Partida Rol por web

Mary llegó volando con Robert en brazos desde Brooklyn, mientras que John y Kara, con Hunter en brazos, venían desde la dirección contraria.

En el centro, un avión bajando su altitud que comenzaba a amenazar a los edificios de la ciudad.  No les habían dado información, un plan o, siquiera, una idea de a quién se enfrentaban.

Sabían que en la SSH los agentes tenían superpoderes, pero no de cuántas personas se trataba.  Era una misión a ciegas, con minutos contados.

El avión era uno pequeño comercial, pudieron inferir que se trataba de un vuelo interno por la dirección y el tamaño.

Si bien existe ese destino que de alguna curiosa forma termina llevándote hacia el lugar en donde debes estar, ahora mismo dentro de la urgencia que en sí tuvo que ponerse un traje y salir a las calles para ser aquella mujer que era, tenía que someterse a la mirada de quien ahora está a cargo de todo mientras los recuerdos la someten a la epifanía de la remembranza. 

Ya luciendo su traje negro muy estrecho al cuerpo que le permite lucir esas curvas que si bien no son exuberantes, pueden enloquecer a cualquiera, más unas botas altas que a la altura de la rodilla se pierden en el mismo tono del pantalón. Un símbolo violeta se encuentra en su pecho, igual al de Nightwing mientras que una capa negra cae desde sus hombros por toda la espalda, hasta las pantorrillas. El cabello lo tiene atado en una coleta, mientras que sus ojos están maquillados por una intensa sombra negra que resalta ese verde tan heredado de su madre, que aún con el antifaz, revela su lado no humano. 

Negada a sacar todo lo que tiene a relucir, deja escapar un suspiro mientras que surcando los cielos, prefiere ironizar el instante cuando es a Robert al que lleva. - Eres mi princesa en apuros, asegúrame de rescatarte de una Torre la próxima. No soy capaz de romper con aquel cliché. Me conoces. -  bromea al dibujar una sonrisa que pícara, ilumina su rostro de una forma especial. - Pero bueno, parece que allí es el punto de encuentro... Veo a John, Hunter y Kara. Será divertido. - comenta cuando decidida a dar un rodeo más, termina dejando al arquero para que haga pie y tras bajar ella de grácil manera, sonríe divertida. 

- ¡Buenas! - saluda y tras darle un abrazo a John, luego a Hunter, más un beso en la mejilla a Kara, termina por observar la ciudad desde aquel punto donde es necesario organizarse. - Parece que tenemos tarea, ese avión está descendiendo demasiado... ¿Vamos a detenerlo? - pregunta cuando al morder su labio inferior, piensa que tanto Kara, John y ella misma pueden volar para sujetarlo, así al menos forzar un aterrizaje menos fatídico. - ¿Alguna idea más? Estoy un poco oxidada, es hora de darle un poco de uso a la planificación colectiva. - termina por decir, cuando encogiéndose de hombros, acomoda su capa mientras esas se prepara para salir disparando en cuanto los demás acepten. 

Le agrada la adrenalina, esa sensación que te consume y lo vuelve demasiado intenso todo. Era parte de su vida, de ella misma. 

Había sido todo muy apresurado pues dejaron un grave asunto en sus manos con un tiempo de reacción mínimo y vidas civiles en riesgo. Apenas les había dado tiempo a uniformarse, Steel volaba con el traje negro y los guantelentes metálicos regalo de Clark, lo que venían a ser sus armas. A veces los chocaba con suavidad entre sí, produciendo un sonido que le resultaba agradable porque era rotundo. La capa negra ondeaba al aire, aportando la semejanza con el gran héroe que había sido su padre. El negro podría interpretarse como su forma de discrepar de la figura de Superman a quien tanto tiempo había seguido y quien en el corto tiempo transcurrido ya habría resuelto la situación. Para ellos lo que tenían frente sí era una peliaguda tarea, pero venía ahora la buena noticia, que eran un equipo que podría coordinarse para hacer lo que fuera necesario. 

Al ver a Mary y Robert constató que aquella afirmación era más cierta todavía, eran cinco para salvar al avión. Cinco superhéroes podían lograr grandes proezas, no sólo por sus poderes sino por su fuerte voluntad. John les sonrió, devolviendo el abrazo de la joven, adorando verla de nuevo, sintiendo una agradable sensación al tenerla cerca.

- Me alegro de veros, vamos a tener que arreglar esto a la manera directa, porque sólo hay tiempo para una acción arriesgada.

