Partida Rol por web

The Strange: Ruido Blanco

Rellano

Cargando editor
26/09/2017, 15:20
Pedro Mondragón

El contacto con el cristal fue cálido y su calidez no ayudó a despejar la mente de Pedro. Necesitaba hablar con la criatura pero ignoraba cómo podía hacerlo. Desconocía su idioma, de llegar a poseerlo. Ignoraba incluso la forma de comunicarse que pudiera tener. Quizás el suyo fuera un lenguaje químico o táctil imposible de deformar por un medio acuático, quizá cromático. Y en cualquier caso y de tener razón en su hipótesis, lo suficientemente complejo como para imposibilitar una comunicación improvisada.

Cerró los ojos y dejó que su mente vagara.

-¿Quién eres? ¿De dónde vienes? ¿Cómo has acabado aquí? ¿Cómo puedo ayudarte? ¿Quiénes son nuestros carceleros? -preguntó mentalmente sabiendo que sus preguntas no obtendrían respuesta y mascando la amargura de la frustración que ello le generaba.

Cargando editor
26/09/2017, 21:40
Archibald T. Crawford

Como un marinero ante el canto de las sirenas, Archibald abandonó la seguridad de las puertas entusiasmado ante lo que al abrirlas se había descubierto.

- ¡Fascinante! Realmente fascinante- exclamó.- ¡Extraordinario!- añadió por si hacían falta un segundo adjetivo.- ¡Maravilloso!- continuó con un tercero y, cuando ya iba a por el cuarto- Espectacular...- prácticamente apoyó la cara contra el cristal de una de las peceras como un zagal emocionado en su visita al zoo ante la visión por primera vez de un cetáceo. Claro que aquella criatura claramente no era uno y carecía además de la risible constitución que inspiraba compasión al observar la exagerada oligofrenia de la ballena beluga.

- Sí, sí, hay que liberarlos- afirmó, lamentando que no fueran lo suficientemente pequeños como para poder meterlos en una bolsa, como carpa dorada recién comprada, para mostrárselos al incrédulo y corto de miras de Mórtimer mientras entonaba un maduro "tralaralarala".

Corrió, o más bien salto, de monitor en monitor intentando descubrir todo lo posible de aquellos seres tan extraños que le fascinaban. Su propia libertad, la necesidad de escapar de un peligro real que en su caso la emoción del descubrimiento atenuaba, no tenía para él ninguna importancia comparada con la posibilidad de liberar a un espécimen desconocido al que de no carecer de tiempo no habría liberado hasta poder estudiarlo por completo.

Cargando editor
26/09/2017, 21:40
Archibald T. Crawford

Notas de juego

Intento sacar toda la información posible sobre estas criaturas (anatomía, fisiología, etc.) a través de lo que pueda observar y haya en la sala.

Además busco si es posible liberarlos de algún modo, como a través del sistema utilizado para llenar las piscinas de agua, siempre que este sea lo suficientemente grande como para que estos puedan utilizarlo en su escapada, o cualquier mecanismo que los creadores de estas instalaciones utilizaran para llevarlos hasta donde están en este momento. Además, en caso de ser posible la escapada para ellos, ver si sería posible también para nosotros escapar por donde lo hagan en caso de tener acceso al interior de las piscinas.

Cargando editor
29/09/2017, 07:15
Alex Lankerh

Habéis perdido el juicio si pensáis que voy a trastear con esas cosas.

La decisión estaba tomada, subiría solo. Me di la vuelta y comencé a ascender. Si esos bichos tienen hambre la ide a de liberarlos es la peor del mundo. 

Cargando editor
04/10/2017, 20:29
The Strange

El sonido y las vibraciones que Archibald emite al ir de un lado para otro, hace que algunas de las otras criaturas abran los ojos. De ocho que hay, tres de ellas siguen con los ojos cerrados, aunque fijándose en el sistema de agallas que señaló Pedro, parecen respirar.

La criatura en cuya pecera Pedro tiene la frente apoyada parece la más activa, y se concentra en él. Abre y cierra la boca, y desde fuera se escucha un chirrido amortiguado.

