Partida Rol por web

Tecnovirus vacia una caja que le pilla a mano y la empieza a llenar de lo que va encontrando, arrastrando cargará más cantidad y si hubiera que salir corriendo o intercambiar opiniones con un chino, tendría las manos libres.

-M.A. , listos para extracción.

Tecnovirus deja en la caja un lanzador y tres tubos de munición, que junto al resto de su equipamiento suman un importante total de kilogramos que apenas puede arrastrar hasta afuera, pero pensar en toda la diversión y felicidad que les traerán esos pesados juguetes le anima a continuar.

Dos disparos más rompen de nuevo el silencio en la barriada industrial. Katia ha conseguido liquidar o incapacitar a los dos guardias, mientras el resto de chinos huyen despavoridos en todas direcciones, buscan cobertura (Algunos tras los carritos de supermercado cargados de dinero o material sensible) o simplemente se mantienen tumbados en el suelo. Alguno ha quedado tan en shock que simplemente se ha quedado en pie con lo que llevaran en la mano, sin ser capaces de reaccionar.

El grupo de la furgoneta vuelve a reunirse para continuar con la fiesta allá donde haya un chino armado, y con un acelerón están a punto de llegar a la puerta del almacén.

Lázaro termina de preparar el 4 de Julio y controla los alrededores. Algún chino huye despavorido sin ganas de presentar más resistencia, y ya se puede ver acercarse el furgón gruyère de los Ases con el equipo de asalto dentro.

Xavier recoge sus juguetes y se acerca a la moto. A lo lejos puede ver un coche patrulla de la Guardia Urbana acercándose con las luces encendidas. Probablemente con un par de pistolas y seguramente ningún chaleco no se acerquen demasiado.*

Una vez han subido Francisco y Ángel acelero, y luego con un par de risotadas por el movimiento brusco les digo —pero agarraos, ¡hombre!.

Continuo por el camino y aviso por el comunicador —estamos a punto de llegar al lugar de recogida —. Una vez estacionado el vehículo me quedo vigilante en el puesto de piloto apuntando con el arma y me giro hacia atrás, —¡no van a subir solas! —.

Tango, preparaos, vamos para allí- dije por el comunicador conforme Marc aceleraba casi sin darnos tiempo a que Francisco y yo terminásemos de subir, y dicho y hecho, pues con la forma de conducir de Marc, apenas tardamos un momento en plantarnos en el almacén.

Vamos rápido- dije tras detenernos, abriendo la puerta trasera al ver que Tecnovirus venía cargado con una caja llena de material de los chinos, bajando para ayudarle mientras Marc vigilaba los alrededores -Lima, ¿todo listo para el gran final?- le pregunté a Lázaro -X-Ray, ¿cómo va todo por ahí? Al parecer han dejado aquí una buena cantidad de regalos listos para que nos sirvamos… ¿Hay tiempo, o vienen ya más invitados?- le pregunté.

le pregunté.

Mientras ayuda a Tecno a cargar el material:

- Está todo preparado, puse el temporizador a 10 minutos, pero si es necesario puedo hacerlo estallar antes.

- X-ray, avisa a la policía que no se acerque por aquí antes de que se neutralicen los explosivos. Diles que la mafia china nos tenía preparada una trampa y que esto va a saltar por los aires - le digo al policía. Si alguno de sus compañeros se acerca antes de tiempo, vamos a cargarnos a demasiada gente.

Cuelgo de nuevo el rifle al hombro y acelero hacia la esquina suroeste, cerca de donde los chinos se están dispersando. Freno, quedándome a cubierto desde esa posición, y desenfundo una de las pistolas mientras cojo el molotov.

- Si corres ahora, aún podrás salvar la vida - le digo a uno de los tipos agachados en el suelo mientras apunto con el arma. No lleva ningún tipo de protección ni arma visible, pero no me la voy a jugar cuando estamos a punto de largarnos. - ¿Cuántos quedan ahí dentro? Trabajadores y mafiosos... - preguto, haciendo un gesto con la botella hacia la puerta del almacén.

