Liz observaba las joyas un poco triste. "Son muy bonitas, pero ahora no valen para nada. No entiendo a esa gente, ¿qué es lo que querían hacer con joyas ahora?. ¿Comérselas?". Suspirando, devuelve la bolsa a Marcos y a Isabel, y vuelve la vista a Romo.
"Lo hiciste genial, ¿antes eras piloto de rally o algo así?. Espero que no nos encontremos con esa gente... creo que a lo mejor quieren recuperar las joyas. Quizás deberíamos dejarlas en algún sitio para que las encontraran fácilmente ¿no?".
Me rio abiertamente ante el comentario de Liz sobre mis habilidades como piloto de rally. Tengo que taparme la boca, pues al instante recuerdo que el ruido excesivo puede alertar a los caminantes... vivos o muertos.
- No Liz... - aun se me escapa alguna risita entre dientes - no soy piloto. Ha sido pura suerte, aunque si es cierto que no se me da mal la conducción. Aquíe en España no teneis instrucción militar, pero en mi pais, - me pongo más serio al recordar lo ocurrido hace casi 20 años - en aquella época, podías pasar años sirviendo en el ejército.
Me giro para mirar directamente a Marcos e Isabel. - Lo que nos lleva al tema de las armas de fuego. No veo mal que, si llega el caso, tengamos algún arma, pero más por defensa contra asaltantes como los que acabamos de dejar atras que para atacar a los... zombies.
Vuelvo a girarme para reiniciar la marcha, ahora ya más despacio. - Seguramente, esos pobres diablos están ahora rodeados por infinidad de esas criaturas, atraidas por el ruido de sus propios disparos. Veo primordial encontrar encontrar alimento y combustible... y puede que otro coche. Este no es muy seguro, ahora que tiene un cristal roto. - Me centro de nuevo en la conducción. - Pero de momento, procuremos llegar a la población más cercana. A ver que nos encontramos allí.
Mientras seguíais avanzando con la furgoneta, encontrasteis un maltrecho mapa de la zona. Al parecer estabais en un pueblo llamado "Castelldefels", a unos 30 kilómetros al sur de Barcelona. Era un pueblo costero. El mapa no era demasiado detallado, y básicamente había publicidad de hoteles y restaurantes para turistas en los laterales.
Aunque costó un poco orientaros, pudisteis distinguir mas o menos las zonas dónde habíais estado y las zonas en la que os podíais mover.
Obviamente es solo unas indicaciones del mapa, podéis ir dónde queráis :)
El hallazgo del mapa resulta ser una suerte de lotería, ya que nos permitirá localizar mejor alguna zona interesante a la que dirigirnos. Una vez que nos hemos alejado lo suficiente de la zona residencial en la que fuimos atacados, seguimos la autopista.
Yo procuro estar pendiente de la carretera, en la que encontramos numerosos vehículos estrellados, cadáveres y otras imágenes más propias de una zona de guerra que de un paraiso turístico. El estado de la vía impide que nuestro desplazamiento sea muy rápido, pero al menos es seguro, y no demasiado ruidoso. Procuro fijarme, al conducir despacio, por si hubiera algún vehiculo en mejores condiciones que la furgoneta que usamos ahora.
Mientras, los demás estudian el mapa, buscando un buen sitio al que ir por suministros.
Entre todos decidían sus próximos pasos a seguir. Parecía raro, hablaban de entrar rápido, saquear lo que pudieran, armarse…casi parecían un grupo comando decidiendo la estrategia antes de lanzarse a una misión suicida. Cada uno aportaba su punto de vista, incluso Romo que mantenía la vista en la carretera mostraba su aprobación o descontento con alguna idea aportada. Nadie quería admitirlo, pero sus vidas habían cambiado y quizás nunca volvieran a sentir lo que era estar seguros, dormir tranquilos, pensar en el futuro.
-Si tenemos un envase y una manguera podemos sacar combustible de los autos abandonados o chocados-. Dice Marcos recordando como un amigo suyo hacia eso mismo con los autos de los vecinos.
Cada dos por tres mira por la ventana o el parabrisas, contemplando el alcance de tamaño desastre. No sabía si arriesgarse por ir a la ciudad así como estaban o primero juntar suficientes pertrechos en ese pequeño poblado. En el mapa había sectores más poblados, tal vez allí había algo de valor para ellos.
-¿Acá?- pone su dedo en la parte más al este del mapa, allí donde hay más casas y, probablemente, también mas suministros y zombis-. Es lo más peligroso, pero donde podemos encontrar algo…o directamente irnos lo más lejos de acá. Si vamos a la ciudad estamos en la misma, no tenemos ni comida ni armas.
Señala el sector 7 y 8. Cual seria la mejor opcion? o vamos para otro lado?
