Partida Rol por web

Gloria, con el pelo todavia algo húmedo pese a que estado metida dentro de la cabaña ante la afluencia de voluntarios dedica unas palabras de agradecimiento a los Xaseen.

Muchas gracias por vuesta hospitalidad, y sobre todo por el calor de vuestro hogar. Vuestra familia es maravillosa, y espero que Oxidion os bendiga y permita que nuestros caminos se crucen de nuevo.

No son meras palabras de cortesía. Los pensamientos acerca de la familia vienen ocupando su mente a veces de un tiempo a esta parte, y aunque ha sido feliz en el templo con sus amigos, el calor del hogar siempre tiene un encanto especial. Aunque en realidad, ella tiene su propia versión... y está justo aquí, a su lado, esperando para subir al bote.

Sin más preámbulos, acaricia con cariños las cabezas de los dos pequeños y se una a Aditya cruzando el tablón que lleva a la balsa.

En cuanto tuvo la oportunidad y tuvo todo preparado, se despidió cortésmente de la familia, agradeciendo la comida y el alojamiento. El draconiano estaba inquieto y con ganas de marcharse de allí cuando antes. Su cola se agitaba nerviosa, y miraba a todos lados, como esperando ver de repente un grupo de bandidos acercándose a toda velocidad. De un salto, se subió a la barca mientras llevaba su petate firmemente aferrado a la espalda, y se sentó junto a Katherine Locust en cuanto ella también subió. Disfrutaba de su compañía.

Imhol se gira una última vez hacia la familia y les sonríe.

-Muchas gracias por vuestra hospitalidad, espero que nos volvamos a ver en un futuro - Dicho lo cual avanza con agilidad por la pasarela de madera y sube a la embarcación. Ve como más de la mitad de sus compañeros tienen a alguien con quien compartir el viaje de forma algo más personal. Solo Arbahin y él mismo carecían de dicha oportunidad, durante un momento Imhol se sintió algo en soledad, pero después el entusiasmo por un nuevo viaje en barco (pese a que en el tiempo que se separaron los viajes en barco estuvieron a la orden del día en la vida del ventante).

Cuando todos estuvieron listos, fue el momento de partir. La familia Xasheen había hecho un trabajo estupendo, pues ya estaba todo listo para el viaje, y además se habían sentido atendidos como en su propia casa (si exceptuamos la falta de su madre poniendo orden con el cucharón, claro). Escuchó atento las indicaciones, pues seguramente sería importante. Las barcas podían ser complicadas si se cometía alguna tontería.

-Muchas gracias por su hospitalidad. Y no se preocupen, no me asusta trabajar y ayudaré en lo que pueda. 

Arbahin habia ofrecido su ayuda pero Lom practicamente les hecha de alli, de forma muy cortes claro, pero dando a entender sutilmente que estorbaban. Asi que el licantropo se dedico a disfrutar de la tierra, caminar y sentir el viento en su pelaje. No se alejó mucho, solo dio unas vueltas, quizsa procurando asegurarse que todos estuviera bien al marcharse. Luego, cuando ya estaban listos para marchar, Ila les dio las ultimas indicaciones.

-Agradecemos la hospitalidad- dijo inclinando la cabeza ligeramente-. Haremos lo que ellos nos pidan- dijo mirando hacia la balsa. Luego suspiro y se acercó a la embarcacion. Volvio a suspirar metiendo su enorme cuerpo en ese cascaron de madera, creyendo que este se partiria. Pero nada de eso paso, siguió tan firme como siempre. Si aguantaba carretas, animales y demas, seguro podria con un licantropo, pero Arbahin nunca habia viajado en bote, balsa o cualquier cosa que flotara, lo maximo fue un tronco en una inundacion que le arrastro durante cinco kilometros. Se acerco a Imhol, el cual miraba el horizonte-. Nunca habia viajado asi- le dijo al ventante en cuanto estuvo a su lado.

Con un salto de quienes son conocedores del medio al que van, primero Pao y luego Alf son los dos últimos en recorrer la pasarela, habiéndose escabullido por ella un momento antes Árdigant como el único pasajero que faltaba por subir. Por un lado, Kate y Gruntah se han posicionado al otro lado de la balsa, la primera observándolo todo con ojos amplios. Elius y Ardita hacen lo propio un poco más allá, y el vradeno está amarrando su petate a una de las hamacas como si fuese la cosa más importante del mundo. E imitando a Imhol y Arbahin, el último humano pasajero, Jhon, observa el horizonte y las posibilidades que les aguardan más adelante.

