Partida Rol por web

Ok, era solo por lo que habías puesto...la verdad es que no soy muy bueno en blaster, por eso me acerqué viendo la dificultad que me habías dicho, pues un 5 con 2d6 es factible, pero un 10 con 3d6 no lo es tanto... no se si me he explicado.

Vamos que si se que la dificultad es 10 en cualquier caso no me muevo.

- ¡Vamos chicos! - exclamo - ¡Nosotros somos cinco y ellos sólo dos, no vamos a dejar que nos valupeen de esta manera!

Devian intento que el adversario que permanecia de pie se centrase en el y dejase tranquilo a su, por otra parte muy capaz, maestro.

El combate estaba en todo su apogeo y los zumbidos de los blasters sonaban en todo el pasillo tanto de los oponentes como de sus compañeros. 

A los pocos segundos el resultado de la contienda parecía estar de su lado, pero no podían relajarse. Debían acabar cuanto antes y llegar al hangar. Y eso solo significaba acabar cuanto antes con los que quedaban de pie.

Anzak: 22 --> Dispara a corta distancia
Clint: 20 --> Declara
Darius: 16 --> Declara
Guardia restante: 11 --> Disparo a quemarropa a Devian
Devian: 10 --> Ataque con sable y esquiva

- ¡Demonios!- exclamo al ver el jaleo que se ha montado - En un espacio tan reducido acabaremos matándonos unos a otros.

Me aparto un poco de la trifulca, quiero ver si mi pupilo puede apañárselas bien si logra atacar al guardia, aunque creo que el contrabandista y el cazarreconpensas lo acribillarán a disparos de bláster.

Anzak: 22 --> Dispara a corta distancia
Clint: 20 --> Nada (apartarse)
Darius: 16 --> Disparo con bláster pesado
Guardia restante: 11 --> Disparo a quemarropa a Devian
Devian: 10 --> Ataque con sable y esquiva

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Anzak, pese a estar bastante cerca del guardia de la Ciudad de las Nubes, no logró acertarle, pues éste era bastante ágil y estaba bien entrenado para esquivar. Por ello, tras apartarse un poco clint, Darius disparó su blaster pesado, desde un poco más para atrás... El joven guardia rodó por el suelo, pero Darius, experto tirador, guiñó un ojo y apretó el gatillo cuando tenía a su presa bien dispuesta...

¡¡FAAAAAAZZZZZZZZZ!!

El tipo, justo antes de volver a colocarse en pie, fue alcanzado por el cazarrecompensas. El cuerpo del guardia dejó entrever una marca negruzca y requemada en su pecho, fruto del disparo láser, antes de caer abatido al suelo... Los cuatro guardias estaban ahora esparcidos por el corredor de esa parte de la Ciudad..

¡¡FIU, fap, fap... PIIIII!! -Chispa instaba a marcharse de allí cuanto antes, pues los niveles de decibelios por los disparos y los rebotes en las paredes habían sido muy elevados-.

Debo se adelantó, desde su posición más retirada, saltando por encima de los cuerpo allí medio muertos. Instanba a que le siguiérais, pues hacía gestos con la mano. Además, os dijo a través de su droide que guardárais las armas, pues, tras el escollo de los soldados, íbais a llegar hasta una zona cercana a las plataformas de embarque, donde habría más personal, droides, quizá soldados de asalto, y más viajeros. Una vez en la plataforma indicada, Debo y vosotros os acercáteis un poco hasta un lugar donde había hasta tres gamorreanos custodiando a un weequay. Por su imagen, parecía un contrabandista. Debo habló con los gamorreanos y se acercó al weequay.

Tras unos segundos de charla imcomprensible entre ambos. Debo sacó su bláster furtivamente, y le puso el cañón en el estómago al tipejo. Los gamorrean se dieron cuenta, pero los gestos de Debo con la cabeza indicaba que, al más mínimo movimiento, lo carbonizaría... El sullustán desarmó al tipo e hizo que sus guardias se desarmasen también, y luego habló a al weequay. La cara de éste parecía un poema, y acto seguido parecieron llegar a cierto acuerdo (o eso intuísteis). Debo, acto seguido, llamó a su droide, para que os tradujera.

Señores -dijo D-8BO-, mi a-mo dice que se apre-suren. Nos vamos a ir de és-te plane-ta cuanto an-tes. ¡De-prisa! -el droide de protocolo, aunque no lograba expresar la pericia e impaciencia de su amo, había sido claro-.
 