Pd: Tal vez no vi el aviso pero...ya no es una partida secreta? XD
Sonreí ante el comentario de Marcos
-No estaría nada mal comer eso ahora mismo eh, pero creo que será algo dificil encontrarnos con un banquete como ese...- suspiro con tristeza, dejándome caer en el espaldar del asiento.
Miraba por la ventanilla delantera y aquellas criaturas aún lograban que me estremeciera, esperaba que con el transcurso del tiempo, lograra acostumbrarme a ellas ¿Sería aquello posible?
Aquel mapa, hizo que me inclinara hacia el asiento delantero en segundos. Comienzo a leer rápidamente su contenido y sentí un alivio al saber donde nos encontrabamos -Podemos ir a la zona residencial, cambiar coche, ropa y abastecernos de comida- la idea de irrumpir a una residencia parecia no incomodarme más.
Miro a Marcos y le sonrío -¿Y tú sabes como sacar el combustible de los coches, no?- le pregunto divertida y le guiño. Tras unos segundos, miro nuevamente hacia el frente -¿Qué opinan chicos? ¿A la zona residencial?
Cierto, ha dejado de ser privada XD
Liz miraba el mapa en el asiento del copiloto, y escuchaba a sus compañeros mientras pensaba en lo que Romo le había dicho. "¿En tu país?. ¿De donde vienes?. No tienes acento...". Cerró el plano y se lo pasó a sus compañeros. "Sí, creo que es buena idea, la zona residencial no parece tan poblada como la zona alta y baja, y seguro que hay cosas que podemos usar, como farmacias, supermercados y cosas así. Además supongo que necesitaremos armas, aunque yo no pienso usar ninguna, seguro que acababa disparándome en el pie o algo así. ¿Podrías encontrar en una comisaría o en una tienda de caza?. Vamos hacia allá, y mantenemos los ojos abiertos ¿vale?. Y mirad también si hay alguna tienda de ropa, si después vamos a algún sitio necesitaremos abrigos, botas resistentes y esas cosas. Y yo todavía necesito algo.", asiente.
Liz se dedicó a mirar por la ventana y a charlar con sus compañeros, mientras intentaba localizar alguna de esas tiendas.
- Esta visto que anoche en la vigilancia estabas más dormida que despierta, Liz... - digo sonriendo a la muchacha, pero sin apartar la vista de la carretera. - Ya te comenté que nací en Estonia, aunque entonces formaba parte de la URSS. Con 18 años fuí a Londres, y llevo yá más de 10 años viviendo en España. Por eso no tengo apenas acento...
Según nos acercamos a la zona baja de la población, donde seguramente haya más comercios, disminuyo la velocidad. - La idea de Liz es buena, una tienda de caza, o en su defecto, algo similar en un gran almacén, nos vendría muy bien para obtener ropas cómodas y de abrigo.
Tomo el primer desvio para salir de la autopista y adentrarnos en la población.
A medida que avanzabais por la carretera, podíais contemplar como apenas había movimiento ni ruido por la zona. De vez en cuando se oía algún coche en la lejanía o se veía movimiento algo lejos, aunque no discerníais bien del todo lo que era. Sin duda el mundo parecía haberse paralizado con esto, a veces pensabais como había surgido esto ¿un arma biológica? ¿un virus natural? La cosa es que había pillado a todo el mundo de nuevo, y al parecer las cosas no habían ido demasiado bien.
A corto plazo pensabais en abasteceros de comida y otros enseres, a largo plazo aún no estaba decidido, pues no teníais ninguna información. Lo primero era la supervivencia.
Aviso: venís de la zona residencial. No se si quedó muy claro, pero estabais en una zona solo con casa y chalets. Podéis volver e intentar no ir por la misma zona que estaba esos tipos. En todo caso, os dejo decidir por si no habíais contemplado esto.
Ante el comentario de Isabel suelta una pequeña risa y a su vez le guiña el ojo. Se acerca un poco a ella y le susurra:
-Ya te dije, estoy lleno de sorpresas-. A pesar de que hacia relativamente poco que había dicho esas palabras ahora le parecían muy lejanas.
Ante este pensamiento su mente comienza a trabajar a toda marcha. Analizando los pros y los contras de internarse en cada zona, como se las arreglarían y, sobre todo, si tenían alguna posibilidad de salir bien librados. Se rascó la cabeza frustrado, cada opción parecía terriblemente peligrosa. Incluso deambular con el coche por la ciudad tenía sus riesgos.
Preferiria evitar el sector donde estaban lo ladrones, aparte eran casas de gente de dinero, tendriamos que o recorrer la zona turistica (mas tiendas de comida, ropa y eso) o ir a la zona mas grande. Como ustedes quieran, de todos modos vamos a tener algun percance ajaj
-De eso me doy cuenta- le digo a Marcos en su mismo tono empleado, sonriéndole de una manera complice.
-En la zona turística quizás podríamos encontrar algún almacén de caza, pero antes de emprender marcha allí, podríamos recorrer un poco más la zona residencial y ya que pasaremos cerca a los apartamentos, podíamos echar una mirada ¿Qué opinan?
