Partida Rol por web

Intenté sonreir, más que nada porque no quería decirla que me dejara en paz, porque eso sería un poco de mala educación y asentí a sus palabras con lo de la habitación, como si su cháchara me importara lo más mínimo, aunque cuando dijo aquello de que el doctor era guapísimo tuve que darla la razón, pero pensar en un chico en aquel lugar era como perder el tiempo.

- Y qué más da como sea quien va a firmar debajo de un papel que ponga: Norah Jacob está loca.

Aunque ahora que se me pasaba por la cabeza, era aún más triste que me hubieran encerrado, moriría virgen..

- Aún tampoco sé cuáles serán mis tareas.. - Comenté por añadir algo a aquela conversación y quedar bien.

 Y con sus siguiente palabras te diste cuenta que si era perder el tiempo - Muchas chicas intentaron intimar con el pero no le siguio a ninguna y eso que aqui hay chicas muy guapas y las visitas no suelen ser muy amenudo... - Comenta mirando alguna de las chicas mas hermosas que habia alli.

- Las tareas son en el recinto, desde ayudar en cocina, limpiar el suelo, la ropa, las duchas, los baños sueles ser como castigo jajaja - Te explica mientras una chica de un grupito va hacia vosotras.

Lo único que se me pasaba por la cabeza en aquel momento era un tremendo " y a mí qué me importa " pero seguiría siendo un poco feo decirlo así que asentí de nuevo, con el repetitivo gesto de " ajá! te estoy escuchando ".

- Garcias por la información, ya te diré lo que me toca cuando me digan como funciona esto. - Aunque iba a tener un problema pues como mi familia siempre había tenido dinero yo no sabía hacer demasiadas cosas e iba a tener que aprender si quería que no me tacharan de loca por no hacer más que recibir castigos por negarme a todo.

- Tengo que pensar que si intento integrarme tengo alguna posibilidad de salvarme y poder salir de aquí, sino sí que me volveré loca aquí dentro y sin ayuda.

Miré a la chica que se acercaba, pero no dije nada y me metí de nuevo la cuchara en la boca, intentando meter algo en mi estómago, aunque sin apetito.

 La muchacha rubia se acerca - Astrid deja a la nueva tranquila, tu entraste aqui por voluntad propia las que llegamos obligadas no estabamos de buen humor el primer dia, y mucho ha echo al no mandarte a la mierda - Si su vocabulario era bastante burdo y por su aspecto parecia salida de las calles de Nueva York.

Astrid se queda bastante cortada mirandote y se levanta - Lo siento... - Dice en un tono bajo con cara de circunstancia. Notas como todas estan atentas ahora a la rubia.

Me dio un poco de lástima que hablara así a la chica, quien sólo trataba de ser amigable y aunque realmente la hubiera mandado a la mierda como bien decía la rubia, mentí sólo para que la primera de ellas no se sintiera mal.

- No tienes que disculparte no me has molestado y te agradezco que te presentaras, aunque es verdad que estoy poco humor para nada hoy.. - La verdad también tenía que ser dicha.

- ¿ Y tú eres? - Pregunté levantando la cabez ahacia la rubia. - Veo que una de las que dirige el cotarro por aquí porque tienes a todo el comedor mirándonos..

Me parecía que esta, por las pintas iba a ser la agresiva, aunque lo mío no era calar a las personas.

 Astrid se siente mejor con sus palabras y vuelve a sentarse.

La rubia sonrie y te ofrece la mano - Soy Laura y no la que dirige el cotarro es una pelirroja prepotente que come en su habiatacion porque mezclarse con la plebe no va en su categoria - Te dice en un tono mas que asqueado - Yo simplemente soy la que no se calla las cosas y esas por muy locas que esten siguen siendo unas marujas - Segira hacia el tumulto general - ¿Que? ¿No teneis nada mejor que hacer? Se os enfria la comida! - Algunas ponen cara de circuntancia y vuelven a lo suyo mientras otras cuchichean.

Estreché la mano de aquella chica, pensando en cómo debía ser la pelirroja de la que hablaba pero casi prefería ni saberlo así que me presenté.

- Yo soy Norah.

