Partida Rol por web

Juan Manuel de Rosas mira a sus compañeros,dado que el mucho de tecnologia no entendia asintio con su cabeza y dijo:

-A menos que la señorita kashya y el señor Erick quieran agregar algo mas,yo me encuentro listo para ir a comenzar hacer la misión!!!.

Dicho esto se paro de la silla y espero a ver las reacciones de sus compañeros

Miro a Erick cuando habla con su voz varonil y recuerdo al instante la noche en la que me convirtió en uno de los suyos. Sonrío vagamente y si no fuera porque sé que no es posible pensaría que me he ruborizado así que bajo la vista hacia mis rodillas.

-Adelante pues-digo levantando de nuevo mi vista hacia los presentes.

-De acuerdo-dice.-Por mí todo está claro. Sólo queda acordar a qué hora se va a pasar cada uno de nosotros, ¿no?

-Sí, es verdad... Con lo de la traición se me había olvidado.-comenta la Cardenal-El señor de Rosas pasará a eso de las 1:30, y ustedes un cuarto de hora más tarde. No conviene llama la atención llegando demasiado pronto y, después, qe alguien se percate en que no han salido.

En ese momento se abre la puerta de la discoteca y aparece Vicen. Trae los uniformes, unos vestidos ásperos y grises. Charla un rato con vosotros y se va. Antonia saca de un maletín un carné de plástico con el nombre de Fernando Almendáriz, con el logo de una empresa de marketing, y se la entrega a de Rosas.

-Usted no tiene más que enseñarla en recepción y decir que va a por unos papeles. Cuando menos diga mejor, mejor será el riesgo de ser descubierto o de que le hagan preguntas incómodas.

Llegas de nuevo a la estación de Nuevos Ministerios y te encaminas hacia la torre, vestido con un vestido de corbata que te han prestado. Te han dicho que te queda muy bien, pero tú lamentas no poder verte en un espejo.

Llegas a la entrada del rascacielos y atraviesas las puertas giratorias. Te acercas a recepción, donde enseñas la tarjeta y dices que vienes a por unos documentos que has dejado olvidados. La recepcionista, un joven guapa y sonriente te contesta que ya le habían avisado, que tome el ascensor.

Una vez en la planta que Cortázar indicó, entras en la oficina gracias a un juego de llaves que te dio la noche antes.

-Sólo queda esperar a Kashya y a Erick.-piensas.

Erick te mira mientras te pruebas el uniforme del servicio de limpieza. Te queda algo holgado, pero puede pasar. Tú te ves más bien ridícula, pero sabes que es importante dar una buena imagen ante el Sabbat... y ante los ojos que te están mirando en ese preciso momento.

Llegáis a Nuevos Ministerios en una vieja furgoneta, y aparcáis en la parte de atrás del rascacielos. En recepción os identificáis como el nuevo personal de limpieza de la empresa "Ikos Marketing". La joven sonriente que os atiende mira unos registros y os indica que no hay ningún problema.

Cuando Erick y Kashya llegan a la oficina, Juan Manuel está mirando distraidamente las luces de la Castellena junto a una ventana.

Erick os explica rápidamente el plano.

- Entraremos ahora, antes de la reunión. El albino llegará dentro de poco, y la reunión empezará a eso de las 2:30. Le noquearemos, nos haremos con todos los documentos posibles y le llevaremos por el ascensor de servicio, que está al lado de la puerta del bufete, hasta la calle. Kashya y yo hemos dejado una furgoneta en la parte trasera, junto con la puerta de suministros y mantenimiento.

Os mira fijamente y añade:

-¿Alguna pregunta?

Todo ocurre delante mía como capítulos de un libro que leo deprisa. LA reunión se termina, luego a solas con Erick, de camino a Nuevos Ministerios y ahora de nuevo reunidos.

Suspiro. 

-Por mí, todo claro-digo con aparente calma.

Juan Manuel de Rosas mira a Kashya y a su compañero y de nuevo dice:

-Disculpe odio ser quien deba de ser quien hace las preguntas mas odiadas pero quisiera saber,entre que el sujeto entra y usted lo nockea,¿como evitara que grite o pegue la alerta?,¿se le ocurrio la forma de evitar esa pequeña eventualidad?.Por que si no la tiene en consideración,todo el plan puede fallar.

Erick sonrió y acercó su mochila, que estaba tirada en el suelo.

-Me gusta que se dé cuenta de esas cosas-le dice a de Rosas.

Abre la mochila y saca un tostador blanco. Ante los ojos atónitos de sus compañeros, Erick comenta:

-Sí, es un tostador. Un simple y mísero tostador. Cuando venga el albino con sus guardaespaldas, enchufaremos el aparato y lo pondremos en marcha. Está estropeado, así que cada vez que lo pones en marcha saltan los fusibles. El cableado del edificio está hecho de manera que, cuando hay una sobrecarga, sólo se quedan sin luz el piso donde se ha producido la subida y los que está justamente por encima y por debajo, sin afectar a los ascensores ni al resto de las plantas.

