Partida Rol por web

Forrester observaba con verdadera incomodidad la cantidad de no muertos que se dirigian hacia la posición donde se encontraban. De hecho parecía que venían por ambos flancos. La pelirroja con aplomo miró el origen del problema y negó con la cabeza, eran demasiados, algo de lo que también debían percatarse sus compañeros, puesto que el proceso de partida se aceleró, una suerte que no quedaba demasiado para el fin del repostaje.

- I´m doing that, sir!!!.... (Lo haré señor!)... - dijo la bonita mujer con aplomo, metiéndose en el camión cisterna para hacerle la retirada mientras el resto de sus compañeros se metían en el cougar. Separando el vehículo a la distancia adecuada mientras los muertos venían, sin pausa pero sin prisa, hacia donde estaban.

Eilean tras alejar el cisterna corrió, como alma que lleva el diablo hacia el cougar, pero la mujer, amable de por naturaleza, no perdía la sonrisa.

- Are we all together?....(¿Estamos juntos?).... - miró para recontar cabeza, asegurándose de no dejar a nadie atrás, después de ello se puso el cinturón y se acomodó en su sitio, el despegue iba a producirse en breve -... Ready for takeoff... whenever you want, sir  (preparados para el despegue... cuando quiera, señor)

No se hizo rogar... anticipándose a una situación peligrosa, hizo lo que debía hacer...  corrió al lado contrario del helicóptero, comprobó la dirección del viento, sacose la chorra y empezó el chorreo... casualmente en dirección a uno de los grupos de zombis... buff.... que mal rollo le daba... máxime porque el meao se resistía a salir, del puro acojone de pensar en que esos pudiesen echar a correr de repente e intentar ir a comer un poco de chistorra...

... pero triunfó el amor, y el chorrillo salió, salpicando con alegría el asfalto... joder, que llevaba sin echar un caño, ni se sabía cuanto... y como le entrase la meona en el espacio reducido del Cougar... que inteligente no, pero atento sí que era, y ya se había fijado en que no había donde mear, y tocaría sacar la minga por la portezuela corredera, e imagínate tu que pasaría si alguien se quejase de repente por la corriente y la cerrase de pronto... mierda, no... había dejado la rúbrica en terreno inglés, y aunque la idea de chorrear desde lo alto del cielo regando la campiña británica, no lo podía negar, le atraía... el riesgo era excesivo... quita, quita.

Aliviado y sin más comentarios, se subió al Cougar, se acomodó, y esperó pacientemente el despeque... los cojones pacientemente, que no paraba de mirar nervioso a ver donde estaban los zombis esos...

-Veenga, vaaamos.... que nos dan las uvas... conductooor, vamonooooos....

Marc no esperaba que la arpía de Silvia Belmonte le lanzaría el poco café que quedaba en la taza en su nuca, justo cuando el hombre abandonaba el Air Bus, en venganza a que le hubiese golpeado el brazo para derramárselo por encima después de que actuase, una vez más, como le venía en gana y le tomase la taza sin consentimiento. Desde luego aquella mujer necesitaba urgentemente que la devolviesen a la realidad, a todos los efectos, y es que ahora vivían en un mundo post-apocalíptico, en la que ir de Sissi emperatriz y en Loreal, porque yo lo valgo, ya no servía.

El señor García la ignoró por completo, a pesar de sus acciones y las palabras cargadas de veneno que virtió al resto, sin si quiera girarse. Solo cuando llevaba cierta distancia de ventaja, levantó el brazo mostrando el dedo medio, en claro signo de que por él le podían dar buen duro y que le daba completamente igual lo que hiciese. Poe él no era más que un lastre, un estorbo que no merecía estar allí.

Una vez llegaron al Cougar, las noticias que recibieron no eran para nada alagüeñas, y es que al parecer una horda de zombies se estaba acumulando en las vallas que impedían el acceso al aeródromo, con el peligro inminente de que cediesen por el peso. Ahora entendía las palabras de la megafonía en la que les habían dicho que ya habían hecho bastante daño, por lo que ante el aviso de Apache Díaz de que saldrían en escasos dos minutos, creyó convenente y buena idea unirse al Yisus y vaciar el caldo de las olivas. 

- ¡Bonitas vistas, eh Yisus! Apuesto a que esos malnacidos están deseando echar abajo la valla y venir a vernos... - bromeó el hombre, el cual también estaba situado dándoles la espalda a los del Cougar. Esa era una ventaja de los hombres frente a las mujeres, y se apostaría que la arpía de Silvia se mearía encima solo por "mantener las apariencias de princesita". Benito, te recomiendo vaciar el depósito... el viaje va a ser largo...

Fue entonces consciente de que las cosas se iban a complicar de un momento a otro, y nada más terminar de mear, se subió la bragueta del pantalón y le indicó al sargento Iñigo.