En cuanto llegue Marc con la fragoneta, Tecno empieza a pasar los regalitos que ha cogido en las cajas y se las va dando a los ocupantes de la misma lo mas rápido y cuidadosamente que puede, no vaya a ser que con las prisas se les caiga algo y tengamos una desgracia.

-Vamos, vamos, vamos. No hay tiempo que perder!

Los 10 minutos de Lázaro le parecían una espada de doble filo. Había visto lo que había en el almacén y el petardazo que iba a suponer eso al explotar iba a dejar un agujero de los gordos, por lo que cuanto más lejos estuvieran de la traca, más seguro se sentiría, pero sin embargo, suponía igualmente un margen de tiempo para que los jefazos chinos, que Tecno dudaba se hubieran puesto delante de las balas de los ases, se escaparan de rositas. Además, si bien estaban cogiendo cosas que mejor sería que Francisco se dejara barba para manejar, no habían recuperado nada de inteligencia. Solo tenían para seguir con la criba, las posiciones que ya habían encontrado anteriormente.

-Aquí X-Ray. Estoy ya de camino a mi vehículo de escape. Se acerca una patrulla de la Urbana. Sin chalecos y con pistolas dudo que se acerquen mucho, no deberían ser un problema aunque os crucéis con ellos. Si es preciso soltadle una ráfaga a los neumáticos al pasar y listos.

Abre un canal de comunicación con la policía:

-Les hablo en nombre de los Ases del Talión. Si no quieren que haya heridos entre los suyos no se acerquen a las naves de Plan d'En Coll, la mafia china ha preparado explosivos trampa que están a punto de estallar.

También tengo un comunicado para ustedes...

Bajando de la furgoneta, Francisco dejó la ametralladora, y sacando su Desert Eagle cubrió a sus compañeros mientras estos cargaban el material y acercándose a la puerta del almacén, se asomó, entrando para echar un vistazo rápido a ver si era posible hacerse con más material pesado.

Las cosas se estaban precipitando y quedaba claro que era hora de recoger los bártulos y salir por patas antes de que los pillase la policía, pero necesitarían todo lo que pudieran conseguir para otras misiones. En el futuro iban a enfrentar a peces mayores incluso que los chinos, como los rusos o los eventos de las Death Bet. Cuantos más juguetes tuvieran de su parte mejor.

La furgoneta reúne a los cuatro Ases con sus nuevos juguetitos. Mientras Tecnovirus y Lázaro suben el material, Francisco echa un vistazo al almacén. No parece que haya nigngún otro chino dentro aparte del que ejecutó Lázaro, y pueden verrse muchísimas cajas de lo que aprece material militar, y cerca de una caja de proyectiles RPG, una caja con explosivo plástico y una de las bromitas de Lázaro lista para liarla. Marc puede ver a lo lejos un chino que ha salido de debajo de un coche huir despavorido, demasiado lejos como para apuntar con eficacia.

Por su lado, Katia pregunta al chino que, asustado, responde: ¡Hombre mucha!, mucha! ¡Y mujer mucha! ¡Abajo!

La policía responde a Xavier.
Entendido, un segundo Responde el operador, y Xavier lee el manifiesto del grupo al operador, que al poco vuelve a hablar. Por su tono de voz, parece que querría decir otra cosa, pero prácticamente lo que dice es como un 'guión', o algo que alguien le ha dictado. Entréguense inmediatamente y tendrán múltiples ventajas en el juicio. Su cruzada no puede terminar bien. Colaboren con la policía en lugar de convertir la ciudad en un campo de batalla. Al final habrán muertos inocentes y no podremos tener ninguna mano ancha con su grupo.

¡Oh, mierda!

La imagen de las mujeres que rescatamos del puerto al abrir el camión acude a mi mente durante un instante.

- ¿Y cuántos hijosputa con armas? - pregunto recurriendo al lenguaje universal, mostrándole la pistola. Cualquiera que lleve en este país más de dos días y sepa decir "hombre" y "mujer" seguro que ha aprendido algún insulto básico de supervivencia.

Mientras dejo que se lo piense, aún vigilando la puerta con pistola y molotov, me pongo el contacto con el resto.

- Ases, hay un pequeño problema. Este almacén está hasta las cejas de civiles... Seguramente estén en un sótano o algo así. Lima, ¿puedes controlar la explosión para que no ponga en órbita todo el vecindario? Algo que destruya los explosivos pero que no dañe mucho más allá de ese almacén.

