Partida Rol por web

La fiesta habia sido realmente intensa, una de las mejores fiestas que Clarice recordaba, la gente bailando desenfrenada, alcohol por todas partes, drogas por otras zonas mas apartadas, pero que aun asi todo el mundo sabia cual era. 

Incluso hubo un concierto que llamo mucho la atencion, era un grupo bastante bueno aunque no fuera muy conocido. La noche habia llegado a su fin y habia dado paso al dia, el cansancio y en algunos casos la resaca.

La joven estaba sudada incluso tenia la camiseta en parte rota ya que en el tumulto de la gente era algo no demasiado extraño, habia sido una fiesta a lo grande.

Clarice se encontraba tirada en un banco, se dio cuenta de que habia estado alli bastante tiempo y no recordaba muy bien lo que habia pasado, pero algunos flash si que se veian claros, la gente, la fiesta, el alcohol, tambien recuerda a un chico y viendo como esta esta segura de que se acosto con el ahi mismo, pero el chico ya no estaba.

La cabeza le daba vueltas, fue entonces cuando vio como un coche de policia se acercaba a ella, algo aturdida aun por la resaca no se da cuenta que el policia esta a su lado con cara de pocos amigos

- Parece que nos lo hemos pasado muy bien, verdad señorita?

El policia señala a Clarice la cual se da cuenta que aunque esta vestida su ropa interior esta a su lado, el policia saca unas esposas mientras dice.

- Me tendra que acompañar a comisaria señorita

Clarice se despierta aturdida, la cabeza le daba vueltas, el dolor es atroz. –Rayos, rayos… rayos.- dice mientras se toma la cabeza y junta su ropa que estaba tirada por el suelo.-Voy a matarlo a esa mal nacido.-  susurra furiosa.

Cuando el oficial la toma del brazo para conducirla hacía el carro policial para llevarla detenida. Clarice comienza a sentirse extrañamente aturdida… Voces e imágenes se agolpan en su mente…

Qué rayos está pasándome.- Se pregunta. Comprendiendo que esas voces e imágenes no tenían nada que ver con su vida. Que maldita porquería me ha vendido este mal nacido, cuando lo encuentre le haré pagar su estupidez. Se dice a sí misma.

De repente como si algo golpeara su entrecejo, comienza a ver al policía que la estaba tomando del brazo, maltratando a una mujer, y a un niño pequeño que llora y se interpone entre el policía y la mujer para que no le pegase. La imagen es confusa primero, para aclararse después…

Clarice mira desorientada al policía como queriendo acomodar sus ideas y al mirar fijo hacia él a pesar de que llevaba puesto sus anteojos de sol, puede ver con claridad que no estaba loca.

En un gesto desafiante suelta su brazo y se coloca rápidamente la ropa mientras le dice con la voz algo cortada: -Un momento ya oí, déjeme vestirme al menos.- Se cubre un poco para no quedar con su cuerpo al desnudo mientras masculla por lo bajo. Que se habrá creído este tío, como puede tratar así a una mujer.-

El policia espera imapciente a que termine de vestirse y le indica que entre en el coche patrulla, la comisaria no esta lejos por lo que no tardan demasiado en llegar. Cuando llegan Clarice esta esposada y es llevada dentro. Al llegar a la pequeña celda donde no habia nadie le quita las esposas mientras dice:

- Vale supongo que se imagina como funciona esto, me dice alguien a quien llamar y llamamos para informarle que esta usted aqui en prision,

El hombre hablaba con un tono bastante monotono y cansado, se notaba que no le gustaba demasiado tener que tratar con chicos jovenes que habian sido detenidos por su exceso de fiesta

Una vez en la celda, Clarice mira al oficial ya un poco menos aturdida y más consciente de la situación, pero con un dolor intenso que le parte la cabeza.

-Comprendo oficial déjeme ver, aquí creo que tengo el número de un buen amigo a quién tengo en la ciudad se llama Bernie Moore y éste es su número.- Dice Clarice luego de buscar en su bolso y extraer una tarjeta con el nombre de su único amigo Bernie Moore. Luego entrega sus pertenencias al oficial.

