Partida Rol por web

-Entendido -se escuchó la voz de Sam al otro lado de la línea, manteniendo el tono que solía emplear cuando hacía ver que era agente del FBI, lo que indicaba que no estaba solo-, ahora mismo voy para allá. Yo también tengo que contarte acerca de algunos avances sobre el caso. Iba a interrogar ahora a unas posibles testigos, pero lo que me cuentas se ve demasiado importante como para dejarlo pasar. Te veo en un momento.

Tras haber colgado, me dirigí a las tres animadoras, con intención de obtener sus números de teléfono móvil. Lo que Dean había averiguado parecía ser realmente grande y necesitaba reunirme con él cuanto antes, pero no podía pasar por alto tampoco que tenía varias posibles testigos a las que interrogar acerca de lo que estaba sucediendo en el pueblo.

-Señoritas, si no les importa, me gustaría tomar sus números de teléfono para poder proceder a interrogarlas acerca de las desapariciones que están teniendo lugar en este pueblo -dije, en tono grave y serio-. Tenemos una línea de investigación y creo que ustedes podrían sernos de cierta ayuda.

Sam consiguió los números de teléfono que había pedido y partió con rápidez hacia la locación indicada. Cuando llegó, el Impala ya estaba estacionado allí, Dean había salido de la casa de Alice para dirigirse hacia ese cruce de caminos. Sam había tardado un poco más pero ya estaban los dos allí. Eran cerca de las cinco y media de la tarde.

El mayor de los Winchester vio llegar a su hermano mientras estaba sentado contra el capó del coche, jugando con un encendedor, recordando todo lo que había vivido en tan poco tiempo. Los dos tenían información nueva e importante, y como solían hacerlo, iban a juntar las piezas para ver si este rompecabezas empezaba a tener sentido.

Nadie estaba por allí ahora. Más adelante se veía un cruce de caminos, enmarcado de árboles por derecha  e izquierda, bajo un cielo sin nubes en el que se empezaba a adivinar el final de la tarde. Algunas aves cantaban pero en sí estaba todo bastante silencioso.

-Dean -saludé a mi hermano, aproximándome hasta él y pensando para mis adentros qué pensaría del estado en el que me había encontrado la pasada noche-. No te lo vas a creer, pero en diario de papá hay un ritual para convertirse en lobo a voluntad. Decidí probarlo conmigo mismo. No en hombre lobo, sino en un lobo, en un animal. No esperaba que resultase, pero es una auténtica pasada.

Se me veía un tanto emocionado contando cómo había sido aquella experiencia, aunque lo importante era lo que había hecho una vez convertido en lobo.

-Mi idea era seguir rastros que, como humano, no podía encontrar -le aclaré a mi hermano, ya que ese era el punto por el que había optado por llevar a cabo el ritual-. Llegué hasta un campus donde había unas animadoras entrenando. Parecían saber algo sobre el caso y mencionaron que el sheriff no parece estar haciendo mucho por obtener resultado. Les pedí el número a varias de ellas para ir después a interrogarlas, ahí fue donde me llamaste. Y hay algo más. ¿Te acuerdas de Joey, el compañero reportero de Karen, el tipo sobre el que Darren nos previno que era peligroso? Bien, él se llevó a tres de las animadoras en su coche, junto a un compañero creo. Me pareció demasiado... sobreprotector. Puede que lo estemos prejuzgando, pero me dio mala espina. ¿Qué has averiguado tú?

Alzo la mano a modo de saludo al ver a mi hermano llegar, presto atención a sus palabras y abro mucho los ojos en las dos cosas mas importantes de la historia, convertirse en lobo y por su puesto ANIMADORAS.

Espera un segundo, que acabas de decir? convertirse en lobo? no sería uno de esos rituales con marihuana o algun tipo de hongo y  has tenido la fumada de tu vida?

Niego con la cabeza, Samy Samy.....

Tomo un trozo de rama del suelo y la empiezo a mover arriba y abajo y haciendo amagos de lanzarla mientras comienzo a contarle a mi hermano lo sucedido.