- va a ceder... La valla va a ceder y estaremos jodidos... ¡Hay que salir ya! - y mientras reculaba hacia el Cougar, tomó entre sus manos el fusil, dispuesto a disparar en caso de que se les echasen encima.

Todo se precipitó en cuestión de minutos... tanto Jesús como Gabi avisaron de que dos grandes grupos de no-muertos estaban pegados a las vallas que separaban las pistas del campo abierto... uno de ellos, el situado hacia el sureste, no resultaba demasiado preocupante. Por vuestra posición podíais intuir un conjunto de unas decenas de cuerpos, poca cosa, puesto que la propia valla parecía en buen estado, bastante recia y capaz de aguantar esa presión sin problemas. 

En cambio, el otro grupo, hacia el este, era otro cantar. Ahí si se veía una muchedumbre imponente, probablemente varios centenares, y por lo que Gabi pudo contar tras estudiar un mapa de la isla, por esa dirección vendrían los cuerpos de la capital o poblaciones cercanas, y el ruido del cougar... bueno, el ruido de las aspas del helicóptero debieron oírse a muchos kilómetros a la redonda, así que no era de extrañar que acabaran convergiendo en ese punto varios miles de cuerpos... 

Poco más quedaba por hacer. Victor dio el ok, el depósito y los ferrys estaban full, la prevuelo hecha, todos los niveles en valores óptimos, tanto él como Cox, incluso Forrester, en buenas condiciones, descansados y preparados, por lo que pudiera pasar en el aire. El sargento trató en varias ocasiones más de contactar con el grupo del aeropuerto, sin éxito, y el tiempo se había agotado.

Todos saltasteis dentro del helicóptero, ocupando vuestros respectivos asientos. Se intuía cierta tensión entre algunos miembros... Íñigo negó con la cabeza, plénamente consciente...

El teniente Díaz se disponía a accionar el arranque del Cougar cuando algo os llamó la atención... un ruido sordo, casi imperceptible... más que ruido, una ausencia de él... visteis como los cadáveres que amenazaban la integridad de la valla al este comenzaban a caer... ¡¡disparos!! Alguien los estaba abatiendo, y con gran rapidez y precisión...

El sargento exclamó - ¡¡¡vamos vamos vamos!!! Teniente... sácanos de aquí

Y en apenas 30 segundos el Cougar levantó el vuelo encarando el morro hacia el norte... siguiente parada, la isla de Man...

Un fuerte ruido metálico en un costado del helicóptero puso a todos nerviosos...

¿Qué ha sido eso? ¿Estáis todos bien? - preguntó Brendan J. Cox, el piloto escocés.

Nos han disparado... aparentemente no hay daños - contestó Víctor mientras continuaba subiendo y maniobrando para salir de rango lo antes posible y tratando de comprobar todos los visores del panel de control, buscando posibles daños de ese disparo suelto...

En apenas un par de minutos os encontrábais sobre el mar, a salvo...

...aparentemente...

El sargento fue el último en subir al helicóptero... nervioso... con el subfusil a punto... lo cierto es que ofrecía una imagen poderosa... abrió un poco una de las puertas de estribor de la aeronave y se preparó, por si tenía que intervenir mientras el resto del grupo iba abrochando sus respectivos cinturones.

Comprobó, con una mezcla de resignación y enfado, como varios de los miembros del comando tenía ciertas tensiones no resueltas... y eso no le gustaba nada... no le gustaba una mierda... un error podía mandar al carajo la misión, y eso era algo que no se podían permitir... era algo que él no se podía permitir... y que no lo permitiría...

Negó con la cabeza, mirando a unos y a otros, deteniéndose un poco más en Marc y la Belmonte... y volvió a negar con la cabeza cuando vió a ésta con la estúpida tiara en la cabeza...

Se apoyó con firmeza en el costado del cougar cuando comprobó que los cuerpos del “rebaño” del este comenzaba a caer... disparos...

¡¡¡vamos vamos vamos!!! Teniente... sácanos de aquí - exclamó, dirigiéndose al piloto...

Cuando Brendan escuchó el ruido que hizo el proyectil al impactar contra el costado del cougar no lo dudó... ni un instante... soltó su cinturón y sacó medio cuerpo por la ventanilla, arriesgando su propia vida, pues aunque Victor se afanaba en alejarse de allí y comprobar todos los indicadores de cabina... él necesitaba hacer una comprobación in situ... defecto profesional... posiblemente...

Teniente... el disparo ha impactado muy cerca de la admisión del combustible... ¡¡hijos de puta!! Sabían donde disparar... seguimos en el aire por una cuestión de pulgadas...

Resultaba evidente que quienquiera que disparara contra el Cougar, sabía disparar y sabía donde, conocía los puntos críticos del fuselaje... No fue una advertencia... fue un intento de abatir el pájaro.

