Partida Rol por web

Bien, la presencia de Ran quedó decidida cuando dijo qué por hoy se iba a ausentar, no me di cuenta en qué momento, pero ya habiamod llegado al club.

Para mi fortuna o tal vez infortunio, la presidente del club dijo sobre hacer un poema o escrito de 5 o 6 lineas. Maldije por lo bajo, por que no me gusta que analicen mis escritos cómo si fueran un problema matematico.

Solo un suspiro salió de mi boca una vez terminada la propuesta, dando a entender que no estaba muy deacuerdo con eso.

Pero en fin, cojo una hoja de papel y saco un lápiz de mi bols, esperando que me quedara algo de inspiración para tal vez escribir algo bello.

Yaya había escuchado todo aquello y estaba emocionada. Sabía perfectamente que no era buena sacando fotos, pero en cuanto dijo lo que tenían que hacer.... algo en su pequeña cabecita se activó y una sonrisa cruzó su rostro.

Nada más terminó de hablar la presidenta del club, levantó su cámara, miró a Hana...

-Oye, Hana-chan -la llamó. Y en cuanto se dio la vuelta, le sacó una foto.

Yo ya tengo una foto de mi flor favorita, Hana-chan, Ran-chan -les dijo a ambas, enseñándosela en la pantalla digital. Entonces miró a Hana y sonrió, pero no como si hubiese hecho una gracia, sino como alguien que deseaba mostrarse agradecida.

-Gracias por lo de antes, Hana-chan. Espero que siempre seamos amigas.

Vi a Ran toquetear los botones de la cámara algo confusa -Ran-chan, s-si ne-necesitas a-ayuda co-con la cámara pu-puedes pre-preguntarme...- le ofrecí ayuda a la chica pelirroja. Aunque luego escuché su duda con respecto sobre el tipo de flor que debían de fotografiar... pues tal vez podía ser una flor tanto metafórica como una real -Al menos aclaró que no es para fotografiar chicas...- pensé... pues eso que había dicho antes se podría malinterpretar bastante.

Oye, Hana-chan

¿Si?- me di la vuelta para verla, para encontrarme con el flash de su cámara de fotos. No me la esperaba y me froté los ojos para recuperar un poco la vista, mientras que iba escuchando ahora mi amiga. Entonces miré la foto de su "flor favorita"... mientras que me iba poniendo algo sonrojada -Ci-cierto... Hana si-significa flor...- dije, dándome cuenta de lo que seguramente se le habría pasado por la cabeza a Yaya-chan para hacerme la foto -Parezco enfadada, y tengo la nariz muy pequeña... ¿esa era la cara que tengo siempre? Quizás me abracen tanto para quitarme ese ceño fruncido...- pensaba mientras veía mi foto. No acostumbro que me saquen fotos a mi... y es por eso que siempre me extrañaba verme.

No se si me gustaba ese perfil para mi... pero no me atrevía a decirlo. Sobretodo después de lo que me estaba diciendo -De na-nada Yaya-chan... L-lo se-seremos...- le dije de forma tímida y sincera, con el rostro algo rojo.

Al llegar al club, me aseguré de poder sentarme al lado de Rubí y presté atención a la presidenta. Aunque el teatro me gustaba más, la literatura también me apasionaba. Aún no había visto mucho de los escritos de Rubí, pero estaba deseando ver qué cosas escribía.

Cuando Nagisa-san dijo que debíamos hacer un poema, miré de reojo a mi atractiva novia preguntándome si sacaría el poema que había estado escribiendo durante la comida. Cogí el bolígrafo y comencé a escribir. Al terminar, llamé la atención de la presidenta.

- Nagisa-san, yo ya terminé.

Noriko estaba encantada con las mariposas, pero mucho más con la proximidad de Hina. Claro que se sentía... extraña, porque deseaba acercarse más y al mismo tiempo, mantener las distancias.

Y no sabía si estaba molestando a Hina porque había hecho algunos ruidos que le parecían eran precisamente de fastidio, así que finalmente, decidió dar un pequeño saltito para hacer más espacio entre las dos.

