Partida Rol por web

Gus hizo señas a Jay y Diana cuando les vió aparecer en las cercanías del parque. Junto a él estaban Jordan y Shyl, quien parecía haber buscado refugio entre ellos mientras esperaba a poder entrar en clase.

A los tres se les notaban las ojeras por lo ocurrido en la noche anterior. Shyl estaba más callada y apagada incluso que en el desayuno. Era como si algo la carcomiese por dentro. Jordan permanecía vigilante y es que ni Mandy ni su perrita Trish, habían dado aún señales de vida por el instituto.

A lo lejos se formaba gente y una mujer llamaba a los chicos.

Miré al cielo esperando que se pusiera a llover o algo así. Nevar!! Mejor nevar! Así suspenderían las clases y yo tendría mas tiempo para... ¿Tocar la guitarra? ¿ Limpiar mi cuarto? Cualquier opción era un coñazo y dudaba que se pudiera a nevar ahora mismo con el sol que hacía.

Me acerqué a la mujer mientras algunos alumnos se iban presentando. ¿Esa es... Rylee?  Sonreí para mis adentros y suspiré. Menuda noche! Me alegraba de verla aunque fuera de espaldas y era un incentivo mas para ir a clase.

Según me acercaba levante la mano para llamar la atención de la mujer.

- Leonar Moulton por aquí, señora.- Dije presentándome y al llegar al lado de Rylee la guiñé un ojo.- Espero no llegar muy tarde... - dije encogiéndome de hombros ligeramente como disculpa.

Apenas vi a Leonard y las mariposas comenzaron a revolotear en mi estomago. Me puse nerviosa y sin saber exactamente porque, o mejor dicho, si lo sabia. 

Despues de todo no habia pegado un ojo con todo lo que nos habia pasado en la noche anterior.

Me giño un ojo y solo pude bajar la mirada mientras me sonrojaba como una tonta.

Cuando retiró la lista de mi vista, lo sentí como un gesto hostil. Pensé que menudas formas de empezar tenía, de nuevo. No parecía ser lo mío eso de llevarme con los profesores, o con lo que fuera esa mujer que tenía los listados. Miré detrás de mí, al parecer no era la única nueva para entrar a clases. No sería el único perro verde, lo cual debiera ser un alivio o algo.

Si no hubiera tenido que ir aquella mañana a clases en ese momento seguiría en casa, disfrutando de otro trozo de lo que había tenido la noche anterior. Ese chico iba a volverme loca, pero es que un universitario cañón merecía eso y más. Le hubiera cantado una oda si me lo hubiera pedido después.

La rubia parecía embobada, como si estuviera en otra nube. Creo que me hacía una idea de dónde podía estar: pensando en tíos buenos. Y por cómo se acercó el tal Leonard a guiñarle un ojo directamente comprendí que estaban liados. Seguro. Había gente nueva que no había perdido el tiempo la noche anterior. Yo tampoco había perdido el tiempo, aunque mi interés estaba fuera del instituto, aunque el tal Leonard también estaba bueno, todo sea dicho.

-Hey…- saludé a los que se acercaban, sintiéndome gilipollas. Debería estarme mejor callada y esperar a llegar a nuestra clase. O donde nos llevaran porque a ese paso ya sentía que estaba en un infierno de aburrimiento.

Nos dirigimos hacia la zona donde mis colegas me habían avisado que estaban. Nada más comenzar a caminar, le di la mano a Diana, con timidez, queriendo caminar a su lado con nuestras manos unidas, sentirla, y sobre todo que ella me sintiera. La preocupación por aquello que habíamos visto, y la incertidumbre que lo rodeaba y que me había transmitido al no saber cómo abordarlo, me dejó sumido en un tenso silencio. Yo tampoco sabía cómo hacerlo, no encontraba una solución que poder ofrecer.