Cargando editor
04/10/2017, 20:34
Criatura

Notas el nerviosismo de la criatura, a partir de que te das cuenta de que entiende que quieres ayudarla.

Entre los chirridos que se escuchan desde fuera, tú, al estar cerca, escuchas algo más. Parece que intenta vocalizar. Escuchando con atención, consigues captar algunas cosas con sentido.

Quitar el agua... Enfriar... Puedo romperlo... Sin calor.

Cargando editor
04/10/2017, 20:37
The Strange

Las criaturas son, sin duda, algún tipo de anfibio. Si tuvieras que compararlo con un animal de la tierra dirías que se parece al extinto Acanthostega. Lo que no te cuadra demasiado es que con la estructura de su piel, esté inmerso en agua caliente. Dirías que eso impediría que pudiera usar algunas de sus habilidades fisiológicas.

Las peceras parecen estar hechas de una pieza, sin aberturas, y el conducto por el que el agua se renueva es una tubería del tamaño de un vaso ancho.

Cargando editor
05/10/2017, 11:52
Charles Brinton

Charles no estaba contento con aquello, estaban perdiendo un tiempo valiosísimo allí, además de que uno de sus improvisados compañeros quería abandonar aquel lugar y estaba dispuesto a subir sin ellos. Si se separaban, probablemente no lograrían salir todos de allí. Cuando sonó ese chirrido, el hombre no pudo evitar una ligera mueca de desagrado.

-¿En serio estáis seguros de que eso es buena idea? Yo no lo tengo tan claro…

Notas de juego

Desde el trabajo no se como meter negritas.

Cargando editor
05/10/2017, 21:46
Pedro Mondragón

Pedro se echó hacia atrás sobresaltado, si bien sus manos seguían pegadas al cristal. Escuchar lo que había escuchado era cuando menos milagroso y una sonrisa bobalicona se dibujó por un fugaz instante en su rostro. No obstante, la seriedad regresó de inmediato. Aquel era un asunto serio. Se volvió hacia Archibald, el único que parecía compartir su entusiasmo si bien, las causas del mismo, parecían obedecer a razones absolutamente diferentes.

-Lo es -dijo rotundo y respondiendo a Charles-. Archibald, ven. Te necesito. Localiza lo que sea que regule la temperatura del agua de estos contenedores. En algún sitio debe haber algún tipo de termostato. Debemos hacer descender al temperatura.

En aquel punto pareció escucharse a sí mismo y analizar lo extraño o sorprendente de su comentario. Debía explicarse.

-No sé cómo pero me comunico con él. La elevada temperatura del líquido diría que los aletarga, los adormece, reduce su metabolismo a un estado de cuasicoma. Si conseguimos reducir esa temperatura o en su defecto, purgar el agua de estos inmensos acuarios, podremos liberarlos -explicó mirando a sus dos compañeros-. Son tan prisioneros como nosotros y debemos ayudarlos. Si lo conseguimos, la criatura podrá romper el cristal por sí mismo -concluyó.

No se conformó con hablar. Su mirada se posó con detenimiento en cada detalle de la sala, en los monitores, en la posible existencia de tuberías y ruedas... en cualquier cosa que siriviera para ayudar a quellos seres.

Cargando editor
05/10/2017, 23:19
Edmond D'ardey

Edmond enarcó una ceja de incredulidad ante las palabras de Pedro. No sabía cómo había entablado conversación con aquellas criaturas, sabiendo lo que deseaban y necesitaban. Pero eso tampoco importaba demasiado. Lo que importaba es si resultaba juicioso soltar a aquellas criaturas, ya fuera por que terminaran por resultar violentas, ya fuera por que tal vez no eran anfibias y no podrían vivir fuera del elemento líquido.

- ¿Estáis seguros de querer dar ese paso? ¿Liberarlos? ¿Sabes si... espabilándolos no tratarán de agredirnos? - preguntó escéptico -. Por otro lado... ¿Son acaso anfibios? De lo contrario no me explico cómo saldrán de esas peceras - expuso, tratando de obtener información que dieran respuesta a algunas de sus lógicas preguntas a la que, de manera inconsciente, imitó a su compañero buscando algún interruptor que accionase alguna válvula de agua.