-M-muchas gracias, Hina-chan. S-son preciosas.

-Ah... eh... hm... No... Noriko... chan...

Fue entonces cuando la voz de Tamao interrumpió "algo", porque Hina se le quedó mirándola durante tanto tiempo que parecía que fuese a.... no, no, no podía ser.

No era posible que quisiera... darle un beso.

Seguramente por eso Noriko se sobresaltó, aunque se fijó en que también lo hizo Hina.

Rápidamente, volvió a concentrarse en la tarjeta, coloreando los bordes y también el cielo, y solo después de que pasara un tiempo se atrevió a mirar de nuevo a Hina. Entonces, Noriko se armó de valor. Alargó una mano hacia la de Hina y agarró sus dedos con suavidad, mientras acompañaba el movimiento con una sonrisa y una mirada brillante.

Hina estuvo observando durante un tiempo como coloreaba Tamao su tarjeta mientras mantenía una pequeña sonrisa torcida sobre sus labios rosados, estando enrojecida al máximo en todo su rostro, tanto que rivalizaba con sus gafas de pasta. Tragó saliva en más de una ocasión de forma sonora como teniendo un nudo en la garganta que le impedía hablar y volvió a mirar a Noriko mientras ensanchaba ligeramente su sonrisa, aproximándose algo más y demostrando de esa forma que se encontraba cómoda con su cercanía y presencia.

-S-sabes... Noriko-chan... di-dibujas... muy bien... y... y... y... y...- Sacudió la cabecita siendo incapaz de seguir con el hilo de sus palabras por los nervios y fue entonces cuando la manita de Noriko entrelazada a la suya propia hizo que dejase escapar un suave suspiro apresurado, desviando su mirada redondeada avellana hacia la unión de ambas manos y disfrutando de la suavidad de sus manitas, antes de volver a mirarla a los ojos mientras separaba sus labios ligeramente sin saber lo que decir. -No... ri... ko...- Dijo entre susurros mientras sus labios volvían a cerrarse acto seguido y temblaban ligeramente.

-E... e... eres... mu-mu... muy bo-bonita...- Dijo con la voz entrecortada y sintiendo que su cabeza iba a estallar, sentía bombear la sangre por todo el lugar provocando ese intenso color rojizo de pura vergüenza y nerviosismo en la pelirroja, que terminó por tomar una bocanada de aire alargada y extender su manita libre hacia la mejilla de Noriko y acomodarle algunos mechones de cabello, mirándola fijamente a los ojos y liberando una tenue risita, agradandole la forma en que sus ojos la contemplaban con ese brillo y acompañados de su sonrisa que causaba tantas mariposas en su interior.

No podía creer que algo tan bonito le estuviese ocurriendo a ella, cuando solamente había imaginado algo así antes y ahora parecía tan real y tan vivo que se había hasta olvidado de que Tamao las estaba contemplando posiblemente y a falta de un cucurucho de palomitas en sus manitas, disfrutando de la escena. Hina alternaba su mirada avellana entre la mirada de Noriko y los labios que dibujaban esa bonita sonrisa y mientras apretaba suavemente la manita de Noriko con la suya propia, hizo el amago de aproximarse hacia sus labios sin saber realmente ni como proceder.

Finalmente, la pelirrosa asintió estando roja como un tomate y aproximó su carita hacia la de Noriko, tratando de besar sus labios de forma tierna y sin saber como actuar, simplemente quedándose quieta mientras sentía una explosión de emociones en todo su ser que casi parecía sentirse desvanecerse en el aire de aquella pequeña habitación, dejando escapar un suspiro durante la duración del encuentro de sus pequeños labios rosados con los de Noriko mientras los nervios no le daban tregua aunque... luego de haber dado ese paso parecía haber pasado a un nivel muy distinto, rompiendo gran parte de la tensión.

“Oh, que lindo!” exclamó Ran espontáneamente. “Cuán buenas amigas sois! Os tengo envidia, sí!”

Por la sonrisa radiante brillando en su cara se podía deducir que la ‘envidia’ de Ran no podía ser algo muy terrible...

