Partida Rol por web

The Dragon Gate: El esperado encuentro

Todos los caminos llevan al hogar - Escena I

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16/12/2011, 15:20
Kromwill Rojoalbor

Tras derribar a su adversario, parpadeó brevemente, mientras la niebla se disipaba delante de sus ojos…ese maldito brazo le había vuelto a sumergir en un estado de furia psicótica que no le gustaba nada. Al darse la vuelva para ver el estado del otro ser, comprobó que el viajero estaba en apuros. Sin pensárselo dos veces, avanzó rápidamente hacia el otro enemigo, con la espada en la mano…con intención de cercenar su cabeza de un potente golpe, y luego seguir aporreando el cuerpo hasta que… ¿muriera?

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16/12/2011, 15:58
Gloria

Gloria no podía creerlo. Parecía que aún quedaban almas caritativas en aquel mundo de oscuridad. Que aún había quien ayudaba sin querer recibir nada a cambio. Era agradable poder sentir aquello, y una sonrisa apareció en el rostro de la sacerdotisa.

¿Pero quien sería? Su alma era hermosa, difícil de olvidar. Si alguna vez volviera a encontrarlo, no sería difícil de reconocer, y entonces tendría su momento para agradecerle el gesto.

Ahora tenía una anécdota más que contar a sus compañeros. Estaba deseosa de llegar y verles, los echaba mucho de menos.

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17/12/2011, 23:29
Elius Brezon

A pesar de que el corte hace unos instantes que se ha producido, la vista se me nubla un poco debido al ardiente dolor, que cada vez es más intenso.

Bajo la vista rápidamente a la herida. En el tiempo de un parpadeo (que es lo que me permito mirar), no parece muy grave pero la sangre reluce brillante mientras sale a borbotones.

Alzo de nuevo la vista hacia el extraño adversario. Me sigue mirando, y su expresión está vacía de sentimiento. No parece haberse dado cuenta de la cara de estupor que puse ante sus movimientos antinaturales. Intento levantarme, pero el dolor en la pierna se hace insoportable, por lo que me quedo a medio camino, en una extraña postura y jadeando.

"No voy a salir de ésta", me oigo decirme a mí mismo. No quiero rendirme, así que dada la imposibilidad de ponerme en pie, me arrastro lo más lejos que puedo del individuo para ganar tiempo.

Con cada movimiento, sufro un calambrazo en la pierna y aprieto los dientes para aguantar tanto como sea posible. Un extraño sonido mecánico me hace mirar hacia mi rival, y me encuentro con que no está. O mejor dicho, no está de pie. El desconocido guerrero se encuentra atacándole una vez tras otra, con certeros y rabiosos golpes hasta que la criatura deja de moverse.

- Por que poco... - consigo articular entre la sorpresa y la herida de incandescente dolor.

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20/12/2011, 08:45
Imhol

Aún empuñando la lanza giro la cabeza comprobando que no hay ninguna otra amenaza en las cercanías y cuando lo he comprobado analizo lo que acaba de ocurrir:

El combate duró a penas un par de minutos, y el momento crítico cuando sentí el cosquilleo proviniente de la lanza, el viento sopó con fuerza. Al parecer la lanza me había transmitido algo parecido al poder de las tormentas pero en un medida soportable por un ser vivo. Después, cuando me lancé al ataque, mi agilidad aumentó de forma que parecía que cabalgase el viento lanza de justa en mano para batir a mi rival.

Asiento con la cabeza complacido mientras miro durante unos segundos la lanza, al parecer las leyendas sobre ella son ciertas y contiene alguna clase de poder mágico, pero lo usual no es que estos poderes se basen en aumentar la velocidad del combatiente, sino que permitan golpear con más fuerza o con poderes extraños... Pero lo cierto es que no se si haber desintegrado así parte del cuerpo de mi rival y que este explotase se debe a su propia fisonomía o al poder del arma.

Suspiro.

Independientemente del poder que posea la lanza ahora no es lo más importante, sino el hecho de que haya sufrido un ataque.