El teniente Victor Díaz, al que apodaban “apache”, solo se relajó cuando se encontraban sobre mar abierto... los indicadores de cabina mostraban unos valores correctos... ese disparo estuvo cerca de echarlos a tierra... pero no lo hizo... todo estaba bien.

Miró a su derecha, lugar que ocupaba Cox - buen trabajo, compañero.... buen trabajo.

Luego miró por encima del hombro hacia atrás, la posición del tercer tripulante que ocupaba la teniente Forrester... - ¿todo correcto, teniente? - preguntó a la joven oficial británica, la cual asintió con un correcto “yes, sir”

Con todo el aparato bajo control miró hacia la “bodega”, donde se apiñaba el resto del equipo... Jesus, Marc, Diana y Donald a babor, y Benito, Elena, Íñigo, Gabi y Silvia a estribor. Todos ofrecían un rostro tenso...

Damas y caballeros, pueden relajarse... tenemos unas 350 millas hasta nuestra siguiente parada... intenten dormir un poco, están en buenas manos. Cabo Fernández, ¿podría comprobar su ventanilla? Perdemos algo de presión por ella, por favor...

Y cortó la comunicación, sumiendo al cougar en un estado de completo silencio, solo interrumpido por el monótono batir de sus aspas.

Cuando sintió el impacto en el helicóptero, dió un respingo, como cuando te sientas inadvertidamente en una bici sin sillín... Al menos, no vio agujero en el fuselale... que ya habría sido de traca....

-¿pero por qué nos disparan? ¿Que coño hemos hecho??

Se agarró con fuerza al arnés del asiento... como si eso fuese a valer de algo si les tiraban con algo más gordo y les mandaban a la mierda, y no fue hasta un rato más adelante que no relajó su postura y pudo respirar tranquilo...

-Joder... si dan en otro sitio... lo mismo no volvemos a pisar tierra ... vivos.

Era curioso... la cabina estaba en silencio... un tenso silencio... y algunas miraditas que... buff....  No le gustaba el ambiente...

-Leches... el ambiente está recargado,... pero no huele a pedo... -murmuró.

Silvia era una de las personas más seguras en la tierra, siempre y cuando sus pies posaran sobre ésta. El hecho de elevarse en el cougar sintiendo enemigos a la espalda y que les hubieran disparado parecía no llevarlo del todo bien y, aunque no decía nada, su mano estaba cogiendo firmemente el asidero de su asiento, y si no fuera porque no era particularmente fuerte, lo habría arrancado de cuajo por la presión de estar en esas condiciones límites.

No decía nada, y para ella eso era todo un logro, tardando un tiempo prudencial hasta recobrar su compostura y frialdad habitual para responder a Yisus -...¿Qué hemos hecho?... Robarles sus recursos.... - respondió la joven con seguridad -...De todos los sitios que podían habitar quienes estaban en ese helipuerto, han elegido un lugar con pocas comodidades, escasez de alimentos ni recursos de agua potable... El combustible y las aeronaves es su medio de vida y nosotros les hemos robado... A todo esto con el ruido del cougar hemos atraído zombies a la puerta de su casa... Bastante que no nos hayan reventado... 

La joven se quitó la diadema de la cabeza y la guardó -... Por cierto Marc.... ¿qué tal llevas el calentón del inicio del viaje?.... Sepan ustedes que cuando estuve cambiándome en el cougar el detective entré dentro y tenía un claro interés sexual por mi persona... Hago constar además que es un hombre violento... Lo digo porque si me pasa algo, quiero que tengan claro que posiblemente él, haya tenido algo que ver con ello.... - anuncia la mujer teniendo claro algo, Marc le había señalado como una enemiga y si había algún accidente de por medio, de cualquier tipo, seguramente él podría ser el culpable del hecho. Silvia era única cubriéndose las espaldas

La teniente Forrester había seguido con tensión los acontecimientos de despegue, con ataque balístico incluido. La mujer no se dejó llevar por el pánico, al fin y al cabo estaba acostumbrada a realizar simulacros aéreos de diversa índole y debía quitarse el sombrero delante del piloto.

- A great job, gentlemen...(Un gran trabajo, señores).... - felicitó a Apache y a Cox sintiendo que estaba en buenas manos y que el viaje iba a ser lo suficientemente cómodo a pesar de las circunstancias.

Escuchó la voz de la joven española que siempre iba con cara de mal humor, y por su tono daba la impresión de que buscaba problemas. No le gustaba aquello pero no comprendía el idioma, mejor sería ser prudente y quedarse al margen.