Esperando que Bernie se halle en la ciudad y que atienda el teléfono. La última vez que había hablado con él había sido un par de semanas antes y tenía planes de salir de la ciudad. Habían discutido sobre la vida que Clarice estaba llevando y con la cual él no estaba de acuerdo.

El policia coge el numero y llama por telefono, aparentemente nadie responde, vuelve y dice.

- Parece que nadie responde a este numero, si no tiene otro numero al que llamar, me temo que tendra que pasar el dia y la noche aqui.

El policia se rasca la cabeza y dice:

- Sino podra llamarle dentro de un par de horas señorita

Clarice se desploma sobre el asiento de su celda. Odiaba tener que llamar a su hermano, lo haría como último recurso.

-Esperaré entonces.- Dice mientras se rasca la nuca, en un gesto muy propio de ella.

-Tal vez haya mas suerte mas tarde.-

Rayos, Rayos.- Masculla para sus adentros.

Mientras esta en la celda puede escuchar como la television esta encendida y sale una periodista frente a un vertedero en Nueva York:

- Les informamos del hayazgo de un cadaver en la puerta del vertedero, segun testigos oculares una furgoneta de color negro llego a gran velocidad y dejo caer a una persona, un varon sospechoso del asesinato de dos personas de raza latina en la ciudad, el hombre tenia un disparo en la cabeza, segun fuentes policiales el disapro ha tenido que ser hecho por un profesional ya que es un lugar donde es dificil de impactar desde cierta distancia 

Clarice se sorprende al escuchar la noticia. La ciudad ha enloquecido.- Susurra mientras piensa en dónde se habría metido Bernie... Ese patán me las pagará como no aprezca pronto no puedo quedarme aquí todo el día... Rayos estoy hecha un desastre.- murmura dando vueltas en la celda como león enjaulada.

Tras un rato el policia vuelve a acercarse a la celda y llamar por telefono al numero que la joven le dio, en esta ocasion si que descuelgan:

- Si? digame? quien llama a estas horas, ufff

Se ntoaba por la voz que tenia algo de resaca y estaba cansado

Clarice ve al Policia acercarse con el telefóno y hace señas para que le pase el tubo, desea que Bernie la saque de aquí.
Camina por la celda como pantera enjaulada, acariciando frenéticamente su nuca, colgando su mano de ella, tratando de discimular su irritación, dejando caer su cabeza de lado.
-Hey oficial, podría hablar con mi amigo por favor.- Y levantando un poco la voz continúa:Hey Bernie, que estoy aquí... Y hace un gesto al policia esperando que se apiade de ella y le comunique con su amigo.

Cuando el policia le da el telefono a Clarice Bernie dice.

- Clarice, eres tu? porque me llamas a estas horas? y donde dices que estas? tia no veas ayer como desapareciste con ese tio y esa tia, si que bebiste anoche

Se escucha como se rie sonoramente, y despues se lamenta por el dolor de cabeza, sin duda tenia una gran resaca

Cuando Clarice por fin logra comunicarse con Benie, se siente aliviada, aunque sabe que se comerá el sermón de siempre, Clarice sabes que debes cuidarte mucho…! y hasta lo recrea en su cabeza antes de oírlo, sintiendo la voz de Bernie zumbando como un mosquito en su oído… Sabe que Bernie no la dejará allí, sabe que hará todo lo posible por sacarla de allí.
- Bernie, Bernie.- levanta un poco la voz sabiendo que cuando Bernie tiene razón se hace oír. -Escúchame , sé que tienes razón.- dice mientras gesticula haciendo muecas y movimientos con la mano haciendo burla de la lata que Bernie está dándole del otro lado del teléfono. - Está bien Bernie, está bien podemos hablar de eso en casa? dice por fin poniendo una voz dulce y seductora.
–El caso es que ya llevo horas detenida, podrías venir a buscarme, no he hecho nada malo, sólo me he perdido un poco, pero ya estoy bien,-
Y luego de decir eso entrega el teléfono de nuevo al oficial, convencida de que su amigo vendrá pronto por ella.

