Partida Rol por web

-¡Nindë, no!- grito a la pantera, que ruge de forma amenazadora ante la visión del gusano, aunque permanece fielmente a mi lado con el pelaje ligeramente erizado. -Esa sangre parece venenosa- Deduzco con algo de horror, al observar su color negruzco y los gritos de dolor de los desafortunados que se han visto alcanzados por ella.

Dándome la vuelta desde lo alto del carro, saco mi arco y cogiendo una flecha de mi carcaj, disparo a la cabeza del monstruo tratando de ganar algo de tiempo para que al menos el único superviviente de los dos mercenarios pueda retroceder. Mientras tanto, me concentro para adoptar la forma de árbol, con el objetivo de poder curar a cualquiera que pueda salir herido.

La flecha del elfo surca el aire e impacta certera en el enorme gusano, clavándose en la cabeza. La criatura se agita, condolida, y hace un barrido con su cuerpo derribando al guarda que está a sus pies, pero en esta ocasión sin llegar a atraparlo en sus fauces.

Valygar sigue el ejemplo de Elnaemil, toma el arco que lleva a la espalda y tensa una flecha que va directa al cuello del gusano. 

Una roca del tamaño de un puño sale volando e impacta también en la criatura. Al seguir la trayectoria del proyectil a la inversa descubrís al mediano, honda en mano, palpando el suelo en busca de más piedras.

Los otros dos guardas de la caravana que aún no habían atacado, por fin entran en acción con dos lanzas. Rodean a la criatura y utilizan el alcance que les da las armas para pinchar al gusano sin que la sangre les salpique a la cara.

La frustración y el recuerdo del trágico combate nublaban la mente de Ixen haciéndole creer que el camino del combate no era lo suyo.  Si sobrevivía lo suficiente se encerraría en la torre negra y dedicaría su vida al estudio y la sabiduría.  Entre libros traería menos desgracias que en la batalla.

Desanimado y completamente carente de otro sentimiento que no sea la apatía gesticuló y susurró las palabras que, en algún momento, supieron darle control sobre el fuego.  Pero como esperaba nada sucedió.

El dracónido intentó emplear otra vez un hechizo de fuego. Unas llamas se formaron entre sus manos pero a la hora de lanzarlas contra el gigantesco gusano, se desvanecieron en el aire.

Mientras vuelvo a tensar el arco, no puedo dejar de preguntarme de dónde y por qué ha aparecido semejante criatura. Afortunadamente, parece que el resto de mis compañeros se han dado cuenta del pernicioso efecto de su sangre y no se han puesto a su alcance. Sin embargo, la flecha, al igual que el hechizo del dracónido, falla en el intento de herir al monstruo.

El ataque de Elnaemil falla por mucho y la flecha se pierde en la distancia, mientras los guardias de la caravana siguen enfrentandose a la criatura, lanza en mano, y Valygar y Puck lanzan flechas y proyectiles que dan en el gigantesco cuerpo del gusano.

El gusano sigue obcecado con el pobre diablo que está tendido en el suelo y, de un movimiento, entierra su cabeza con las mandíbulas bien abiertas donde se encontraba el hombre. Una nube de polvo y piedras se vuelve a levantar dificultando vuestra visión y el suelo tiembla bajo vuestros pies al tiempo que el gusano se va dejando tras de si un agujero donde estaba el guardia.

La desaparición del monstruo me provoca un intenso desasosiego, al igual que la sensación de que lejos de haber terminado, el combate no ha hecho más que empezar. Nindë, sobresaltada por la marcha del enemigo, olisquea el suelo y alza sus orejas, buscando cualquier rastro que le ayude a localizar la ubicación de este.

Un ligero estremecimiento me recorre al pensar en la suerte que puede haber corrido el desgraciado soldado que ha sido arrastrado a las profundidades. En principio, solo queda esperar a que vuelva a emerger, o a que se marche definitivamente. Aun así, me vuelvo hacia el resto de la caravana y les advierto -Es probable que siendo un ser subterráneo detecte los movimientos que se llevan a cabo en la superficie, así que sugiero que actuemos con la máxima cautela en nuestros desplazamientos.

