no sólo era su amiga, sino también su compañera de cuarto.

- Perdón, Ami-chan. Supongo que arruiné un poco las cosas... Es que no me gusta que crean que pueden darme ordenes. - Tenía que disculparse con Ayami, ya que la había hecho quedar mal a ella también, al ser su compañera de cuarto, así como su amiga. No obstante, no había podido evitarlo, incluso si sabía que muchos veían esa clase de actitud como algo infantil. Para Fran, era importante, ya que le daba mucha importancia a su libertad. Esperaba que no fuera por la leve tensión, entre ella y Mitsuki, que Ayami había dicho que tenía sueño. De lo contrario, se sentiría muy mal consigo misma por ello, ya que no deseaba arruinarle su posibilidad de hacer nuevas amigas en aquel lugar.

- Que cómoda... - Murmuró respecto a la suavidad de su cama, mientras permanecía boca abajo sobre la misma. La verdad era que estaba agotada, tras todo lo que había sucedido durante el día, por lo que el hecho de que su amiga hubiera querido regresar, no era una mala idea. Además, tendrían que despertarse temprano para asistir a clases. Aún así, había querido disculparse primero con Ayami, como era debido.

Bu-bueno... gra-gracias por sa-sacarme po-por a-ahí... pe-pero pe-perdón por que-querer i-irme tan pro-pronto... Y-yo so-solo me e-esperaba co-como mucho dos pe-personas a-además d-de no-nosotras... m-me agobían mu-mucho las mu-multitudes...

No pasa nada. Yo tampoco esperaba tanta gente. La próxima vez, lo que tenemos que hacer es invitar nosotras a alguien y así controlaremos que no vengan muchas. En fin, a ponerse el pijama y a cambiarse.

Yaya empezó a desvestirse para ponerse el pijama y entonces volvió a oír la voz de Yuki.

Po-por ci-cierto... s-si por l-la noche m-me e-entran ga-ganas de o-orinar... ¿co-como vo-voy al ba-baño del pa-pasillo?

Yaya se giró, sonrió, le guiño un ojo y se acercó. 

-Tontita, tenemos un baño en el cuarto. No necesitas salir al pasillo. Te dije que no había para no perderte de vista. ¡Eres tan mona!

Y tras decir esto, se acostó en su cama y se echó a dormir sin dejar de sonreír.

Caminamos en silencio hasta la habitación quise pensar que era para facilitar que no nos pillasen.

Sin embargo en la cama Fran se ocupó de romper el silencio -No, tú no tienes que disculparte- dije haciéndome una bolita desde la mía -Yo sí...  empecé esa pelea de cosquillas, quería decírselo a Mitsuki, pero si armábamos jaleo podrían habernos pillado; también es mi culpa que nos marchásemos tan pronto- continué aún más encogida tapando mi cara con las piernas para que no viese que se me habían escapado un par de lágrimas -lo siento- murmuré.

- ¿Eh? ¿Cómo que no? - Preguntó sorprendida ante las primeras palabras de su amiga, ya que imaginaba que al menos le diría que debería de haberse controlado un poco. Sin embargo, en vez de enfadarse con ella o darle un consejo para llevarse bien con todas, la rubia parecía que se sentía más mal que otra cosa, como si ella hubiera hecho algo malo. Desde la cama, la guitarrista la miró un momento, preguntándose lo que podría estar pasando por la cabeza de su compañera de cuarto ya que no se le daba muy bien comprender a otros.

- Era sólo un juego, Ami-chan, no era para tanto, y a mí no me pareció mal. Por eso te seguí el juego ¿no? - Le aseguró a su amiga, un tanto extrañada por el hecho de que se sintiera mal por haber comenzado la guerra de cosquillas, cuando había sido tan sólo un juego entre amigas... bueno, excepto porque Ayami había estado semidesnuda y eso no había hecho otra cosa más que poner nerviosa a la peliblanco ya que no había querido aprovecharse de la situación. De cualquier manera, estaba claro que no había hecho nada malo, y no tenía por qué ponerse así.

- No, no. No es tu culpa. Yo me habría marchado también, Mitsuki parecía enojada conmigo. - Intentó tranquilizarla, si bien, por cómo parecía estar refugiándose la chica, estaba claro que no se encontraba bien. Era posible que estuviera triste, pensando que todo había sido su culpa, si bien ella no había hecho nada. No queriendo que su amiga continuara en ese estado, la peliblanco no tardó mucho en levantarse de su cama, antes de acercarse a Ayami con la intención de agacharse y acariciar su cabeza con cariño. - Ey, tranquila, no es tu culpa, ¿está bien? Si alguien tiene la culpa, esa soy yo, por no saber controlarse. Tú eres muy buena, Ami-chan, dudo mucho que pudieras hacer algo malo. - Afirmó en un tono gentil, aunque preocupada por el estado de  ánimo de su compañera de cuarto. No quería que estuviera mal.

