Partida Rol por web

¿Estabais muertos? ¿Así era el cielo, oscuro? ¿No había nada, era el vacío? Un montón de preguntas empezaron a formularse, pero de repente empezasteis a sentir una angustia, algo que oprimía vuestro pecho. ¿Qué estaba pasando?

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Abrís los ojos de repente, luego la boca, tragáis un buen trago de agua salada, entonces recobráis la consciencia, lucháis para salir del agua y tomar aire. Con mucho esfuerzo, conseguís hacer funcionar vuestros músculos, que estaban entumecidos, y llegáis arriba, tocáis techo. Seguís en la cabina del avión. Entonces empezáis a recordarlo todo, el aeropuerto, el motor, el humo, el ruido, el accidente.

Tomáis una bocanada del ansiado aire, luego escupís y casi vomitáis algo de agua salada que habéis tragado.

Roque, ha salido casi intacto del accidente, se quedó bien sujeto a los cinturones de seguridad. Recibió un fuerte tirón ante el impacto del avión al estrellarse en el agua, que seguramente le dejará marca, pero aguantó. Enseguida se desató el cinturón y nado un poco para poder respirar aire.

Diana apareció en la superficie, dentro de la cabina. Se podía ver como se había golpeado fuertemente la cabeza, y tenía una herida que le sangraba, varias contusiones se resentían en su cuerpo pero al parecer no tenía nada roto, aunque el dolor era muy fuerte.

Jorge apareció como un pez, al cabo de unos segundos, tomó una bocanada de aire y os miró. Tenía varios cortes en la cara, seguramente de la explosión de los cristales del avión en el impacto, tenía varias contusiones en las piernas y brazos. Tenía un dolor muy grande también en el costado, donde notó que tenía un trozo de cristal bastante grande clavado en su piel.

Pasaron unos instantes y nadie mas emergió a la superficie..

Le costo un poco reaccionar. En un instante estaba viendo a su madre con los brazos abiertos y al otro el dolor golpeaba su cuerpo. No supo si dar gracias al señor por revivirla o lamentar estar consciente. En todo caso no tenia eleccion. El señor la habia hecho despertar... miro alrededor... conto... faltaba alguien.

No recordaba su nombre, le dolia demasiado la cabeza como para recordar nisiquiera el suyo pero sabia que faltaba.. y el piloto tambien... Se obligo a tomar aire y a sumergirse de nuevo en busca de los dos hombres que faltaban. No fue una accion meditada, fue un puro instinto. Faltaban y tenia que encontrarlos.

De haberlo pensado con mas calma, o haberlo pensado de alguna manera, posiblemente habria obrado de otro modo....

Cobos tenía un raro sabor metálico en su  boca.  Era el gusto a sangre el que impregnaba su gaznate. Sentía una punzada en el costado pero apenas le dolía, sin embargo al tocarse con la mano derecha y volver a sacarla a la superficie vio que estaba teñida de rojo. Algo no funcionaba bien. Miró a un lado y a otro en la superficie del mar y vio al viejo y a la muchacha. Ésta se sumergió nada más salir a superficie y Cobos imaginó que sería para buscar al piloto y a su compañero de asiento. Él intentó descender también pero el costado le dio una punzada mortal que le hizo volver a su posición inicial. Visto que no podía hacer nada echó un vistazo a ver cuan lejos estaba la orilla.

La cabina estaba sumergida en el agua, aunque había formado una pequeña burbuja de aire en el techo, en la que gracias a ella podíais respirar, aunque el oxigeno que había en esa zona era limitado y no se renovaba, así que se podía acabar en cualquier momento. Vuestros alientos exhalaban vapor y hacía mucho calor en esa zona respirable, a causa del vapor y del dióxido de carbono.

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Os sumergisteis.

La vista era borrosa bajo el agua, también llena de restos del impacto y sangre que manaba de varios de vosotros. El capitán Ackermann seguía atado a los cinturones del asiento del copiloto, aunque no se movía, él había recibido el impacto mas directo que vosotros, y no hacía falta ser un experto para entender que había muerto.

Luego os pareció ver a Taubmann, al parecer se movía débilmente, no sabéis si por las corrientes marinas que lo movían cual alga o aún le quedaba algo de consciencia. Su pierna había quedado atrapada entre unos hierros que formaban parte de un lateral del avión y que tras el impacto se habían doblado, formando una especie de trampa mortal para aquel hombre.

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Subisteis arriba a tomar aire de nuevo. Ahora podíais oír un sonido metálico, al parecer algo se estaba rompiendo y doblando de ese avión, aún no habíais llegado al fondo marino, seguramente porque flotaba alguna parte del avión, pero sabíais que era cuestión de pocos minutos que el avión se hundiera.. y vosotros con él.

Todo sucedió muy deprisa, Roque estaba quieto con la cabeza fuera del agua,  de pronto miro hacia atrás… -no, no puede ser- …dijo exaltado… -tengo que salir de aquí- …acto seguido cogió aire y se sumergió, buscando por la cabina algún compartimento con equipamiento de emergencia, como botes inflables, chalecos y demás utilerías.

Intentaba recordar las indicaciones de la azafata antes de despegar y el folleto de emergencia que ojeo durante el vuelo con la esperanza de saber dónde encontrar lo que buscaba.

Intento desesperadamente liberar la pierna de Taudman, aunque se moviera debilmente, aunque fueran las corrientes.. no podia dejarle sin hacer nada.

El avion aun no habia tocado fondo, contra mas bajara peor se pondrian las cosas. Diana penso que si no habia muerto en el impacto seria porque Dios tenia otros planes para ella, posiblemente ayudar.

