Partida Rol por web

Atardecer del 2 del mes I, año 212 después de la Conquista de Aegon Targaryen.

Salón de Bosquespeso. El tiempo ha empeorado y llueve.

La marcha de retorno a Bosquespeso es lenta, y aunque no se ha producido una derrota como tal, la moral de los norteños se encuentra por los suelos. La mayoría han luchado bien y con valor, pero las pérdidas han sido altas. Quizá el enemigo haya pagado un precio considerable también, pero el hecho de que su artera estrategia haya dado sus frutos es motivo más que de sobra para abatir los ánimos de todo un ejército. Afortunadamente, pronto podréis descansar y planear el siguiente golpe. O al menos ese es el único pensamiento en lo que encontráis consuelo por ahora.

Finalmente, los muros de madera de Bosquespeso aparecen ante vosotros. Mas algo parece haber ocurrido allí en vuestra ausencia. Según os acercáis, percibís el olor a quemado, si bien algo disipado debido a la fina lluvia que os ha acompañado durante todo el camino y que aún persiste. Algunas casas han sido incendiadas, así como parte de los edificios de la fortaleza. La guardia parece haber sido reforzada en vistas a un posible ataque y la mayor parte de la gente se ha encerrado en sus casas.

Cuando el ejército retorna al campamento y vosotros lo hacéis con los principales nobles al castillo, es evidente que faltan algunos nobles. Es probable que algunos hayan caído en la batalla, muertos o capturados,  pero algunos es posible que hayan desertado. Esto puede deberse al empeoramiento del estado de salud de Lord Stark, quien aunque mantiene aún el buen juicio se encuentra visiblemente herido. Urge que lo atienda un maestre antes de que se desangre por completo, y así es, pues pronto es llevado a las dependencias del Maestre Robert. Aunque algunos os encontráis heridos, quizá hayáis podido ser atendidos en todo este tiempo, o puede que al no estarlo de gravedad os toque aguardar.

El ambiente del salón dista mucho aquella tarde del que hubiera el día anterior. Mucho ha ocurrido en el transcurso de unas pocas horas.
 

El constatar que ha habido un incendio en Bosqueespeso me altera y difícilmente, aunque no lo exprese hablando, los que me rodean no lo perciban. Bastante baja esta la moral ya. Partimos esta mañana todos perfectamente organizados, cada uno detrás de las enseñas de sus casas, y ahora… Además de las bajas estamos desorganizados, ni siquiera yo se donde esta mi Lord en esta retirada que casi ha sido una desbandada.

Solamente me he detenido entregando a uno de los sirvientes mi yelmo para que lo deje en mis aposentos. Al llegar al salón me acerco a la hija de mis señores, mientras lo hago saludo con un gesto mas militar que cortesano a Jonelle.

– Mi señora Marya, ¿qué ha sucedido aquí? ¿Habéis sufrido un asalto del enemigo?

Al ver la situación maldigo para mis adentros, ordenando a los arqueros que avancen por si mismos.

-Muchacho- digo a mi hijo -quedas a cargo de atender a estos hombres, conseguirles un buen lugar para descansar y comida. Karlos, acompañame.

Avanzo rápidamente hacia el salón.

Marya se encontraba en el salón con un aspecto horrible, parecía que hubiera pasado por toda una ordalía puesto que su vestido se encontraba sucio por los bajos, y rasgado en las mangas, las cuales mostraban evidentes signos de haber forcejeado con alguien, así como sus brazos los cuales ahora atendía con algo de tela y agua para limpiarlos. No era la única persona que estaba siendo atendida por Marya, la joven noble también estaba ocupada atendiendo a un guardia que había sufrido en una refriega, aunque había dejado los casos graves para el maestre Robert, su buen trato con las vendas y la limpieza de heridas era de agradecer para quienes estuvieran cerca. La niña de verano hacia lo posible por compensar su falta de saber hacer en la pelea con sus conocimientos extraídos de los libros.

-¡Aden!.-Dijo sorprendida al verle llegar.-Nos atacaron los hombres del hierro; entraron hasta la fortaleza y usaron el fuego para sacarnos supongo, es una bendición esta lluvia, o los daños serian mas graves…Jonelle acabó con la vida de quien los lideraba, y al final se batieron en retirada…-Dijo para reconocerle a la bastarda su intervención, mientras presionaba una herida con premura, casi regañando con la mirada al guardia por quejarse. Despues miro de nuevo a Aden y Arlan, que también entraba tras él.- ¿Dónde están los demás?.-Preguntó con un deje de temor en su voz.