No me hace ni puta gracia dejar las cosas así. Volar los explosivos es el objetivo principal, pero dependiendo de qué policías vengan por aquí, puede no ser un golpe letal para los chinos. Por otro lado, si no se pueden desactivar las bombas, es posible que tengamos que evacuar a toda esa gente. Rápidamente, me pongo a pensar en alternativas al plan. Al menos todos los demás están juntos en la furgoneta.

- Xantia, ¿tenemos tiempo para un asalto rápido a este almacén antes de que llegue la policía? Master, ¿cuánto tardais en llegar hasta aquí?

- Negativo, puedo adelantarlo, no retrasarlo.

Echa un vistazo por la ventanilla al tipo que sale huyendo y sonríe.

Conviene que vayamos levantando el campamento porque me temo que después de esto va a ser necesario levantar nuevos mapas topográficos de la provincia...

Francisco había tenido la tentación pasajera de proseguir un poco más con el saqueo, pero esa posibilidad desapareció al instante de su mente en cuanto Katia les avisó del almacén repleto de civiles.

Por lejana que fuera la posibilidad de que resultasen heridos (o peor, muertos), y ante la negativa de Lázaro a poder desactivar las bombas, solo había una opción válida. Ellos eran los que habían puesto las bombas, así que era su responsabilidad lo que allí ocurriese.

   - Chicos, a la furgoneta todos. ¡Ya!- Dijo por el comunicador con tono imperativo al tiempo que volvía a la carrera hacia el vehículo.- Marimacho, llévanos hasta ese almacén cagando leches. Tenemos que sacar a toda esa gente y llevarlos lejos del radio de la explosión.-

Lázaro alza una ceja al escuchar la orden y mira su reloj de pulsera.

—Llego en un momento Kylie —entrecierro los ojos —¿pero a donde hay que ir? Al almacén de Kebab o salir echando ostias, no hay quien se aclare —no sé si había entendido que la explosión sería muy grande, —Levis, ¿La explosión va a llegar hasta el otro almacén? ¿Tenemos tiempo de evacuar a alguien? —.

¿Civiles? Probablemente eran ilegales que vivían dentro del mismo almacén en el que trabajaban, de ahí que los Ases no hubiesen tenido manera de saber que estaban allí.

Ases, no tenemos mucho tiempo. Si estamos muy apurados, puedo volver a montar el Barrett, cubrir la carretera principal y mantenerlos un par de minutos a distancia para daros algo de tiempo extra. Pero honestamente, es posible que los GEOs traigan sus propios francotiradores, así que preferiría que movieseis el culo y nos largásemos todos juntos. 

Tecno se encoge de hombros. No sabe si hay tiempo para hacer nada, no han preparado el asalto lo más mínimo y teme que la explosión del polvorín sea suficientemente potente como para dañar el otro almacén pese a la distancia. Sin embargo confía en Lázaro. Si el artificiero considera que no se puede desactivar los explosivos que el mismo ha preparado, lo único que quedaría es evacuar el otro edificio, pero con un margen de tiempo tan pequeño, los ases se encontraban ante el dilema del tranvía.

De todas formas, él poco podía decidir, ya que no era el que conducía la furgoneta.. 

El chino responde nervioso a Katia. Tras varios intentos de hilar una frase coherente entre chino y español, otro chino que parece dominar mejor la lengua de Cervantes le ayuda.

¡Malos fuera todos! Hace un rato todos rápido con pistola, y gente sin pistola dejan cerrada para que no correr!!

¡Joder!- grité mentalmente cuando escuché a Katia. Civiles. Y la bomba de Lázaro a pocos minutos de redecorar el paisaje -¡Joder!- me repetí mientras volvía corriendo a la furgoneta casi antes de que Francisco nos lo dijese.

¡Vamos, rápido!- le dije a Marc apenas subí -¡Kilo, vamos de camino, intenta sacarlos de allí!- le dije a Katia mientras en mi mente aparecía la imagen de cierta periodista muerta. No pensaba dejar que más inocentes muriesen por mi culpa.