Me alegré de no tener que explicarla a ella que no estaba loca, que no me habían evaluado y cosas de esas, aunque entonces recordé que había una que tenía problemas con los hombres y puede que pudiera ser esta, parecía agradable al menos.

- Supongo que algo tienen que hacer aquí dentro para pasar el rato..

Miré a todas las que cuchicheaban y me encogí de hombros.

Cogio una silla y le dio la vuelta sentando se y apoyando los brazos en el respaldo - Esto es mas como un internado de marujas que se putean unas a otras e intentan cepillarse a todo funcionario que llega menor de 40 años algunas hasta lo intentan con los de 50 - No sabes si bromea o habla enserio pero su sonrisa sarcastica no desaparece en ningun momento - ¿Por que te han encerrado supuestamente? - Te pregunta dejando claro que ella de buenas a primeras no te calificara como loca.

- Por mi parte se los pueden quedar a todos.. - Respondí por eso de los funcionarios. - Y si les gustan las funcionarias también para ellas.

Lo bueno de no haber tenido sexo nunca con nadie era que no lo echaba de menos, cosa que no suele suceder una vez lo pruebas.

- Pues.. - señalé mi cara y lo amoratado de ella. - Mi padre me golpeó y le destrocé media casa, aunque después de llevar años haciéndolo bastante que no le prendí fuego a él..

Ahora estaba pensando en voz alta, dejando claro que si debía tener algún sentimiento agradable por mi padre lo había perdido hacía muchísimo tiempo.

- No tengo ningún problema a parte de él.. ¿ Y tú? ¿ Por qué estás aquí?

Ves como cuando dices lo de tu padre Astrid abre mucho los ojos y la sonrisa de la rubia se amplia enormemente haciendo la parecer bastante malvada la verdad, se enciende un cigarro y te ofrece - Yo lo habria echo - Ves como Astrid asiente - Estoy aqui porque por lo visto cortarle la polla mientras duerme a tu m¡ padre que ha pasado abusando de ti desde los 6 años es de locos, pero el esta en la calle feliz tras pasar unos meses en el hospital y yo soy la loca que lo agredio - Te espeta de manera que ahora si te hace pensar que si que puede que sea ella la que tenga el problema con los hombres, auqneu el doctor habia dicho fobia y ella parece gasta odio mas bien.

No tenía muy claro si esta tendría fobia a los hombres, aunque eso también podía traducirse en que cada vez que uno se acercara a ella intentara matarlo..

- Siento mucho lo que te ha pasado.. pero yo no sería capaz de hacerle nada a mi padre por mucho que no quiera volver a verlo. - Pensaba en que si le hiciera algo a él mi madre lo vería desde donde quisiera que estuviera y eso sería lo peor que me podía pasar en la vida, peor que estar ahí dentro encerrada.

- Tranquila Astrid, no voy por la vida quemando gente ni nada parecido, es que hoy.. - hice un esfuerzo por no parecer cabreada.. - como comprenderás ha sido un día horrible y bueno..

Me parecía que esa muchacha era más una niña que la mujer que debía de ser ya a su edad.

Astrid se rio y nego con la cabeza - Al menos vosotras controlais lo que haceis, yo cuando me despierto sonambula no soy consciente de nada y como dice el doctor "la astrid nocturna" hace lo que quiere... - Pero por su forma de hablar no parece que sea agresiva - Una noche me meti en la habitacion de el imaginaos la vergüenza cuando me desperto - Ahora si se pone como un tomate la probre a lo cual Laura se rie a carcajadas - Si claro... estabas dormida... no eres lista tu ni nada, haciendote la dormida pa colarte en la cama de mediquito - Artrid pone morritos ocmo una niña y la mira mal - Que nooooo! que sabes que me moriria de la vergüenzaaaa! - Le dice como intentando escusarse.

- Tu no te preocupes, esto es un poco lo que ves y no hay mucho mas, hay chicas que se marcharon asi que no pienses que no hay salida y si no siempre podemos fugarnos - su tono parece de broma pero... no podrias asegurarlo del todo.

Aquellos comentarios casi consiguen que me riera, pues imaginaba lo que tenía que ser despertar y encontrarte en la habitación de un hombre, que como le pasaba a ella, le parecía guapo, así que sin duda era algo bastante cómico.