- Por todos los infernos! Será mejor que pongamos pies en polvorosa antes de que vuelva a aparecer esa cosa y se coma mis preciadas mercancías! - Grita Basilio al borde de la histeria, sin reparar en ningún momento en los dos guardas que acaban de morir en las fauces del gigantesco gusano.

Estaba seguro de que aquello no había acabado allí.  O quizás si pues el gusano había conseguido una presa.  Cómo fuera Ixen impulsado por la frustración, la ira y quizás un creciente deseo de morir, se movió presuroso hacia el orificio dejado por la criatura y se venturo tras él.  Se había decidido a dar muerte a la bestia y creía, que en los estrechos túneles, tendría algo de ventaja, sobre todo si podía mantenerse detrás de la bestia.

- Espera Ixen! Es peligroso! - grita Valygar al ver al dracónido lanzarse de cabeza al agujero que ha dejado tras de si el gusano. Ixen se introduce por el agujero y el guardabosques le sigue los pasos. Gerinn, que había estado paralizado durante los primeros momentos de la batalla, por fin reacciona y sale corriendo detrás de ellos para introducirse también por el túnel.

- Si queréis ser la cena de ese gusano, adelante - comenta Basilio al ver como Ixen, Gerinn y Valygar se introducen por el túnel - Nos daréis un precioso tiempo para escapar de sus fauces. Venga, poneos todos en marcha! - los guardias que todavía le quedaban a Basilio recogen sus monturas y la caravana arranca de nuevo con intención de marcharse...

El túnel se introduce en las entrañas de la tierra en una pendiente abrupta por la que casi resbaláis, descendiendo varios metros, hasta que finalmente queda en posición horizontal. La luz del exterior pronto desaparece y la oscuridad os envuelve.

- Esa criatura... nos lleva siguiendo a Garret y a mi desde hace días. Es hora de ponerle fin! - Gerinn desenfunda su hacha y su mirada refleja ansia de sangre. 

- Al menos dejarme encender una antorcha - sugiere Valygar - Esos gusanos no tienen sentido de la vista, por lo que no necesitan luz, pero nosotros si. No me gustaría encontrármelo sin verlo venir antes.

La galería que se extiende ante vosotros resulta un tanto apretada para los tres, así que tenéis que ir en fila y medio agachados para no daros en la cabeza con el techo irregular. A lo largo del camino hay una mezcla de babas corrosivas, sangre y vísceras, y desprende un olor ácido penetrante que os produce mareos.

-Así que sabías de este posible ataque y preferiste mantener la boca cerrada y ocultar el peligro a quienes te ofrecieron cobijo y protección.- dijo Ixen -No sólo eres un cobarde, sino también una mierda de persona.  Deberían haber sido ustedes a quien el gusano devorase y no a ese pobre hombre- Sin decir más continuó caminando encabezando el grupo.  -No deberían haberme seguido- dijo luego de unos segundos preocupado, estaba dispuesto a morir, de hecho lo deseaba, pero no había pretendido arrastrar a otros a aquel destino.

Las palabras de Basilio me llenan de una mezcla de estupor e indignación. -No podemos dejarles solos contra ese monstruo. Los estaríamos condenando a muerte.- protesto ante su comportamiento. La pantera, tal vez notando mi irritación, muestra los colmillos ligeramente mientras mira hacia la boca del agujero. -Esos hombres son miembros de la caravana. Abandonarles sería igual a una traición.- les instigo, tratando de conseguir toda la ayuda posible. -¿Realmente son más importantes unas mercancías que la vida de varios hombres?

-¿Pero qué clase de hombres sois?- Añado, esta vez sin verbalizar mis pensamientos, mientras sin esperar respuesta me dirijo hacia la abertura en la tierra, negándome a seguir a costa de sus posibles muertes, con Nindë pegada a mis talones. -Fauna, Chaedrii, perdonadme, pero no puedo marcharme sin más. No quiero cargar con más muertes sobre mi conciencia.

