Tras pasar por el umbral, Niamh cerró la puerta tras él, y Auditore se econtró con una espaciosa estancia, repleta de mesas y sillas.
A su derecha había un gran escenario, donde había visto a Ezaniel y a Johnson ofrecer su espectáculo nocturno. Pero no solían entrar a trabajar hasta más tarde, cuando oscurecía y el local se llenaba de más gente. Había un piano sobre la tarima, en el centro del escenario. El piano estaba allí, lleno de telarañas cuando entraron al local. pensaron en tirarlo o venderlo, pero Johnson se empeñó en afinarlo, y no sabían si debido a la suerte o a su talento, el aparato no sonaba nada mal.
Frente a Auditore, una gran cortina carmesí ocultaba toda la pared frente a él, asi como parte del escenario a su derecha. Sabía que esa cortina ocultaban las dos entradas a la parte trasera del local: La sala de apuestas, el despacho, los almecenes, los baños.
De nuevo, el mapa. Para situarse:
No había mucha gente en el local a estas horas. Un par de clientes en la barra, contra la pared a su izquierda. Miró hacía allí y vió a Sinnerman. El judío era el barman, pero hacía de encargado cuando ninguno de los socios estaba allí. Niamh era la camarera oficial, y ayudaba a Sinnerman sirviendo en las mesas cuando el local empezaba a llenarse de gente, o pasando de vez en cuando por la sala de apuestas, por si algún cliente de allí quería alguna copa de la barra.
Agradecí la ayuda y dedicación de la chica al tomar mi abrigo y demás prendas y luego camine hacia la barra y me senté.
-"Como va todo Ishmael? -dije mientras saludaba con la cabeza a los pocos clientes que había y miraban cada tanto- ponme un whisky por favor, alguna noticia de las chicas?"- dije mientras apoyaba un brazo en la barra y me encendía un cigarrillo.
Ishamel se dirige junto a Virgilo. Los dos cliente ya están atendidos y por ahora no hay mucho trabajo. Desde el otro lado de la barra le dice: - No señor. Ninguna de ellas ha pasado por aquí desde que abriera esta tarde. No las he visto desde anoche. Por cierto. Ya he visto en el almacén los barriles cerveza. ¿Han tenido algún problema esta mañana con el proveedor? -
Niamh se acerca a los dos y os observa de cerca, atenta. Es una chica jóven de ventipocos años, y rasgos claramente irlandeses.
-"No mas que habernos aumentado el precio de cada barril al doble-dije en un suspiro- supongo que no te dijeron que hasta las doce de la noche mantendremos los precios igual que ayer y a partir del cambio de día al doble ya que este será el ultimo día antes de la Ley Seca y debemos de poder recuperar lo invertido. Le había dicho a Crystal que hiciera un cartel pero se ve que se olvido, para variar..."- comente un poco molesto.
- Eh, bueno. Ahora que usted lo dice, lo recuerdo... Sí que se pasó por aquí y me comentó todo el asunto la señorita Crystal. Disculpe, pero lo había olvidado, señor. Error mío. No se preocupe. Ahora me encargo de escribir y colgar un par de carteles. - Dice Sinnerman, avergonzado.
Para no variar, error del Narrador. Efectivamente, Calafia me escribió en un post que se suponía que trasmitío a los operaris sdel local todas tus órdenes, pero como soy medio idiota, lo olvidé.
- Disculpe serñor Auditore. - Os interrumpe la jovenzuela Niamh, impaciente... - Como no hay mucho trabajo aquí ¿Me permite ir a la Sala de Apuestas a hablar un poco con Donovan? Volveré en cinco minutos. -
Levante las cejas mirando al cantinero, no era normal que se le olvidara esas cosas, sin embargo supuse que todos estamos nerviosos o con la cabeza en otro lado, además esas personas tenían sus propias vidas y problemas.
Niamh me hablo para pedirme si podía ir a hablar con su pareja:
-"Ve tranquila, pero se discreta"- obviamente me dirigía a como iba a la sala de apuestas y como se comportaba frente a los clientes.
Mientras bebí mi trago y me fije la hora, debería de llegar puntual a la cena...