Ruby llegó sin contratiempos a su habitación, la número 7, en el pasillo de Le Rim. Todo estaba en silencio y las hermanas seguramente ya no estarían vigilando. Cuando entró, el sueño no tardó en invadirle. A la mañana siguiente le esperaban las temidas clases, así que necesitaba descansar el resto de la noche. 

¿Cuanto tardaría Hina? ¿Aguantaría despierta hasta que regresara?

Asentí levemente cuando dijo que nosotras invitásemos la próxima vez a las chicas para tener controlado el número de gente que tenemos en un mismo espacio. Y cuando Yaya se empezó a cambiar me enfoqué en mirar mi maleta. Yo estaba cogiendo mi pijama de mi equipaje, que era de dos piezas con una camisa de manga larga y un pantalón largo de color azul, además de unas pantuflas verdes con forma de conejo. Iba a intentar reunir valor de nuevo para desvestirme otra vez delante de Yaya quitándome el uniforme... pero entonces...

Tontita, tenemos un baño en el cuarto. No necesitas salir al pasillo. Te dije que no había para no perderte de vista. ¡Eres tan mona!

Miré a Yaya con cara de circunstancia, mientras mis mofletes se ruborizaban. Ahora no me salían las palabras, y tampoco sabia como sentirme del todo pues no había sido para tanto... pero desde luego me sentí algo avergonzada al saber que me había desnudado frente a una chica cuando no era necesario. Preferí no darle más vueltas. Me dirigí al baño, aproveché para asearme un poco y allí dentro me cambié del uniforme al pijama. Salí del baño y me dirigí a mi cama -Bu-buenas no-noches Yaya... ha-hasta mañana...- terminé dándole las buenas noches a mi compañera, mientras me tumbaba sobre mi cama para dormir, esperando que por la mañana estuviera más relajada.

Tras dar las gracias a Mai, la pelirrosa no tardó en dar un sorbo a su té, no sin antes soplar con cuidado para evitar quemarse. Tenía el punto justito de amargo pero sin duda estaba riquísimo, aunque tampoco es que fuera ninguna experta en infusiones. Mitsuki preguntó entonces sobre que clubes se unirían, aunque ella aún no lo tenía muy claro, sería cosa de ir a informarse mejor sobre que actividades ofrecía Le Rim.

Además calentaba el estómago y las manitas, un broche final perfecto para antes de irse a dormir. Que aunque no lo pareciera desde que el ambiente se había quedado más tranquilo, estaba empezando a notar que tenía bastante sueño. 

Cuando sólo le quedaba muy poco en su taza, Rubí se levantó y decidió que era hora de regresar al cuarto. P-p-pero me da miedo volver sola por los pasillos..! Pensó mientras daba un par de sorbitos y se limpió con una servilleta algo apresurada. - E-espérame Rubí-san, me da un poco de apuro volver solita.. - le pidió mientras dejaba la taza en su sitio y empezaba a levantarse con cuidado de no hacer ruido. 

- Mitsuki-san, Mai-san, muchísimas gracias por invitarnos, el té estaba muy rico. - agradeció haciendo una reverencia rápida hacia las dueñas del cuarto. Luego se irguió y se ajustó las gafas antes de que le resbalasen por la nariz, sonriente. - B-buenas noches, que descanséis. Hasta mañana. - se despidió de las tres chicas que quedaban agitando la manita antes de ir en busca de Rubí, no fuera que se marchase demasiado lejos sin ella.

Tenía ganas de ponerse el pijama y acurrucarse bajo las sábanas, esperaba no tener demasiado sueño mañana puesto que tenía muchas cosas que hacer. Eso sí, como primera experiencia la fiesta secreta había estado bastante bien.

Yo también me voy -dijo Momomi, poniéndose en pie tras terminarse su té.

Muchas gracias por todo. Espero que me volváis a invitar otro día -les dijo a todas, pero mirando especialmente a Mitsuki.

Había estado bien y aquella chica le gustaba. Esperaba poder verla más a menudo, aunque estuvieran en escuelas distintas. 

Momomi se giró... y se fue para abrazar a su cama.