La pelirroja miró por la ventanilla desde las alturas  con la dicha de saber que pronto llegaría a su hogar, a los páramos que le vieron nacer. Amaba Escocia y aunque era interesante viajar a otros lugares sabía que sus hiesos reposarían en la tierra de sus ancestros. Eilean iba en silencio, prudente, intentando no ser un estorbo para nadie, más si cualquiera deseaba hablarle, siempre lo haría con su tono más educado.

El disparo en el fuselaje del Cougar alarmó al ex detective, el cual no entendía inicialmente que habían hecho para dispararles. Creía que solo había sido una advertencia por megafonía, pero viendo lo cerca que habían estado de impactar la bala en el sistema de admisión del combustible, se percató de que esos cabrones les querían muertos.

Tenía sentido que estuviesen enfadados, y es que a parte de retirar combustible para aprovisionar el helicóptero, - Marc se negaba a admitir que había sido un robo, siendo que ni si quiera les habían ido a recibir, ni sabían si quienes les habían disparado eran los legítimos distribuidores - habían atraído una ingente horda de zombies en su dirección. La seguridad del complejo estaba en entredicho, y puede que si hasta entonces habían tratado de pasar desapercibidos y esperar que se largasen, posteriormente habían visto que el daño ya estaba hecho, y que era muchísimo más considerable del esperado.

En cierta medida se sintió triste por haberles jodido tanto, tratando de ponerse en su lugar, pero poco le duró aquel sentimiento cuando la mala víbora de Silvia Belmonte soltó su venenosa verborrea.

- Lo llevo perfectamente, ¿algún problema? ¿qué hay de malo en que un hombre desee acostarse con una mujer? Ni que fuese casta y pura...- respondió con ironía, dejando por zanjada aquella conversación que se empecinaba en sacar a relucir e insistir, como si hubiese algo de malo en ello. Se había negado y Marc no había insistido. Punto final.

Lo que le tocaba mucho los huevos era que el jodido lastre en que se había convertido, poniéndoles en riesgo constantemente y haciendo lo que le venía en gana, tratase de convencer al resto de si Marc era un violento. ¿De qué coño iba esa mujer?

- Mira niñata, ya es hora de que cierres la bocaza si no quieres tener serios problemas con mi persona, y ahí si podrán decir que soy un violento y con razón. - sentenció con una mirada que no admitía réplica si quiera por parte de ninguno de los militares. - Has estado haciendo lo que te ha salido de ahí abajo, yendo sola al puto Ikea y robando esa tiara que escondes cual ladrona, que es lo que eres. Podrías haber sido atacado por zombies o por la gente que custodiaba el aeropuerto y no te mantuviste en grupo, forzando a Elena a ir tras de ti como la niña llorona que quiere un juguete o un puto caramelo. - continuó dándole una lección moral y dejándolo claro para el resto, que no comprendía la situación - Benito y yo fuimos hasta el hangar, encontramos un camión cisterna que ya estábamos llenando con el combustible restante del Airbus, y encima acabamos con cuatro zombies, cubriéndonos las espaldas. Básicamente, fuimos útiles y cumplimos con el objetivo... De no haber hallado nada el otro grupo, hubiésemos logrado sacarnos del lugar. ¿qué hubiese pasado gracias a ti? Ahora mismo serías pasto de los zombies, o te habrían metido un tiro entre ceja y ceja por vulgar ladrona. ¿te lo digo más claro? Eres un puto lastre, y deberías estar haciéndole favores a Mendiguren... - tajante y demoledor. Esperaba haberle hecho daño, y de verdad, para que dejase de comportarse como una niñata.

Desde entonces. Marc se mantuvo en silencio, limitándose a conversar en ciertos momentos con Benito, Diana y el Yisus, los únicos con quién compartía una historia anterior. Echaba de menos a su ahijado, con él si que hacía buen equipo, y nada de esto hubiese sucedido. ¿Siempre iban a tener consigo a esa arpía? Hasta le había robado la taza de café que tan a gusto estaba degustando, lo cual casi era más molesto que todo lo demás. Con un Nespresso no se juega.

El vuelo transcurrió sin incidentes, si exceptuamos el disparo que recibió el Cougar nada más levantar el vuelo y aparentemente sin consecuencias. Entre los tripulantes hubo algunas rencillas... al parecer ya maduras... los tres militares que iban en la zona de carga junto a los civiles se durmieron minutos después, sin duda producto de una larga trayectoria en operaciones de comandos, aprovechaban la mínima posibilidad para descansar. Estas rencillas provocaron las miradas de los tres pilotos... y Víctor en concreto se vio tentado de soltar lastre en más de una ocasión, pese a su carácter afable.

Se encontraban apenas a 15 millas del sur de la isla, donde según los mapas encontrarían el aeródromo. Los tres pilotos hablaron brevemente, Victor, Brendan y Eilean... todos coincidieron en que pese a que las posibilidades de contactar fuesen casi nulas, debía obrar con precaución y pedir permiso para tomar tierra... en ausencia de comunicación, posarían el pájaro sin mayor dilación... el cansancio empezaba a pasar factura a los pilotos, si el ambiente era hostil o no seguro... repostarían y levantarían el vuelo.