- No pienso quedarme a ver cómo desperdiciáis vuestras vidas para que luego ese maldito gusano vuelva y acabe con la mía! - grita Basilio bastante ofuscado, como si no entendiera lo que Elnaemil trata de decirle - les pedí que defendieran la caravana, no que se cavaran su propia tumba persiguiendo a esa criatura... la voz de Basilio va quedando amortiguada conforme te alejas de él y te introduces por el agujero en la tierra. 

El túnel se introduce en las entrañas de la tierra en una pendiente abrupta por la que casi resbalas, descendiendo varios metros, hasta que finalmente queda en posición horizontal. La luz del exterior pronto desaparece y la oscuridad te empieza a envolver. Pero no dura mucho. A penas unos pasos más adelante te percatas de unas voces y una luz delinea las figuras de Valygar, Ixen y Gerinn, gracias a que Valygar porta una antorcha que delata su posición pero también te permite ver en la oscuridad del túnel. No avanzan muy rápido y parece que el chico joven, Gerinn, está algo enfadado por el tono de su voz.

- Y yo qué sabía que podría atacar ese gusano? No tenía ni idea de que pudiera salir a la superficie!  - Gerinn agarra a Ixen por el brazo y aprieta con fuerza - Y no consiento que nadie me llame cobarde ni mierda, y mucho menos sin saber por todo lo que he tenido que pasar para llegar hasta aquí. Ese puto gusano no me ha devorado, y no pienso dejar que devore a nadie más!

Sonrió ante el gesto de Guerrin -Si quieres tener oportunidad de enfrentarte a él será mejor que sueltes mi brazo.  De otro modo te mataré aquí mismo- no habría una segunda advertencia para el humano, si no lo soltaba lo mataría

A juzgar por lo que escuchas, Gerinn e Ixen parecen estar discutiendo. El humano tiene aferrado al dracónido por el brazo y ambos se están dedicando palabras para nada amables.

- ... no consiento que nadie me llame cobarde ni mierda, y mucho menos sin saber por todo lo que he tenido que pasar para llegar hasta aquí. Ese puto gusano no me ha devorado, y no pienso dejar que devore a nadie más! - dice Gerinn

- Si quieres tener oportunidad de enfrentarte a él será mejor que sueltes mi brazo.  De otro modo te mataré aquí mismo - le contesta Ixen

Están absortos en la discusión y no se dan cuenta de tu presencia

Todavía con una desagradable sensación a causa del inútil materialismo de Basilio, avanzo por el túnel solo para encontrarme con otra escena igual de desagradable. No comprendo esa obsesión que tienen otras razas por pelear, incluso en momentos como este.

-Dudo mucho que este sea momento para discusiones- digo con voz calmada, aunque suficientemente alta como para que ambos escuchen mis palabras -Ese gusano es el verdadero objetivo, y debilitarnos entre nosotros solo nos precipitará a la muerte con mayor velocidad. Si os preocupa vuestra vida, o la del resto de personas, creo que sería necesario seguir adelante.

Imagino que mi interrupción resultará, cuanto menos, extraña, especialmente en un momento así. Sin embargo, confío en que el aspecto imponente de mi pantera, todavía erizada por la visión del gusano, baste para conseguir que los dos guerreros tomen en serio mis palabras.

Gerinn parece no aceptar muy bien la amenaza de Ixen, pero el joven guerrero se sobresalta cuando escucha la voz de Elnaemil y suelta el brazo del dracónido.

- El elfo tiene razón - comenta Valygar - enfrentarnos entre nosotros será nuestra perdición. Acabemos con ese devorador de carne y piedra antes de que sea demasiado tarde. Valygar se gira hacia el elfo con una mirada de agradecimiento y sigue avanzando por el túnel.

Gerinn no dice nada más, tan solo aferra con fuerza el mango de su hacha y sigue los pasos de Valygar.

-No me preocupa mi vida Elfo y tampoco la vuestra.  Sin embargo estoy dándole una oportunidad a este hombre para que corrija su error- dijo mientras clavaba sus ojos en la mano del humano denotando que no toleraría aquel apretón por mucho más tiempo.