Partida Rol por web

El elfo saca su cimitarra, y con una mano la pared y con otra la otra mano, la cimitarra tocando la otra pared va tanteando el camino.

Vuelve hacia detras buscando en que punto comienzan las huellas del perro, para intentar localizar el punto donde comienza la ilusion

El entorno a vuestro alrededor de torna de magia tras lanzar detectar magia lo cual os abruma durante unos momento, sin embargo afinando el sentido y canalizando detectar magia conseguís distinguir el foco de poder y su naturaleza: ilusión.

Camináis un poco hasta una de las habitaciones donde todo está revuelto, las sillas estan tiradas, la cama boca abajo el colchon de paja despedazado y la mesa totalmente rota. Además en el suelo el cadaver huesificado de un aventurero yace, quizás sufriera un destino parecido al vuestro si no encontrais la forma de escapar.

Por mucho que os esforzais no conseguis encontrar la localizacion del foco ni su forma, solo que esta en la habitacion.

El elfo registra a fondo al aventurero, despues prosigue con el resto de la habitacion.

- Tienes a mano un disipar magia, Gary o Jainas. Dice el elfo, está claro que aqui está el lugar que nos bloquea

La maga enarcó su roja ceja mientras miró al elfo con cara de circunstancias.

- Thar... soy la maga roja. Bum, bum, destrozar y esas cosas ¿Crees que voy a ir disipando hechizos por la vida? - le preguntó casi amonestando, poniendo sus manos en jarras. Entonces frunció el ceño, hizo una mueca con la boca y su mirada se perdió en lo alto, pensando o recordando algo. Mostró a su amigo el dedo indice en señal de "dame un segundo", mientras echó mano de su libro de conjuros.

Se dedicó a pasar numerosas páginas hasta llegar a una sucia y con polvo. Sopló y pasó la mano, logrando que letras arcanas aparecieran debajo. Leyó su contenido y no pudo ocultar su cara de pasmo.

- Oh.. pues no fue un sueño - musitó mientras el conjuro se refrescaba en su mente, mientras le dedicó a su compañero una sonrisa nerviosa de disculpa - Aquí lo tengo. Disipar magia. Veamos que tal funciona.

Y por primera vez en su vida, Jainas conjuró dicho hechizo.

Jainas conjura disipar magia y brevemente las paredes de la habitación tiemblan y se desvanecen aunque inediatamente se recomponen volviendo a er solidas y lugubres. Disipar magia haría más efecto si el foco estuviera destruido.

Tharlatos no cesa en su empeño en buscar el foco e igual que el anterior inquilino pone la casa patas arriba y no encuentra nada hasta que las pareces falquean con el conjuro de Jainas. Es ahí cuando se da cuenta que el foco de la ilusión está debajo del suelo de la habitación, una enorme plancha metálica con runas grabadas. La disipación de la ilusión no le da tiempo para retrarla del suelo, pero quizás un segundo intento o un poco de fuerza bruta por parte de un enano cabreado con un enorme martillo sea suficiente para sacarlo y salir de aquí.

Cuando Tharlatos le señala la plancha metálica incrustada en el suelo, la mujer asiente satisfecha.

- Buen trabajo, Thar - reconoció. Después se giró al enano, investigando cerca sobre posibles mecanismos.

- Golgo, necesitamos aquí tu maña, sutileza y delicadeza - dijo la joven maga roja con evidente ironía, señalando la lámina metálica - Y la de tu martillo también - apuntillo con una sonrisa aviesa.

Miró hacia donde Jainas me señala y veo una lámina de metal, no me pareció gran cosa, pero si romperla nos haría avanzar encatado usaría mi martillo en ella. Mientras iba a darle el golpe para romperla pensé que era gracioso que una magia tan extraña para mi se rompiese a base de martillazos.

A base de mazazos Golgorín rompe el duro suelo de la cueva y deja expuesta la placa metálica del foco con las runas grabadas. Jainas sin más dilación se agacha y rompe el conjuro para disipar la ilusión aunque lo que pasa después pilla por sorpresa a todos.

La habitación se desvanece junto con el pasillo y la oscuridad para mostrar un enorme salón muy bien iluminado por la luz natural de la Luna a través de orificios en el techo rocoso. El salón está lleno de máquinas, que no parecen de origen enano, formando una enorme cadena de montaje por toda la zona. Aunque están apagadas aún se pueden ver restos de lo que producían a cada fase: en las primeras máquinas se metía roca pura, en las siguientes fases hay una serie de alambiques enormes ahora vacios y unos círculos de hechizo y al final aún quedan los restos de una enorme armadura hueca, idéntica a las que os han acechado hasta ahora.

- Jijijijiji-i-i_-i-i - una risita familiar hace eco por toda la sala - buscad el origen...

Después vuelve a quedarse en silencio.