Aunque la presidenta no había respondido a su pregunta, tampoco había comentado el gesto de Vaya, por lo que Ran supuso que de verdad se podría fotografiar todo lo que a la fotógrafa le aparecía como una flor. Sin embargo, para estar del lado seguro, Ran preferiría fotografiar una flor verdadera, botánica, si iba a encontrar una que le llamara el interés.

Porque no estaba muy de soñar despierta en la naturaleza y mirar las cosas verdes, otro de percibirlas de una forma generalizada como algo verde y relajador.

Bueno, ahora simplemente tendría que prestar más atención.

“Está bien, Hana-chan, gracias por la oferta. De momento creo que me apañaré con la cámara, pero si me surge alguna duda, me dirigiré a ti sin falta.”

Mitsuki se sorprendió al ver la afluencia del partido. Al parecer, el volley era un deporte de renombre en Astraea, aunque imaginaba que la mayoría de chicas que se encontraban allí lo hacían como apoyo para alguna amiga, compañera, o pareja, como en su caso.
Antes del partido, la muchacha observó cómo Momomi aparecía cambiada con su ropa de deporte, y aquella visión hizo que se pusiera hasta nerviosa. La muchacha estaba preciosa con su colorido top y sus mayas, y la pequeña coletita que se movía a su compás cuando andaba, corría, o saltaba.
Debido a que no era muy aficionada al deporte, Mitsuki se había llevado un pequeño libro de bolsillo. Su plan era mirar el partido durante los primeros minutos, y luego leer hasta que acabara para sobrellevar el trago. Sin embargo, una vez dio comienzo, la rubia se vio atrapada por el salvajismo del juego: las jugadoras se lo estaban tomando realmente en serio y daban todo lo que podían en cada golpe y cada pase. Sus ojos azules no podían apartarse de Momomi. Aquel lado de ella, fiero, salvaje y enfadado era sorprendentemente atractivo; le encantaba ver la pasión con la que jugaba. Al poco rato, se encontró jaleando los puntos del equipo al que pertenecía la castaña, y suspiraba de rabia con los golpes certeros de las contrarias.
Llegó el final del primer set, y en ese momento la estudiante de Miatre se dio cuenta de que tenía todo el cuerpo en tensión, y la marca de las uñas se le marcaba en las palmas de la manos, que hasta hacía un momento estaban apretadas en un puño. Se notaba que Momomi estaba algo triste y frustrada, sobre todo si tenían en cuenta que estaban perdiendo por muy pocos puntos. En ese momento, Mitsuki se puso en pie y comenzó a mover un brazo de un lado al otro, tratando de llamar su atención. -¡Vámos, Momi-chan! ¡Tú puedes! ¡Demuéstrales quién es la mejor! -le gritó, sin tener muy claro si podía oírla, pues el resto de espectadoras también chillaban mensajes de ánimo a sus jugadoras favorita.

Inesperadamente, el acercamiento hacia Hina había tenido consecuencias que Noriko jamás habría imaginado. En lugar de salir corriendo, o simplemente retirar su mano, Hina, la hermosa Hina, le había devuelto la caricia, dirigiendo hacia ella sus preciosos ojos detrás de aquellos cristales, y había comenzado a acercarse.

Sus labios empezaron a abrirse formando una pequeña "o" meintras los párpados descendían y Noriko, que había empezado a sentir como un calor abrasador ascendía hacia su pecho, se vio de repente aproximándose a ellos, emulándola y dejándose arrastrar por el deseo de sus propios labios.

Cuando sus bocas se encontraron, fue como la caricia más exquisita del mundo; el momento que siempre había deseado y nunca sospechó que pudiera llegar. Sus labios eran suaves, cálidos, llenos de vida, y la cercanía de Hina le provocó que su corazón latiese a mil por hora.

Cuando se separaron, Noriko entrelazó los dedos de ambas manos con los de Hina y sonrió.

