Partida Rol por web

Teen Wolf - La Nueva Generación

Casa de Jayden

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18/12/2018, 23:51
[Desaparecido] Diana M. Avery
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Estaba más que dispuesta a marcharme, habiéndome despedido ya de Jayden incluso, pero cuando su primo me pidió que me quedara me vi obligada a hacerlo; no quería parecer una maleducada o una borde.

A la incomodidad que me generaba que Peter estuviera en ropa interior, se unió la provocada por el comentario que le hizo a Jayden sobre lo de que ser un ligón venía de familia, pues entendí que lo decía por mi presencia allí. Me sonrojé súbitamente, y mi mirada se cruzó en seguida con la de Jay, que mostraba una pudorosa y bonita sonrisa por el comentario de su primo que me hizo olvidar toda incomodidad por un momento.

Si es que está guapo de todas las maneras…

Aguanté un suspiro, sonriendo como una tonta por un instante, hasta que volví a escuchar la voz de Peter, disculpándose por su atuendo. Tras ello nos comentó que nos vería más tarde si nos parecía bien, y se dispuso a buscar lo necesario para el desayuno, ayudándole Jayden a localizar las cosas.

Y entonces, como si tal cosa, Peter dijo que había estado en coma bastante tiempo y que buscaba recuperarse, estabilizando su vida y buscando nuevas amistades. Jayden le preguntó sobre cuánto tiempo había estado en coma, mientras yo continuaba alucinando con que hubiera estado en coma y Jay no supiera nada de eso.

Tras comentar por qué ahora mismo Hill Valley no era el mejor lugar para descansar, Jayden informó a su primo de nuestros planes, notándole algo agobiado al hablar de nuestros amigos; y terminó proponiendo a su primo el quedar para comer en el restaurante de mi madre.

- No hace falta que digas eso, no está delante. – bromeé cuando halagó a mi madre, esperando animarle con ello. – Si queréis puedo pedirle que os reserve mesa, ¿a qué…? - iba a preguntarles a qué hora querían comer cuando recordé que no había llamado a mi madre la noche anterior. - ¡D-disculpad! – exclamé de repente, nerviosa. – Me va a matar… - murmuré, sacando mi móvil y apartándome un par de pasos.

Mi madre me había dicho que le avisara cuando llegara a casa de Jayden, pero se me había pasado por completo. Al mirar el móvil vi que no tenía ni llamadas ni mensajes suyos, lo cual me extrañó, pero no le di mayor importancia; seguramente se estuviera guardando la bronca para cuando me tuviera en frente. Le escribí un mensaje con rapidez y regresé junto a Jayden.

- Es que se me olvidó llamar a mi madre anoche… - expliqué a mi regreso, no tardando en retomar el tema que nos ocupaba. – Entonces, ¿a qué hora queréis comer?

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20/12/2018, 19:51
Peter Hale
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Gracias a las indicaciones de Jay, Peter no tardó mucho en prepararse aquel café. -Unos... seis años. La verdad es que no llevé la cuenta y el sentido del tiempo aún lo tengo un poco... desubicado. - Dijo respondiendo a la pregunta de su primo sobre el tiempo que estuvo en coma y las secuelas. - Pero no desperté ayer. - Os dijo animado y con una sonrisa en el rostro, como si estuviese dando doble sentido a aquella frase.

- Regresé a casa. - Aquel lugar quemado por las llamas. - Quise recuperarme allí. - Todos creyeron que seguía en coma. Ilusos. - E intentar rehacerme como persona. - Como manada. - Pero, las cosas se complicarón y fui derrotado y... morí. - Scott y Derek... mi propio sobrino... - Metafóricamente hablando, claro. - Dijo con una sonrisa en sus labios. - Digamos que, he resurgido de mis cenizas y necesito volver a encontrarme a mí mismo. - Enterrarme con acónito. Bastardos.

- No me digas que tu madre no te dijo nada de esto. Es increíble, hay gente que no cambia. - Bebió un largo sorbo de café después de negar con la cabeza. - Y bueno, la verdad es que yo no me había enterado de nada de eso, hasta anoche. De alguna manera, no me ha influido nada de lo ocurrido. Tu... tu estás bien, ¿verdad? - Entonces Jay habló de sus amigos ingresados.