¿Quedarían dos minutos de tiempo? Habían misiles deseando alzar el vuelo para ofrecer una solución rápida al problema, que implicaba la pérdida de vidas. Ni podían dedicarse unos segundos a alegrarse de haberse encontrado. A él le hubiera gustado poder planificar algo mejor pero veía factible lo que le venía a la mente.

-  Voy a atravesar el cristal de la cabina. Robert puede tomar los mandos y tratar de desviarlo. Si logra cambiar la dirección invadimos el resto del avión ya sin la presión de los misiles.

No había mucho espacio para luchar en la cabina y justo podía interesarles para enfrentarse a uno o dos enemigos como mucho. Eso si no la habían dejado vacía.

John sonrió a sus compañeros, se daba cuenta de que les había extrañado a todos, a Hunter y Kara por estar largo tiempo separados, pero a Robert y Mary también, con sólo un día de separación. Había crecido un sentimiento que parecía tan fuerte, derivado quizás del esfuerzo conjunto, de la lucha contra varias amenazas siguiendo mayoritariamente el estilo de ellos dos. Steel había cambiado en el tiempo fuera del hogar, ya no pensaba en hacer las cosas de un modo directo, aunque, vaya, hoy le tocaba volver al antiguo estilo.

Paseó la mirada entonces por todos ellos, esperando a ver en sus ojos si alguno quería plantear otra cosa, de no ser así tomaría la iniciativa volando directo hacia el vehículo en problemas.

- Va a ser fácil.

Indicó pensando que con su fuerza el cristal no le resistiría.

Habiendo desaparecido la resaca casi por completo, incluso a sabiendas de que poco era lo que el dolor de cabeza tardaría en regresar. Durante unos efímeros segundos donde el silencio se cernió entre ambos "hijos de", la mente de Queen comenzó a bajar en el sinfín de circunstancias que, comenzando con la muerte de su madre, le habían llevado hasta ese preciso momento, sin poder evitar que un amargo regusto terminase alojado en lo más profundo de su paladar cuando, y tras haber rechazado aquella vida, de bruces se daba con esa amarga realidad que consigo, llevaba el ser un Queen. Y es que incluso pudiendo negar por completo lo que era, lo que siempre había estado destinado a ser, ahí se encontraba una vez más, haciendo lo único que en verdad, se le daba acojonantemente bien. 

Pero agradeciendo las palabras de Nightstart, que le ofrecía una salida de aquel camino que entre silencios, parecía inconscientemente transitar, de los labios del vietnamita escapó una grave carcajada mientra que, asintiendo con la cabeza, se aferró a Mary con más fuerza si era capaz.- Princeso.- Le corrigió, para después, agregar. - Vale, te dejo rescatarme de una torre pero siempre y cuando cantes, ya sabes, me gustan las pelis donde los príncipes cantan y las princesas son idiotas perdidas, cuando daño me ha hecho Disney. - Respondió entre risas, pero sin poder evitar enarcar una ceja ante el comentario de Mary, fue otra carcajada la que de sus labios escapó. - Un avión está a punto de estrellarse contra un montón de civiles, y ¿Tu lo encuentras divertido? Joder... Te estás juntando mucho conmigo. - Se vio en la necesidad de comentar. 

Pudiendo hacer ya pie para valerse de sus no tan superheróicos medios, la sonrisa del arquero se amplió al contemplar a John, Kara y a Hunter, a pesar de que con el último, tenía una escasa o más bien nula relación. - Johnny ¿Me has echado de menos? - Saludó a quien como un hermano consideraba incluso por encima de con quienes sangre compartía, y tras darle un sentido abrazo puesto que, negado se encontraba a chocar los puños con el hijo del hombre de acero, se acercó a la rubia para saludarla con un beso en la cabeza, y estrecharle la mano a Hunter. - ¿Que tal rubia, Hunter? - Terminó por saludar, para después, volver la mirada hacia sus compañeros de piso que parecían comenzar a trazar un plan. 