Había pensado en seguir el consejo de Liz, dejar las joyas por ahí para que las agarren los ladrones. Pero después se imagino la situación en que estos los encuentran a ellos y tenían las manos vacías. Durante todo el viaje se notaba su nerviosismo, se tronaba los dedos, miraba por todas las ventanas, acariciaba disimuladamente su tatuaje…no por el hecho de meterse en una ciudad llena de zombis, ni por abrir una casa ajena, era por no estar haciendo nada. Estaba sentado en la parte trasera de la camioneta y se sentía inútil. Como cuando estaba en el bote y no sabía qué hacer para ayudar.
-¿Falta mucho para llegar?- tenia la sensación de que si no hacia algo pronto pasaría algo malo. Era bastante insoportable cuando le pasaba eso.
Ya llegamos? jajaj
Detengo el coche a la llegada a la zona comercial. No parece haber muchos zombis por aquí, pero prefiero no fiarme.
- Bien, este es el plan: uno de nosotros debe quedarse en el coche por si toca realizar una huida rápida, acompañado por alguien más para vigilar. Los otros dos deberán localizar y coger todo lo que nos haga falta.
Giro la llave, apagando el motor. - Por cierto, si alguien quiere conucir, por mi perfecto, tras tanto tiempo encerrados en el coche ahora y en el piso antes, necesito estirar las piernas un rato...
Observaba al impaciente Marcos gran parte del trayecto. Estiro uno d mis brazos y doy unas cuantas palmaditas en uno de sus brazos, brindándole así un poco de tranquilidad; con ese gesto quise decirle que todo que apesar de la situación, todo iría bien, que no debía preocuparse.
-Por mi no hay problema en quedarme o en ir, aunque la idea de separarnos nuevamente no me gusta, creo que entre los cuatro podríamos encontrar más cosas útiles, pero si crees que es lo mejor, sigamos ese plan. Si en determinado tiempo no han regresado, los dos que nos quedamos iremos en su busqueda- miro a Marcos -creo que deseas ir ¿no?- le sonrío, sabía que deseaba hacer algo, así que era buen momento para hacerlo -¿Acompaño a Marcos o deseas ir tu, Romo?
- Vamos a investigar la zona, Marcos. - Salgo del coche, dejando la puerta abierta para que entre Isabel. - Sabes conducir, ¿verdad? - digo sonriendo socarronamente a la chica.
Camino hasta la parte trasera de la furgoneta, abro la puerta, y cojo una de las palancas que los salteadores tenían para sus fechorías. - Vamos a partir un par de puertas socio - comento con tono de matón mientras doy un codazo de complicidad a Marcos, y caminamos entre las calles en búsqueda de una tienda o local que nos sea de utilidad...
Marcos y Romo se alejan del coche y empiezan a buscar por los alrededores. Con los que pasáis vosotras dos a la parte delantera de la furgoneta, a esperar que vuelvan pronto. Tenéis el coche aparcado en un parking que está totalmente vacío. Está justamente dónde empieza la zona comercial, pues seguramente esto en un día normal se llenaría de gente e ir en coche por esas calles tan pequeñas no parece una buena opción.
Estar esperando sin saber lo que pasa os pone de los nervios y os mantenéis a la espera y vigilando tanto por los retrovisores como por las ventanas que no aparezca ningún desconocido.
Perdón por la espera.
Me bajo del coche, para tomar el puesto de conductor, pero antes me detengo en la parte trasera del coche, para coger una herramienta, necesitaba algo que nos protegiera y aquel agujero en la ventana trasera, me inquietaba.
Esbozo una sonrisa al pasar por lado de Romo -No solo coche, guapo, yate y motocicleta también- lo miro por encima del hombro mientras comenzaba a caminar nuevamente y le guiño.
Antes de subirme nuevamente al coche, me giro mirando a los chicos -Tengan cuidado y no tarden mucho. No intenten arriesgar su vida ¿Eh?- aquello último iba dirigido especialmente a Marcos, pues sabía de lo que era capaz.
Subo al coche, cierro la puerta y suspiro, apoyándo la cabeza en el asiento -espero no tarden...- digo a Liz, mientras miraba por uno de los retrovisores.
Liz asintió mientras vigilaba alrededor; sería horrible que un zombi se les acercara sin que lo vieran. "Seguro que estarán bien... además tenemos el coche, si tienen algún problema iremos a rescatarlos, los cogemos en marcha como hizo Romo antes con los bandidos, y nos vamos a toda velocidad".
Liz abrió la puerta y miró fuera, pero sin bajarse del vehículo: prefería estar lista por si Isabel tenía que ponerlo en marcha a toda velocidad.
Necesito una tirada de "alerta".
Tirada: 1d20
Motivo: Alerta
Resultado: 8