Me acerco al lugar donde la criatura ha explotado como si pudiese estudiar algún resto que hubiese dejado (cosa que no ha hecho).

Tras unos minutos comprobando el terreno me resigno a que tengo que continuar el viaje si quiero llegar a tiempo, de camino puedo seguir pensando en la lanza.

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20/12/2011, 19:57
Kromwill Rojoalbor

-Sí...por muy poco...¿Estás bien?-dijo, ayudando al otro humano a levantarse.

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21/12/2011, 22:29
Elius Brezon

Allá donde había caído el individuo, ahora había un montículo de cenizas en el centro de una circunferencia de suelo quemado. Un punto final acorde con el surrealismo de enemigo que casi acaba conmigo.

El desconocido de la armadura me tiende la mano para ayudarme a levantarme pero la rechazo de una manera cortés:

- Ese bicho me ha herido en una pierna, deja que le eche un vistazo. - le respondo mientras examino la herida. Efectivamente, parece estar infectada con algún tipo de veneno que se encontrase en la hoja del arma. A pesar de que no sangra tanto como antes, los bordes del corte empiezan a supurar. Rápidamente, saco un cacho de tela de mi bolsa y detengo la hemorragia, haciendo un fuerte nudo.

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22/12/2011, 11:18
Kromwill Rojoalbor

Mantengo alejado, quizá de manera inconsciente, el brazo herido de su interlocutor.

"No puedo dejar que nadie lo vea..."

-Parece que los caminos ya no son tan seguros, deberíamos continuar. 

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22/12/2011, 16:03
Director

Por mucho que detenga la hemorragia, el joven tumbado en el suelo nota por todo el cuerpo sacudidas de dolor que, de seguir incrementandose al ritmo que van, dentro de poco probablemente lo dejen noqueado por el dolor y, seguramente, muerto. Y este hecho le impide pronunciar nada más sin que le castañeen los dientes.

Y por ende, el guerrero no puede responder unas preguntas que no han sido mencionadas.

Notas de juego

Kromwill y Elius

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22/12/2011, 16:09
Kromwill Rojoalbor

Viendo que el joven no se levantaba y su mal aspecto, le cogió en brazos y aceleró el paso, debía llegar al pueblo, con el curandero, a que le tratara.

-Yo no poseo conocimientos para ayudarte...sea lo que sea que tengas...pero en el pueblo de delante podría haber alguien que sí, sólo aguanta un poco...

Y dándose toda la prisa que podía con un fardo extra, retomó el camino...

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22/12/2011, 22:21
Elius Brezon

Notas de juego

Vaya... lo siento. Iba a poner algo sobre el envenenamiento, pero como tampoco sabía la gravedad de la situación y el master ya nos había dejado a "nuestro aire", luego he pensado: Vale, y si estoy muy malherido, ¿cómo llego al pueblo?

De nuevo, lo siento. ¿Edito el post para dejarlo bonito (eliminando las partes tachadas) o lo dejo así?

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22/12/2011, 22:46
Director

Notas de juego

Es grave, pero digo yo que como curandero que eres tienes tus cosas para ver qué demonios es el veneno y cómo contrarrestarlo. Que los cuchillos envenenados están ahí.

Y sobre el post, déjalo estar o toquitéalo como más rabia te de, pero pon post en uno nuevo. Porque soy cruel, y te digo que si tratas de llegar hasta tu casa para que te curen, probablemente acabes más fiambre que vivo ê.ê

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25/12/2011, 18:41
Elius Brezon

A pesar de que el guerrero me ha cogido en brazos con todo cuidado, cada leve balanceo es una sacudida de dolor que me recorre de arriba a abajo. Además, un sudor frío me recorre la espalda. De aquí a no mucho tiempo, empezaré a tener naúseas y notar rígido el abdomen.

"Si esto es grave, y parece que lo es, pretender llegar así a la aldea puede ser un suicidio", pienso entre escalofríos.