Al escuchar la pregunta de Marya no puede menos que agachar la cabeza.

-La batalla fue dura y los hombres del hierros tendieron diversas trampas y emboscadas. Lord Whitehill fue encargado de dirigir a los arqueros desde una posición ventajosa... el mandó por delante a sus hombres... pero los hombres del hierro los emboscaron, cuando nosotros llegamos ya fue demasiado tarde. Y aunque logramos retomar las posiciones no pudimos hacer demasiado... Lord Glover fue apresado y Lord Stark fue gravemente herido.

Su hermano era realmente un estúpido, y un verdadero estúpido, que no estuviera, era algo bueno, y a la vez algo malo, pero en fin, bosque espeso era suyo... O lo que quedaba de él, Halbart se sentía adolorido, pero vivo, y feliz de que su sobrina estuviera bien, pese al estado que tenía.

-Cuándo dije revisar los alrededores de Bosquespeso, era para evitar esto-

Hacía lo que podía para esconder la furia, tras las palabras de Woods. 

-Whitehill... Y por esa razón nos vimos a retroceder, ineficacia... - 

Respiró profundamente, haciendo miradas de puñal a Woods, y a su maestro de armas, ahora lord Stark estaba bastante grave, y sólo podía pedir a los dioses que lo salven, por el bien del norte, debía ser así. 

-Marya-

Fue con ella, para abrazarla, al menos el había vuelto, no así los tres cretinos que eran su familia. 

-Gracias a los dioses estás a salvo-

Era obvia su preocupación, el dolor del brazo iba menguado de a poco, la herida es leve y no tardará mucho en sanarse, pero la herida al orgullo era peor, había salido detrás de todo para poder verla. 

- Jonelle Nieve te salvo? 

Preguntó devolviendo su espacio personal a la muchacha, de momento, no veía ni a su cuñada, ni a la bastarda, y eso hacía preguntarse dónde estarán. 

Al ver aquellas miradas contra mi persona las devuelvo de la misma manera.

-Nosotros nos preparamos para salir a explorar e hicimos lo que tuvimos hacer, eliminamos a sus incursores y segamos a la vanguardia de esos piratas, a pesar que eramos un blanco tan visible como un grupo de patos negros en un cielo despejado decidimos recibir las flechas enemigas para permitir que las tropas se recuperan y pudieran sacar Lord Stark y a sus hombres del combate. Así que si cuestionas nuestras acciones, deberías reconsiderarte dos veces tu papel en batalla.

Halbart relajó su mirada, pero no dejó de verle en ningún momento después de que separó de su sobrina.

-¿Eso cree lord Woods? ¿Realmente cree eso? Nosotros recibimos y vimos al enemigo a la cara, caímos estúpidamente en esa trampa. ¿Y usted se atreve a increparme los fallos que cometí por causa de la frustración? Diré esto y espero que lo entienda, fue un fallo de ambas partes, la carga descuidada y el retraso en la posición de los arqueros en el acantilado, puede darme las excusas que quiera, pero yo fui herido, levemente si, pero de haber estado apoyado por las flechas, hubiera podido entrar y salvar a mi hermano y a mis sobrinos, o al menos ser de ayuda en proteferlos-

Todo tenía su razón de ser, pero no había tiempo para llorar a los muertos o preocuparse por los capturados. 

-Los hombres de hierro estaban en su elemento, las playas y el mar son su lugar... El nuestro es el bosque, es la tierra amplia cubierta de árboles, así que, podría dedicarse a seguir hablando sobre el calvario que pasaron, o podemos dedicarnos a crear un plan adaptado y adaptable a la situación-

El muchacho volvió sobre sus palabras, y se quedó en "su elemento" 

-Lo tengo, lord Woods, me dió la respuesta-

Comenzó a sonreír con alegría, cómo si hubiera encontrado un juguete nuevo.

-Que todo mundo descanse por ahora, revisen a los heridos, después explicó de que va... Y discúlpeme por ser tan... Bueno, discúlpeme-

-Si quieres empezar una pelea con gusto, niñato. Tu hermano ni siquiera ha muerto y ya has comenzado a usurpar su lugar. 

Me doy la vuelta y me retiro de allí.