- No es que no esté de acuerdo con tomar los mandos del avión, pero... Somos cinco, y contando que al menos yo poseo como superpoder mi encantadora forma de ser, y tres de vosotros tenéis una fuerza de la hostia, y por encima de todo, podéis volar, ¿No sería una opción que alguno de vosotros fuese a no sé, crear un perímetro de seguridad por si no puedo con esa mierda y nos estrellamos? Digo... - Comentó, y es que si bien era importante que esa mierda de avión no se estrellase, también lo era salvar a los civiles. - Aun así, creo que la idea más práctica no es detener el avión, sino por el contrario, elevarlo tanto como podáis, con una altura adecuada y a los mandos, creo que puedo cambiar la dirección para hacerlo caer directo y el picada al mar. - Fue lo que propuso puesto que, sin mayor información por parte de su fraternal canarito, lo mismo le daba hundir el avión en el agua, que en el medio de la ciudad, pero lo segundo, no iba quedar demasiado bien de cara a la sociedad. 

Al llegar a la azotea saludo y me dejo abrazar y besar por mis amigos y compañeros, les sonrío brevemente ya que la situación no daba mucho margen para poder hablar tranquilamente. Escucho los planes y mirando el avión me preocupan tanto los civiles terrenales como los que están en el aire.

Si rompes el cristal para entrar en el avión le digo a John, pondrás en peligro a los pilotos y a los pasajeros, lo despresurizarás..., Desvío la vista hacia Robert y añado y creo que con tu plan tampoco vayan a salir muy bien parados...

Montar un perímetro de seguridad no creía que fuera algo posible dado que los segundos corrían, pero de ponerse las cosas feas iban a tener que meterse en el río, como sugería Robert. Ese superpoder de ser encantador le iba a tener que servir para pilotar también, era cuestión de hablarle con dulzura al avión. Estaba seguro de que su amigo podía ponerse a los mandos de ser necesario, aunque podía ser que los propios pilotos se pusieran manos a la obra.

- Elevarlo o llevarlo al río, seguramente sea mejor lo segundo, así cuando se pose podremos abrir una puerta para que la gente se lance aunque nosotros estemos peleando dentro contra SSH. En cuanto a la forma de entrar no hay otro modo que por el cristal, los pilotos llevarán los cinturones puestos y si no fuera así tendremos que cazarlos al vuelo. Pensad que van a baja altura, no van a salir despedidos hacia afuera con tanta fuerza.

A John el plan le encajaba bien, así que convenía defenderlo. Miró en dirección al avión y luego a sus compañeros. El transporte venía a su encuentro, entrar en él pondría en marcha toda la operación de rescate contra los secuestradores. Seguro que a Robert y Mary, incluso a Hunter, les parecía que fuera a ser divertido. Por un momento se contagió pero tal sensación terminó eclipsada por sus pensamientos, ¿iba a serlo de veras? La tensión creció en él, siendo un asunto tan espinoso. De repente, parecía haber llegado el momento de la verdad, el de decantarse. Dejó la mirada fija, después hizo un nuevo repaso a sus amigos pues no iba a actuar hasta que hablaran todos.

Estaba maravillada, para qué negar que esto realmente le daba esa dosis de felicidad que lejos de serle ajena, correspondía al fin de cuentas a lo que con tanto esmero Bruce siempre le enseñó. Y por esa razón, posando la mano sobre el hombro de John al escuchar su idea sonrió de lado traviesa, como quien está dispuesto a hacer lo que sea con tal de solucionar la situación. 

- Apoyo tu idea, es más... Tú llevas a princeso y yo a Hunter o al revés, los metemos en la cabina así nuestro vietnamienta favorito intenta pilotar y el rubio ingresa al pasillo para ver en qué situación están las personas por si algún loquito suicida los tiene amenazados. - respondió mientras va pensando. - No hay problema, Kara entre las dos sacamos a los pilotos antes de que les suceda algo y ya después tocará que mis músculos favorito intente equilibrar el avión un ratito hasta regresar nosotras para redirigirlo. - terminó por decir tras guiñar un ojo a sus amigos. Ellos podía con esto, no hay tiempo que perder. 

Sin más que decir, ya que al parecer el tiempo estaba corriendo demasiado rápido, desvió la mirada a los presentes mientras espera que decidan cuanto antes. No quería estar allí de pie observando cómo todo se va al cuerno, esperaba que esto pueda ser rápido ya que todos los presentes han sido entrenados. - John, Robert, si cuesta decidirse a la cuenta de tres vamos. - agregó esperando que Hunter y Kara se unan, era necesario. 

