Partida Rol por web

Ahhh, es cierto. Esperemos a ver lo que nos dice la experta
 

"Azula y tu tambien sois estudiosos en magia, caray"

Jainas rió divertida.

- ¡Oh, vamos, Razar! Es un reptil. No un mamifero. Tienen predilección por la carne a lo largo de su vida, pero en estos comienzos comerán cualquier cosa. De hecho lo primero que suelen comer es... ¡El huevo! ¡La cascara del huevo! Les aporta muchos nutrientes - dice la maga mientras corre a la puerta por donde salió la cría, la abre y busca los restos del huevo a la que observa que se ve en esa habitación.

Jainas vuelve de la habitación con el huevo en las manos y se lo pone delante al dragón. Tras olisquearlo le pega unos bocados y empieza léntamente a comérselo.

Jainas observa satisfecha como la pequeña wyverna come ávidamente. 

- Bueno MamiRazar ¿ Lo coges tu u otros tenemos que hacer de canguros?

"Venga, vamos a llevarlo a este noble"

"Porque la verdad, un dragón normal tarda más de 200 años en alcanzar la ADOLESCENCIA! Para cuando sea capaz de encender algo más que una antorcha, el noble estará usando pañales para ancianos!"

Jainas suspira ante la inactiva ambiguedad de Razar. Finalmente ella se acerca al pequeñín. Emite una serie de palabras suaves en dracónico, procurando que al pequeñajo le resulten agradables al oído, se agacha y termina de envolverlo suavemente con la capa. Mientras que con una mano sigue dándole pedazos del huevo con la otra lo coge lentamente y lo acurruca en su regazo (O lo intenta). Después sale de la sala, camino de los pasadizos.

- Vamos chicos. O a este paso el tatatatataranieto del conde recibirá un anciano dragón gran wyverna - bromea.

Cuando entras a la tienda todas las paredes estan cubiertas de cientos de armas de exposicion y el herrero te da la bienvenida mientras golpea una espada en un yunque sin parar.

- Sí claro, es aquél de allí al fondo - te señala a un mago cuya túnica negra está bastante raída y andrajosa, como si un tigre se hubiera limpiado las patas sobre ella - pero yo me andaría con cuidado, es un tipo demasiado peculiar. - pone énfasis en esas palabras, no suena a miedo ni desprecio sino a extrañez.

-Peculiar, a que se refiere? - pregunto extrañado al mago - si le digo la verdad quería hacerle ciertas preguntas, creo que el me podría ayudar con mi trabajo. ¿Cree usted que me ayudara? 

Sin duda la el tamaño, la forma y sobre todo el material engañaba. Parecía hecho de carne y escamas. Nada más lejos de la realidad: era plomo macizo.

Jainas lo levantó haciendo un gran esfuerzo e inmediatamente supo que no podría llevarlo mucho más que unos pocos pasos.

"Pequeño pero cebón. Este canijo pesa una tonelada", admite la maga roja mientras vuelve a depositarlo en el suelo.

- Eres muy pesado, "Gordito" - le reprende condescendiente a la vez que lo bautiza - Vas a tener que hacer un poco de ejercicio - dice mientras saca de su morral más pedazos de la cáscara de huevo - Vamos Gordito, sigue a mami - incita la joven enseñándole el bocado a la que se mueve hacia los pasadizos.

- Vaya usted a hablar con él maese enano y verá de lo que hablo. Si le ayudará o no sólo depende de él. - el mago se despide educadamente y sigue leyendo su libro.

El dragón se mueve encandilado por la comida y las palabras de Jainas, totalmente calmado e incluso meneando la cola alegremente.

Me despido dándole las gracias y voy hacia donde el mago que me había señalado. Cuando estoy lo suficientemente cerca me presento ante el.

- Buenos días señor Melias, soy Kurin, de la montaña de cobre. Vengo por la recomendación de un amigo mio, dijo que usted me podría aconsejar sobre una investigación que estoy realizando.

"Bueno Jainas, tu eliges. Te conviertes en mami de Dragones, o cobramos la pasta"

Bueno, no quería perder mucho tiempo aquí así que fui bastante directo.

-Buenas, me gustaría comprar una espada. ¿Cuanto cuesta?

- Qué tipo de espada quieres chico? Dame mas detalles o no podré venderte nada. - te dice el herrero con voz grave y seria.

Durante unos segundos el mago sigue leyendo como si te ignorara pero después dobla una esquinita de la hoja y cierra el libro para girarse un poco y mirarte. Te fijas en que tiene los ojos azul eléctrico y la cara muy muy pálida detrás de una barba y bigote bastante largos que se acomodan en sus piernas.

- Hola Kurin, encantado de conocerte - te dice amablemente el anciano con una voz dulce - No sé que clase de investigación llevas a cabo pero si puedo ayudarte lo intentaré. - te sonríe y se queda esperando en silencio.