Partida Rol por web

- Jim! - el grito surgió de la boca del rugbier que no entendía como podía ser que el músico no intentara liberarse. Se aproximó dispuesto a ayudar pero, repentinamente, fue consciente que con las manos desnudas se quemaría tanto como lo estaba haciendo su catatónico compañero

Con todo no podía dejarlo quemarse con el ardiente abrazo de la enfermera, por lo que ubicándose a sus espaldas apoyó sus manazas en los hombros, evitando que las manos de Mary lo tocaran e hizo fuerza. No era a lo que estaba acostumbrado, o quizás si, solo que esta vez no se debería sacar un "tackle" de encima, sino que debería liberar a otro.

Colocando ambas manos, una en cada hombro apoyó firmemente sus pies en el suelo y comenzó a zarandearlo, moviendo al cuerpo del cantante de un lado a otro. Quizás quedaría mareado, pero eso era mejor que ser quemado sin defenderse

La mujer seguía ardiendo sin fuego, para horror de todos... Quique atravesó la habitación en un par de zancadas rápidas y tiró de Jim, evitando el contacto con la mujer. Aún desde esta distancia el calor era considerable. Por desgracia para el rugbier la mujer seguía aferrada a su amigo. ¡Tendría que hacer algo para romper su presa! Ahora la cara de la enfermera era un amasijo negro que iba llegando poco a poco al hueso, pero antes de que ardiera completamente seguramente le haría más daño al cantante. Y pese a todo el músico asistía a su propia inmolación sin gritar siquiera...

Las cosas cada vez tenían menos sentido para la actriz. Jim se mantenía quieto mientras la enfermera se abrazaba a aél produciendole quemaduras con llamas invisibles mientras Walker trataba de pincharla con un bisturí. Lo único que parecía mantener algo de lógica era Quique al tratar de separar a Jim de aquella amenaza. Sabía que no podía ayudar al deportista que sería una intervención inútil, así que buscó alguna tela con la que cubrir a la mujer. Tal vez las llamas no pudieran verse, pero sí apagarse.

Jim recibió el abrazo de la enfermera, sin poder hacer nada por evitarlo. No podía… sus ojos seguían clavados en ese rostro que se deshacía poco a poco. Su mente se colapsó, impidiéndole hacer nada por salvar su vida. Tenía aquel rostro a escasos centímetros, incluso podía oler la carne y el pelo quemándose. La lagrima que recorría su mejilla se evaporó al instante.

Jim sentía dolor, un dolor horrible. O al menos lo sentía su cuerpo. Su mente parecía estar en otro sitio. Ni siquiera cuando Quique lo llamó a gritos reaccionó. Si, lo escuchó, pero como en un sueño, como si la cosa no fuera con el. Tenía que haber otro Jim por ahí…

Jim, en vez de soltarse, abrazó a su vez a la mujer, con fuerza –Yo… yo… lo siento… no quería que esto ocurriese… no quería hacerte esto…- Las lagrimas intentaban salir junto con las palabras del músico, pero se evaporaban antes de abandonar el lagrimal- Perdóname… lo siento...

Alicia se sintió aliviada al ver que el interés de su colega era aún más morboso que el suyo. Alejándose de la enfermeara echó una rápida ojeada alrededor para ver si había algo con lo que ayudar a Jim, pero no vio nada, o no prestó la suficiente atención. Lo único que realmente le interesaba ahora era el cuerpo de la enfermera quemándose desde adentro.

Walker se alejó un poco tanto de la enfermera como de Jim. Una cosa era la curiosidad científica y otra distinta quemarse y mancharse con la grasa derretida del cadaver que ardía por combustión espontanea.

Al ver como sus compañeros retrocedían, quique estuvo tentado de hacer lo mismo. Sin embargo, era incapaz de dejar solo a un compañero y más cuando este, aparentemente no reaccionaba al riesgo que estaba corriendo - Suéltalo - increpó a la extraña enfermera que ardía sin fuego

Con cuidado intentando no quemarse mientras lo hacía tironeó del cuerpo de Jim, buscando alejarlo de su "captora". COn todo, no resultab tan sencillo, la enfermera aferraba con fuerza al cantante y Quique terminó quemándose mientras buscaba soltar sus brazos.