Apenas hemos andado un par de pasos desde el lugar del combate. Cierro los ojos un instante, y con dificultad alzo la mano para tocar a mi amable salvador. Cuando me mira, bajo la vista al suelo, y de nuevo a él. Con mucho esfuerzo, consigo pronunciar unas entrecortadas palabras:

- Bájame, por favor... Vas a... tener qu... ayudarme, guerr..... - noto la boca pastosa. Me cuesta un poco respirar cuando hablo, así que me paro un momento y respiro hondo. La pierna arde como el infierno. A escasos metros está el arma que ha producido tal fatídica situación. La señalo, con la esperanza de que el desconocido me la acerqué para intentar averiguar con qué clase de veneno he sido infectado.

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26/12/2011, 16:00
Kromwill Rojoalbor

El guerrero paró en seco cuando oyó al herido hablar…lo que decía no tenía sentido…

-No estás en condiciones de tratarte a ti mismo, sepas o no…-le vio señalar la daga-sin embargo, tener una muestra del veneno sí que podría venir bien.

Se agachó a recogerla con prisas, volvió a recoger al enfermo y reanudó a todo correr el viaje a la aldea. No estaban lejos por lo que él sabía, a si que confiaba en no llegar demasiado tarde a la casa del padre de Elius si se daba prisa…y más viviendo éste a las afueras del pueblo.

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28/12/2011, 01:00
Elius Brezon

Me quedo boquiabierto ante la reacción del desconocido. Previsible, por supuesto: ¿Qué haría yo si me encontrase en su lugar? ¿Ver como un enfermo juega a los médicos o intentar llevarle a toda costa a un lugar donde puedan ayudarle? La pega de esta última opción era que viendo la rapidez con la que avanzaban los síntomas, el veneno no iba a dejar que todo acabase con un final feliz.

El guerrero ha vuelto a cogerme en volandas tras traer el cuchillo envenenado, el cual intento observar para encontrar alguna pista de qué es lo que me afecta. Sin embargo, para poder sacar algo en claro necesitaría: Primero no estar sufriendo el traquetreo producido por el raudo paso del joven de la armadura que carga conmigo. Segundo: tener a mano ciertos utensilios para analizar el arma en profundidad. Y tercero: Estar en plenas facultades. 

Lamentablemente, y respecto a esto último, noto como la respiración se me dificulta cada vez más. Poco a poco se me va paralizando la pierna herida, cosa que no ocurre con el dolor, que cada vez es más intenso si es que eso es posible.

Armado con toda mi paciencia, respiro hondo y trato de razonar con el hombre, el cual me lanza miradas de preocupación de vez en cuando:

- Guerrer... Sé lo qu... hago. Teng... Soy cu... Si tratas de... - hasta yo mismo noto lo incomprensible de mis palabras. El desconocido se esfuerza por entenderme, reflejando una perplejidad en su cara. Decido, por tanto, simplificar mi situación y sentencio con una claridad abrumadora - Moriré.

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28/12/2011, 17:46
Kromwill Rojoalbor

Lamentablemente, por lo que Kromwill veía, el ritmo al que estaba actuando lo que hubiera en la daga no permitiría llegar a la casa del curandero. A si que lo dejó en el suelo, y dijo:

-Muy bien…supongo que la única opción que queda es que sepas lo que haces, y puedas hacerlo, ya que estamos demasiado lejos…si puedo ayudar, dímelo…

Depositó al hombre en el suelo todo lo suavemente que pudo, y le contempló actuar. Sin embargo, al observarle más detenidamente, reparó en que se parecía mucho a Elius…

“Qué curioso…tiene un doble que se dirige a…oh, no… ¡es él!”

Lanzó alguna mirada furtiva a su rostro para asegurarse, pero sí, era él.

“Será mejor que no le diga nada” pensó el guerrero “podría desconcentrarse”

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29/12/2011, 21:07
Elius Brezon

Agradecido por que el joven de la armadura hubiese comprendido al fin la gravedad de la situación, me dispongo a hacer lo que mejor se me da: curar.

Con cuidado, quito los vendajes que había utilizado para parar la hemorragia del corte. Al desprender la última venda, la herida se reabre un poquito, soltando unas gotas de sangre. Sin embargo, no es lo que me importa, sino observar qué estado tiene y, junto con los síntomas que sufro, saber cómo actuar.