Veamos, Alice se puso, bueno mas bien,  en pocas palabras creía que estaba casi muerta, te llamé y no di contigo, así que la llevé a la dirección que tenía apuntada, resulto ser su casa, una casa normal y corriente, su padre es el Sheriff del pueblo y su madre la verdad que un encanto.

 Trago saliva, bebo de mi petaca y continuo emocionado con la historia.

Alice fue mordida por una especie de brujo, resulta que su mordedura es letal para los monstruos, eso me hace plantearme algo, acabamos con el y usamos su saliva en nuestras armas y balas para casos de extrema necesidad.

Lanzo el palo.

Busca mi chicoooo!, de paso las zapatillas y el periodico Scooby.

-Qué va, Dean. Ojalá fuera un ritual con marihuana -dije, echando mucho de menos la vida universitaria que había tenido que abandonar meses atrás para buscar a mi padre junto a Dean. Escuché a mi hermano narrando lo que había averiguado y asentí, pensativo-. Lo del móvil tiene fácil explicación. Todo lo que llevaba encima se convirtió también en lobo, incluida la ropa.

Aparentemente Alice había quedado enferma, en ese estado en el que la habíamos conocido, por la mordedura de lo que, según sus padre, debía de ser una especie de brujo. Aquello encajaba con lo que había podido averiguar por el diario de papá.

-Hay distintos tipos de "licantropía". Si yo he podido convertirme en lobo siguiendo solo un ritual, no me parece raro que alguien pueda convertirse en monstruo de forma temporal y voluntaria -declaré y, molesto por las bromas de mi hermano, aunque recordando la experiencia vivida como algo divertido, añadí-: ¡Para ya, Dean! -Me comencé a reír al imaginarme como lobo-. Dean, deberías haberlo visto. Las animadoras pensaban que era un perro juguetón. Funciona como otro tipo de "interrogatorio".

Señalo a mi hermano con el dedo haciendo amago de decir algo, niego con la cabeza e intento volver a decir algo lo cual me sobrepasa y comienzo a rascar mi cabeza.

Perro juguetón,movil integrado en el lobo? Y?...Y? Y como se supone que guardabas los numeros si no tienes teclado que marcar?

Le hago la señal de parar antes de que me de alguna respuesta, saco la petaca del bolsillo interior de mi cazadora y doy un buen trago, inmediatamente ofrezco de beber a mi hermano.

Te das cuenta que no consigo asimilar tanto? y no chillaban al ver que un lobo les pregunta? que cojones has tomado Sam? acido? LSD?  Menos mal que papá no está aquí Sam, menuda charla te soltaría de esas de "Tu sabes lo que es responsabilidad Sam... yo con tu edad estaba matando gente en Vietnam Sam"

Sam hizo un facepalm al oír las palabras de su hermano, incapaz de creer que se lo tomara todo a broma.

-Obviamente ya no era un lobo cuando les preguntaba y guardaba sus números, Dean -aclaré, rechazando tomar un trago de la petaca de mi hermano. ¡A saber lo que llevaba dentro!-. Cuando empecé a volver a la forma humana, tuve que correr hasta unos arbustos y esconderme para que no vieran la transformación. Fue después de eso cuando me acerqué a preguntar.

Pasaron un montón de cosas por mi cabeza. Sam transformándose en lobo como una maldita escena de "Un hombre lobo americano en Londres", lanzándose a cuatro patas por mitad del pueblo, con el hocico pegado al suelo y aullando, y después retozando con las animadoras, con la vista puesta desde el suelo hacia las faldas de las chicas.

Aquel pensamiento hizo que me quedase momentáneamente embobado y con la mirada perdida, hasta que sentí el manotazo de Sam en mi brazo.

-¡Ouch! Eh, ah, qué. Sí, bueno... lo que te estaba contando. Esta chica, Alice. De verdad que empiezo a sentir pena por ella. Su madre dice que es una maldición y este brujo es un peligro, tío. Tenemos que detenerlo. No solo está matando. Si puede transformar a esta chica, podría hacerlo con más gente y tendríamos una epidemia en nuestras manos. Y me ha dicho que está aquí.