Tanto Cox como Forrester se encargaron de dicha comunicación, probaron todas las frecuencias de uso común, e incluso algunas raras, lo único que obtuvieron fue silencio... la torre estaba muerta, los tres se miraron y negaron con la cabeza... mal asunto... Cox probó una última vez, puesto que ya tenían las pistas a la vista, en varios canales aficionados... y ahí si obtuvo premio. Una voz cantarina devolvió el saludo...

Lo extraño del timbre de voz llamó la atención de todos los que os encontrábais a bordo. Era una voz amigable... de esas que te hacen sonreir, humilde, llana... amigable es la palabra. A todos os cayó bien el tipo a pesar de haber pronunciado unas pocas palabras nada más... 

Una vez superada la sorpresa inicial y establecida formalmente la comunicación la voz continuó hablando:

Encantado de conocerles, amigos... wow... un grupo de españoles y compatriotas británicos, aunque sean lejanos... es una alegría ver que aun se siguen haciendo cosas... mmm... vale... disculpad... el tiempo apremia...

Olvidaos del aeropuerto, está infestado de zombies... junto al extremo sur de las pistas hay una propiedad segura... el antiguo King William’s College... ahí estoy yo. Aterrizad junto a la entrada sur del edificio principal. Esa zona está protegida por dos muros... podéis estar tranquilos... os explicaré las defensas cuando estéis en tierra y preparé algo de comer, que seguro que traéis hambre... 

La voz continuó hablando... ver las caras de la tripulación era un poema... todos sonriendo... si, definitivamente, el tipo del King William’s College os caía bien...

Las indicaciones del hombre (no dijo su nombre, Cox lo nombró sir William, y a todos os pareció bien). Como decía, las indicaciones de sir William no fueron excesivamente precisas. Se notaba que era pagano en el tema, lo cual descartaba que trabajase en el aeropuerto. Junto a una propiedad privada... eso planteaba muchas incógnitas... así pues Victor se preparó para seguir el protocolo de aproximación en campo abierto.

Situó el cougar a 500 pies comprobando la holografía de la zona, la dirección del viento y posición del sol, que ya estaba muy bajo, obstáculos visibles y ruta de escape... la zona que les indicó sir William no era viable para las dimensiones del cougar... aunque Victor pudo comprobar que dentro (propiamente dicho) del colegio cabía sobrádamente...

Hecho el reconocimiento alto pasó al reconocimiento bajo en el que el teniente Diaz pasó por la senda estimada como la más correcta, comprobó que el viento a 100 pies era el mismo que a 500 y chequeó la potencia del Cougar para comprobar si la aeronave podría despegar dentro de los parámetros establecidos. Comprobó (con cierta satisfacción) que su primera opción era la correcta, el patio interior era la zona óptima. Además, se veía bastante limpio, dadas las circunstancias, por lo que no deberían generar demasiado bram out y que hiciera peligrar la maniobra.

Cox se interrumpió a sir William que seguía con su monólogo y le informó de la intención de aterrizar en el patio interior. Éste les dijo que cojonudo... les esperaría ahí.

Seleccionada la senda solo quedó tomar tierra, maniobra ejecutada con tanta suavidad que más parecía un jodido camarero francés dejando una bandeja de porcelana de Meissen con los más delicados manjares que un militar posando un aparato de 3 toneladas sobre un patio de adoquines.

El hombre al que pusisteis el apodo de “sir William” os estaba esperando, como dijo, en el mismo patio del King William’s College... nada más posarse el Cougar y apagar los motores el teniente, todos bajasteis... estirando los doloridos miembros... sin haberse especificado, a todos os pareció lo más correcto, más después de los problemas habidos en Guernsey, no queríais causar mala impresión, así que como si os hubieran entrenado para ello, formasteis frente al hombre... el cual os miraba con una gran sonrisa en la cara...

Sed bienvenidos, amigos... estais en vuestra casa

Empezó a dar cabezadas, y cada pocos segundos, se despertaba, solo para que se le cayese la cabeza al cabo de unos segundos... parecía que movía el tarro al ritmo de algún tema metalero de esos que le ponían las pilas... Pero se despertó cuando medio oyó algo... que el viejo zorro de Marc había intentado un conejeo con la tal Silvia...

Tampoco es que se despertase mucho con eso... pero en fín, comprendía al colega... en estos putos malos tiempos,... un polvo es un polvo; a saber cuando podrás enchufarla de nuevo... y quien sabe... lo mismo la tía podría estar cachonda y le cuadraban las cuentas... Cosas más raras se habían visto..