La verdad, la pierna no tiene muy buena pinta: alrededor del corte en sí, hay una zona en carne viva, invadida por una costra amarillenta. A pesar de que la toco lo más suavemente que puedo, no puedo evitar dar un grito. Un par de lágrimas se me resbalan incoscientemente, y noto por el rabillo del ojo que el guerrero me observa incómodo.

Por suerte, tras comprobar la herida y los síntomas, he tenido una idea. Por desgracia... cada vez necesito respirar un poco más hondo para que el oxígeno entre a mis pulmones, y me siento mareado.

Revuelvo en mi vieja bolsa y saco un par de frascos, unas cuantas hierbas y un rudimentario mortero. Ahora que la herida está al descubierto, la más mínima brisa que me acaricia me hace dar escalofríos de dolor. Meto las hierbas en el mortero y se lo acerco al desconocido:

- Tiene... machacar. - A pesar de que requiere poco esfuerzo, hasta esa tarea me parece un mundo, por lo que confío en que el guerrero me ayude.

Mientras, yo le doy un trago a uno de los frascos y me palpo la frente. Como pensaba: fiebre.

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29/12/2011, 21:34
Kromwill Rojoalbor

-Por supuesto-dijo Kromwill, y se acercó raudamente a coger los instrumentos y las hierbas. Había visto al padre de Elius muchas veces hacerlo, a si que se limitó a machacar con movimientos rítmicos las hierbas contra el cuenco.

La tarea era algo tediosa, y de vez en cuando lanzaba una mirada nerviosa a su amigo…confiaba en que supiera lo que estaba haciendo…y en que las hierbas estuvieran bien machacadas y fueran útiles. 

Al fin y al cabo, no quería volver a su pueblo después de años para enterrar a Elius por haber sido incapaz de cuidarle.

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05/01/2012, 13:04
Director

El dolor va in creccendo lentamente, hasta que llega a un punto en el que casi tienes que detener tu marcha e hincar una rodilla en el suelo, como una especie de culmen o cima del dolor... y entonces, a pasos más agigantados de los que le han hecho venir, el dolor se empieza a disipar por todo tu cuerpo hasta que solo es una sombra, y después se pasa por completo. Sin embargo, todo ese proceso ha hecho que tu paso sea bastante más lento del habitual, dejándote todavía a un trecho de tu destino. Sin embargo, estás ya lo suficientemente cerca como para reconocer algunos olores familiares o ver la copa de algún árbol conocido al fondo.

Notas de juego

Arbahin

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05/01/2012, 13:10
Director

Animada por tu extraño encuentro, retomas el paso una vez alejada la sombra de la extraña criatura. Pese a tu ceguera, no te cuesta demasiado volver a encontrar el camino correcto y, aunque no puedes verlo, sí sientes que estás cada vez más cerca de tu destino final. Ya queda poco, ya queda muy poco...

Notas de juego

Gloria

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05/01/2012, 13:12
Director

Pese a que tu paso pretende ser rápido, a cada zancada que das la ponzoña te afecta con mayor fuerza aún, hasta llegar un momento en que si no llegase a ser porque tu caminar está sustentado por el bastón, hubieses caido al suelo entre punzadas. Y cuando realmente crees que no puede doler más sin sobrepasar tu umbral del dolor, éste llega a una especie de catarsis que se mantiene durante un instante y luego fluye cual lengua de fuego, dispersándote y dejando detrás un extraño cosquilleo y una calma, libre de la influencia del veneno. Y lo más beneficioso de todo ello, pese al sufrimiento causado, no parece haber dejado trazas tangibles de daño físico, más allá de la herida inicial.

Cuando todo está acabando, escuchas tras de ti unos pasos ágiles que casi parecen no tocar el suelo, y que no habías escuchado antes por el dolor. Y si te das la vuelta, lo más probable es que encuentres una figura reconocible y un tanto azulada acercándosete.

Notas de juego

Gruntah