- Vaya. Lamento lo de tus amigos. Si hay algo que pueda hacer, solo tienes que pedírmelo. - Se ofreció cortés y con tono sincero, para volver a beber otro poco de café a continuación. - ¿El Simone's? - Preguntó algo confuso. - Te recuerdo que llevo unas horas aquí, no conozco mucho. O más bien de lo que conocía de Hill Valley, poco queda en pie. - Miró fijamente a Diana cuando Jay dijo que era el restaurante de su madre. - ¿De veras? Creo que sí, estaría bien ir. - Seguía sonriendo, hasta que vio a Diana salir corriendo de aquella manera, que la miró extrañado.

- Bueno pues... nos vemos allí entonces, ¿no? Como estaré un tanto ocioso, ¿te parece bien que haga yo las copias de las llaves? - Preguntó Peter a su primo, durante el tiempo que Diana estuvo ausente. - Si no las vas a usar durante la mañana, te las entregaré en el Simone's. - Se acercó al fregadero y limpió la jarra que había utilizado para tomar aquel café solo al tiempo que regresaba Diana.

- Pues... vosotros sois los ocupados. Yo tengo ahora mismo demasiado tiempo libre. Si no lo tenéis claro, me puedes mandar un mensaje con una hora de antelación, por si vuelvo a caer en coma. - Dijo con sarcasmo.

 

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28/12/2018, 03:08
[Desaparecido] Jayden Garlan
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Me quedé helado cuando mi primo respondió a la pregunta. Sencillamente boquiabierto, con los ojos como platos, asistiendo al modo en que hablaba de algo así con total naturalidad. ¡Seis años! Era una pasada de tiempo... Después de eso, era comprensible que nada fuera igual, que regresar a casa se le hiciera cuesta arriba, aunque la forma metafórica en que hablaba de ello resultase tan... curiosa.

N-no... Mi madre no entró en detalles, precisamente... -Confesé- Bastante esfuerzo debió suponerle llamar para avisar que venías. -Añadí con una cierta resignación- ¿Yo? Bueno, no tengo o agujeros de bala ni mordiscos, así que... -Me encogí de hombros, buscando a Diana con la mirada- ...supongo que sí, estamos bien. -Incluí a Diana en la afirmación- No te preocupes, preguntando no puedes tener problema en encontrarlo, lo conoce todo el mundo. Y sí, ocúpate de las llaves y me las das cuando nos veamos para comer, primo. -Me acerqué y le di una palmada en el brazo. Apenas le conocía como para darle un abrazo, por mucho que fuéramos familia- Me alegra tenerte por aquí.

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31/12/2018, 00:56
[Desaparecido] Diana M. Avery
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A pesar del modo en el que Peter relató lo que le había sucedido, de forma tan desenfadada y sin perder la sonrisa, sentí lástima por él. Pasar seis años en coma y tras recuperarte físicamente no conseguir llevar la vida que te gustaría, debía ser realmente duro. No entró en detalles, pero suponía que no había logrado encauzar su vida laboral, retomar la relación con sus seres queridos, o simplemente estar seis años desconectado del mundo le había afectado demasiado a nivel psicológico.

Seguí atenta la conversación, y cuando el primo de Jayden le preguntó si estaba bien, Jay terminó buscándome con la mirada durante su respuesta, incluyéndome en su afirmación de que estábamos bien. Así era, estábamos físicamente bien, aunque a punto habíamos estado de que aquello no hubiera sido así. Aquel pensamiento me generó un escalofrío que por suerte pude dejar pronto a un lado.

Tras abordar el tema de dónde comer, tuve que ausentarme momentáneamente, aunque habiendo ya Peter aceptado el comer en el Simone’s. A mi regreso, los primos terminaban de aclarar algo relacionado con las llaves, y quedaban finalmente en que Jayden escribiría a Peter para acordar una hora.

- Encantada, Señor Hale. – dije tendiéndole mi mano después de que Jay se despidiera. – Espero que pueda encontrarse a sí mismo en Hill Valley. – añadí con una amable sonrisa.