El chico asiente y dice:

- Vale, pero esta no es la primera vez, tia cuadno salgas de fiesta ten cuidado que despues te quedas en cualquier lado tirada y te encuentran los polis, dime como te han encontrado y que tengo que llevar para sacarte de alli

se le notaba cansado y seguramente tardaria un poco en ir, conociendole como le conocia podia imaginarse que no iria de inmediato

Clarice se frotó la nuca con las yemas de los dedos frenéticamente, conocía el tono de Bernie… Suspiró tratando de no perder la calma. – Bernie , toma la chequera que guardo en el cajón de la mesa de mi habitación, ya sabes donde está la llave de mi apartamento y tráemela en cuanto puedas por favor. No he hecho nada malo, sólo he bebido más de la cuenta y he amanecido en un banco de la plaza, pero no he matado a nadie tío. Por favor Bernie, sabes que no es para tanto. Y ya sé que me los has advertido. Es que no puedo hablar mucho ahora, no es una conferencia telefónica sabes. Yo te expicaré todo cuando llegues aquí.
La voz de Bernie pareció tranquilizarla un poco. Le dio el teléfono al oficial y se dejo caer por sobre la dura cama de su celda.

Bernie dice:

- Vale, me pasare en un rato, no te desesperes mujer... eso si, tendras que compensarme de alguna forma, ummm ya se me ocurrira algo.

El policia estaba mirando y comenzo a mirar con mala cara como diciendo que ya estaba retrasandose demasiado y tendria que quitarle el telefono pronto

Clarice trató de serenarse, sabía que no podía hace otra cosa que no fuera tener paciencia. Bernie era el único que podía sacarla de aquel embrollo. Buscando terminar la conversación y no decir nada que estropeara aún mas las cosas, Agregó: -Pues claro tío que lo haré, sabes que siempre te he compensado y con creces. Espero por ti… Y gracias! - Dijo concluyendo la charla y dándole nuevamente el teléfono al oficial, que ya miraba impaciente.

El policia se marcha dejando a la chica sola en la celda, un escalofrio recorre el cuerpo de Clarice tras lo cual un hormigueo que pasa por todo su cuerpo y que se hace mas evidente en el brazo, es entonces cuando se da cuenta que hay un hombre observandola

Rayos, rayos, rayos exclamó Clarice sacudiendo su brazo. Se sentía como si mil hormigas caminaran por él. Trataba de serenarse, pero aquella extraña sensación que recorría todo su cuerpo, no se lo permitía. Se preguntaba qué le estaría sucediendo. Se frotó el brazo con fuerzas y nada pasó.
Caminó por la celda como una fiera enjaulada, hasta que allí en un rincón unos ojos curiosos se cruzaron con los de ella.
Hubiera querido preguntarle: -Quién eres tío y que rayos miras? Pero recordó que no debía meterse en más problemas, al menos por ese día.
Esquivó la mirada y volvió a sentarse en la cama.

El hombre se acerca a la celda y dice:

- Eres Clarice Johnson verdad?

El hombre hablaba con un tono de voz seguro y tranquilo, parecia que realmente sabia que Clarice era ella pero que solo queria confirmar

Clarice, levantó la cabeza y miró con fijeza al extraño que boceaba su nombre.
Pues sí ese es mi nombre Con una pequeña tosecita continuó: Disculpe no escuchado el suyo… Quién es ud.? Y clavó sus ojos en él esperando saber de quién se trataba y porque le estaba preguntando eso.
Se suponía que ya sabían todo de ella allí, seguramente habría averiguado sus antecedentes y sabrían que, aparte de una vez en que la había detenido en una manifestación a favor del aborto cuando era una adolescente, su historial estaba limpio.
Suspiro aliviada, al recordarlo. No tenían motivos para retenerla mucho tiempo allí. Seguramente cuando Bernie llegara la sacaría sin problemas.