- ¿A que viene esto? - masculló la maga roja entre dientes - ¡Sí tienes algo que decir, sal y hazlo! No nos marees yendo y viniendo por medio mundo - dijo con poco humor mientras su mirada se centraba en el descubrimiento.

Se acercó a las máquinas y las observó detenidamente: su forma, su antigüedad y su manufactura racial. Posteriormente hizo lo propio con los pedazos de armadura dejados.

- ¿Por qué aquí? ¿Por qué nos lo enseñas ahora y no cuando más falta hacía? - volvió a preguntar en voz alta y con leve enojo Jainas. En su momento todo esto ya era sospechado, pero no confirmado. Tuvieron que hacer de tripas corazón para evitar confrontación con Laerguidor, principal responsable, para atajar una amenaza mayor. Una amenaza aun vigente.

- ¿Por qué ahora? - preguntó casi para sí misma.

"La magia nunca dejará de sorprenderme" pensé. Durante el viaje había visto bastante magia, pero lo de ahora había sido algo totalmente diferente, me hizo sentir una especie de mareo en el estomago. Para cuando conseguí estabilizarme pude ver como Jainas empezaba a investigar toda aquella maquinaria y no dudé en echarle una mano con la investigación.

Luego me entró curiosidad al recordad las palabras de Azula - ¿Buscad el origen? ¿Se referirá acaso a que vayamos al principio de la cadena de montaje? - empecé a andar hacia la parte en al que las armaduras tenían menos piezas para ver que es lo que había por ahí. "Si descubrimos como funcionan estas armaduras igual podemos hacer nuestro propio ejercito y luchar contra esos condenados bichos". Ante esa idea no pude evitar acelerar un poco mi paso para ver que es lo que había al principio de todo.

Mirando a sus compañeros rebuscar entre las maquinas, el elfo no puede hacer nada más que encogerse de hombros. - Lo siento, pero nunca me interesó la maquinaria, estaba ocupado intentando que la magia trabajase por mi. Acaba su comentario con una leve sonrisa

El elfo se gira a Gary. - Maestro Mago, algunos han conocido a la pixie antes que nosotros, como Aeinahe. Pero ninguno nos ha querido revelar nada sobre su naturaleza. Conoces algo de la criatura a la que llamamos Azula ?, pregunta inquisitivo el elfo

El grupo entero revisa de arriba a abajo de nuevo la cadena de montaje, pero ni con todo su conocimiento puesto en conjunto consiguen sacar nada en claro.

Las primeras maquinas pican la piedra y la convierten en golems con forma de armadura, las siguientes maquinas son un misterio que las imbuye con magia para darles vida y las ultimas las arman y las equipan. Jainas se tira un rato buscando el origen de la magia pero no consigue encontrar nada, ni por medios magicos.

- A la hada la conoci apenas unas horas señor elfo - contesta a Tharlatos - y no tengo ni idea ni que clase ni que raza es. Además bien podría estar usando un hechizo de ilusión para que no seamos capaces de reconocer su naturaleza, asi que no tiene sentido seguir pensando en ello - razona.

- Creo que debemos seguir más adentro - señala una puerta al fondo detrás de las máquinas - quizás encontremos más respuesta allí.

Las máquinas no tienen origen racial visible. Parecen funcionar con vapor pero los engranajes y las cintas son de hierro forjado. Quizás sea una colaboración entre varias razas, como elfos y enanos pero nada que pueda concretar.

La maga roja se encogió de hombros, sin encontrar una manufactura racial concreta en ellas ni un foco mágico específico que las hiciera funcionar.

Como indicó Gary, avanzó con el resto del grupo siguiendo la estancia hasta una puerta. Pegó el oído a ella y trató de escuchar algún sonido. Hizo gestos a Tharlatos para que él también escuchara. Para este caso en concreto era un privilegiado gracias a sus grandes orejas.

El elfo se acerca a la puerta, la inspecciona junto a Jainas. En cuanto los dos parecen estar de acuerdo con que no se escucha nada al otro lado, ni que la puerta parece que tenga trampa, el elfo aparta a Jainas de la puerta y procede a abrirla
 

Un incesante y pausado goteo de agua sobre una superficie acuosa acompaña el silencio de la estancia.

Al abrir la puerta hayais un pequeño charco de unos 3 metros de radio, muy profundo e iluminado naturalmente por unas piedras multicolor que se hayan en las paredes. Alrededor de este hay un camino curcular pavimentado con grabados élficos sin sentido, palabras sueltas como "ella", "manzana" y "pared" y las paredes de roca solida han sido perfectamente picadas y limadas para formar un cubo sin imperfecciones.

"Ella", "manzana", "pared". Interesante. ¿Tal vez azula era una bruja malvada de un cuento que daba manzanas envenenadas a jovenes incautas? ¿Eso nos quería decir el suelo? No, seguramente era la manera de salir de ahí, pero podría haber sido. Me acerqué al pozo con cautela e intenté observar el fondo de este.