... sí,... más raras... muuucho más raras, así que lo mejor era intentarlo... desde el buen rollo. El "no", siempre lo tenías.

En fín... Siguió pasando de movidas, y se dedicó a seguir sobando, sobando con tetas y esas cosas útiles que dan sentido a la vida. Joder,... como ayudaba el sonido de las hélices para sobar...

Le pareció oir una voz chisporroteando por la radio, un diálogo en giri... pero le parecía algo tan coñazo como oir a la Campos o alguna mierda de Gran Hermano, aunque para sobar, seguía pensando, hasta el día de su muerte, que como el Tour de Francia, ningún otro sonido...

Se despertó de golpe, al notar el movimiento del Cougar al cambiar de rumbo y dar unas vueltas.... aun medio dormido, se enteró de la movida... iban a tocar tierra y había un Sir esperándoles ahí abajo, con merienda y todo... joder.. de puta madre... pensó..

Una vez el trasto tomó tierra... y evitando ser el primero, que los primeros serán los primeros en llevarse las Hostias, como dicen las Escrituras de cierto WC, bajó, e intentó recomponerse, resistiéndose a estirarse, rascarse el culo, tirarse un pedaco y bostezar, que sería lo que haría normalmente, y por contra, mantuvo una pose profesional, como sabiendo lo que hacía...

... o sea, miró alrededor, a ver si eso era realmente seguro... y dado que el anfitrión estaba ante ellos, devolvió el saludo, que era de colegio de curas, joder!

-¡Hola! Gracias! Bonita casa! -Añadió señalando el casoplón... debía ahorrarse una pasta en alquiler... porque ahora ya eso no se pagaba, claro.

El disparo que había recibido el Cougar había sido bastante certero. Aquellos cabrones del aeropuerto sabían dónde debían dispararles para hacer el mayor daño posible, aunque Benito ignoraba a qué venía todo ese resentimiento que mostraban hacia ellos. ¿Tal vez por los grupos de zombies que habían llegado al aeropuerto tras los disparos? No veía otra opción posible.

El trayecto transcurrió tranquilo para Benito. El catedrático habló un poco con Marc, Diana y el Yisus pero no tomó partido en el enfrentamiento entre Marc y la Belmonte, sino que se limitó a echar una siestecita, descansando a la espera de que llegaran al destino. Si bien es cierto que no pudo dormir demasiado, al menos reposó un poco durante el viaje.

Cuando finalmente el Cougar tomó tierra, el catedrático siguió a sus compañeros y observó el King William's College. A primera vista le pareció que se trataba de un edificio fácilmente defendible, y por lo que les había indicado "sir William" se encontraba totalmente libre de zombies.

-Bonito sitio, sí -coincidó el profesor con el Yisus, admirando el monumental edificio.

Las palabras que sir William dijo eran reales. El lugar era seguro. Pasasteis allí la noche y nada perturbó la tranquilidad del recinto. Tal y como os explicó, la propiedad ya contaba con sólidos muros en todo el perímetro, que no era pequeño, precisamente. En la sala donde antiguamente se reunían en claustro los profesores, había algunos cuadros del recinto, así como algunos mapas de la isla. Todo muy ilustrativo, y que sirvió a sir Williams para explicaros las defensas con que contaba.

El muro exterior presentaba algunas deficiencias que el propio sir corrigió, además, al noreste contaba con una sección protegida por un terraplen. Tras las primeras semanas levantó una segunda sección de muro, que lo aislaba aun más del exterior. Tenía plantada cebada y trigo en los campos al oeste, hortalizas al sur, y lo que antaño era un campo de futbol al este tenía unos cuantos frutales que había podido trasplantar y diversas verduras. Lo cierto es que sir William no había perdido el tiempo, y contaba con un recinto seguro y autosuficiente. Tenía agua corriente y el suministro de luz garantizado, por varios generadores con que contaba la propiedad y varias placas solares.

Os contó además que estaba trabajando ahora en aislar la península al sureste, pues en su punto más estrecho apenas contaba con 100 metros de anchura. Y contar con ese plan B en el hipotético caso de que el King William’s College cayese. Alguno preguntó por qué no se veían zombies en los alrededores, estando además tan cerca de una población (como visteis antes de tomar tierra), a lo que él os contestó que gracias al sistema de señuelos que tenía repartidos por todo el sur de la isla los mandaba a varios kilómetros al oeste, donde los “almacenaba” - os lo enseñaré a la luz del día, es sencillo e ingenioso, y me permite redireccionar a los cadáveres lejos de aquí - dijo, con una sonrisa.

Tanto Víctor como Íñigo fueron bastante más pragmáticos en sus preguntas. Se notaba que no perdían ni un momento de vista el objetivo de la misión. Le requirieron información sobre el aeropuerto, si tan efectivo era su sistema de señuelos, ¿por qué no había liberado el aeropuerto de zombies? Y... sobre todo, ¿había posibilidades de acceder para reabastecer el cougar?