— Basta ya.

Tras todo lo ocurrido, ver el estado del castillo, de sí misma y de su hija, Gillian apenas tenía fuerzas para levantar la voz ni mucho menos para discusiones. Sin embargo, el orgullo y la soberbia de algunos de los hombres que habían regresado de la batalla iban a obligarla a dar, de nuevo, un golpe en la mesa.

—¿Es que no habéis tenido bastante guerra ahí fuera? —espetó antes de apretar las mandíbulas y esforzarse por mantener la voz serena —Halbart, ya que no has venido a contármelo te lo tendré que preguntar: ¿dónde están mi marido y mis hijos? Y ser Woods... no os preocupéis, mientras yo siga con vida nadie va a usurpar Bosquespeso —añadió en dirección al furibundo hombre que parecía querer abandonar el lugar con premura.

Ellys iba cabalgando junto al grueso del ejército al regresar de la desastrosa batalla cuando vieron humo a lo lejos. A todos les dio vuelco el corazón, habían atacado su retaguardia y cuando la idea circuló al resto de la tropa avanzaron lo más rápido posible. Al llegar quedó claro que habían sufrido una incursión pero parecía seguir en pie, guardias patrullaban las murallas y la fortaleza al menos su parte de piedra estaba intacta. 

Una vez dentro pudieron ver los signos del combate, casas ardiendo y heridos por doquier. Por suerte parecía que no había muertos o no muchos. Ellys se apartó y se sentó en un lateral de la instancia. Allí sentado y al calor de la habitación le entró la fatiga de la batalla. De fondo se escuchaban gritos tanto de los nobles como de los heridos. Parecía que no eran tan diferentes de los nobles sureños, cuando las cosas iban mal decidían pelearse entre sí a ver quien la tenía más grande. Cerró los ojos esperando a que las cosas se calmaran y su cuerpo de nuevo se sintiera con fuerzas. Tenía hambre pero por ahora decidió centrarse en dormir un poco mientras a nadie se le ocurriera mandar a nadie a patrullar. 

Al escuchar a la señora doy media vuelta y asiento, inclinando la cabeza.

Marya agradeció el abrazo reconfortante de Halbart, sonriéndole levemente.

-Sí, estaba allí-dijo refiriéndose a Jonelle- luchando contra los hombres del hierro, apareció en buen momento y mató a quien capitaneaba a esos hombres de manera diestra…Bueno, quizá podía haberla capturado, pero decidió cobrarse su cabeza en trofeo.

Sacudió la cabeza, y cerró los ojos intentando apartar de su mente la figura de esa cabeza y sus ojos sin vida, carentes de expresión. Los abrió de nuevo, comprobando que era mala idea mantenerlos así. Su madre ya se estaba encargando de poner todo en orden, cosa que se le daba muy bien.

Los allí reunidos no paraban de discutir, y a ella eso le negó los brazos de Halbart, así que poniéndose en pie se acercó a Ellys. Se inclinó sobre este para echarle un vistazo por si estuviera herido, no le parecía en mal estado, pero parecía que la fatiga se estaba haciendo con él. Sirvió algo de agua en un vaso y lo acerco a los labios del hombre.

-Bebed Sir Ellys, parecéis cansado.- Marya sujetaba el vaso con una sonrisa en sus labios, pese a que un moratón estaba empezando a tomar forma a la altura del pómulo izquierdo.

Plenamente consciente de que los nobles están esperando que, alguno que no lo sea, ose mezclarse en su estéril discusión para unirse todos contra ellos. Ya dije en el campo de batalla mi opinión, de nada sirve insistir en los fallos que cometimos, y esta campaña no ha finalizado.

Dado que nadie se dije hacía mi en estos momentos me acerco a Jonelle para felicitarla por su gesta en la defensa de Bosqueespeso. Lo hago con cuidado de no tropezar con nadie con lo exaltados que están los ánimos, y buscando cruzar nuestras miradas para que me indique si desea, o no hablar en estos momentos.

Jonelle Nieve estaba fuera del salón de la fortificación, sentada en el suelo y apoyada contra uno de los muros del recinto, había saludado con la cabeza a Aden cuando pasó al interior del torreón, no pudiendo corresponderle militarmente, seguramente pensaría que era descortés, pero la realidad era algo más compleja, le costaba trabajo levantarse y aunque no lo demostrase, ya fuera por terquedad u orgullo, estaba herida de gravedad.