Quería decir muchas cosas, pero no sabía cómo. En lugar de eso, dejó que sus ojos hablasen por ella, porque eran mucho más hábiles que su cabeza, la cual estaba completamente parada en aquellos momentos. De reojo pudo ver a Tamao, que les estaba observando e inconscientemente, se giró hacia ella. Estaba sonriendo llena de felicidad, como si aquello fuese para ella tan importante como lo era para Noriko.

Entonces Noriko se volvió de nuevo hacia Hina y sonrió. Era todo maravilloso.

Yaya se separó satisfecha de Hana. Por ella, la sesión fotográfica ya habría terminado puesto que tenía su flor particular, pero debían continuar. Estaba segura de que Hana iba a tomarse muy en serio aquel pequeño concurso de fotografía.

-Venga, Hana-chan, Ran-chan. Vamos a buscar una flor bonita para que consigáis sacar las mejores fotos de todas -les dijo.

Cogió de la mano a Hana y tiró de ella mientras miraba en todas direcciones en busca de flores abiertas y llenas de color, preparadas para que solo unos ojos hermosos como los de su compañera, consiguiese la mejor fotografía de todas, o bien Ran lograse hacer una que mereciese la pena y le demostrase que podía estar en aquel club.

-Emm... Yo, yo ya tenia un poema escrito, espero no les moleste que lo compara ahora-

Las palabras salieron de mis labios, mientras podia ver cómo Mai terminaba su poesía, pero no me pude resistir, abandonando la hoja en un costado, junto con el lapiz, me aclaré la garganta solo para continuar.

-E...Espero os guste-

Pertenencia.

Mi alma en soledad, anhelaba estar en paz.

Con el racuerdo del abandono, qué queria dejar atras.

Caminando por la oscuridad, me encontraba sin rumbo alguno.

Asta que ante mi, tu presencia despejó las nubes de mi corazón inseguro.

Y ahora te pertenezco en alma y cuerpo.

Con tus radiantes ojos mostrandome el amor, la luz de la esperanza, nuestro futuro.

Cuando terminé de recitarlo, me puse realmente nerviosa, ya qué no me acosgumbro todavia exponer mis escritos.aun qué esa poema fue pensafo para Mai originalment.

-Qué... ¿Qué os pareció?

Dije finalmente con tono entrecortado.

Nagisa abrió mucho los ojos y cuando Rubi terminó su poema, juntó sus manos y sonrió mucho, mientras todas aplaudían.

-¡Ese maravilloso, Rubi-chan! ¡Es... un poema de amor! ¿Se refiere a alguien? Porque creo que es algo muy personal, sobre todo esa parte que dice... "ahora te pertenezco en alma y cuerpo."

Nagisa agitó la cabeza exageradamente.

-No importa, no importa. Me ha gustado mucho, Rubi-chan. Espero que todas podamos alcanzar tu nivel

Los gritos de Mitsuki llamaron la atención de Momomi en más de una ocasión, aunque no evitaron que perdieran el primer set. Ahora todo dependía de que pudieran remontar.

Pero ella solo estaba pensando en Mitsuki y lo que le había dicho. No deseaba perderla porque se sentía, por primera vez, muy unida a alguien, aunque entendía sus reparos. 

A pesar de todo, hizo un esfuerzo por sonreir, como si no estuviese preocupada, recordando que aquel rostro era el más hermoso que recordaba y sobre todo, que había besado. Eso le dio fuerzas para mirar a sus contrincantes con el ánimo renovado.

Tengo que vencer. Por Mitsy. Tengo que demostrarle lo que valgo.

Y así fue, en efecto. El segundo set fue mucho más encarnizado que el primero, un duelo de altura, en donde Momomi se tuvo que lanzar varias veces al suelo para lograr salvar un balón "in extremis", e incluso marcó cinco puntos para las suyas.

El resultado final fue de 20 a 25 y con eso, empataban a un set cada equipo.

Mientras todas las compañeras se abrazaban, Momomi se marchó a toda velocidad al lugar en donde estaba sentada Mitsuki y le dio un fuerte beso en los labios.

-Gracias. 