Sir William contestó a sendas preguntas con sinceridad, sin guardarse nada. No “limpió” el aeropuerto porque no lo estimó relevante. Dentro de las instalaciones estaban controlados, había varios puntos que llamaban la atención de ellos, y no se movían de ahí. Solo restaba esperar que el paso del tiempo y la descomposición acabara por hacerlos “no operativos” y que cayesen por su propio peso. En cuanto al combustible. Dijo no saberlo, pero que nada hacía indicar que el aeropuerto hubiese sido saqueado.

Dijo, además, que tenía conocimiento de al menos otras dos comunidades en la isla, ambas al norte, con las que comerciaba una vez al mes. Os ofreció quedaros una temporada en la isla, a él le vendría bien la compañía y, además, contaba con que lo ayudárais a terminar el muro que os había comentado al sur.

Además de algo de cenar y una ducha, os ofreció algunas estancias donde poder dormir cómodamente. Dijo que estaban tal cual las encontró pero que, dadas las circunstancias, a todos os pareció poco menos que un palacio. ¿A quien le molestaba una capa de polvo si se podía uno estirar tranquilamente en una cama cálida? Luego el hombre se retiró. Todos os mirasteis. Era alguien peculiar. Y había confirmado la primera impresión. Os caía bien. Curioso que nadie cayera en preguntar su verdadero nombre...

Íñigo estaba sorprendido. Gratamente sorprendido. Él pensaba que lo que tenían en la Cid era inmejorable. Pero esto... esto estaba mejor. Y lo había levantado un solo hombre. En lugar de caer en la desesperación, se había rehecho y levantado una fortaleza. 

Ahora tocaba encontrar la manera de repostar el Cougar... porque la opción de buscar un barco para cruzar a Escocia no lo veía viable...

Miró al teniente Víctor Díaz, que miraba un mapa del aeropuerto, tratando de averiguar cuales eran los edificios con mayor probabilidad de encerrar el combustible... la teniente Forrester lo ayudaba, así como Cox.

Tanto Gabi como Elena no abrieron la boca... silenciosos e impertérritos, aguardaban nuevas órdenes antes de retirarse... o retirarse, en ausencia de ellas.

Los civiles... bueno, los civiles seguían a su aire. Lo único destacable eran Marc y Silvia, uno en un extremo y la otra en el otro. Por la mañana hablaría con ellos, no podía consentir que aumentara la tensión dentro del grupo.

Carraspeó y se dirigió a todos...

Señores, creo que deberíamos descansar. Ha sido un día largo... largo de verdad. Pensad, si podéis, en como entrar al aeropuerto de manera segura... o lo más segura posible. Necesitamos repostar y partir cuanto antes. Por la mañana plantearemos las diferentes alternativas. Buenas noches.

Y se retiró a una de las habitaciones que le había indicado sir William.

Cuando se enteró de lo que había hecho el tío este, él solito, no pudo menos que mirarle de arriba a abajo... Todo eso,... él solito... flipante...

Había elegido la estrategia de supervivencia opuesta a otros que había conocido: conseguir una base, e irla aumentando; claro está... el terreno ayudaba... haz eso en medio de Castilla... Pero sí que era de admirar, tanto la iniciativa, como el pedazo de currada... Claro está,... no habiendo tele, en algo tenía que entretenerse...

Subió a su dormitorio; ya por costumbre, ni se despelotó, y dormiría con el arma abrazadita,... que cualquiera dormía tranquilo. Llamadle paranoico,... pero atrancó la puerta, desde dentro, con una silla, se aseguró de que la ventana no tuviese barrotes, y un par de precauciones chorras más, como que había cagado antes de acostarse, y de que hubiese sábanas y mantas... y no para jugar a los fantasmas, sino para tener ruta de escape, que las ratoneras, en estos tiempos, mala cosa son...

Ya en su "sitio seguro en el mundo", se dispuso a sobar... con la intención de que, si se quedaban algo de tiempo, lo mismo podría echar una mano al tío este; no tenía miedo al trabajo, y si había que ayudar a levantar un tramo de pared... por él, sin problema...

Tras la larga jornada de vuelo y varias pruebas en las comunicaciones del aparato, la bonita pelirroja probaba las diferentes frecuencias de radio casi de manera constante, tal y como ella era, una mujer meticulosa en su trabajo que deseaba fervientemente encontrar algún alma en la torre de control del aeropuerto, una lucha que no conllevó victoria alguna, al menos no del tipo que esperaba.

Sonó de repente una voz, arrancándole la más amplia de las sonrisas, explicando que no habían opciones viables con el aeropuerto, pero que el King´s William College, el lugar donde el hombre se había acomodado, era un sitio seguro para poder aterrizar.