¡Hey, tíos! -Saludé al alcanzarles. Me fijé en que estaban los tres, Gus, Jordan y Shyl, quien tenía un aspecto horrible, aún peor que el de la noche anterior. Alcé una mano frente a Gus, estrechando la suya y tirando de ella con fuerza, aunque Gus era más fuerte que yo y termine por ser quien era jalado en su dirección hasta chocar los hombros. Jordan, que se mantenía en actitud vigilante, me ofreció su puño, que choqué con el mío suavemente. Les hice un gesto en dirección a Shyl, sin querer preguntar abiertamente, antes de pasar a otra cosa- Bueno tíos, lo de anoche fue una locura, y creo que no os llegué a presentar... -Dije mirando a Diana- ...aunque ya os sonará de clase. Ésta es Diana. Diana, mis colegas Gus y Jordan. -Les presenté, señalando a cada uno al decir su nombre. Solté su mano un momento, dejando que saludase a los chicos, y alargué la mano al hombro de Shyl, tirando un poco de ella hacia mí hasta rodear sus hombros con el brazo e inclinar la cabeza para susurrarle unas palabras- ¿Estás bien, amiga? Dentro de lo que cabe, quiero decir... S-sabes que puedes contar conmigo, ¿no? Si necesitas hablar, o cualquier otra cosa. -El ofrecimiento era sincero, ella lo sabía bien, me conocía como nadie. Lo terminé dándole un beso en la cabeza, frotando su hombro un par de veces antes de soltarla y regresar junto a Diana, frente a Gus- ¿Y qué? ¿Sabéis algo de Tommy? ¿Descubristeis algo anoche? Aparte de lo que viene en los periódicos, que ya es bastante. Diana y yo pasaremos por el hospital después de las clases, ¿os apuntáis?

Creía que me había escaqueado cuando mi madre me detuvo-odio que me llames así y lo sabes mamá- pensé mientras giraba en redondo enfrentándome a ella.

-Hola...Mamá-dije entre dientes, no soportaba que hiciese esos numeritos delante de mis compañeros, me dejaba en evidencia y sabía que era el puto cachondeo del instituto.

-Tú no lo entiendes, yo sólo...-no pude terminar la frase, le encantaba cortarme en las conversaciones, mostrando su superioridad. Pero cuando me hizo ver a los agentes de policía se me heló la sangre-mierda- mascullé mientras ví como se acercaban en grupo hacia mí como si fueran una mini horda zombi.

Desvíe la mirada un instante y logré ver a Amber, la sonreí con esperanza de que me viese, era la que mejor se había portado conmigo la noche anterior al igual que Jay, aunque dudé si me había visto.

No tuve más remedio que seguirlos a todos dentro del edificio. Me sentía como un reo antes de la ejecución, yo sólo quería ayudar y el marrón me lo iba a comer yo enterito.

 - Ah, pues genial. - Al final sí que ha colado y todo. Tampoco es que sea gran cosa, pero es un alivio. Jason no corre la misma suerte que yo de pasar desapercibido, aunque ese pareciera claramente su plan. A pesar de que una profesora y unos agentes lo acompañan a alguna parte, es capaz de verme y sacar de algún lado fuerzas para sonreírme. No sé cómo lo hace en su situación, pero ya que ha hecho el esfuerzo no quiero ser menos, así que le devuelvo la sonrisa que se merece en señal de apoyo, ya que es lo único que ahora puedo hacer por él. Esta vez son 'sólo' polis, no lobos, lo que además me hace preguntarme el por qué Jason. ¿Habrá sido por la llamada desde su móvil? Más gente además de él debió llamar tras la que se lió anoche. Tal vez también tengan que explicarse, y puede que el resto tengamos que hacerlo más tarde igualmente, si Jason les cuenta lo que pasó anoche, los que estábamos. 

 Tras perder a Jason de vista decido ponerme los auriculares para ayudar a aislarme de la tensa situación del insti y poder hacerme la sorda de ser necesario. No es que me apetezca mucho hablar ahora en realidad, ni nada que no sea quedarme tumbada en casa jugando videojuegos y fumando, así que me continúo hacia la clase, deseando que las horas del insti pasen pronto.

Comenzamos a caminar hacia el parque en silencio, sintiendo cómo Jayden me daba la mano de forma inmediata. Le miré algo sorprendida en un principio, pero en seguida le mostré media sonrisa teñida de preocupación. Recordar aquel mensaje de Mel me había dejado con mal cuerpo. Apreté su mano, queriendo mostrarle mi apoyo, viendo al acercarnos al lugar donde estaban sus amigos a Gus haciéndonos señas.