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31/12/2018, 17:52
Peter Hale
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- ¡Estupendo entonces! Yo... voy a subir a ducharme y vestirme. - Miró entonces a Diana. - Lamento de veras que me vieses así, esperaba que solo quedásemos los hombres en la casa. - Sonrió antes de dejaros solos en la cocina. - Un placer, señorita.

Segundos después de salir, volvió a asomarse por la puerta. - Acuérdate de mandarme ese mensaje. Creo que iré a correr un poco para despejare. Os veo luego.

Pudísteis oírle subir las escaleras con agilidad y escuchásteis como cerró la puerta de su dormitorio tras de sí.

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03/01/2019, 10:09
[Desaparecido] Jayden Garlan
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Me despedí de mi primo con la mano, esforzándome en mostrarle una amigable sonrisa. La verdad era que su historia daba bastante lástima, a pesar de que él parecía llevarlo todo realmente bien. De hecho, casi me daba algo de envidia. No por lo que había tenido que vivir, sino por lo fuerte que parecía. Me daba la impresión de que no nos parecíamos demasiado, en ese sentido. Parecía un tipo duro, alguien capaz de hacer frente a cualquier cosa, y yo... cada vez tenía más la impresión de que sólo me mantenía a flote porque Diana estaba a mi lado.

Bueno, ¿nos vamos? -Le pregunté a Diana, precisamente, tomando aire tras dar una palmada. Intenté que no se notase el suspiro que lancé a continuación, manteniendo cerrada mi boca y expulsando el aire por la nariz.

Todo eran alegrías, últimamente. Pérdidas de amigos, fiestas accidentadas, ataques de animales, accidentes de tráfico, enfermedades, tiroteos... y ahora aquello. De camino a la puerta, no pude evitar mostrarme algo irónico canturreando la melodía de una canción de cine que venía muy a cuento.

Tooodo es fabuloso... Siempre en equiiipo todo va bien... Tooodo es fabuloso...

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06/01/2019, 02:59
[Desaparecido] Diana M. Avery
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Peter se mostró conforme con el plan para comer y no tardó en despedirse con aquel buen humor que había mostrado en casi todo momento, devolviéndole aquella última sonrisa que nos mostró. Me giré hacia Jayden al creer que no volveríamos a verle, pero regresó segundos después para recordarle a su primo que le mandara ese mensaje, comentando que iría a correr.

Volvió a despedirse, haciéndole un gesto con la mano en respuesta, y mientras se encontraba ya subiendo las escaleras, Jayden dio una palmada y se pronunció.

- Vamos. – respondí, dispuesta a ponernos en marcha.

Nos dirigíamos hacia la salida cuando escuché cantar a Jay, dándome la impresión que lo hacía en tono irónico.

- Bueno, tanto como todo… Creo que exageras un poco. – le dije a modo de broma, tomándole después de la mano. – Pero por suerte, algunas cosas sí son fabulosas. – le dije algo tímida, bajando la voz de manera inconsciente, cambiando pronto de tema. – Espero que hayas dejado hueco, no creo que mi madre te deje salir de casa sin darte a probar alguna de sus delicias culinarias. – volví a bromear, tratando de animarle y de mantenerme yo también animada.

Cuando llegáramos a casa escribiría a Melissa, ojalá tuviera buenas noticias que darnos.

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05/03/2020, 00:26
Narrador

Cuando llegaste a la mansión, porque aquello no era una casa, ya había oscurecido, por lo tanto Jupiter ya habría cambiado de forma.

Llamaste a la puerta y no había nadie.

Miraste tu móvil y encontraste un mensaje de Júpiter.

La casa está atrás, dejé la llave en la maceta de la derecha. Estoy con Peter, volveremos tarde.

Y su volveremos tarde te sonó a volver al amanecer, cuando se cansase de hacer el salvaje y el animal por ahí.

Sabías que debía aprovechar, puesto que el lunes habían clases y debía lograr entrar en el curso como fuese. No ibas a estar trabajando para que él se dedicase todo el año a jugar a ser un hombre-lobo y no hacer nada más.