Me giré para mirar a mi alrededor y entonces, otra idea asaltó mi mente.

-Aunque... hay algo que no entiendo. Esta mujer ha dicho que su marido, el sheriff, había estado intentando localizarlo sin conseguirlo, y sin embargo, me ha dicho que estaba aquí mismo. No sé. Algo huele raro en todo esto y no es que haya comido demasiada cebolla.

Sam y Dean finalmente se estaban comunicando, intercambiando información para tratar de explicar algo sobre esta bestia. En realidad era extraño tanto el poder de este sujeto como el hecho de que no lo encontrara el sherif y, al mismo tiempo, la madre de Alice tuviese información sobre él.

La única explicación posible si es que esto era verdad era que, aunque hubieran visto al sujeto, el policía no pudiera ni atraparlo físicamente no reconocer su identidad. Eso o es que alguien estuviera diciendo mentiras.

Entonces sintieron un viento frío repasarles las cabezas. Un estremecimiento les recorrió a los hermanos la espina dorsal, un signo de mal augurio.

Algo se acercaba. La hojarasca se levantaba en remolinos justo en el cruce de caminos que se hallaba unos 100 metros por delante de ellos dos.

¿Debían esconderse, esperar, salir al encuentro de eso que se avecinaba?

Esa era una buena pregunta… claro que no era la única.

¡Guau! -exclamó Dean al sentir el frío a su alrededor. Habían visto y experimentado ya suficientes cosas como para saber que algo se aproximaba, y dado que estaban buscando un brujo, no había que ser un maldito Einstein para darse cuenta de lo que estaba a punto de suceder.

-Sam. Armas. Ahora.

Si no se equivocaba, dentro de poco tendrían delante justo lo que habían venido a buscar.

Al sentir ese escalofrío recorriendo mi espalda, tuve una mala sensación. Esa criatura estaba cerca, fuera un brujo o cualquier otro ser, ahora estaba rondando por los alrededores. Al dirigir una mirada a mi hermano, tuve la seguridad de que él también lo había percibido.

Al escuchar la orden de mi hermano, decidí tomar mi pistola, preparado para disparar a lo que se aproximaba.

-Tal vez debiéramos escondernos, Dean -le susurré a mi hermano, bajando la voz-. Así aguardaremos a esa cosa desde detrás de los arbustos y no nos verá.

El ponerse detrás del Impala para abrir el maletero y comprobar que todo el armamento estaba allí, como siempre, les dio un poco de cobertura. Pero si querían guarecerse de verdad el cobijo de los árboles semejaba una mejor opción.

El viento se hizo más intenso, una ráfaga fría que levantó más hojas y hasta algunas ramas. La magia estaba involucrada, y el cruce de caminos siempre estaba asociado a demonios. Había una conección entre magia, seres del infierno y hombres lobo que no parecía nada fácil de manejar.

Pero ellos tenían que hacerlo... eran la única esperanza de este pueblo.

Con el viento helado detrás de ellos, Dean se fue directo a por las armas. El frío parecía hacerse mucho más intenso y dejó claro que el mal se aproximaba y que no tardaría en llegar.

-Joder, Sam. Esto no me gusta nada. Un licántropo ya es peligroso, pero un brujo que puede transformarse en licántropo es bastante peor. Es como tomar una cerveza sin gas.

Dean agarró la escopeta, una pistola que tenían con balas de plata y el hacha. Cuando Sam vio todo lo que había cogido, Dean le devolvió la mirada.

-¿Qué? Me gusta estar preparado.

En cuanto se armaron, Dean volvió a mirar a su alrededor. El lugar no le gustaba absolutamente nada y no dejaba de resultar curioso que hubiese escogido aquel lugar para aparecerse. Sin duda, tendría algún tipo de atadura mágica con el sitio. Porque no tenía ningún sentido. 