Al darles alcance, Jayden empezó a saludarles, quedándome callada a su lado, mientras echaba furtivas miradas a Shyl; quien parecía muy afectada. Volví la vista hacia los demás cuando Jayden empezó a presentarme, volviéndome aun más tensa al escuchar las palabras “ya os sonará de clase”.

Sí, la chivata de la clase...

Aun así, no le di tanta importancia a la situación como se la hubiera dado en otro momento. Estaba en un instituto nuevo, con el chico que me gustaba, presentándome este a sus amigos, el típico grupo de los guays… Pero realmente, aquella era la menor de mis preocupaciones en ese instante.

- Hola, Diana Avery. – dije dudando si acercarme a saludarles con un beso, pero finalmente temí hacerlo, limitándome a levantar la mano mientras Jayden hablaba con su amiga. – Menudo jaleo, ¿Eh? – comenté como quien habla del tiempo, por llenar el silencio.

Guardé silencio mientras Jayden tomaba la palabra, preguntando a sus amigos si tenían novedades y si se apuntaban en nuestra idea de ir después al hospital. Me acerqué entonces a Shyl, posando una de mis manos en su hombro.

- ¿Vendrás con nosotros, no? – me atreví a preguntar en un susurro, sintiendo que era mejor que Jayden estuviera cerca de ella cuando fuera a ver a su amigo; sin duda era la más afectada con todo lo sucedido.

Mientras Jason es escoltado al interior del instituto por su familia y la policía, Clarice continuaba tratando de averiguar quien era la niña rubia que estaba como embobada. Al fondo se veía a Diana junto a Jay de camino al parque que había frente el instituto. Al presentarse frente a Clarice un joven con toda la pinta de ser delincuente juvenil, no pudo evitar mirar a su alrededor, buscando la protección de algún agente de la ley.

Pero cuando el joven habló la mujer se relajó, el tono de voz del chico la dijo que no era tan agresivo como pensaba. Sí, aquí estás... ponte aquí detras con esta muchacha... miró los papeles de nuevo. Violet Benson...

Al ver el gesto que le hizo Leo a Rylee la mujer no pudo evitar preguntarle al joven. Disculpa, ¿la conoces? Señaló con la cabeza a la rubia, la cual parecía estar más alelada a cada segundo. Llevo un rato tratando de que me diga su nombre pero... está... ¿ida?

¿No será Bellatrix Tramell? ¿Que clase de familia pone un nombre así a una hija? Normal que esté así de tonta.

Junto a ti iba el Sheriff Hawk, tu padre y tu tío iban justo detrás tuyo. Podías sentir la fría mirada de John en tu nuca, mientras todos seguíais a tu madre por aquellos pasillos vacíos. Una vez llegasteis a la sala de profesores, el Sheriff te indicó que pasaras con la mano.

La sala no era desconocida para ti. Precisamente por ser hijo de profesores, te ha tocado estar allí más de una vez, estudiando mientras corregían exámenes. Todo estaba como siempre.

Junto a la puerta tenían la nevera, el micro y la cafetera.

El sherrif te hizo tomar asiento y miró a tu familia.

Pueden quedarse si así lo desean. Es un menor y la ley dice que debe estar acompañado de un padre o tutor durante un interrogatorio. Luego te miró fijamente. Salvo que el joven quiera un abogado... dejó la frase en el aire, esperando tu respuesta.

Mientras, tu padre y tu tío cuchicheaban en un rincón de la sala y tu madre se sentaba justamente enfrente tuya, junto al Sheriff. Quería verte decir la verdad...

Antes de iniciar nada, John se disculpó diciendo que debía preparar la clase y como dar las noticias a los chicos y tu padre se encaminó hacia Monica, colocándose justamente detrás de ella con sus manos en los hombros de la mujer. Ella, con gesto cariñoso y buscando apoyo, agarró una de las manos de Arthur y esta la apretó con fuerza.

Hagámoslo fácil, ¿te parece Jason? Te preguntó el sheriff, estaba serio, muy serio y visiblemente cansado.