Al ver que el avión volaba bajo me daba cuenta de que John tenía razón, podríamos conseguirlo. Yo llevaré a Hunter, dudo que John pueda romper el cristal con él en brazos. En cuanto rompa el cristal metemos a Hunter y Robert dentro y que se ocupen de los mandos, los pilotos deberían quedarse porque dudo que tengais idea de como se pilota un avión no? Miré extrañada a mi hermano y Robert...si me decían que sabían pilotar un avión me dejarían loca perdida. Tratemos de llevar el avión al río y hacer un amerizaje lo más seguro posible. Tanto John como Mary y como yo podremos ayudar a que esto pueda hacersr con nuestra superfuerza. 

Alzo los brazos en dirección a Hunter con una sonrisa familiar Vamos pequeñín le digo burlonamente para que me deje cogerle en brazos.

 ¿Quién podría imaginar que un desayuno familiar terminaría en una misión para salvar un avión secuestrado? Cualquiera que hubiese crecido con nuestros padres.. Mi cabello, aunque corto, se agitaba en el aire mientras era llevado por los cielos; en secreto siempre había envidiado un poco la capacidad de mis hermanos para volar, pero por suerte mamá tampoco volaba y no era el único que se mantenía en tierra cuando jugábamos al escondite, y tampoco es que eso les sirviese de mucho teniendo un padre con visión de rayos x.

 Oí a Mary y Robert mucho antes de poder verlos, el respiraba de una forma particularmente controlada y ella emitía un casi imperceptible silbido al volar, y me alegré de que hubiese más aspirantes a héroe involucrados. Cuantos más, mejor.. Una vez los planes fueron planteados llegó mi momento de opinar. -Apoyo la idea de Steel. Me costaba usar su nombre cuando le vía con el traje negro puesto. -Recuperar el mando del avión es lo prioritario, elevarlo y desviarlo. Señalé a Robert. -Si Arsenal no puede convencer a los pilotos, tal vez mis horas de videojuegos sirvan de algo.

 Observé la menguante distancia entre la areonave y la ciudad. -No sabemos cuantos enemigos hay dentro, pero confío en poder encargarnos. Miré a Kara. -Luego de llevarme deberías quedarte con Nightstart, quizá deban desviar algunos misiles. Esperaba que no fuese así por el bien de todos.

- Me parece todo perfecto pero... Solo matizar, la despresurización del avión a tan poca altura no supone un riesgo en lo absoluto, a menos que querías arrancar todo el techo del mismo, segundo, la cabina y la parte donde van los pasajeros se aíslan por separado, así que una vez la misma cabina se regule, si se abre la puerta no pasará nada, y no, yo no se pilotar un avión peeeeero he visto varios tutoriales en YouTube y como bien dice Hunter, el tiene su experiencia con videojuegos así que, está chupado. - Apuntó sin perder la sonrisa, guiñándole un ojo a la rubia que parecía ser quien más pegas o preocupaciones al respecto tenía. 

No había tiempo para trazar un plan mejor, ni siquiera para poder discutir los detalles, solo había un proceder y rezar quien creyese en esas cosas, al dios que fuese por que la improvisación, no fuese ni demasiada, ni necesaria. - Además recordar que contamos con el factor humano, no sabemos si los pilotos son parte de toda esta mierda o unos simples rehenes, pero vamos, cooperar lo harán por la buenas o a punta de flecha. - Agregó ligeramente divertido, y es negado a romperse la cabeza por mayores cuestiones que no se podían en aquel instante prever, bajo su distendida personalidad, miró a Mary para sonreír mientras le estiraba los brazos. - Venga mi caballera andante, tómame en bracitos y lleva a tu princeso. - Comentó entre risas para después y mirando a John, agregar. - Romeo mío no te preocupes, que luego me bajas tu del avioncito si hay que estrellarlo, que se que te gusta darme paseos aéreos. - Instó, sin la menor intención de al menos, en palabras, tomarse eso en serio. 

Ya estaba todo decidido, optarían por aquél asalto hacia la cabina, un espacio separado del resto del avión que podrían "invadir" con poco riesgo. John observó a Robert, sonriendo de medio lado durante un segundo.

- Me siento rechazado, pero sí, volad juntos que yo descargé mi despecho contra ese trasto.

Se elevó en el aire ya, había que ser raudos ya que los segundos no les esperaban, ni los motores frenarían si no reaccionaban pronto. Iba a ser un choque frontal, se pondría justo delante para atravesar el cristal con los puños y ya dentro dar paso al resto, miraría hacia atrás para interponerse entre la pared y quien fuera el segundo.

- A saber con qué propósito han hecho esto, podría ser una distracción o que hubiera alguien influyente dentro.