Escuché luego las palabras de Laura de nuevo y asentí, pensando en que intentaría salir de aquel lugar sin que nadie creyera que estaba loca, aunque preferiría mendigaren la calle que volver a mi casa.

- Está bien, intentaré no darles muchos motivos para tener aquí demasiado tiempo..

Esto último lo decía muy en serio, pues apenas llevaba ahí un rato y ya me moría de ganas porque me dejaran marchar.

 - Pues venga morena termina eso que te mire el doctor macizo y depsues vente a la sala de reunion que jugaremos a algo y te enseñaremos esto bien - Te comenta con un guiño levantandose y cogiendo de la oreja a Astrid - Venga que no te terminaste el postre - Le dice con una sonrisa mientras Ambas se alejan y parece que si que fueran como hermanas y la verdad es que aquel ambiente al menos por ellas te habia relajado un poco.

Laura parecía cuidar de Astrid, quien a su vez, parecía necesitar ser cuidada así que la imagen me resultó hasta bonita, pero tenía razón en eso de que tenía que ir a ver al doctor y que me dijera eso de mis labores y no sé qué más, así que sin probar más que las tres cucharadas que había engullido de la comida, que no estaba del todo mal, la llevé al lugar correspondiente y luego me interné de nuevo sola por aquellos pasillos hasta llegar a la puerta que antes me habían indicado.

Me quedé unos instantes mirándola y después, simplemente llené mis pulmones de aire y llamé, para después dejar escapar ese aire poco a poco, como si necesitara relajarme para aquello.

 Oiste como te daba permiso para pasar y al entrar viste una sala muy grande con un escritorio de roble y dos sillas delante, detras la del medico, a un lado habia un divan tipico y un sofa individual, en medio una mesita con agua en una jarra y vasos.

- ¿Que tal tras ducharte y comer algo? - Pregunta Palenki de forma amable como siempre y ahora sin la bata blanca. - Toma asiento donde lo desees.

No mostré ninguna sonrisa al verle, pues si ni siquiera los comentarios de Astrid y Laura me habían hecho reir, aún tendría que pasar al menos un par de días para que mi humor cambiara, si no era más, pues en un lugar así nunca se sabía.

- Estoy bien. - Respondí de manera escueta para luego sentarme en una de las sillas de delante de su mesa, pues era donde estaba sentado él y me parecía lo más correcto.

Me quedé quieta y observándole en silencio esperando que me dijera él lo que debía hacer o qué debía decirle, pues no me apetecía demasiado mantener una agradable charla, encima, los golpes de la cara me dolían cuando movía la boca.

- Bien te explicare un poco todo - comenta antes de darte un pequeño dosier - A las 8 se os levanta y a las 9 se pone el desayuno en el comedor, a las diez comenzais las tareas de limpieza en tu caso te he puesto el lavanderia colgando la ropa y doblando la limpia, de una a tres son los horarios de comida, la tarde la teneis libre y de ocho a diez son las cenas. A las doce se apagan las luces. - Te dice espernado que ocmprendas todo lo que te dice - Para los seguimientos medicos se os llamara por megafonia y dejareis lo que esteis haciendo para cudir aqui ¿Entendido? - Te dice poniendo se un poco de agua.

Casi prefería tener muchas cosas que hacer que ninguna, así al menos, no estaría todo el rato pensando en que estaba encerrada y que cabía la posibilidad de que no volviera a salir. Comprendí aquel horario y no me pareció tan malo, aunque no sabía qué tal me iba a desenvolver en la lavandería, pero al día siguiente lo averiguaría, así que tampoco había caso.

- Perfectamente. - Respondí asintiendo a sus palabras para volver a quedarme en silencio, esperando que continuara hablando.

 - Pues si no tienes preguntas es tu tarde libre, mañana comenzaremos con la rutina, intenta llevar esto lo mejor posible y si alguien te molesta no dudes en decirmelo - Tras ello se levanta para acompañarte a la puerta con su habitual sonrisa, ves que fuera hay una muchacha esperando que cuando lo ve se le iluminan los ojos y el doctor la hace pasar.

Ahora si que se escucha ruido por todos lados.