Cargando editor
06/10/2017, 01:05
Archibald T. Crawford

Absorto como estaba cacharreando entre botones, monitores, pilotos y cables, Archibald prácticamente pegó un salto en el sitio cuando escuchó la voz de Pedro. Y no es que no oyera la del resto, lo hacía, pero desde el momento en el que no habían mostrado ser más que un montón de quejas propias de reaccionarios con un miedo irracional a lo desconocido (cuando tan desconocido era lo que allí tenían como lo que les podía esperar subiendo más escaleras), no habían sido para él más que como el monótono borbotear en un matraz de Erlenmeyer.

- Sí, sí. Ahora mismo- respondió llevándose la mano al pecho. Los sustos a su edad eran muy malos y por un momento se había asustado pensando en que asustándose podía llevarse un buen susto.- Eh... La temperatura, sí. Creo que por allí he visto algo... Quizá un termostato...

Mientras hablaba buscaba y mientras buscaba movía la cabeza de uno a otro lugar en ese movimiento que del loro es tan peculiar.

- Oh, sí, son anfibios- confirmó.- ¿Observas esas estructuras?- dijo, señalando a algún punto indeterminado del aire en vez del lugar de interés al que pretendía referirse, más preocupado (o interesado) como estaba en encontrar lo que buscaba que en que otros vieran lo que él ya había visto.- ¿Y esos orificios ahí?- continuó con el mismo interés didáctico que en el caso anterior.- Son indicios de presencia pulmonar. Oh, y es muy interesante porque me recuerdas, salvando las diferencias por supuesto, al extinto Acanthostega. Aunque aquellos no estaban demasiado adaptados a la vida terrestre, principalmente debido a la ausencia de estructuras articulares que consideramos imprescindibles para la locomoción. Espero que nuestros amigos aquí presentes no tengan el mismo problema, si bien no creo que sea el caso. Si estas criaturas son sentientes y poseen raciocinio, tal y como parece indicar la comunicación que Pedro ha establecido con ellos- siempre que esta no fuera una alucinación consecuencia de alguna conmoción cerebral-, no creo que busquen suicidarse. Claro está que mi afirmación se basa en mis conocimientos sobre etología de los organismos terrestres y estas criaturas no son terrestres, así que perfectamente podrían estar promoviendo deliberadamente su muerte. En cualquier caso no perdemos nada intentándolo, salvo que su alimentación se base, exclusivamente o en parte, en la ingesta de otras especies animales; pero aun en ese caso somos una especie alienígena para ellos y por tanto intentar alimentarse de nosotros puede acarrear peligros desconocidos, y potencialmente letales, para su salud. Por decirlo de algún modo: seríamos para ellos como coloridas setas en mitad de un bosque. Nadie racional y en su sano juicio se comería una seta que no sabe qué puede provocar, salvo en caso de absoluta desesperación, pero parecen bien alimentados. No os preocupéis. No va a pasar nada...

Y aquello no lo dijo porque ni siquiera lo pensó, pero resultaba obvio que en una carrera un humano tenía las de ganar.

Cargando editor
06/10/2017, 01:05
Archibald T. Crawford

Notas de juego

Pues busco aquel aparatejo que me permita alterar la temperatura de los tanques de agua para reducirla y por tanto permitir que puedan escapar.

Cargando editor
20/10/2017, 00:15
Archibald T. Crawford

- "No va a pasar nada..."

Sus últimas palabras intentaron reverberar en las profundidades de una cabeza que en otro tiempo podía haber tenido ecos, pero que por obra de la edad ahora estaba llena de tantas cosas que el sonido apenas podía encontrar un resquicio por el que hacerse escuchar. Era como una de esas casas de anciana en las que al olor rancio y a lo que era de utilidad se sumaban recuerdos de toda una vida: tapetes de de punto, marcos de fotos decoloradas y lienzos con escenas de caza... Lo útil y lo inútil amontonado todo junto de modo que el mayor esfuerzo siempre era encontrar lo que se buscaba.