- Good news finally... (Buenas noticias por fin) - dijo la mujer de buen humor, dando su opinión al respecto sobre descender en la amplia explanada -... We should listen to him.... Let´s land....(Deberíamos escucharle.... Aterricemos) ...- La forma de hablar del hombre determinaba lo británico que era, en Escocia los tipos así hacían gracia e incluso en algunos bares los imitaban, pero la mujer era correcta hasta la extenuación, así que se abstuvo de comentario alguno.

Eilean descansó en aquel lugar como creía que no podría hacer hasta que llegase a casa. Sin embargo debía quitarse el sombrero y reconocer que aquel extraño de aspecto amable y educado, era un genio. Había conseguido hacer su propio fuerte como zona de residencia, conteniendo a los zombis en determinadas parcelas, plantando cereales y verduras , y lo mejor, teniendo agua y electricidad para poder tener una vida post apocalíptica ideal

No quería reconocerlo pero estaba preocupada. Si el aeropuerto no tenía combustible y éste había sido saqueado, ¿cómo podrían regresar a casa? ¿dónde podrían aprovisionarse de combustible de nuevo?... Esperaba que Cox e Iñigo tuvieran un plan, de lo contrario, tendrían que plantear otras posibilidades, ¿y si el trabajo de investigación pudiera hacerse en ese fuerte?.... Había de todo para vivir, y seguramente a Sir William no le vendría mal la ayuda ni la compañía, pero claro, esto era sacar conclusiones precipitadas, tendrían que esperar al día siguiente para comprobar de primera mano cómo se encontraba el aeropuerto de la zona.

¡Sería gilipollas el viejo de mierda!.... El tipo tenía ganas de buscar bronca al devolver con acidez sus comentarios, así que no iba a callarse, haciendo que el largo viaje al que iban a someterse, pudiera ser casi un infierno para quienes estaban la lado, los pobres desdichados que oirían "música de fondo", siendo Marc y Silvia la orquesta sinfónica.

- Casta y pura no, pero discúlpeme si no estoy acostumbrada a que me señale con un pene erecto un tipo con calzoncillos, antes de la pandemia eso se llamaba exhibicionismo y hasta la policía te podía detener por ello... Está claro que ha perdido toda decencia y moral.... - rezongó la mujer con tranquilidad en su voz, nadie allí sabía lo asqueroso que había sido ese encuentro, si al menos hubiera estado bueno... ¿Superficial Silvia Belmonte?.... Lo necesario como para que el término adquiriese dimensiones extremas.

- Niñata vaya.... - sonrisa, le había cabreado -...¿problemas contigo?...¿Si?....Oh....¿De verdad?.... ¿Me está amenazando?... ¿Qué va a hacer? ¿pegarme?.... ¡¡Queeeeee mieeeeeedo!!.... - le parodió, una clara burda pues intuía, no tenía cojones para hacerlo -....Mira viejo, cuídate a partir de ahora, vaya a ser que sin querer mueras de un infarto... - le respondió con acidez, Mendiguren sabía bien que ese tono era temible -....Tengo una tiara, ¿y qué?... Ya no existe el sentido de la propiedad, no debo dar explicaciones de lo que cojo si no perjudica a nadie... Y no había un puto zombie en el almacén, tampoco le puse un arma a Elena como para que me siguiera, se quedó a mi lado porque quiso... Vamos, fui a mi bola y hasta la fecha me ha ido genial así... Tampoco me dijiste que os acompañara para ir a por combustible al hangar, fuisteis de chorra y encontrasteis los bidones sin ni siquiera esperarlo, pero vaya, si quieres uso la doble moral con la que tú juegas para comparar que robaste unos cafés a dios sabe quien... Tú un ladrón de café, yo una ladrona de tiara... En esta vida siempre han existido clases, querido....

Escuchó a Marc decir que era un puto lastre y ella no se contuvo y le dijo una gran verdad -... Gracias a mi Yisus y Lucas están vivos... Mis habilidades son distintas a las tuyas....Tú hueles gasolina, yo he salvado dos vidas... ¿Quién es el puto lastre?.... - y es que su aseveración, no era mentira.

No supo cuanto tiempo pasó hasta que aterrizaron, para ella el trayecto había sido más bien corto, y si le dabas dos horas más, podría continuar peleando contra Marc.

Tras aterrizar en un sitio muy verde, edificado y tranquilito, conoció a Sir William, la verdad es que se lo había montado genial, el lugar prometía e incluso podía plantearse quedarse en aquel paraíso que todo tenía pero claro, para eso debería tener claro de que realmente podía cubrir allí sus necesidades. Descansaría aquella noche y vería como se sucedían las cosas, porque se planteaba tomar acciones precipitadas. Lo mejor, urdir un plan.