La casa no era muy grande. Un salón-comedor y cocina americana nada más entrar, un baño y dos habitaciones. Una de ellas era claramente un dormitorio de matrimonio y el otro tenía un par de literas.

Y tu móvil sonó de nuevo. Era un mensaje de Martha.

Soy Brad. Martha se queda ingresada en el hospital Diana no aparece y la ansiedad la supera. Me quedo con ella esta noche. Mañana no abriremos el Simone's.

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05/03/2020, 08:56
Nora Fanning
Sólo para el director

Byron era un tío peculiar. Parecía peligroso, pero al mismo tiempo, inmaduro como un crío de seis años. Si quería masturbarse pensando en mí, allá él. Lo que hiciera con sus manos no era cosa mía. Pero en general, me dio la sensación de que tenía un "algo" que luchaba en su interior con controlar a la otra mitad, al igual que ocurría con Júpiter. 

Esperaba que no fuese otro licántropo, y la verdad es que no me daba la sensación de que lo fuera, pero en aquel lugar, todo podía cambiar de la noche a la mañana.

En conjunto, seguía teniendo la sensación de que aquel era un pueblo, no tanto de monstruos como de locos.

La casa parecía pertenecer a un actor o algo así, porque era una maldita mansión. En Beberly Hills, aquello no llamaba tanto la atención, pero por allí, por lo que había podido ver, no parecía tan habitual. Me reí con cierta amargura al pensar que mucho habían cambiado las cosas cuando mi hermano había conseguido un lugar así mientras que yo, era una simple camarera.

Cosas de la vida.

Para mi sorpresa, no había nadie. Lancé un bostezo que hubiese asustado a un oso porque en verdad estaba agotada y la aparición de Byron no me había hecho ningún favor. Al paso que iba, empecé a pensar en la posibilidad de dormir en cualquier lugar del jardín hecha un mohín, pero afortunadamente, vi que tenía un mensaje de Júpiter.

Joder, ya podía habérmelo dicho antes.

Levanté la maceta y cogí la llave que, efectivamente, estaba debajo. Júpiter podía irse a hacer el lobo toda la noche si quería. Yo necesitaba una cama, y ya, antes de que me quedase dormida mientras abría la puerta.

Ni siquiera me molesté en explorar demasiado. Otro bostezo monstruoso me recordó que necesitaba dormir como fuera. Localicé rápidamente los dormitorios y me dirigí al de matrimonio. Estaba a punto de lanzarme al colchón, cuando el móvil me dio de nuevo la paliza.

Era Martha; bueno, Brad, en realidad. Todo seguía igual. ¿Es que nada salía bien por allí?

Mierda. ¿Qué le habrá pasado a Diana?

Rápidamente, escribí un mensaje de respuesta.

Muchas gracias, Brad. Mañana por la mañana me pasaré de nuevo por allí para ver cómo estáis y te relevo. Eres un sol.

A esas alturas, estaba claro que ya no tenía nada que hacer en aquel asunto. Ayudar a Martha con Simone's, consolarla y poco más. La desaparición de su hija sería ya un tema para la policía local, aunque visto lo que había por allí, me temía lo peor. Cogí el cargador, lo conecté al móvil y después, al enchufe. Mejor lo dejaba cargando toda la noche, porque no sabía cuándo volvería a hacerlo. Teniendo en cuenta lo rápidamente que cambiaban las cosas por allí, a saber qué sorpresas me esperaban al día siguiente.

A continuación, me desnudé, quedándome solo con la ropa interior, me metí bajo las sábanas y cerré los ojos.

No debí tardar más de cinco segundos en quedarme dormida.

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08/03/2020, 18:26
Narrador

Te despiertas en la cama, algo aturdida aún por el sueño. Caíste como un tronco la noche anterior y dormiste del tirón a pesar de que descansaste en casa de Byron unas cuantas horas también. Pero tu cuerpo notó no solo la paliza en el Simone's sino la tensión por lo ocurrido con Martha.

Cuando te moviste en la cama, te diste cuenta de que no estabas sola y al mirar viste a tu hermano, tumbado a tu lado, sobre las sábanas, completamente dormido. Para ser un hombre lobo como era, no tenía precisamente el sueño ligero, porque ni aún moviéndote se despertó. Al contrario que tú, Júpiter estaba hasta calzado.