Trató de recordar si les habían dado algún detalle sobre las motivaciones de los criminales pero no vino nada a su mente.

"Le trato de encontrar un sentido cuando se debe tratar de algún loco. Lo vamos a saber pronto, daremos con el culpable. O con sus secuaces."

Quizá había un hilo del que tirar, o podía ser que tras resolver aquello pudieran tener una conversación más civilizada con "los contratistas" para que les explicaran un poco estos expeditivos métodos.

Centrándose en el ahora, dedicó una mirada a sus dos chicas favoritas mientras ascendía en dirección a la gran mole metálica. "Metal contra acero, ¿no es eso?"

- Es el momento, salvemos a esa gente.

El propio mensaje iba cargado de una fuerte carga emocional pues la vida de muchas personas podía depender de esta nueva generación que recién se había unido.

- ¿Cabellera andante? Las cosas que una escucha, venga Princeso que luego te doy el momento a solas con John que tanto anhelas. - bromea cuando al elevarse ligeramente, espera que como de costumbre, el vietnamita salte y se aferre a sus manos.

- Cuando quieras implementa el modo koala. Así me dejas las manitas libres y puedo hacer de las mías. - agrega tras guiñar un ojo divertida. Ya todos estaban dispuestos a trabajar en equipo, no había dudas y en verdad tenía que salir bien. ¿Que podría fallar? Muchas cosas, lo sabe. 

Así que luego de coger a Robert con sus manos, le dedica una significativa mirada a John, él en verdad sabe perfectamente que esto es parte de esa vida que les ha tocado desde su concepción y tiene el temple idóneo para ello. En parte admira eso del grandote, no es capaz de negar lo obvio y tras sonreir de lado, lo deja hacer a sabiendas de que es lo que toca. 

- A por ellos, prepárate para saltar que intentaré ser suave. - termina por decir, cuando al salir detrás del hombre de hierro, lleva al Queen para que se adentre en la cabina. 

Los cinco ascendieron rápidamente hacia el avión.  La estructura estaba intacta y los pilotos parecían tener la cabina controlada.  Con sus supersentidos pudieron distinguir que la cabina estaba cerrada pero sin siquiera sellar, lo que parecía un tanto extraño.  Los dos pilotos estaban con cinturones abrochados, mientras que una asistente de abordo estaba parada entre ellos ayudándolos.  Claramente no estaban logrando estabilizar el avión.  Además, los que poseían la habilidad de supersentidos pudieron distinguir a dos personas extra respecto a las que debería haber en un avión lleno.  No había gritos ni desesperación, otra cosa un tanto extraña. Exepto esos dos y la asistente de la cabina, el resto tenía abrochado su cinturón de seguridad, a juzgar por la cantidad de "traqueteos" que escuchaban de metal contra metal.

Se posicionaron frente al avión, las chicas llevaban a los "no voladores" en brazos, mientras que Steele volaba directo a impactar contra el vidrio de la cabina.

Siendo la primera vez que volaba hacia un avión secuestrado le pareció un momento para recordar en el futuro. Tenía que aprovecharse de que era más rápido que él para colocarse junto al cristal y poder hacerlo añicos. No podía entrar sin más, sino que debía hacer espacio para Mary y Kara, quienes llevaban consigo a sus otros amigos.

- SHI al rescate...

Musitó considerando cómo sonaba aquello, si su sitio era en esa organización. Tenía que admitir que los días se le hacían muy largos entre las patrullas diarias y las cacerías nocturnas, a pesar del buen ambiente creado por sus colegas. SHI podía aportarles a todos una mayor estabilidad, era sólo que tendría que seguir órdenes de otro. No lo había hecho nunca. O sí, todo dependía de si las enseñanzas de Clark se podían considerar órdenes. ¿Le había dejado él alternativa? Eran sus ideales y el carisma de su padre bastaba para que John las admitiera incluso que hiciera lo propio con sus hermanos. "Los principios de Superman eran los mejores que una persona podía seguir, siempre lo ví así. Todavía no sé porqué mis otros hermanos rechazaron lo que estaba tan claro." Que Kara y Hunter no se hubieran tomado a mal la pelea familiar debía de significar que ellos tres sí estaban de acuerdo en eso. En cierto modo se alegró, la visita al hogar fue mejor de lo esperado. Le gustaba poder contar con ellos y que hubiera crecido otra buena relación con Robert y Mary. De algún modo, el apartamento de Mary se había convertido en su nueva casa y pronto podía ser que convivieran los cinco juntos, eso le estimulaba.