Tras patear lejos las armas de los gamorreanos para que no las cogieran y tomaran represalias, seguísteis al sullustano, que llevaba al weequeay agarrado por el cuello y pistola a la espalda. Apuntábais a los gamorreanos, por si se les ocurría coger las armas, mientras íbais tras de Debo.

Minutos después llegásteis, siendo indicados por el contrabandista retenido, a un pequeño hangar privado. Allí no había vigilancia alguna. En dicho hangar había dos grandes naves. Debo soltó de la presa al tipo, dándole una patada en la espalda y mandándolo hacia delante, señal de que ya era libre. Acto seguido, el weequay quedó libre y huyó despavorido de allí. Debo habló a su droide.

Hay que dar-se prisa -tradujo el droide de protocolo azul-. Mi amo in-sis-te en escoger una de las dos naves, o pron-to vendrá ese ti-po con sus secua-ces. Creo, seño-res, que mi amo a agota-do todos sus recur-sos en este plan-eta. Esta es nuestra ú-nica opción...

Darius sorteó los cuerpos tendidos de los guardias.

-Mira que querer hacer daño a un viejo...- Bromeó en voz baja. En realidad minutos antes habría hecho lo mismo, pero la misión era la misión y quién sabe, hasta le acabaría cogiendo cariño al cascarrabias de Lightman.

Debo se las arregló para sorprender al contrabandista y sus enormes gamorreanos.

-Buen trabajo cara-trucha. Larguémonos de este planeta antes de que me encariñe de nadie mas- Fué su forma de dar las gracias a todos.

El caza-recompensas miró ambas naves, confiaba mas en el criterio de su socio pero en tierra como en el espacio, un buen blindaje era siempre la mejor decisión.

-El ladrillo con alas- Dijo acariciando el casco de la Mist Hunter.

-No es tan bonita como tu querida nave Anzak, pero nos sacará de aquí.-

Devian asintio.

- Tal vez menos agil, pero me fio del criterio de Darius.

Una vez acabados con los guardias, veo como Debo nos apremia para seguir nuestro camino. Mientras avanzo me giro para ver los moribundos soldados. Aunque querían darme una paliza, me sabe mal dejarlos allí, y tengo que aguantarme las ganas de usar sus intercomunicadores para avisar a su base que los vengan a recoger. En otras circunstancias lo haría, pero podría poner en peligro al grupo, si damos aviso, y lo que necesitamos es tiempo para poder largarnos de aquí.

Refunfuñando para mis adentros, prosigo la marcha junto a mis compañeros y mi alumno.

- Lo has hecho bien, Devian, aunque recuerda que un Jedi nunca usa la Fuerza para el ataque, a menos que sea necesario para salvaguardar su vida o la vida de los demás. Siento no poder ayudarte con el manejo del sable, pues ya ves que yo no lo utilizo. Lo intenté cuando empecé, pero nunca tuve un maestro que me ayudara a practicar y construir mi sable, por lo que me entrené en otras armas. Y créeme si te digo que este bastón me ha sacado de más de un apuro.

Al final llegamos a un hangar, donde hay un par de naves cochambrosas.

- Menudos montones de chatarra. ¿Y se supone que eso vuela? - digo mirando las dos naves. - En fin, la verdad es que he volado en cosas peores... Así que aceptaré la que elija la mayoría del grupo.

- ¡¡Guau!!- dijo emocionado Anzak al ver las dos naves en el hangar-. Una Byblos Drive Yards G-1A starfighter y una JumpMaster 5000, increíbles naves...rápidas y maniobrables.

Mientras miraba con ilusión ambas naves, escuchó la elección de su socio Darius, escogiendo la Byblos. Anzak se giró y se encogió de hombros.

- Hombre la Byblos tienen más velocidad sublumínica y más casco...pero la Jumpmaster...la jumpmaster tiene un hiperimpulsor de seguridad, además- prosiguió hablado y mirando a las naves-, ambas están dedicadas no al transporte si no a la caza, por eso...

En ese momento Anzak se dio cuenta de que estaba hablando solo pues el resto del grupo ya se había dirigido hacia la Byblos y se estaba metiendo en la nave. 

Anzak nego con la cabeza mientras sonreía.- Buena elección- comentó para sí acercándose a la nave él también.