Partida Rol por web

Hina y BK salieron al jardín un rato antes de comer. Después de la mañana que habían tenido, lo que más ganas tenían de hacer era continuar con esa sensación de que todo iba bien. 

Los clubs empezaban aquella tarde y una sorpresa les esperaba, pero ante todo, lo más importante, era que ambas no querían que su día se arruinase por Ruby.

El primer sitio al que fuiste a mirar fue, por supuesto su habitación. Con el corazón latiéndote más fuerte de lo habitual, te dirigiste hacia el cuarto de Ruby y llamaste suavemente. Cuando la puerta se abrió, viste que estabas en lo cierto. Allí estaba Ruby, quizás... ¿esperándote?

Ran salió contenta de clase, hablando alegremente con Harumi. Por su parte, Noriko y Tamao, que siempre iban juntas, llevaban un paso diferente. Creía haber visto a Noriko más seria de lo normal, pero bueno, siempre había sido así, en realidad. Mai se fue rápidamente por su lado, quizás en busca de Ruby, por lo que había podido ver, y Mitsuki, en cambio, parecía algo preocupada. Quizás... esperase ver a alguien? ¿A Momomi?

Pufff. Aquí todas estaban buscando a alguien.

Hola.

La musical voz de Momomi se abrió paso entre las chicas. Acababan de salir y ya estaba allí, por lo que sin duda habría debido venir corriendo, o eso debían pensar las demás. Momomi miró a Mitsuki y se acercó a ella para colocarse a su lado.

Hoy hemos salido un poco antes, así que he pensado venir a buscarte. ¿Te molesta?

Harumi sonrió al ver a Momomi llegar y lanzó un suspiro cuando dio su explicación.

-Oh, qué bonito. Ojalá me dijese una chica algo así. Todavía no la he encontrado. Pero estoy decidida a hacerlo. Antes de que acabe el mes, alguien me dirá algo parecido. Seguro.

Mitsuki se notó cansada al despertar. La fiesta del té de la noche anterior había resultado placentera, casi relajadora, pero la muchacha había sido muy estricta con sus horarios antes de llegar a Astraea, y aquellos ir y venir nocturnos le estaban pasando un poco de factura. Antes de salir de su cuarto se deshizo la hermosa trenza que le había hecho Mai, se atusó el pelo, y se aplicó un poco de brillo de labios, tratando de desviar la atención de sus cansados ojos. 

El desayuno le levantó un poco el ánimo, pues consiguió cotillear un poco con su compañera de cuarto; por el contrario, las clases se le hicieron terriblemente pesadas y, pese a que consiguió mantener el ritmo y acabar los ejercicios a tiempo para no llevar tarea pendiente, sentía que su cabeza no estaba donde tenía que estar. 

Al finalizar las lecciones, Mai se desvaneció como un hadita en el bosque, pero no tuvo tiempo de echarla de menos, pues en seguida se les unió Momomi. -Momi-chan -la saludó. Estiró el brazo para coger con suavidad su mano, pero no se atrevió a evidenciar de más su cariño. -Me alegro mucho de verte. -Atashi no parecía abiertamente hostil hacia la estudiante de Spica (y viendo la trayectoria eso podía considerarse una victoria), y Ran la había invitado a su fiesta el día anterior, por lo que le pareció una buena oportunidad para que ambos grupos formaran algún tipo de vínculo. 

-Seguro que sí, Harumi-san. Hoy hace muy buen día. Venid, vamos a tomar el aire -ofreció a las chicas. 

Hina se había quedado congelada instantes antes de salir de la habitación, abandonando a Ruby para que pudiese terminar sus tareas con toda la calma posible. Nunca nadie la había defendido de otra forma, aunque Ruby no era un ogro para que nadie la defendiese claramente... no obstante el gesto de Rebecca hizo que alzase ambas cejas con sorpresa y acomodase sus gafas algo nerviosa momentos antes de cerrar la puerta de la habitación y llegar ambas por fin al jardín. Al llegar y el sol iluminar el rostro de ambas, Hina se percató de que su manita seguía unida a la de Rebecca desde que salieron de la habitación y luego de soltarla con algo de apuro, carraspeó y esbozó una pequeña sonrisa torcida sobre sus finos labios.