- ¡Lo encontré!- ladró a cuatro patas mientras gateando cual bebé recorrió la sala de principio a fin.- Aquí está. Oh sí, aquí. ¿Lo veis? Oh, pero... Esto podría suponer un contratiempo. Un contratiempo, sí. Vaya faena, ¿no creéis? Qué mala pata. Una pena. Sí, sí. A no ser que... Podría funcionar. O no. Ah, la incertidumbre otra vez. Mmm... Quizá...

Archibald se colocó de rodillas como paso previo a ponerse en pie

- Deberían limpiar un poquito- se quejó sacudiéndose las manos.- En un lugar como este, sea lo que sea, deberían preocuparse un poquito más por la limpieza. Pero bueno, no era eso lo que quería decir. Lo que quería decir era...- El anciano no tan anciano se quedó en blanco.- ¿Qué quería decir?-Imágenes y objetos pasaron en rápida sucesión recortándose en el recargado papel pintado de una abigarrada habitación.- Ah, sí. Tengo una buena y una mala noticia. Bueno, una buena y dos malas, aunque una mala se deriva de la otra, así que podrían considerarse una sola.- Se encogió de hombros.- La primera mala noticia es que los terminales de control de la temperatura de las piscinas no están aquí. La buena es que aun así sé cómo reducir la temperatura. La segunda mala es que existe una pequeña probabilidad de que quien corte los cables del circuito de control de temperatura que pasan por aquí, forma de conseguir lo que queremos, puede sufrir una leve electrocución. Nada importante si esa persona está bien aislada y no hace masa, por supuesto, pero el riesgo existe. No se gana nada negándolo.

Cargando editor
22/10/2017, 12:09
Charles Brinton

Charles seguía sin estar convencido en absoluto de que aquello fuera buena idea. Que aquellas criaturas fueran inteligentes no quería decir nada, estaban obviando todo su componente social y cultural. Quizás fueran simplemente malvadas, o decidieran honrar a sus dioses con un sacrificio, o quien sabía qué. Ante la mención de los cables, resopló levemente.

-¿Nos estás diciendo que tenemos que cortar unos cables que pueden electrocutarnos para aumentar la temperatura de las peceras de unos seres que no sabemos siquiera si serán amistosos?-preguntó, aunque solo fuera por asegurarse de que, verdaderamente, ese era el plan. 

Cargando editor
23/10/2017, 18:29
Pedro Mondragón

-Yo te ayudaré a hacerlo. Dime qué debo hacer y lo haré -dijo contundente Pedro, que apoyó una mano en el cristal, a modo de mudo mensaje de consuelo a la criatura que había en su interior.

Cargando editor
23/10/2017, 21:03
Edmond D'ardey

Buscó con la mirada por todo el lugar, tratando de dar respuesta a los requerimientos de Pedro de encontrar el regulador. Con la mirada encontró el circuito que lo alimentaba, pero no logró hallar el dichoso regulador. Con frustración sacudió la cabeza.

Entonces Archibald dio una serie de aseveraciones y posibilidades. Edmond miró con incredulidad a Pedro, con su característico enarcamiento de ceja, cuando este se entregó tan rápidamente a las intenciones de Sheldon Archibald. Y no es que dudara del estrombótico personaje en cuanto a sus planteamientos, pues parecía saber de lo que hablaba. De lo que dudaba era de su capacidad de llevar aquello a la práctica.

Por otro lado la pregunta de Charles parecía sensata, más el latino parecía algo fuera de sí, dispuesto a tratar lo que fuera para liberarlos. Había quedado durante unos instantes pegado al cristal de la pecera y de alguna manera había comunicado con ellos. Ahora hacía todo lo posible por sacarlos. Realmente curioso.

Suspiró levemente ante el ofrecimiento de Pedro y acto seguido miró en el lugar, buscando un traje o material aislante. Si el latino iba a recibir un buen chispazo, algo que no le extrañaría en absoluto, al menos que fuera lo menor posible.

