Partida Rol por web

El frenazo que da es tan brusco que una pequeña polvareda llega a formarse debajo de sus patas.

—Espera, ¿hablas en serio?

Te observa como si te viera por primera vez, con los ojos muy abiertos. 

—Guau. ¿Entonces puedes teleportarte, como los Pokémon Psíquicos? ¿Hasta cuanta distancia? Espera... si puedes hacer eso, ¿entonces por que vas caminando a la ciudad? No sería más fácil solo... no sé, ¿desplazarse? ¿Quésientesalhacerlo?Es...

Las preguntas se acumulan a una velocidad de vértigo y justo cuando empiezas a perder el hilo se interrumpe a sí mismo y agacha la cabeza, avergonzado.

—Perdona, lo siento mucho. No quería... agobiarte ni hacerte sentir mal. Es que tú... tienes un Don. Y Arceus no los da quienes no se merecen. Eres especial, estoy seguro de ello.

Respecto a lo que has dicho antes... quizás tengas razón, no lo sé. No creo que humanos y Pokémon hayan sido uno solo en elagún molmento, pero solo Arceus y los legendarios más antiguos pueden responder a eso.

Lucina solo respondió riendo un poco apenada, luego miró alrededor, miró a una rama de árbol y...apareció allí, observando a Alan y a King. De momento no se quejaba así que no lo había devuelto a su pokebola.

-Está bien, mientras lo mantengamos entre nosotros. Hace un cosquilleo en brazos y piernas, como si se te estuvieran por dormir. He podido llegar hasta como 500 metros, no es mucho comparado con lo que puede hacer un pokemon...y actualmente necesito saber a donde voy, es decir, al menos debería haberla visto. Así que realmente no es taaan útil, ¡pero es genial para no llegar tarde a ningún sitio en la vecindad! Tendía a salir de algún espacio privado donde no hubiera nadie en esos casos, pero muy poco. Las primeras veces fue bastante molesto, como cuando estaba durmiendo en la madrugada y caía en algún sitio del patio con mi manta...

Se devolvió al suelo, sacudiendo la mano brevemente.

-Realmente no creí que fuera a sorprenderte tanto, es decir tú mismo haces muchas más cosas. Y King aquí puede hacer cosas actualmente dañinas con sus poderes psíquicos. Heh...en fin, las dudas que tengamos quizá las conteste el tiempo, la gente que investiga al respecto, o quizá comprenda mejor mis dones por mi cuenta.

Este asiente en respuesta.

—Aún no has visto de lo que soy capaz —puntualiza, sonriendo—, pero gracias. Y yo creo que algún día, si sigues esforzándote, podrás ser tan poderosa como cualquier Pokémon. Al menos es lo que he oído de las historias sobre Marcados —se encoge de hombros y cruza los dedos—. Prometo que no diré nada, nunca. Lo juro por mi vida.

Como no podía ser de otra manera, al final alcanzáis vuestro destino. La ciudad, emplazada en una ladera, tiene un lado rústico muy hermoso e incluso alcanzas a ver antiguas torres de vigilancia que antaño debieron pertenecer a un antiguo caballero. Aún siguen en buen estado, lo que denota que alguien cuidándolas.

-Hmm -Lucina caminaba alternando entre ver por donde iba y observar un mapa desplegado que sujetaba con ambas manos-Bueno, mínimamente despides electricidad, ¡eso ya es bastante para mi!

Lucina iba a decir que no era necesario usar palabras tan serias pero...realmente era algo que consideraba serio, por lo cual sencillamente guardó silencio y agradeció el gesto, contenta. Tenía muchas preguntas sobre su nuevo compañero de viaje, pero no quería agobiarlo demasiado para comenzar.

-Entonces, ¿qué sabes del gimnasio de aquí? Ya que no tengo más Pokemon aparte de King, debería tener cuidado...quiero tomarme mi tiempo para crear mi equipo. Ya sabes, hay entrenadores que se especializan en tipos, en mi caso quiero especializarme en la cualidad de que mis futuros compañeros sean mucho más grandes que otros de su especie. ¡El tamaño impone mucho! Además, una cosa es ser un poco más alto que el promedio pero...¡he escuchado historias de pokemon grandes como edificios!...si pasa que pueda unir algo así a mi equipo, espero poder ganar mucho dinero. La comida va a costar mucho...

—Sé que especializan en Pokémon de tipo Normal y que viven en el unos cinco entrenadores. Su líder se llama Gallardo y es muy raro; por lo visto le gusta bañarse en arroz con leche en vez de agua, siempre viste con la misma ropa y apenas sale del gimnasio —hace una mueca—. Pero también es amable y entusiasta y siempre ayuda cuando alguien se lo pide. Espera, creo que es por aquí...

Te señala uno de los callejones y empieza a guiarte, confiado de hacia donde se dirige.