En ese momento, un par de pértigas bien empleadas empujan la balsa y la separan del embarcadero, iniciándose lentamente la marcha rio arriba, como un fluir tranquilo y parsimonioso...

Arbahin sintio como la balza se movia, impulsada por las pertigas y no pudo evitar mostrar ligeramente los dientes. No le agradaba mucho sentir que no controlaba nada, que se movia sin poder evitarlo y que todo escapaba completamente a su control. Sus orejas estaban ligeramente inclinadas y olisqueaba el aire en busca de amenazas. Quizas cuando se acostumbrara a esa sensacion lograria disfrutar del viaje pero por ahora solo queria tocar tierra y sentir que el suelo no se movia como si estuviera vivo.

Se dio cuenta que aferraba la madera de la borda con demasiada fuerza, asi que intento relajarse un poco, mirando el horizonte. Mirar las aguas no ayudaria a sentirse mejor, asi que busco un punto lejano, detalles en la costa, la forma de animales bebiendo o simplemente la copa solitaria de algun arbol.

Kromwill, una vez se hubieron distanciado de la orilla, se sentó cerca de uno de los bordes, observando alrededor. Aunque observaba distraídamente, el guerrero aún se encontraba en un estado de alerta. Sus viajes le habían demostrado que muchas veces, ninguna situación era segura. Y los acontecimientos recientes no hacían más que demostrarle aquello. 

Le era demasiado fácil imaginar un grupo de bandidos con arcos y ballestas acabando con ellos desde una orilla, o quizá algo aún peor. La única cura para mantener relajado su espíritu era permanecer atento al transcurso del viaje, con la esperanza de que la vigilancia les librara de algún percance innecesario. 

El murmullo del agua fluir era extremadamente relajante, aunque percibía la tensión en los músculos de su licántropo amigo, sabía que Arbahin se comportaría y no enloquecería. Como había dormido largo y tendido, Gruntah estaba tremendamente despierto, y observaba todo y a todos con los ojos bien abiertos. Incluso se permitió observar con más detenimiento a Kate, que sonreía como casi todos los cachorros humanos con los que el draconiano se había cruzado en su vida.

Metiendo la punta de la cola en el agua, dejó que un escalofrío recorriera su cuerpo debido a la diferencia de temperatura con el exterior, y jugueteó con los peces que seguían a la balsa, quizás esperando que cayera en el río algo de comida.

- Espero que no les pase nada - dijo, mirando la casa de la familia Xasheen, que poco a poco se iba haciendo más y más pequeña.

No creo que les pase nada, Gruntah- dice Gloria, apretándole cariñosamente el hombro. Sea lo que sea que quieren quienes nos sigan, a éstas alturas creo que ya saben que lo tenemos nosotros. Además, viviendo donde viven, me parece probable que sean más duros de lo que aparentan.  En este caso, creo que bueno es que vayan a por nosotros.

Aunque el tono en que lo dice es ligero, probablemente hable en serio. Gloria es el tipo de persona que prefiere que le hagan daño a ella que a sus amigos, quizás porque al estar más acostumbrada a luchar por llevar una vida normal, y al ser una persona que ha alcanzado un cierto grado de gracia, el dolor no la asusta tanto como a la mayoría de la gente... aunque lógicamente, no hace por buscarlo. Como en tantas otras cosas, la gente sabia rehuye el hacer algo sin necesidad.

Bastante animado, como es costumbre en él, Imhol se mueve con rapidez por la balsa hasta que encuentra en lugar en la proa de la embarcación donde el aire choca con más fuerza. Ahí se sube en lo primero que encuentra y cierra los ojos para sentir el viento contra su rostro. Siempre le encantó esa sensación.

Escucha las conversaciones de sus amigos, pero prefiere no intervenir, a si que simplemente saca de su mochila una tablilla antigua y un cuaderno con notas, empezando a tratar de descifrar sus grabados poniendo la máxima atención en ellos. Las inscripciones cuneiformes son de tiempos bastante remotos, pero no es la primera contra la que se enfrenta el ventante ni de lejos, ni siquiera será la última, a si que con destreza comienza a descifrarlo.

-Esto quiere decir "lugar", pero combinado con este otro quiere decir "lugar de descanso y ritos", es decir, "cementerio". Pero... junto con "jardín floral" no tiene demasiado sentido... ¿quizás se referían a los cementerios como un jardín de flores de muertos? Tendría sentido - Murmura para si mismo, siempre ha razonado de mejor forma escuchando su propia voz.