Pronto alcanzó el cristal del transporte y sin esperar más golpeó fuertemente con los guantes. El material era mucho más resistente de lo esperado, soportando el embite de Steel. "Tú lo has querido" pensó repitiendo el golpe a gran velocidad, lanzando derecha e izquierda y ya el segundo logró agrietarlo, el tercero amplió las grietas, las cuales se iban extendiendo formando una telañara blanca. Con el puño izquierdo procuró el impacto final, logrando que cediera. Ahora, trató de entrar para continuar con el plan, aunque se preguntó qué harían los pilotos al ser invadidos en pleno espacio aéreo.

John voló con impulso hacia el cristal mientras su hermana y su compañera de piso aguardaban la resolución.  El primer golpe no fue tan duro como el preámbulo auspiciaba.  Pero fue un golpe seco en un sitio que dio confianza a un John que se enfrentaba a esta situación por primera vez.  El segundo golpe fue certero y resquebrajó todo el vidrio ante la mirada atónita de los pilotos, que aún luchaban por elevar el avión.  La mano izquierda había hecho temblar la cabina y al avión mismo, por lo que su presencia ya estaba anunciada para los terroristas.

El tercer golpe fue brutal, con una vehemencia un tanto desmedida para el estado del cristal. Steel destrozó el frente de la cabina, haciendo trizas el vidrio. 

ATENCIÓN:

Si bien la diferencia de presión no era tan elevada por lo bajo que volaba el avión, John pudo ver como la Asistente de a bordo (que no se encontraba asegurada) salió despedida del avión hacia el vacío. Había que actuar rápido, ya que no sobreviviría a la caída.

Por otra parte, Kara pudo distinguir como el piloto que estaba frente al vidrio destrozado había recibido cientos de cortes en la piel a causa de los cristales.  Perdía mucha sangre y debía ser atendido pronto.

El copiloto, que veía atónito la situación, había soltado el timón y se cubría el rostro mientras gritaba.

Si el tiempo apremiaba anteriormente, el reloj se había acelerado.

La planificación está organizada y sólo basta con un ligero asentimiento para alzar a Robert entre sus brazos e impulsarse como si no existiera un mañana. Es que Mary adora surcar los cielos, sentir como la brisa juega con su cabello mientras todo desde las alturas se vislumbra tan pequeño. Aquel don era bonito, una herencia que recuerda con cierta remembranza por parte de su madre, pese a que el carácter aún con la negación incluida, era él de su Padre. No obstante tiene un objetivo entre sus manos, aquel avión refleja cierto peligro y una serie de suposiciones bastante interesantes. 

Un tanto fascinada por los puños de su amigo y esa fuerza que ostenta con tanto descaro, cuando la asociación es tan simple y directa. Es innegable como la genética hace mella, más aún cuando esos dones tan necesarios para este mundo caótico, le permitirá salvar muchas vidas en el proceso si su mente sigue clara como hasta ahora. Tenía temple, determinación y ese halo de justicia, quizás cuestiones que Mary debe adoptar en un futuro y transmitir a Robert, que es parecido. No obstante una vez el cristal se hace triza en sus diversos intentos, es hora de realizar el segundo movimiento.

 - Princeso mío, ya ha roto el vidrio. Toca meterte como bien tú sabes, que la cosa se desmadra y me toca salir rescatar a alguien. - termina por decir, cuando sonriendo divertida sin reflejar una preocupación evidente en su rostro, se impulsa y tras lanzar a su mejor amigo desde una corta distancia, le permite que haga uso de esa destreza innata que tiene para introducirse. - ¡Pórtate mal! - grita cuando tras ver que la Asistente se cae al vacío, volar rápidamente hacia ella así puede cogerla en el aire. Mary tenía su fuerza, no era la primera vez que lo hacía, sin embargo da lo mejor de ella. Era estimulante, demasiado. 

- La tengo yo. - Grita a John. Una vez que la coje en el aire, se mantiene en suspendida mientras intenta mantener la calma de aquella persona que tiene entre sus brazos, ya divisando alguna azote cercana para dejarlo allí. - Tranquila. ¿Sabes lo que sucede dentro? ¿Alguien tiene dominio dentro del avión? ¿Terroristas? - pregunta Mary a la mujer, a sabiendas de contar con una información que seguramente les hará falta.