—¿Y por qué Pokémon grandes? Aparte de ser imponentes no son diferentes a otros de su especie.

-Uhh, eso suena un tanto extraño...pero es un líder de gimnasio así que cualquier costumbre que tenga debe resultar para él. El tipo normal, hmm...es un tanto impredecible lo que puede hacer cada uno. 

Se rascó la mejilla levemente.

-La razón principal es la anterior, honestamente, aunque también considero que luego de cierta brecha de tamaño, los pokemon grandes tienen ventaja. Imagina que tuviera que luchar con alguien del doble o el triple de mi tamaño, un humano gigante, a pesar de tener mis mismas características y conocimientos. Un puñetazo de mi parte le haría prácticamente nada de daño, pero uno suyo me lastimaría gravemente sin mayor esfuerzo. Lo mismo se traduce en temas de lucha entre pokemon, es inherente que puedan despedir más fuego, electricidad, agua y etc porque poseen más en su sistema. Y que en temas físicos sean más fuertes y resistentes. E imagina que no fuera solamente una diferencia del doble o el triple...entonces, ¿qué?

Inclinó la cabeza, pensando.

-Eso reduciría mucho las posibilidades de un solo pokemon en su contra. Claro que si el gigantón fuera incompetente y el pequeño extremadamente entrenado podría balancear las cosas...pero tendría que ser un caso muy específico. Heh...en resumen, creo que será complicado para mi cuando el momento llegue para tratar de que formen parte de mi equipo, pero valdrá la pena.

Cerró los ojos, contenta. Personalmente tenía un pequeño listado personal de especies que quisiera encontrar para su equipo, pero le pareció que quizá no sería sensible compartir este detalle con Alan.

—Veo que has pensado mucho en ello —asiente a medida que hablas—. Aunque cuando para completes tu equipo yo ya llevaré años siendo el Campeón de la Liga.

Se ríe ruidosamente y cruza los brazos.

—No he conocido Pokémon tan grandes, pero a partir de ahora tendré las orejas en alto si oigo rumores sobre alguno. Hasta entonces espero que cuideis bine de Lucina, ¿eh King?

Este responde con una mezcla entre rugido y bostezo haciendo que Alan enarque una ceja y replique algo. Los dos se sumerjen en una conversación intensa, aunque no violenta, que termina con una carcajada de Alan.

—¡Sí, bien dicho! —se gira hacia ti—. Perdona. King dice que es lo bastante fuerte parta enfrentarse a mí. ¿Te parece bien que hagamos un pequeño combate?

-Hmm...¿King?

Le observó con cierta curiosidad. Era complejo saber en qué estaba pensando, dado que su expresión rara vez cambiaba. Pero sabía por seguro que muchísimas cosas pasaban por esa cabeza. Pero nunca le había pasado por el tipo combativo. Pero...eso le hizo pensar que a pesar de que le gustara relajarse, también quería hacerse fuerte...probablemente no fuera el mejor recuerdo lo que sucedió, a pesar de que realmente trató.

-¡Esta bien! Es un buen preludio para el gimnasio.

Estamos tomando una batalla en desventaja, pero...eso es bueno también. Las cosas no siempre pueden ser favorables o siquiera neutras a veces.

—Slowwwwpoooke.

A pesar de ser poco comunicativo, reconoces el sonido como un inconfudible "sí". Entonces te sorprende haciendo un gesto muy humano; un guiño con el ojo izquierdo, que Alan no alcanza a ver. Casi pareciera que la inteligencia de Alan se le ha contagiado...

Alguien está animado.

Esbozó una sonrisa mayor ante el gesto, cómplice. Debería haber lo mejor posible ella también para figurar que podían hacer para paliar la desventaja natural de tipos, lo cual se reducía al orden de movimientos que usaran. Se alejó unos cuantos pasos para dar espacio a los dos pokemon, atenta mientras terminaba de resolver la forma de proceder que tomaría.

Con todo dispuesto, estira los brazos y empieza a quitarse la mochila.

—Entonces deberíamos buscar una plaza o... —para y te mira de arriba a abajo—, o quizás esperar. ¿Estás bien para un combate? Quizás deberías descansar —dice señalando las manchas de sudor que hay en tu ropa—. El albergue no está lejos.

-No parece que haya demasiada gente circulando, aunque supongo que este no es un sitio demasiado pequeño tampoco. En mi pueblo no había demasiados problemas con usar alguna calle peatonal, pero quizá sea lo mejor.

Lucina se pinchó la mejilla observando alrededor, y volvió a ver a Alan.

-¡Está bien! -movió levemente la mano, quitándole importancia al asunto- Hace calor pero no me siento particularmente mal. Y estoy tratando de no continuar echándome agua en la cabeza, o voy a terminar resfriada. ¿Qué hay de ti? ¿No te sientes hambriento o cansado?