No era la primera vez que dormíais juntos, pero hacía demasiados años desde la última vez que pasó. Concretamente cuando entró en la pubertad. Ahí cambiaron muchas cosas entre vosotros.

Miraste el móvil, te marcaban casi las 8 de la mañana y había un nuevo mensaje de Martha, aunque sabías que era de Brad.

Estamos en la habitación 210. No me iré hasta que vengas.

Brad.

El sol comenzaba a brillar con fuerza y tus tripas rugieron. En ese momento recordaste que lo último que tomaste fue la tila aquella en el Simone's y que las sobras de la comida del local se quedaron en casa del tipo aquel raro. Byron.

Notas de juego

Domingo 19 de septiembre. Aprox. 8:00.

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08/03/2020, 18:45
Nora Fanning
Sólo para el director

Me agradó ver a Júpiter de nuevo. Parecía cansado, pero también relajado. Dormía como un tronco y eso era muy buena señal. Claro que eso no significaba que no le debiese una buena bofetada por tumbarse en la cama conmigo, estando yo medio desnuda.

Jupiter Fanning, esto no lo olvido.

De hecho, al comprobar que no hacía por despertarse incluso cuando me moví más de la cuenta, se me ocurrió gastarle una broma infantil. Bajé hacia sus pies, le desaté los cordones y dejé más largos los del lado interior. Después, uní los de ambos zapatos y me levanté sonriente.

Esto para que te lo pienses dos veces antes de acostarte a mi lado.

Tras ponerme en pie, me estiré. Había dormido bien, aunque todavía me sentía cansada. Sin duda, necesitaría varios días de buen sueño para conseguir recuperarme. Las tripas rugieron y mi móvil, que aún estaba cargando, parecía tener una pequeña luz parpadeante. Lo miré. Era Brad.

Miraste el móvil, te marcaban casi las 8 de la mañana y había un nuevo mensaje de Martha, aunque sabías que era de Brad.

Mejor me doy prisa. Quiero ver a Martha.

Sin perder más tiempo, me fui directa al aseo. Necesitaba una buena ducha o de lo contrario acabarían echándome de nuevo del hospital como emergencia sanitaria. Había agua caliente, así que me entretuve más de la cuenta.

Por un momento, hasta me pareció que llevaba una vida completamente normal. Mi hermano no era un hombre lobo, aquel pueblo era más aburrido que las reposiciones de La Casa de la Pradera, y yo solo tenía una obligación: escoger a qué tienda iba a ir a comprarme mi nuevo y flamante par de zapatos.

Cuando acabé de ducharme, secarme y volverme a poner la misma ropa de siempre...

Tengo que ir a comprarme ropa, pero ya.

...me fui directa a la cocina. La nevera no estaba demasiado surtida, pero un paquete de oreos sirvió para mantenerme ocupada mientras me preparaba un café.

Me lo bebí rápidamente, tanto que incluso me escaldé la lengua, pero el hambre y las prisas eran malas consejeras. No obstante, cumplió su cometido, que no era otro que conformar mi estómago por el momento. Ahora lo primordial era ir a ver a Martha.

Así que a eso fui.

El hospital parecía diferente por la mañana. La cantidad de coches era igual de abundante que la tarde anterior. Pero su aspecto era bastante mejor. Al igual que la otra vez, aparqué lejos, muy lejos, y tuve que caminar durante quince minutos al menos para llegar al hospital. Esta vez, no tenía que pasar por recepción y aguantar a los antipáticos de seguridad, sino que subí directamente a la segunda planta y me acerqué a la habitación 210 sin perder tiempo.

Tenía el cabello húmedo, el estómago mantenido a base de galletas y una ropa que empezaba a ser monocromática, pero estaba allí, dispuesta a sustituir a Brad, que ya había hecho bastante, y a apoyar a Martha. Su hija seguiría sin aparecer, pero ya era un asunto para la policía.

Golpeé la puerta con los nudillos y abrí la puerta, lentamente.