-¡B-bueno... ya estamos en el jardín... Becca-chan!- Dijo con algo de emoción sin poder ocultarlo y tomó una profunda bocanada de aire mirando a su alrededor. -Gracias... por... por eso... Ruby-chan es muy buena, p-pero pierde los nervios... facilmente.- Aún tenían algunos minutos antes del almuerzo e Hina una vez en el jardín parecía que se había quedado en blanco por unos instantes, como si no supiera ya lo que iban a hacer ahí o el motivo por el que allí se encontraban ni tan siquiera.

-Aún queda hoy y mañana antes de la primera clase de esgrima... ¿q-quieres... que practiquemos también mañana...? Tal vez... así consigamos una mejor base.- Con voz suave y susurrante como si temiese meter la pata en cualquier momento con cualquiera de su palabras, Hina miraba a Becca sin entender aún qué hacía junto a ella porque eran bien distintas a la hora tan solo de la apariencia e incluso de la forma de ser, pero no sería ella quien se quejase en absoluto. -L-luego... b-bueno... si quieres, podemos almorzar juntas.- Dijo animándose y ensanchando un tanto más su sonrisa, acomodando sus gafas sobre su nariz con un solo dedo.

Seguidamente buscó por el suelo alguna rama de longitud y flexibilidad aceptables pero tratando de que no se hicieran daño practicando claramente, primaba la seguridad ante todo. Sin decidirse por alguna en concreto, miró a Becca a los ojos y se encogió suavemente de hombros sin perder su sonrisa, a la vez que sus mejillas llegaron a ruborizarse un poquito tan solo sin saber como proceder con la práctica de esgrima, pues todo la había atrapado por sorpresa y todavía le quedaba por asimilar bastante.

Ladeo la cabeza en confusión cuando Hina le agradeció, hasta que le aclaro de que estaba hablando. -Oh, no hay problema - Desestimo el asuntó sonriendo en tanto se volteaba a buscar una rama útil para el pequeño combate de practica - Ruby me cae muy bien, solo no esta bien que te eche como si fueras una visita - Se encogió de hombros, agachandose a tomar un trozo de madera que parecía lo bastante flexible para no lastimar a su compañera, y lo bastante largo y resistente como para dar un duelo decente.

Los ojos de B.K brillaron como si fuera navidad y dibujo una enorme sonrisa, antes de asentir fuertemente con la cabeza - Claro! Será genial -Le emocionaba tener a alguien que compartiera su entusiasmo para variar. Usualmente todos la trataban como una niña molesta cada vez que se interesaba demasiado en alguna cosa. Hina estaba siendo de las primeras compañeras de aventura que tenía, y se sentía muy agradecida con ella, aunque aún no sabía si interpretar su emoción como real, o tal solo le seguía el juego un rato. De cualquier forma pensaba disfrutarlo mientras durara. Observó las ramas que miraba Hina, y señalo una intermedia en longitud- Yo usaría esa, pero depende de cual te siente comoda a tí

Hina y Bk ya se marcharon, me sentía mal por ambas, pero la verdad es que no estoy en mis cabales cómo para aguantar sus charlas sobre esgrima, después me voy a disculpar por ese vergonzoso acto. 

Me quedaban un par de ejercicios por terminar, cuando escuchó la puerta otra vez, al acercarme y abrir, la ví, ahí de pie, la persona que eh querido ver todo el día, y todo mi mal estar se alejó cómo por arte de magia. 

-Mai... - 

Me quedé pasmada viéndola, cómo aquel toro que se enamoró de la luna, cómo dice aquella canción. 

-Lo sé... Ruby es muy buena, solo que... tiene un temperamento...- Dijo con voz suave y dejando libre una tenue risita, antes de regalarle una sincera sonrisa tan amplia como pudo a Becca. Asintió un par de veces ante su recomendación de tomar una de las ramas a las que le había echado el ojo y se inclinó a tomar una de tamaño medio en longitud y más bien delgadita, no quería que hubiese accidentes y solamente quería que la práctica fuese pura diversión para ambas. Estaba claro que la mirada avellana redondeada de Hina representaba una gran emoción e incluso brillaba de la ilusión, tenía una compañera de prácticas de esgrima y le agradaba sinceramente su forma de ser.