Paseándose por la cubierta como quien ha vivido media vida en el mar, Jhon contempla el horizonte entrecerrando sus extraños y cambiantes ojos, observando cómo se aleja la residencia de los Xasheen poco a poco, y torciendo el gesto como disgustado por algo. Después de unos instantes quieto, vuelve la mirada a la balsa y vuelve a cambiar de expresión al ver a su compañera humana hablando con Gruntah, murmura unas palabras quedas y luego vuelve a caminar de un lado a otro, hasta que los pasos de sus botas se detienen junto a Imhol, y la mirada gris de unos ojos se posan en la tablilla. -Tendría sentido, si pusiese jardín floral, pero ahí pone "ofrendas al monasterio de los guardianes del descanso final", así que creo que te has confundido en la última parte. Tiene gracia, ángeles de la muerte, los hay por todas partes. -Las palabras salen de su boca más como un comentario casual, sobre todo la última parte que parece una reflexión propia y no otra cosa, esa clase de conversaciones que tiene con uno mismo quien ha estado solo mucho tiempo. Y antes de que el ventante pueda contestarle en esa posición, sus ojos han vuelto a una tonalidad rojiza y está apoyado en la borda, contemplando la orilla.

Unas pocas palabras se le escuchan al humano cuando murmura para sí, pero desde luego solo un oido bien atento es capaz de lograr captar algo más que un simple balbuceo. Sin embargo, lo dicho es suficiente como para ponerle la carne de gallina a más de uno, cuando las palabras que Jhon dice son algo como "Tendría que haber habido un ataque y una gran pira, pero ahora solo veo unas hogueras normales..." antes de seguir caminando y llegar hasta Imhol.

El conductor, después de haber estado desaparecido toda la salida asegurándose en la zona trasera que todo marcha bien, se acerca a pasos tranquilos hacia el frente de la balsa, donde la mayoría están disfrutando del recreo y las vistas. Sin embargo, al contemplar y escuchar al humano y su manera de hablar, no es difícil ver cómo Lom parece ahora más intranquilo y cómo hace un gesto ligero de santiguamiento con la mano izquierda, revelando unas arraigadas creencias en Gaerberon, Señor de los caminos, dios de los viajeros y los campos al que adoran principalmente en Ankaer y Jahar, más allá de la sierra de Agujas de cristal. Luego, como pensándose algo mejor, se acerca hacia el miembro con que más relación ha formado en el camino, el draconiano, y su acompañante humana.

-Mi buen, quizá os pueda parecer una fruslería, pero... ¿sabeis cómo es posible mover una balsa de este tamaño rio arriba con solo unas finas perchas de madera? Puede que no sea una magia como la que vos podeis realizar, pero pensé que igual os podía gustar verla, y os podeis traer a vuestra amiga. -Y no podríais jurarlo, pero bajo esa capucha que poco más que los ojos deja ver, se podría decir que Lom está sonriendo, contento de poder enseñarle algo a alguien.

Gruntah permanecía manteniendo una charla intrascendente con la joven mientras la balsa recorría el río sin muchos problemas, y apenas prestaba atención a su alrededor. Ahora que se alejaban de la morada de los Xasheen se encontraba mucho más relajado, y de vez en cuando hacía algún comentario a la humana sobre el paisaje o alguna anécdota. Ni siquiera escuchó el comentario de Imhol o la respuesta de aquel extraño ser de ojos cambiantes. ¿Eran todos los humanos así? No lo creía: ni Kromwill ni Elius tenían ese estigma, así que debía ser algún efecto mágico, o quizás una subespecie.

Desechando aquella información como intrascendente, el draconiano alzó la cabeza cuando el misterioso Lom se acercó a ellos, como queriendo confesarles algo importante. No podía esperar una respuesta más evidente del mago: agitó la cola nervioso y chasqueó los dobles párpados, produciendo un sonido de succión. Lom había captado su atención.

- Vamos - dijo, con una mueca similar a una sonrisa en el rostro.

Arbahin se mantenia quieto, mirando la nada y con las orejas algo bajas... pero de repente se levantaron y una de ellas giro hacia un costado, atenta. El licantropo se irguio cuan alto era, mirando hacia donde estaba el humano extraño. Un ligerisimo gruñido comenzo a emerger de su pecho. Con un par de largas zancadas se acerco hasta Jhon y estirando su brazo atrapo la garganta del sujeto, la sutileza y la delicadeza no estaba en la lista de atributos del licantropo.

