Partida Rol por web

Shikyoh se rió sonoramente ante el discurso del capitán y los gritos desgarradores de Amano. Les señaló con una mano trémula mientras se arqueaba hacia atrás en una postura completamente antinatural y se convulsionaba debido a la risa estúpida. Quedaba muy claro que no se los tomaba en serio.

Aún así, en una fracción de segundo, atacó con un brillo demente en los ojos y soltando esputos por la boca. Su hoja cortó el aire a una velocidad endiablada, dirigiéndose al cuello de Washizuka, pero los reflejos de este le salvaron la vida una vez más. Se agachó y vio con claridad una fisura en la defensa de su enemigo, causada por su reciente ataque. Era una oportunidad de oro para asestar el primer golpe de la noche.

A su lado, Amano se preparó también. La rabia fluía por sus venas por no saber qué había sido de la muchacha a la que había acompañado y estaba decidido a hacérselo escupir a aquel ser despreciable.

¡Maldito! Esquivo con algo de suerte el ataque a traición dirigido a mi cuello. Como era de esperar Shikyoh no iba a aceptar el arresto sin más. Mejor para mi.

Su ataque ha sido rápido, pero ha fallado, y por lo tanto queda un hueco en su defensa que no pienso desaprovechar. Desde mi posicióon de agachado inyecto energía a mis piernas para impulsarme con fuerza hacia adelante, a la vez que lanzo un tajo de media luna asacendente, dirigido a impactar contra su costado izquierdo y ascender hasta el cuello para partilo en dos de un único ataque.

El ímpetu del ataque del capitán no cogió desprevenido del todo a Shikyoh, pero sí fue lo suficientemente rápido como para romper su defensa y hacer que la katana se hundiera en la oscura piel de aquél loco degenerado. Sangre oscura brotó de la herida, deslizándose por los marcados músculos de Shikyoh.

Durante un segundo, la sonrisa se borró de su rostro, mientras gruñía. Pero enseguida volvió a exhibir su mueca de locura mientras se lanzaba al contraataque contra Washizuka, ignorando a todos los demás presentes en la plaza. Dio dos pasos rápidos, tratando de confundir a su rival, y alzó su terrible y afilada arma doble, para descargar un tajo descendente sobre la cabeza del capitán.

Washizuka se apartó a tiempo, pero la hoja rasgó su uniforme y cortó la piel del hombro, lo que hizo que un dolor lacerante se apoderase de él. La sangre roja manó libremente y manchó el suelo embarrado, mientras Shikyoh se alejaba para defenderse del resto de sus enemigos. Tal vez estuviera loco, pero era lo bastante inteligente para saber que era mejor no dejarse matar...

-waw, que sujetos tan violentos... tengo sed... yo tambien juego- y con su caracteristica pose de batalla, amano se lanza embistiendo al secuestrador con su baston por delante como de costumbre

Amano se lanzó hacia delante, en un golpe ensayado muchas veces, que consistía en golpear el estómago del rival con la punta del bastón... algo bastante doloroso cuando lograba hacerlo bien, pero en aquél momento le falló la coordinación. Aún se sentía mareado, tal vez incluso resacoso, y en esas situaciones su calzado alto se convertía en una dificultad añadida. Resbaló y cayó al suelo, y el bastón falló el blanco por unos centímetros.

Por su parte, los miembros del Shinsengumi parecían reacios a atacar, y observaban cómo su jefe combatía, mientras mantenían una posición defensiva. Sabían que Washizuka era el mejor guerrero del cuerpo, y si él había recibido semejante golpe, ellos no tenían nada que hacer contra ese rival. Ni siquiera su disciplina parecía tener efecto alguno sobre su bloqueo mental...

¡Ungh! Reprimo un gruñido cuando la afilada hoja del arma de Shikyoh rasga mis ropas y corta mi piel, dejando un rastro de sangre en mi hombro que irá aumentando si no lo curo. La herida no es mortal, ni mucho menos. Además a pesar de tener herido un brazo me considero capacitado de sobra para vencer al asesino con el otro brazo únicamente si es necesario. Si un guerrero del shinshengumi tirara por tierra una batalla sólo por estar herido no merecería llevar nuestro nombre.