Ante su afirmación de realizar más entrenamientos y de almorzar juntas incluso, Hina ensanchó su sonrisa un tanto más si fuese posible y dejó libre una apresurada exhalación. -¡Bu-bueno pues...!- Dijo con la voz algo más aguda de lo que ya la tenía de por si y carraspeó un instante, antes de alejarse unos pasitos de Becca con la rama en ristre como si fuese un estoque de esgrima. Acto seguido, se giró hacia esta haciendo ondear su cabellera y se acomodó las gafas con un raudo movimiento, pues casi se le caen sin quererlo con ese movimiento.

-En guardia milady... habéis osado retar a un duelo... a... a... Lady Suzume, guardiana de...- Miró a su alrededor unos instantes como buscando algo que utilizar en su papel teatralizado y se fijó en unos árboles cercanos. -¡De los melocotoneros! No... no dejaré que probeis... uno solo.- Con una pequeña carcajada, siendo pocas las que llegan a nacer de ella de forma completamente sincera pese a ser una chica muy jovial y sonriente, se dispuso en una postura de esgrima separando sus piernas y adelantando una a la otra, dejando la rama apuntando hacia Becca. Al parecer la emoción de practicar esgrima y la ilusión hicieron que tomase este improvisado papel como un personaje de sus libros y era sencillamente genial para ella.

“Hola”, dijo Ran con una sonrisa al encuentro de las chicas. “Sí, me gustaría mucho tomar un poco el aire con vosotros. Y...”, volviéndose hacia su compañera de cuarto de forma sencilla, “Harumi-chan, si quieres, yo puede ser la persona quien te diga esto.” No comprendía bien por qué Harumi daba tanta importancia a unas palabras que no parecían significar mucho y más bien ser bastante corrientes. Le parecía algo bien simple que decir, como un ‘Me gusta verte’. “Si quieres, te lo digo mañana o hoy por la tarde, ¿vale?”

Desde el incidente con la hermana que casi nos pilló colándonos por el agujero del muro, por suerte no tuvimos ningún problema o anécdota incómoda que hubiera acabado otra vez conmigo desmayada. Lo único "malo" si es que se podía decir así, es que me seguían abrazando con más frecuencia de la que puedo soportar sin sangrar la nariz, sobretodo Yaya... pero tal vez por esa frecuencia con la que me abraza... parece que mi cuerpo se ha acostumbrado un poco a ella. Sigo sin estar del todo cómoda, y me sigo sintiendo ansiosa cuando está tan cerca... pero al menos cuando me abraza ya no me sangra la nariz, ni tiemblo... sin duda para alguien como yo es un avance que jamás me hubiera imaginado.

La mañana de hoy había sido muy tranquila y calmada... cosa que a mi me encantaba. Cuantos menos sobresaltos mejor. Las clases habían ido bastante bien, me había dado tiempo a hacer toda las tareas en clase, por lo que hoy tendría la tarde libre...

Estaba en mi cuarto junto con Yaya. Me apetecía estar relajada con una taza de te en mi mesita y tumbada en la cama viendo fotografías con el portátil... quería estar lo más calmada posible ahora; porque se que por la tarde voy a estar más nerviosa -Yaya-chan... ¿so-sobre que ho-hora te-teníamos que e-estar e-en el club de Arco?- le pregunté a mi compañera de cuarto, quien llevaba mejor ese tema que yo -¿Co-como... de-debo de ir ve-vestida? ¿Co-con u-uniforme, con ro-ropa de gi-gimnasia...? ¿Co-con que te-tendría me-menos posibilidades de he-herir a a-alguien?- le terminé preguntando. Esa era la razón por la que estaba nerviosa... era mi primera vez con un arco entre las manos... ¿y si una flecha salía disparada y por alguna casualidad rebotaba y se movía hasta caer sobre alguien? Se que era imposible... pero tenía cierto miedo.