La mujer lamentaba en su fuero interno el no haber dado la vuelta para regresar a su Isla, si lo hubiese hecho, en esos instantes estaría sana y a distancia de Bosquespeso. Al fin y al cabo su riego tenía valor cero para esas gentes, la opinión de los Glover y sus vasallos era muy pobre desde su perspectiva, entre otras cosas por la humillación sufrida en el salón, sitio donde no deseaba volver a entrar, pero analizando lo sucedido en profundidad, los exploradores no habían realizado una buena labor en la zona, si lo hubieran hecho, no habría sucedido ataque alguno. Era su opinión, pero tenía claro que ésta valía menos que el estiércol para ellos. Que el Desconocido se los llevara a todos.

Llueve, era buen momento para levantarse e ir a la posada. Cogió aire para mitigar las punzadas del costado y se incorporó tras mucho esfuerzo apoyándose en la pared del edificio.

- Maldita estupidez la mía..., al menos aún conservo algo de suerte... - era en lo único que podía agarrarse para consolarse, la satisfacción de haber matado a cuatro enemigos, el número en sí no era relevante, cortarle la cabeza a una líder, sí lo era, y llenar el hacha con su sangre un placer indescriptible. Ella no sería muy de halagar los culos finos de los señores, pero sabía hacer bien su trabajo y morir incluso por ello.

La mujer comenzó a caminar en dirección contraria a la torre, en la posada pediría que le mandasen a alguna curandera que se encargase de ella, aunque estaba bastante cerca de su límite económico. Definitivamente era idiota, prefirió seguir luchando en vez de desvalijar los cuerpos como otros muchos soldados habrían hecho, pero su educación con los Mormont le hacían actuar siempre de manera firme y contundente hacia el enemigo.

Jonelle Nieve estaba dentro del salón de la fortificación, sentada en el suelo y apoyada contra uno de los muros del recinto, había saludado con la cabeza a Aden cuando pasó al interior del torreón, no pudiendo corresponderle militarmente, seguramente pensaría que era descortés, pero la realidad era algo más compleja, le costaba trabajo levantarse y aunque no lo demostrase, ya fuera por terquedad u orgullo, estaba herida de gravedad.

La mujer lamentaba en su fuero interno el no haber dado la vuelta para regresar a su Isla, si lo hubiese hecho, en esos instantes estaría sana y a distancia de Bosquespeso. Al fin y al cabo su riego tenía valor cero para esas gentes, la opinión de los Glover y sus vasallos era muy pobre desde su perspectiva, entre otras cosas por la humillación sufrida en el salón, sitio donde no deseaba volver a entrar, pero no le había quedado más remedio visto el mal aspecto de sus heridas.

Analizando lo sucedido en profundidad, los exploradores no habían realizado una buena labor en la zona, si lo hubieran hecho, no habría sucedido ataque alguno. Era su opinión, pero tenía claro que ésta valía menos que el estiércol para ellos. Que el Desconocido se los llevara a todos.

- Maldita estupidez la mía..., al menos aún conservo algo de suerte... - era en lo único que podía agarrarse para consolarse, la satisfacción de haber matado a cuatro enemigos, el número en sí no era relevante, cortarle la cabeza a una líder, sí lo era, y llenar el hacha con su sangre un placer indescriptible. Ella no sería muy de halagar los culos finos de los señores, pero sabía hacer bien su trabajo y morir incluso por ello.

La bastarda cruzó la mirada con Aden, aunque por su expresión era difícil saber lo que ella deseaba, no se movió de su sitio en cualquier caso.

Me acerco a Jonelle extrañado por su quietud, ya que creo que no se ha movido desde que entre en la sala. No concuerda con la de ayer, no.

Al llegar justo delante de ella en un primer momento no me extraña la sangre en sus ropas, aunque si que apenas se mueva.

Preocupado me acuclillo para quedar a su altura.  – Por los Antiguos Dioses Jonelle, ¿estáis Herida? Ahora mismo voy a buscaros ayuda. No pueden tratar así a quien al mismo tiempo aseguran que ha salvado Bosqueespeso. Os llevare a que os atiendan, y si el precio es ser expulsado de su servicio por la Casa Glover, que así sea. Recurriré a los Stark si hace falta, ayude a salvar a Lord Beron Stark, si hace falta lo recordare pidiendo que os traten las heridas.