Retrocedo de un salto para volver a cerrar mi guardia y preparar mi nuevo ataque otra vez. Esta vez tengo que ser más cauteloso. Casi hasta me olvido de mi acompañante borracho que, como era de esperar, lanza un patético ataque que no va a ningún lado y que le habría costado la muerte si Shikyoh se hubiera dignado a contraatacar. Entonces cargo mi energía interior y lanzo un corte trasversal que silba en el aire pero que deja un rastro azulado que termina transformándose en una cuchilla de energía que vuela directa a partir a mie enemigo en dos.*

La sonrisa de Shikyoh se desvaneció al instante cuando el tajo de Washizuka rasgó el aire y proyectó la cortante energía hacia él. No había esperado una réplica tan veloz y letal por parte de un enemigo herido. Trató de esquivar el golpe, pero fue inútil... saltó una fracción de segundo tarde.

La energía azulada alcanzó a Shikyoh en la pierna izquierda y rasgó la tela y la carne, rociando el suelo de sangre oscura. El asesino lanzó un aullido agudo y enloquecido, mientras caía al suelo. No obstante, se revolvió para levantarse, con una mueca de rabia en su rostro, y contraatacó con rabia, chillando como un cerdo en una matanza.

La impía hoja de Shikyoh fue demasiado rápida para que Washizuka la parase, pero pudo esquivarla lo suficiente para que sólo le hiciera un pequeño corte en el muslo izquierdo.

amano ve la accion y se recarga en su baston despues del tropieso, se veian bastante divertidos como para interrumpirlos, pero al ver que el loco contraatacaba decidio actuar, corrio directo a el y aplico su famoso uppercut rosa justo en la cara de shikyoh

El ataque de Amano es tan certero que cuando alcanza a Shikyoh en el plexo solar, el asesino se dobla con los ojos como platos, presa del dolor. No sabe muy bien si ha recibido esa acometida de pura suerte, dado el estado de embriaguez de Amano, pero lo único cierto es que entre eso y los tajos de Washizuka, está en apuros.

Los cuatro luchadores que se enfrentan al demente pueden ver como su sonrisa se esfuma, sustituida por una expresión de rabia y odio. Parece que va a lanzarse de nuevo al ataque, pero emite un siseo de furia y echa a correr para perderse de nuevo entre las callejas.

Con sorprendente habilidad, o suerte, el borracho consigue dar un buen golpe a Shikyoh que lo deja en las últimas. La verdad es que me sorprende lo que ha conseguido este hombre, supongo que lo he subestimado. Luego me disculparé, tal vez sea un buen aliado, aunque haría bien en no ir borracho buscando peleas.

Avanzo un paso hacia delante dispuesto a rematar al maltrecho asesino, pero como era de esperar, ese gusano decide salir corriendo al encontrarse en inferioridad. Pero no pienso dejarlo escapar tan fácilmente. Acelero para ir detrás de él. No puedo permitir que se me escape otra vez ahora que estoy tan cerca de eliminarlo...

Los reflejos de Shikyoh eran inhumanos, y a punto estuvo de escabullirse entre las manos de sus captores, pero Keichiro Washizuka no era capitán del Shinsengumi por nada...

En cuanto el asesino se volvió para escapar, Washizuka se lanzó tras él y aunque ya se había alejado unos metros, enarboló su katana y describió con ella un tajo que lanzó una descarga de energía cortante contra Shikyoh. Este la recibió de lleno en la espalda y cayó rodando, como un conejo abatido por un mosquete en plena carrera. Intentó levantarse, mientras su sangre cubría el suelo fangoso, pero no pudo hacerlo y se derrumbó.

Amano y los soldados del Shinsengumi se quedaron mirándolo. No podían saber si estaba muerto, pero desde luego no estaba en condiciones de seguir luchando. Tenían que decidir qué hacer con él, ahora que lo habían derrotado.