Después de una buena mañana de clases, estar de regreso en el dormitorio, con el club de arco a la visa, era todo un desafío para los nervios. Yaya no podía estarse quieta.

-Ay, pues cualquier cosa, chica. Un chándal vale. 

La inseguridad de Yuki era excesiva, pero aún así, y viendo que había sido un poco brusca, Yaya se acercó y cogió sus manos. 

-Hana-chan, estáte tranquila que no te pasará nada. Estaremos contigo todo el rato para enseñarte y también para que no suceda nada malo, ¿de acuerdo?

No sería lo mismo, Ran-chan. Te lo tiene que decir alguien a quien le gustes -le respondió a su compañera Harumi, agachando la cabeza.

Mientras tanto, regresaron a Ichigo, pendientes de comer y también de los clubs. Aquella tarde, Ran tenía tiro con arco. Era un buen comienzo.

Momomi se decidió finalmente a ser más clara en cuanto a lo que sentía por Mitsuki, de cara al resto de las chicas. Entrelazó sus dedos con los de "Mitsi" y la miró con un extraño y dulce brillo en los ojos, mientras caminaban.

-Esta tarde tenemos club de cocina. ¿Estás preparada? ¿Has pensado en lo que te apetece preparar? -le preguntó.

Me sorprendió esa "brusquedad" con la que me respondió Yaya, que hizo sonrojarme de golpe -Va-vale... pe-perdón...- me disculpe con ella asintiendo, apagando el ordenador y yendo a por mi ropa de deporte, un chándal blanco-azul que parecía más de chico que dé chica... pero bueno, yo lo compré más por la chaqueta, que era lo que mas usaba cuando hacía natación.

Entonces, Yaya me cogió de las manos, y me hablo con más calma y amabilidad -Va-vale... co-confío en ti Yaya...- le asenti algo sonrojada a mi amiga. Después de ello, me empecé a cambiar y poner el chándal... no me importaba hacerlo delante de Yaya... siempre que no la mirará y permaneciera de espaldas a ella. También me había acostumbrado un poco a ello -Y-ya e-estoy li-lista... cu-cuando qui-quieras nos po-podemos ir...

La peliblanco tendría que recordar el hecho de que Kaname deseaba un momento a solas con ella. Era verdad que tampoco podía ignorar a sus amigas, en especial cuando iban a almorzar, si bien no se olvidaría del comentario por parte de su senpai, quien estaba claro que quería disfrutar tan sólo de su compañía, algo íntimo tan sólo para las dos. Por eso mismo, no dudó en hacer nota mental, de buscar una oportunidad para hacer algo con la hermosa joven, esperando que eso la complaciera. Tal vez, podrían tocar algo juntas con sus instrumentos, si es que a la presidenta del club le parecía una buena idea. Por ahora, irían a comer, y luego verían de hacer algo, tenían toda la tarde para pensarlo entre las dos. Aún así, el hecho de que quisiera estar a solas con ella, era algo que la alegraba bastante, además de hacer que sus mejillas se enrojecieran ante tales palabras. Era bueno sentirse querida de esa manera, por lo que la guitarrista no dudaría en dedicarle todo su cariño.

- Pues... mi mañana no fue tan mala. Bastante bien, en realidad. No tengo mucha tarea, y pude evitar ganarme el desagrado de mis profesoras. - Se explicó de buen humor, contenta al no tener que matarse estudiando durante la tarde, y cumpliendo con las responsabilidades que las tareas implicaban. Incluso si no había sido algo excepcional, tampoco podía quejarse, en comparación con los otros días que habían sido un absoluto desastre para ella. - Lo bueno es que tengo la tarde libre, así que puedo hacer lo que quiera. - Aseguró alegre, mientras consideraba lo que podría hacer. Era obvio que tendría que reservar algo de su tiempo para estar a solas con Kaname, en especial luego de que ésta había dicho que tenía deseos de hacer algo juntas, además de que al escucharla decir que su día había mejorado al verla, la peliblanco no había podido evitar sonrojarse en demasía, contenta al oír semejantes palabras de su senpai. - Si quieres... puedo ayudarte a preparar todo para el inicio del club. Aunque podemos hacer lo que tú quieras. - Dijo en un tono gentil, en el momento en el que acariciaba el dorso de su mano con su pulgar. Después de todo, lo que importaba, era que Kaname se divirtiera, a la vez que pasaba tiempo con ella.