Pongo la grabadora en la mesa, te pregunto, nos respondes la verdad y te dejamos tranquilo, ¿te parece bien? Lo cierto era que trataba de mantener la calma y ser agradable, aunque lo que realmente sentía era tensión y su paciencia pendía de un hilo. Miró a tus padres en busca de aprovación y ambos asintieron. Luego te miró, esperando tu respuesta.

Gus agarró la mano de Jay y tiró con tanta fuerza que casi le hace caer sobre él. Me alegro de que esteis bien y de que no... os pillasen por allí. Dijo bajando el tono de voz, pues había mucha gente y algunos vestían uniforme.

Sí.. te recuerdo de clase... dijo Gus tras la rápida presentación de Jay. Te sientas con la chica esa que le gustan los animales, ¿no? No recuerdo el nombre... chasqueó los dedos un par de veces. Dios! Ayer fue un día tan raro que no soy capaz de recordar los nombres de ninguno de los nuevos! Exclamó al aire. Su rostro cambió cuando ambos os acercasteis a Shyl.

Está muy afectada por lo de Tommy. Hemos intentado que nos hable y nos diga algo pero.. no hay manera. Os confeso con tono de preocupación. Shyl simplemente se dejó hacer por vuestros gestos de cariño y apoyo. Y luego está lo de Ryan y... Miró a Diana. La chica de los animales... pensó no logrando recordar el nombre aún, ... nuestra compañera... No pudimos enterarnos de nada, los padres de Tommy llegaron enseguida y, nos dieron las gracias e insistieron en que nos fuésemos a descansar. Que nos mantendrían informados de cualquier cambio en Tommy...

En ese instante se oye un móvil sonar, es el de Diana, avisando de la llegada de un mensaje.

Miré a la señora de traje irritada, comenzando a pensar que no se había tomad su razón de fibra matutina para tener aquella cara larga. Que a veces no era necesario tomar fibra, pero con los años uno no era tan regular y, claro, al crecer y hacerte viejo no tomarte tu fibra te ponía de mal humor. Ya había comprobado eso en mi madre, cuando no tomaba su fibra y su prozac matutino estaba insoportable.

Me giré a ver a la rubia de la que hablaba, la que no decía su nombre. La chica parecía bastante feliz simplemente por estar ahí parada e hipnotizada con la visión del chico. No iba a mentirme a mí misma, el tío estaba bueno para ser un senior* de instituto y no un universitario. Sin embargo, tampoco era para taaaanto. Mi ligue de anoche me seguía pareciendo de lejos más interesante, en todos los sentidos. Y más maduro, también en todos los sentidos. Un chavalín de instituto no tenía nada que hacer a su lado, obvio. 

Quizás Rylee está colada por el otro desde hace tiempo... Se conocen de antes y tal. El típico caso girl next door.

Pensé ante las reacciones de unos y otros. Esperé a que hicieran con nosotros lo que tuvieran pensado. El instituto parecía una batalla campal y yo era nueva. Además tampoco tenía tantas ganas por entrar la primera en clase.

La cara de la señora Robinson fué un poema al verme.

Era inevitable verme y no pensar que te iba a robar la comida del bocadillo. ¿Lo había hecho? Bueno, puede que hace mucho tiempo. Ahora trataba de no joder demasiado a nadie. Tenia una familia nueva y eso era bueno. Lamentablemente los problemas me seguían allá donde fuera y la noche anterior no fué una excepción.

- Hey !- respondí con una sonrisa mientras alzaba las cejas a la chica que se presento como Violet.

Robinson preguntó sobre Rylee, pero parecía demasiado ensimismada en sus pensamientos. Quizá la presencia de la policía la alarmó  mas de lo normal. Normalmente era yo el que debería esconderse cuando una patrulla andaba cerca.

- ¿Bellatrix? - Pregunté poniendo cara graciosa- ¿Joder y en casa como la llaman? Bella? ¿Y su padre es DingDon y su madre la tetera Pots? - Miré a Violet negando con la cabeza. Ni que hubiera salido del cuento de la Bella y la bestia! -No ella es Ryllee Larkin.