Cargando editor
26/10/2017, 21:23
Pedro Mondragón

Ante el silencio de Archi, miró una vez más en torno suyo. Más allá, vislumbró una caja de registro eléctrico y al acercarse vio que en lugar de tener una tapa a presión o con cerradura tenía un simple tirador en el cual convergían todos los circuitos. En resumidas cuentas, era un interruptor. Abrió aquella tapa y pudo ver en su interior una palanca antigua. Puso su mano en ella, intuyendo que con ello cortaría la electricidad de la planta. algo sin duda menos peligroso que lo planteado por Archi, y que pese a todo hubiera estado dispuesto a hacer.

La mano, aferrada a la palanca, tiró de ella.

 

Cargando editor
30/10/2017, 18:42
The Strange

Al bajar el interruptor, se corta la electricidad. Se apagan las luces de la sala, aunque el rellano sigue iluminado y os permite ver. El ligero zumbido del sistema eléctrico del que no érais conscientes hasta que no ha cesado, deja un silencio extraño. Tan sólo se escucha el movimiento del agua cuando alguna de las criaturas despiertas se mueve, tan expectantes como vosotros.

Poco después, comienzan a parecer nerviosas y a moverse más a menudo. Parece que el agua baja de temperatura.

Cargando editor
02/11/2017, 10:14
Archibald T. Crawford

Archibald dedicó a Pedro un cabeceo de reconociendo. Había visto lo que no había visto el resto, ni siquiera él, y al final no había sido necesario seccionar ningún cable, lo que aunque resultaba seguro y conveniente, les había dejado sin un potencial espectáculo pirotécnico, uno que hubiera intentado evitar por todos los medios. No obstante sí se había ido la luz en la especie de piscifactoría jurásica en la que estaban, lo que añadía cierto toque romántico a la estancia.

Miró a sus compañeros, o mejor dicho a las siluetas que a contraluz se dibujaban. Todos eran varones. Estaba en lo que en ciertos círculos se conocía como una "sausage party". Eso obviamente le restaba romanticismo, al menos en su caso. No sabía si también en el del resto, aunque a pesar de su curiosidad científica prefería no descubrirlo, no cuando la penumbra contribuía de forma tan exitosa al anonimato.

Ah... Cuánto daría porque allí estuviera ella. Con su naricilla chiquitita y pálida como un gusanito de maíz, sus sonrosadas mejillas como un chicle de fresa y unos labios de un intenso color a regaliz, pero de los rojos, no de los negros, porque en aquella época lo gótico solo se llevaba en las catedrales. Y recordando la dulce panoplia que era su rostro, le entró antojo de chucherías.

Chasqueó la lengua intentando controlar el flujo de saliva a tiempo de ver la inquietud en las piscinas de las criaturas pez. Ver eso e imaginarse empapado con el agua que había sido hogar y celda, excusado incluido, fue todo uno.

- Esto... Creo que sería un buen momento para apartarnos. Solo por si acaso...

Tan seguro estaba de ello que antes de terminar la frase ya estaba en el pasillo.

Cargando editor
04/11/2017, 15:55
Charles Brinton

Charles suspiró cuando el chasquido del interruptor se llevó por delante las luces, y probablemente también lo que sea que impidiera que esas extrañas criaturas se revolvieran en sus tanques. Al final lo habían hecho. Iban a liberar a aquellas cosas sin saber lo que eran, sin saber realmente sus intenciones, solo porque estaban tan presas como ellos. Ignorando convenientemente que en las cárceles se encierra tanto a ladrones de poca monta como a asesinos múltiples. 

Por supuesto aquello no era exactamente una cárcel, o no se lo parecía, pero eso no implicaba que todos los inquilinos de aquellas instalaciones fueran pacíficos y bondadosos. Puede que no merecieran estar allí, lo que no implica que no merecieran estar encerrados en otro lugar, para no dañar a nadie. Sea como fuere, viendo como se "activaban" los habitantes de las peceras, el mal ya estaba hecho. Siguió los prudentes pasos de Archibald, alejándose de la zona más cercana a esas peceras, ganando algo de distancia. Quizás suficiente para escapar si aquello resultaba salir mal.