- Por cierto... prefiero que me digas qué es la sorpresa. Tengo mucha curiosidad. - Comentó emocionada respecto a la supuesta novedad que tenían preparada para las alumnas, si bien sabía que no obtendría nada de información de la preciosa muchacha a su lado. - Bueno, supongo que tendré que esperar... aunque luego tendrás que recompensarme. - Aseguró divertida, resignándose al deseo de saber con anticipación lo que deberían de revelar pronto. No tenía mucha idea de qué podría ser, si bien esperaba que fuera algo que le gustara. Kaname había dicho que podía ser algo que le gustara, o no, por lo que cabía la posibilidad de que, al final, fuera una absoluta decepción para ella. Sin embargo, si su senpai estaba actuando de esa manera... no creía que fuera algo que no le gustara. - Me pregunto si es un evento... algo así como una fiesta. Una fiesta sería genial. - Afirmó entusiasmada, para luego mirar al cielo, reflexionando sobre las variadas posibilidades. Sólo esperaba que no se tratara de algo relacionado con estudios... eso sí que lo odiaría. De todas formas dudaba de que, si se realizaría una fiesta, habría la clase de música que a ella le gustaba. No obstante, no dejaba de ser algo ideal, ya que significaría que podría bailar con Kaname, y disfrutar de un momento romántico con ella.

Si quieres... puedo ayudarte a preparar todo para el inicio del club. Aunque podemos hacer lo que tú quieras.

Kaname sonrió. El club podía esperar, por no decir, que en realidad no había mucho que preparar.

-Creo que prefiero... pasear. Podría enseñarte uno de mis lugares favoritos. Hasta ahora solo había ido sola... pero supongo que ha llegado el momento de ir contigo -le dijo, descubriendo su corazón. Aquel lugar era especial para ella, porque constituía el único en el cual podía estar tranquila.

- Por cierto... prefiero que me digas qué es la sorpresa. Tengo mucha curiosidad.

Ah, para eso tendrás que esperar, aunque no creo que te guste. Sin duda, será interesante para muchas, pero no para todas. Esta tarde antes de los clubs lo veréis en el tablón. Y no, no es una fiesta.

A Kaname le divirtió que dijese que tendría que recompensarla, porque ya pensaba hacerlo. En realidad, estar con ella, sentirse querida, era algo que no tenía precio. Ella era quien debía pagar por todo lo que estaba recibiendo.

Pero a Ayami seguro que sí que le gusta. Creo que le hará ilusión.

Poco a poco, procedente de diferentes sitios, fuisteis llegando todas al comedor. Como siempre, el ambiente de la sala era agradable, aunque la mayoría de las chicas hablaban sobre los clubs que estaban por empezar. Aquel día comenzarían, entre otros, los de Arco y Cocina. En Arco estaban apuntadas Ran, Yaya, BK y Yuki, bajo la tutela de Takari Hekima. En Cocina, Momomi, Mitsuki, Tamao y Noriko, a las órdenes de Nakano Misora.

Todas estaban nerviosas por empezar.

Cuando Fran me preguntó por la tarea que tendría hoy puse mis dedos formando un círculo y llevándolo a mis ojos como si fuesen gafas -¡Zerooo!- expresé alegremente antes de escuchar sobre una sorpresa, ahora que me paraba a pensarlo me había parecido escuchar a más chicas sobre el tema -mhh- expresé pensando en las posibilidades -¿será una obra de teatro?- me pregunté en voz alta, eso o un festival de algún tipo eran las únicas opciones que se me venían a la mente por el momento -¡¿si?!- pregunté emocionada ante la afirmación de Kaname acerca de que me gustaría -¡no puedo esperar por averiguarlo!-