Y volvió al campo sonriendo y pensando en la victoria.

Ran se puso entusiasmada a la caza de flores, sin embargo, rápidamente de dio cuenta de que al momento que había visto una flor que le parecía muy bonita, luego le aparecía otra más bonita aún.

“Oh, nunca me he fijado antes de cuántas flores hermosas hay. Es como siempre: si nunca pones tu atención en algo, no te aparece con la luz que realmente da.”

Suspiró y se quedó un rato como estupefacto ante una flor de pétalos rosas y blancos tan bella que le dio ganas de gritar, y ya estaba por sacar la cámara, cuando, detrás de un árbol, vislumbró otra flor más resplandeciente aún a la que se acercó como corta de respiración.

“Oh… no sé si se puede terminar esto. Parece que, a cierto punto, simplemente se tiene que decidir.”

Al escuchar el poema de Rubí la miré con las mejillas arreboladas y moviendo las manos avergonzada. Aparté ligeramente la mirada antes de coger la pluma y borrar rápidamente algunas cosas de mi poema para cambiarla por otras palabras.

- ¿Puedo hacer yo el mío? Me ha quedado algo larga, pero... bueno...

Como las abejas de flor en flor 

presa era de la monotonía de un vida sin color

Con pasos inciertos e inquieto corazón

portaba una pequeña vela con ilusión,

cual faro iluminó el camino de nuestras almas

para que fueran una no más.

Lo quiero todo de ti

pues de mi todo es para ti

Espero que os haya gustado - dije sentándome, no muy segura de mi última rima y mirando por el rabillo del ojo a Rubi, más roja si cabía.

Alguna vez había leído en algún lado que en la vida, y especialmente en el deporte, hay dos tipos de personas: las que se vienen abajo con las derrotas, y las que siguen peleando hasta el final, sin rendirse y sin permitir que les afecten. Al parecer, Momomi y su equipo eran de las segundas. Volvieron a jugar, enfrentándose ahora en el segundo set, aún más frenético que el primero, aunque a priori parecía imposible. 

Quizá el resto de chicas estuvieron jugando impecables; pero para Mitsuki, el as del partido estaba siendo su castaña claramente: casi podía ver el fuego en sus ojos cada vez que se lanzaba para golpear la pelota, para marcar un punto a las contrarias o para salvar el balón cuando estaba casi claro que iba a acabar en punto. Quizá era demasiado egocéntrica, pero a Mitsuki le gustaba pensar que sus ánimos habían influido en ella, que le habían dado fuerzas para contraatacar más decidida. 

Cuando terminó el set, la jugadora fue corriendo hacia el lugar donde se encontraba ella. Estaba sudando, y había un rastro grisáceo en su mejilla y en los brazos, y aún así Mitsuki se sentía tremendamente agradecida de que fuera a saludarla en vez de celebrar la victoria con su equipo. Respondió al beso, avergonzada pero dispuesta, esperando que aquel gesto terminara por fortalecer a Momomi lo suficiente. 

-Dales duro -le pidió, y apretó su mano un instante antes de que se marchara a toda prisa, lista para machacar a las rivales. -Sin piedad. 

La poesía de Mai volvió a arrancar otra salva de aplausos entre todas las chicas del club. Nadie se esperaba que aquellas dos recién llegadas a la escuela, pudieran escribir tan bien y con tanto sentimiento. Además, todas se daban cuenta de que estaban juntas y a ninguna le pasó desapercibida que aquellos mensajes, eran en realidad declaraciones de amor de una a la otra.

Es... precioso, Ayako-chan. Las dos poesías son preciosas. No sé si podremos superar eso. ¡Se nota que os queréis tanto!

Yaya estaba feliz de permanecer junto a Yuki, así que sonreía y sonreía, y apenas buscaba una flor en la cual fijarse para hacer su foto de verdad. Ran, en cambio, parecía algo preocupada. No sabía por cual decidirse.

-Ran-chan. Todas las flores son hermosas. Lo que importa no es cual escojas, sino que pongas todo tu corazón en ella y saques la mejor foto que puedas.