Deja el tostador encima de una mesa y saca una llave de su bolsillo:

-Ésta es una llave maestra. Cuando salte la luz saldremos al pasillo, abriré la puerta con ella y entraremos.

Igual es por mi pasmosa obsesión con Erick pero su idea me parece tan brillante y poco común que tengo que contenerme para no saltar a sus brazos. En lugar de eso, asiento levemente con la cabeza y dejo hablar al resto, yo hacer ato que estoy decidida a llevar a cabo la misión, aunque he de aceptar que el señor De Rosas piensa en cosas que yo jamás supondría.

"¡Maldita vampira principiante" pienso para mi interior.

-Pues si no hay ninguna duda, será mejor ponernos en marcha-comenta Erick-. Yo estaré atento por la mirilla a ver si el objetivo llega. Entonces pondremos en marcha el plan.

Dicho esto enchufa la tostadora en unos de los enchufes que hay en la pared, al lado de una cafetera de diseño de colores brillantes.

Los minutos pasan lentos mientras Erick mira a través de la puerta, hasta que susurra un tímido "Ya están aquí, acaban de entrar en la oficina y no hay nadie en el pasillo", y acciona el tostador. Tal y como había predicho, los fusibles saltan y la luz se apaga. Ahora la oficina donde estáis está débilmente iluminada por la luz que os llega de la calle.

Erick abre la puerta y los tres salís al pasillo, con el Gangrel a la cola. Kashya y de Rosas van por delante de él.

Juan Manuel de Rosas ve que el plan hasta el momento estaba dando grandes resultados y no había problemas pero solo podría confiar completamente si nada fallaba hasta el final.

Siguio caminando tranquilo cubierto por la oscuridad y esperaba que pudiese encontrar rapidamente al objetivo.

Salgo con De Rosas y pendiente inconscientemente de dónde está Erick. Aún así trato de estar alerta por si pasa algo que no detectemos a nuestro alrededor, aunque acompañada de De Rosas me siento bastante más tranquila pues ha demostrado con creces tener una maestría increíble en nuestras misiones.

Sin más camino detrás de De Rosas notando la presencia de Erick detrás mía.

Erick se desliza entre vosotros dos como una anguila, se acerca a una puerta cercana y la abre con su llave maestra.

Ante vosotros aparece una oficina amplia y diáfana, muy débilmente iluminada por la luz proveniente de la calle, muchos pisos por debajo. Podéis ver una mesa grande y ovalada, con sillas alrededor, un mueble al fondo de estilo minimalista y una cristalera que ocupa toda la pared de la derecha.

Cerca de vosotros hay dos personas, una de ellas con la mano sobre el interruptor de la luz. Al fondo, al otro lado de la mesa, un hombre os mira con ojos sorprendidos. A pesar de la penumbra, sus cabellos brillan con un resplandor blanquecino. Parece ser que ése es vuestro objetivo.

Juan Manuel de Rosas observa como el señor Eirck pasa delante de el y espera nuevas instrucciones,era obvio que hasta el momento todo estaba marchando viento en popa,pero si algo le había enseñado el tiempo era que nada podía darse por seguro y mucho menos cuando se estaba llevando a cabo un plan con tanto exito,esperaba que su corazonada fuese equivocada.

Parece que todo va bien. Entramos sin ningún problema y lo vemos allí de pie sorprendido mirándonos. La oscuridad es nuestro elemento así que jugamos con ventanja, pero, ¿cómo reaccionamos a continuación? Se supone que debemos ir a por el albino y sacárlo de allí, pero es evidente que se resistirá.

-¿Qué hacemos? ¿Lo desmayamos?-digo tan bajito que sólo lo pueden apreciar los oídos vampíricos.

-Yo voy a por uno de los guardaespaldas-dice en un susurro.

Y acto seguido coge una silla que estaba sus pies, dispuesto a romperla en la cabeza de alguien.

Juan Manuel de Rosas dice en voz baja para que solo lo escuchen los oidos vampiricos:

-yo voy por el albino.

Dicho esto se fue hacia ese sujeto albino y usaria su dominación sobre el:

-Duerme!!!

-Bien, pues el que queda para mí-digo mientras fijo mis ojos en el único objetivo libre en aquel momento.

No me apetece hacer alarde de mis dotes vampíricas, de echo, ni siquiera creo que pueda hacer demasiado alarde, así que simplemente me acerco sigilosa para darle un golpe con mi propia mano en la nuca y dejarlo KO sin más. No necesitamos matarlos.