Hice un gesto a Rylee con los ojos para que se espabilara un poco.

- Y ahora qué señorita... emm... -Incliné la cabeza como para que nos dijera su nombre. No  tenía ni puta idea de quien coño era la negrita, pero como parecía hacer la lista de los mas buscados del instituto supuse que sería la directora o la secretaria o .. yo que se! -... emm...- hice un gesto con la mano apremiante para saber su nombre.- Es igual. ¿Nos enseñaran las instalaciones a los nuevos o algo así?

Porque no me callaré! Esto no es King Country Leo! Bueno, vista una prisión, vistas todas... Pensé mientras miraba a nuestro alrededor.

No me habia dado cuenta que la profesora hablaba conmigo hasta que ciertas miradas me miraban como si estuviera comiendo moscas.

- Oh lo siento Señorita, es que ando distraida por... ji ji ji, soy Rylee, soy nueva y bueno aun estoy adaptandome sabe? Todo es tan diferente por aqui, tan lleno de color y vida.

Respire profundo y mire a Leonard.

- Es que no hay tantas cosas en mi ciudad sabe y todo es tan lindo por aqui con gente tan amable y profesores tan lindos....

Y la mire mientras le daba mi identificacion y los papeles de inscripcion, aunque tambien tenia todas las planillas, y mis registros, notas, transferencias, diplomas, recomendaciones, premios, fotos de placas y del anuario en Canadá. Todo separado en carpetas y clasificados por colores. Saque el pequeño acordion de mi morral por si requeria algun otro documento.

Y sonrei.

Volví a sonreir con el comentario de Leonard.

- Ji ji, DingDon, que comico.....

Y tape mi cara por pena aunque nadie mas parecia reirse no me importo. Leonard era muy gracioso haciendo bromas.

Tan lindo.

Gus siempre había sido mas fuerte que yo. Qué diablos, todos mis colegas lo eran. Pero aquel día Gus no controlaba su propia fuerza, y cuando chocaron nuestras manos tiró de mí como si fuera a lanzarme por los aires. Me sorprendió, pero lo achaqué a los nervios.

En cuanto le presenté a Diana, afirmó reconocerla de clase, recordando que se sentaba con Tala, de quien no recordaba el nombre pero sí que le gustaban los animales. El comentario me recordó la accidentada clase, la mirada lasciva que Fred le lanzó, el balonazo a Mel, las amenazas... en fin, todo. Quizás por eso no reaccioné a aclarar el nombre de la chica, que estaba seguro era quien había sido ingresada junto a King.

Dediqué gestos y palabras de cariño a Shyl, sabiendo por Gus que no habían conseguido que hablase nada. De hecho, me fijé en que aceptaba nuestra atención solamente dejándonos hacer, sin que apenas reaccionase. Terminé por abrazarla con ambos brazos, mientras Gus explicaba cómo los padres de Tommy les habían pedido que se fueran antes de saber nada de Ryan y...

Tala. -Dije finalmente, sin dejar de abrazar a Shyl, cruzando una triste mirada con Diana- Se llama Tala. -En ese instante, un sonido indicó que a Diana le llegaba un mensaje. Mientras atendía el móvil, le susurré algo más a Shyl- No hace falta que hables, si no quieres. No pasa nada. Pero estamos aquí, ¿vale? Tus amigos te queremos y estamos aquí contigo, no lo olvides. Cuenta con nosotros...

Me sentía como un reo camino de la silla eléctrica, andando con todo mi "séquito" pegado, el alumnado se nos quedaba mirando-joder, esto me encanta-pensé mientras miraba ceñudo al suelo, evitando cruzar la vista con nadie.

Como imaginé, el objetivo era el despacho de profesores, allí no nos molestaría ni cotillearía nadie, pasamos en silencio y me senté cuando el Sheriff me lo pidió, obediente, pero no de buena gana. Aunque cuando escuché las palabras interrofatorio y abogado, abrí los ojos como platos mirando al Sheriff.