- Dios dame fuerzas.-penso poniendo su corazon y su esperanza ultima en liberar a alquel hombre atrapado.

No te desmayes, no te desmayes o estarás muerto. - pensaba Cobos mientras sacó el cristal de su costado y se tapó su fea herida con la mano mientras respiraba el aire viciado que aun quedaba allí. Como pudo se deshizo de su propia camisa hawaiana que tanto le gustaba y se la ató a la cintura tapando, más mal que bien, la herida. Era hora de actuar. Vio que el viejo estaba buscando una salida del avión y que la mujer estaba buscando tanto al piloto como a su compañero. Decidió sumergirse un momento para ver la situación. Llegó a la altura del piloto y pudo observar que no se movía. Le puso los dedos en la yugular y comprendió que no tenía pulso: había muerto. Después se giró y pudo ver a la mujer intentando tirar de Eduardo. Salió a la superficie dándose impulso con el suelo de la cabina y no pudo evitar emitir un grito de dolor proveniente de una herida que seguía sangrando. No obstante, hacía falta su ayuda allí abajo, cogió aire y buceó hasta la mujer, intentando ayudarla para sacar a aquel pobre hombre.

Roque rebuscó alguna utilidad, pero esa cabina era un caos, y la sensación de peligro inminente y asfixia tampoco dejaban buscar con claridad, pues debajo del mar apenas se podía mirar bien, y escocían los ojos.

Diana y Jorge se sumergen para intentar sacar a Taubmann de ese hierro, pero no se coordinan demasiado bien. Jorge a pesar de su herida, hace palanca como puede con otro hierro, y ve como empieza a ceder, pero al llegar Diana intenta tirar de otro hierro que por desgracia acaba deshaciendo el progreso de Cobos.

Roque por su lado, intenta buscar algo útil en esa cabina destrozada. Por suerte tocando con su pie, le parece notar algo de plástico, así que rápidamente lo agarra por la mano. El tono es naranja fluorescente y sin duda es uno de los chaleco salvavidas, que tenía el copiloto debajo de su asiento. No esta inflado, pero como recuerdas de las azafatas: "Tirar de esa cuerda para inflarlo, pero no dentro del avión".

Un ruido profundo os pone en alerta, notáis como el avión empieza a ceder, al parecer poco a poco se esta llenando de agua por la parte trasera y no tardará en venirse abajo y hundirse en las profundidades. Si os quedáis en la nave cuando se venga abajo, seguramente seréis arrastrados hacia el fondo marino.

Los segundos pasan, y cada uno de ellos puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.

Jorge estaba sin aliento tras el esfuerzo y se estaba quedando sin fuerzas de tal manera que no pudo ni cabrearse con la mujer por haber fallado con la palanca. Bastante tendría ella en su conciencia. Lo único que pudo hacer era soltar el hierro y salir a la superficie. Estaba mareado y en uno de los cristales del avión pudo ver que tenía la cara compleatmente blanca. El agua estaba rojiza a su alrededor...quizás quitarse el cristal no había sido buena idea. Se apoyó sobre un mueble que sobresalía tapándose la herida con ambas manos para frenar la hemorragia y le dijo al hombre mayor: - Debe ... usted ... ayuuuudarle. Yo estoy, estoy, heriiidooo. - Apenas podía hablar. Bastante tenía con mantenerse despierto, lo contrario significaría la muerte.

Diana maldijo entre dientes su torpeza pero no se resignaba a dejarle morir, "un ultimo intento" se dijo a si misma para añadir mentalmente una suplica al señor. Si hasta el cobarde de Jorge estaba poniendo de su parte, estando herido como estaba ella tambien podia poner algo mas de su parte.

-¡Por fin algo de suerte!- …pensó Roque al encontrar el chaleco, el cual se puso nada más salir a respirar, mientras tanto, Jorge salió a la superficie y le pidió ayuda con el otro hombre atrapado abajo… -ese hombre lleva demasiado tiempo debajo del agua como para estar vivo y el avión se hunde- …dijo mientras se terminaba de abrochar el chaleco… -yo no sé ustedes, pero yo me largo de aquí antes de que se hunda el avión- …dicho esto se sumergió para salir de allí.

Mientras se dirigía a salir por el parabrisas roto vio a la mujer intentando sacar al otro hombre y volvió a la superficie… -¡no puedo!, aunque lo ayude, ¿Quién va a conseguir sacarle el agua de los pulmones en mitad del mar?- ...dijo exaltado, luego se giro bruscamente hacia un lado… -¡deja de agobiarme!..... ¡está bien!... ¡solo lo intentare una vez y luego me iré pase lo que pase!- …exclamo enfadado, miró a Jorge y le dijo severamente… -¡y usted salga de aquí de una vez y deje de perder el tiempo lamentándose!-

Roque se sumergió hasta donde estaba la mujer, la cual vio tirando de los hierros, así que decidió tirar del hombre, para cuando los hierros cedieran un poco poder liberarlo.

¿Deje de lamentarse?  ¿Aquel tipo le había dicho "deje de lamentarse" a alguien que estaba perdiendo sangre como un cerdo en una matanza y estaba a punto de desmayarse? Encima estaba hablando como un loco. La situación era muy grave pero aquel hombre le ponía nervioso. Desde luego no estaba para nada, pero si se quedaba allí quizás no pudieran ayudarle a salir. Haciendo un esfuerzo sobrehumano empezó a mirar una forma de salir, sobre todo fijándose en los cristales delanteros del avión. Quizás pudiera romperlos con algo...en aquellos aviones solía haber una pistola de bengalas para ese tipo de casos.