El calor emitido por la enfermera mientras se quemaba a si misma causó algo de dolor en las manos de Quique, pero haciendo gala del "cabezadurismo" que lo había llevado a ganar partidos que sus compañeros ya consideraban perdidos, soltó un momento a Jim y buscó tomarlo de los hombros de otra manera, para ver si así tenía mejor suerte

Una vez que consiguió aferrarlo de los hombros retorció sus manos buscando romper la presa que estaba haciendo la enfermera. Esta vez, la postura fue la correcta, al hacer fuerza sobre el cuerpo de Jim, consiguió liberarlo mientras exclamaba - Vamos, atento, debemos salir de aquí - Tratando de olvidarse del dolor de sus manos quemadas le gritó al resto - Abran la puerta, debemos salir de aquí antes que el calor nos empiece a afectar! -

Quique sostenía todavía en brazos al catatónico Jim. La enfermera era ya un montón de huesos chamuscados. El aire estaba impregnado por el olor de la carne quemada...

De pronto, sin previo aviso, Jim comenzó a bracear como si estuviera recuperando el aire. Miró alrededor claramente confundido, intentando librarse del abrazo de Quique, que todavía lo sostenía en brazos. Seguían todos encerrados en la habitación...

- Estás bien... que te pasó? - el rugbier observó preocupado al cantante - Si no te conseguía separar de esa... eh... tea humana lo hubieras pasado mal - le explicó mientras lo soltaba

De repente Jim se encontró en los brazos de Quique. Miró alrededor sorprendido, costándole unos segundos darse cuenta de donde estaba. Todo a su alrededor había cambiado de nuevo. Lo último que recordaba de aquel sitio era la mujer… ¡ardía! Y se abrazaba a el. Jim se apartó de Quique instintivamente, como si este fuese a quemarlo.

-Yo… estaba… -¿cómo explicarlo sin parecer un loco?- No se… he perdido el conocimiento.

Notó un escozor en las manos. Se las miró y vio que las tenía rojizas, quemadas. El dolor comenzó a incrementar, también en el pecho. Hasta entonces no lo había notado, pero ahora las quemaduras comenzaban a dolerle.

-¡Joder, duele!- agitó las manos en el aire, intentando calmar algo el dolor. Apretó los ojos, y mordió fuerte. También notaba cierto olor a quemado. Tenía algunos mechones de pelo chamuscados, así como la chupa de cuero y la camisa. ¡A la mierda su imagen!

-¿Qué ha ocurrido?- Jim buscó con los ojos a la mujer que había ardido sin causa aparente.

-No creo que nada de lo que esta sucediendo en este lugar pueda no hacernos parecer locos, Jim- aun parada donde estaba la actriz miraba al cantante, comprendiendo perfectamente lo que le estaba sucediendo. No obstante, poco antes ella se había descubierto abrazando una momia... Aquel lugar estab comenzando a atraparlos de la forma más insana. -Alguno de los doctores debería hacer algo con esas quemaduras, no podemos quedarnos aquí pero tampoco es recomendable dejar eso al aire...- urgió la joven.

Jim intentaba centrarse de nuevo. Seguían en aquel despacho, pero lo que antes había sido una enfermera era ahora tan solo un montón de huesos calcinados. Los demás lo observaban algo preocupados pero aunque las heridas escocían no era su cuerpo lo que estaba más dañado. El músico empezaba a comprender claramente que si lograban salir de allí su mente ya no volvería a ser la de antes. Y podía apostar que lo mismo le sucedería a los demás...

- No... - el rugbier no sabía como expresar su acuerdo con la actriz - No creo que ninguno esté loco... o quizás lo estamos todos - se encogió de hombros soplándose las manos que también se le habían quemado.

Por suerte no había sido mucho, solo estaban algo rojas por el calor que despidió la enfermera auto-quemada. Mirando a Jim intentó explicarse - Esa mujer... como decirlo... se consumió como si se estuviera quemando, pero sin fuego... No entiendo porqué... Ni como... Esto está cada vez más complicado -

Dirigiéndose hacia la puerta, retomando su papel de lider del equipo apoyó la mano en el picaporte y miró a los demas - Bueno, supongo que deberemos ir por ese motor si queremos salir vivos de aquí. Y parece que la llave la tiene Kowalsky. No me gusta, pero supongo que deberemos buscarlo... vamos? -

Tras esperar el Ok de sus compañeros se preparó para abrir la puerta y enfrentar la sala de los locos... no le gustaba la idea, en lo más mínimo, pero parecía el único camino posible.

Alicia se acercó a Jim y le tomó las manos.

-Permíteme -Le dijo mientras se las observaba. -No soy expert en quemaduras, pero no parecen muy graves. Si arden mucho, estoy segura que en la sala e enfermeras debe haber alguna crema que puedas ponerte.