Alan se queda mirándote, como si hubiera olvidado que decir, hasta que al fin reacciona. Suvoz suena algo afectada, como si se hubiera emocionado.

—N-no, estoy bien. El calor no me afecta demasiado. Veamos...

Echa un vistazo a su alrededor hasta que localiza una pequeña plaza entre edificios, lo bastante amplia como para tener un combate cómodo. En el centro hay un cerezo y un parterre de flores rodeándolo.

—¡Aquí irá bien! Ahora, comencemos.

De un par de saltos se planta en medio del lugar, sonriendo y cruzando los brazos.

—¡Empezad! Quiero ver de lo que sois capaces.

Lucina caminó a la plaza con aire pensativo.

Hmm...Alan parece perder el hilo de lo que dice a veces, ¿me pregunto en qué estará pensando? Quizá sea que sencillamente no está acostumbrado a tener demasiada charla. Para mi también es un tanto inusual y no esperaba encontrar un compañero de viaje tan pronto...y tan particular. Fue repentino, pero es lo que se me pasó por la cabeza en el momento y no me parece mal ahora que me paro a pensarlo.

-¡Y  luego podemos ir al Pequeño Nido que mencionaste antes!

Apretó ambos puños, levantándolos frente a sí con cierto entusiasmo.

-¡Bien entonces! -Debería tratar de prevenir en lo posible que King tenga que lidiar con ataques eléctricos, le dolerán mucho- King...¡Bostezo!

Alan contempla el ataque sin inmutarse demasiado y a pesar de empezar a notar sus efectos mantiene su pose y su sonrisa.

—Sí... bien pensado... por suerte... tengo algo... para eso.

Abre la boca y bosteza con gran sonoridad. Por un momento parece fruto del Movimiento que acabáis de usar, pero te das cuenta de que no es así. ¡Acaba de copiar tu ataque! King, al igual que Raichu unos instantes antes, empieza a notar los efectos y pronto los dos se quedan dormidos.

-Uhm...¿chicos?

A Lucina se le hizo un tanto chistosa la escena actual. Puso una mano en la cintura, viendo a ambos pokemon dormir plácidamente y casi que se sintió con ganas de cancelar todo y sencillamente dejarlos disfrutar de la siesta. Pero, esta no iba a durar demasiado probablemente, por lo cual razonó lo obvio.

Supongo que ahora se reduce a quien despierte primero...

-¡Kiiing, arriba! -realmente no había forma de decir si el hablar iba a despertar a uno u a otro antes (o a ninguno), pero la otra opción era "hacer trampa" y tratar de molestar a King con una varilla o sacudiéndole un poco hasta que despertara, y no quería recurrir a eso en un combate amistoso.

Ambos se despiertan casi al mismo tiempo. Alan agita la cabeza y sus orejas se bambolean de como juncos hasta que se recupera. Su pata empieza a tamborilear y se agita en el sitio, presa de una excitación cada vez mayor.

—¡Buen inicio! ¡Ahora quiero que me des tu mejor golpe! ¡Venga, no te achantes!

Es increíble como algo tan sencillo puede hacer que Alan esté tan contento, pero los hechos son los hechos. Slowpoke también parece disfrutarlo; tras su natural pereza, puedes ver que sus ojos brillan y su cuerpo está preparado. Gira la cabeza y espera tus instrucciones, agitando su cola con suavidad.

Supongo que no hay otra opción, podemos quedarnos en un bucle de usar bostezo mutuamente por un buen rato...es un combate amistoso, relájate...

Lucina negó levemente, comprendiendo que no había muchas más alternativas. Además, Alan parecía sencillamente querer entrar en una tradicional pelea de puños...patas...como se dijera en este caso.

-Parece que se reduce a eso...¡bien! -señaló a su rival- ¡Usa Confusión!

Retrocediendo un par de pasos, puedes ver como Alan se esfuerza por mantenerse mientras la energía psíquica de King lo asola. Cualquier humano habría caído al suelo con una jaqueca importante, pero él no cede. Apretando los dientes, espera a que el ataque finalice. En el segundo exacto en que la energía mental de King se disispa, sacude los brazos y libera un torrente de pequeñas estrellas que vuelan veloces hasta estrellarse contra tu Pokémon.

—¡Soporta esto si puedes!

Lucina cerró un ojo viendo como King recibía la lluvia de estrellas de energía. Era sencillo notar que Alan era...bastante fuerte. Midiendo los primeros movimientos a ojo, en general se veía bastante preparado para adaptarse a muchas cosas con la habilidad de Mimético. Quizá en otro terreno podrían maniobrarse con algo más de creatividad, pero aquí las cosas eran directas y sencillas. Fuera como fuera, tendrían que esforzarse.

-¡Tratemos de nuevo King, Confusión!