-¿Co-como? ¿qué interrogatorio? ¿abogado para qué? ¡si yo no hice nada!-dije exaltado mirando a mis padres preocupado-Mamá ¿de qué va todo esto?-le pregunté esperando una respuesta. Pero antes de obtenerla el Sheriff me cortó abruptamente y me quedé mirándole.

No pude más que apretar la mandíbula con rabia-serás gilipollas Jason, la próxima vez te meter el móvil en el culo-me decía a mi mismo enfurecido, hubiese querido salir corriendo y esconderme bajo una puta piedra pero no tenía opción, el Sheriff no estaba para bromas, no había más que verle la cara. Así que intenté mantener la tranquilidad y asentí.

-Sí, venga-respondí, echándole una mirada tensa a mi madre.

El amigo de Jayden se mostró muy amable, explicándonos además lo que había sucedido en el hospital y el estado de Shyl. Ni tan siquiera acerté a responder cuando Gus hizo referencia a Tala, teniendo que ser Jayden quien respondiera a aquella cuestión. Mientras este continuaba consolando a su amiga saqué el teléfono, queriendo ver de quién se trataba.

Leí el whatsapp rápidamente y respondí, mirando después a Jayden, algo inquieta; esperando a que terminara para hablarle.

- Es Mel… Está en la biblioteca, quiere que nos veamos luego. – fue todo cuanto acerté a decir, con mi ceño fruncido por la preocupación, sabiendo que comprendería mi inquietud tras lo que le había mostrado hace poco en mi teléfono.

Cada uno estábais a vuestras cosas, unos viendo e interactuando con caras nuevas y otros con sus amigos de toda la vida, cuando el director del centro comenzó a hablaros a todos ayudado por un megáfono e irrumpiendo vuestras conversaciones. Jason pudo escucharlo de fondo, permitiéndo el sheriff que el profesor Miller abriese una ventana para escuchar la charla del director Drake.

Querido alumnado. Un poquito de atención por favor. Comenzó diciendo y esperó un poco a que comenzasen a guardar todos silencio.

Creo que todos conocemos las noticias... las malas noticias de la madrugada de ayer. El sheriff está aquí junto a sus hombres, para que cualquiera que pueda facilitar información sobre los catastróficos sucesos acontecidos ayer noche, lo haga sin temor alguno. El sheriff se ha comprometido a proteger a quienes arrojen algo de luz a la lamentable muerte de Tristán Kirby Ross o al accidente de tráfico sufrido por nuestra joven Tala Edwards y nuestro querido Ryan King.

Y ahora, estimados alumnos, guardemos un minuto de silencio por Tristan Kirby Ross. El director apagó el megáfono y miró su reloj, guardando silencio todo el mundo durante ese minuto.

Muy bien, pueden ir entrando a sus clases con calma. Dijo el director al pasar el minuto. Vayan directos a sus aulas, sus tutores les esperan en ellas. Los nuevos, hablen con la señorita Robinson, ella les llevará a sus clases correspondientes. Y se quedó allí quieto, mirando como todos entraban al edificio lentamente, mientras conversaba con uno de los ayudantes del sheriff.

Cuando terminó el discurso del director, el sheriff te miró serio. No te asustes, Jason. Ha sido una noche muy larga y no me apetece perder la mañana con juegos, eso es todo. Encendió la grabadora.

Declaración de Jason Miller, de 17 años de edad. Están presentes sus padres, el señor Arthur y la señora Monica Miller. Son preguntas muy sencillas y sabrás responderlas. Dijo tratando de calmate. Sabemos que llamaste tu al 091, la conversación está grabada al igual que obtuvimos tu ubicación mediante el GPS del móvil.

No voy a entrar en detalles de la llamada, eso lo haremos más adelante. Lo que quiero saber es simple: ¿cómo te enteraste de la realización de aquella fiesta?  Esperó tu respuesta antes de efectuar la siguiente.

¿Quien la organizó? Te preguntó intrigado.

¿Viste algo raro? Nuevamente aguardó a que respondieses antes de seguir.

Sabemos que vendían drogas y alcohol a menores, ¿conocías a alguno de aquellos tipos que las vendían? Te preguntó con un tono un tanto más tranquilo. Sabía cual sería tu respuesta y no iba a presionarte más de lo que había hecho.