-¡¿A que te refieres con ataque?! ¡¡Habla o te arranco la cabeza!!- levanto al humano desde el cuello, impidiendo que hablara comodamente. La furia crecia en el licantropo con cada segundo y podria hacer cualquier cosa. Nadie entendia que habia pasado, pero si sabian que Arbahin estaba terriblemente enojado.

Cuando la enorme figura del licántropo se mueve a gran velocidad por la cubierta, no son pocos de los presentes los que se giran para mirar, pero los ojos que se muestran más preocupados no son los de Jhon, sino los de su compañera humana. Que se levanta de un salto, y avanza un par de pasos antes de detenerse en seco. Pues aunque Arbahin tiene una fuerza impresionante, los movimientos del humano son rápidos y fulminantes, librándose del agarre con un golpe en ambas muñecas y haciéndolo girar hasta poner su boca a la altura del oido del otro, desequilibrado por los extraños movimientos. Y entonces, un instante después, lo suelta apartándose un par de metros, antes de volver a hablar. -Sin reservas. -Y luego retrocede varios pasos, observando aún a la enorme figura.

Y otra vez, unas pocas palabras son las que dirige a tu oido, después de deshacerse de ti con una manera como nunca habías visto antes, y que desde luego parece estar diseñada para hacer frente a criaturas tan fuertes como tú pues es mucha la fuerza que ha tenido que hacer incluso acertando en dónde hacerla. Pero esta vez el tono va claramente dirigido a alguien, no un simple rumio para sí mismo. -Responderé a lo que quieras por la noche, no frente a todo el mundo, con tantos oidos. Y hablaré sobre lo que quieras saber. -La voz es claramente arisca, pero parece sincera. Y antes de que necesites hacer fuerza para liberarte, las manos te sueltan empujándote para evitar el desequilibrio causado.

Mientras lo tenia sujeto, el licantropo gruñia de forma amenazante, los ojos brillantes y los dientes afilados a pocos centimetros del rostro del humano. Jamas habia visto a nadie luchar de esa forma, le habia sorprendido la velocidad y la fuerza empleada. Era como levantar una piedra con una tabla, si sabes como, haces mucha fuerza... Era casi igual, solo que en vez de una piedra detenia a un enorme licantropo con sed de sangre.

-Aghhh- ruguió en cuanto le soltó. Arbahin no dijo nada, mas se podia notar como luchaba por no volver a arrojarsele encima, tirarlo por la borda de ser necesario. Clasqueo los dientes frente al humano sin decir nada, alejandose luego aun rincon apartado, sin perderle de vista. Su furia no habia remitido, no habia logrado sentirse mejor... pero aceptaba esperar... de momento.

Viendo que la pelea ha remitido, aunque Arbahin no parezca demasiado contento de haber acabado así, Lom repite el gesto que ha hecho antes y luego se vuelve hacia el draconiano y su acompañante.

-Por aquí, señor Gruntah. Señorita. -Y retrocede en sus pasos, solo que en vez de seguir y rodear la puerta para volver al carromato, entra por ella descendiendo los escalones levemente iluminados por la luz solar y, más abajo, una lámpara con una vela. El piso inferior de la balsa es bajo, pero el conductor se mueve sin problema alguno gracias a su estatura, y guía a ambos por un par de pasillos hasta llegar a lo que sería el centro de la balsa, pero debajo. Una vez allí, la puerta se abre con un pequeño crugido revelando una extraña maquinaria en el interior, con tubos entrando y saliendo de ella y recorriendo buena parte de la habitación. -Vereis, os lo explicaré. -Dice Lom, adelantándose un poco y contemplando más de cerca la obra de ingeniería. -Fue mi padre el que trajo esto que aquí veis de Baldoran, creado por aquel hombre que os mencioné, Lezain. No me pregunteis cómo funciona exactamente, pues lo desconozco, pero a lo que llego a entender es que mediante una serie de válvulas, parte del agua con el que nos cruzamos y que circula río abajo ve extraída su fuerza, soltándose en la otra dirección por los tubos que salen al exterior, causando que el empuje sea inverso. Impresionante, ¿no cree? -Y bueno, quizá no sea magia, pero desde luego Kate se ha quedado ligeramente ojiplática contemplando el montaje.