-Creo que nos van a dar pero bien. Aquí hay todavía muchas cosas que no sabemos, pero no hay tiempo que perder. Sam, en cuanto lo veamos, nada de saludar educadamente. Disparamos primero. ¿De acuerdo?

Era la hora de aprovisionarnos con las armas que fueran necesarias para enfrentarnos a aquel brujo que se aproximaba. Observé que Dean tomaba la escopeta, una de las pistolas con balas de plata y el hacha. Por mi parte, decidí tomar otra de las pistolas con balas de plata, el rifle de caza y, ante la sorpresa de mi hermano, la espada.

-Siempre me gustó Juego de Tronos -me excusé, encogiéndome de hombros. Al oír las directrices de mi hermano, realicé un gesto de asentimiento-. Disparar primero y preguntar después. Espero que no sea inmune a la plata...

Cada uno tomó aquellas armas que mejor le parecían aptas para ese momento. Y era algo distinto, una criatura que tal vez todavía no habían encontrado. Disparar primero, preguntar después: esa era la idea.

Se armaron justo a tiempo para ver que las hojas giraban en un vórtice que terminó abruptamente dejando, en su lugar, la figura de un hombre alto. Era corpulento y vestía pieles de animales sobre su cuerpo. Arriba de su cabeza estaba, como sombrero, el esqueleto de la cabeza de una vaca. Alrededor de su cuello usaba amuletos de huesos.

Se acercó al cruce de caminos aun no viendo a los hermanos que estaban en la parte posterior del coche.

Comenzó a hacer sonar unas maracas que parecían estar llenas de semillas, tssss tsss tsss, rítmicamente.

-Dum naAaat Tssi Ioooo… Dummm naaat Tssi Iooo

Cantaba.

Su rostro se veía claramente así que, o el sheriff lo encubría, o es que nadie del pueblo poseía esa cara y todavía no lo había podido ni identificar, ni apresar.

Lo último que Dean esperaba encontrar era a un loco vestido con pieles de animales y actuando como un maldito hechicero indio. Aquello no era serio sino un puro esperpento.

Dean resopló y miró a Sam moviendo los labios sin emitir sonidos.

What the fuck!!

Cuando empezó a recitar y Dean vio su rostro, confirmó que allí había algo más de lo que sospechaban. ¿Cómo si no el sheriff no lo había detenido aún? Se veía claramente quien era y tal y como había dicho la madre de la joven, estaba justo en el lugar que esperaban...

... o no era lo que ellos esperaban.

En muchas ocasiones Dean había atacado sin mediar palabra pero en aquel momento, no estaba nada seguro. Sencillamente, no le cuadraban las cosas. De todas maneras, había que protegerse, por lo que finalmente, le hizo una señal a su hermano para avanzar, salió de su escondite, apuntó y disparó, quizás no para matarlo, pero sí al menos para derribarlo.

-¡Eh, pequeño gran hombre! -gritó Dean al descubrirse justo antes de apretar el gatillo de su rifle.

Cuando vi a aquel brujo, que parecía un chamán de alguna antigua tribu, agitando aquellas maracas que parecían estar llenas de semillas, dirigí una mirada preocupada a mi hermano. Una cosa eran metamórficos, vampiros, fantasmas vengativos o leyendas urbanas como las que llevábamos cazando los últimos meses, pero, ¿cómo se mataba a un brujo como ese? Daba la sensación de que procedía de otro tiempo, de otra época, y eso implicaba que probablemente fuera lo suficientemente astuto como para haber sobrevivido a cazadores por un largo tiempo.

Por otra parte, resultaba peculiar que el brujo ni siquiera se escondía bajo una máscara o disfraz. Iba a cara descubierta, por lo que o bien no era un habitante del pueblo, o utilizaba la magia para asumir otra apariencia en su día a día, o el sheriff y su familia no le habían puesto mucho empeño en atraparlo.

Viendo que Dean ya había disparado, decidí tomar mi rifle de caza y disparar al brujo para tratar de abatirlo. No estaba seguro de que las armas convencionales pudieran llegar a dañarlo, pero había que intentarlo.