Partida Rol por web

Cory se había acercado poco a poco con cautela manteniendo su espalda sobre las estanterías de cajas, aquella que era la más lejana al grupo y que le permitía observar sin la vista de los muchachos.

Al asomarse, podía comprender el núcleo que dejaba perdida la visión. Allí contra la pared, una chica de cuerpo esbelto y ropas llamativas, bailaba de forma sensual para el grupo de chicos. Dejando caer el chaleco negro de abrigo, mientras quebraba sus caderas a un compás y girando sobre su eje; sus movimientos a veces eran toscos y se podía notar la perdida de equilibrio.

Su pelo giraba un poco alborotado, y tras quitarlos de su cara no pudo evitar el contacto visual con el joven aventurado. Lo miro con cara de sorpresa, pero enseguida su rostro  y sonrisa se marcaron con la sensualidad típica de la muchacha.

- Quieres sumarte, lindo – comento mientras estiraba su dedo apuntado a Cory y doblarlo para que se acerque, alertando a los otros jóvenes que ahora se habían dado cuenta de la presencia del mismo.

- Me gustaría pero ahora mismo no puedo, ando liado - Dije mientras comencé a andar a paso rápido por donde había venido. Estaba bastante asustado porque me habían cogido espiándolos.

Me dí la vuelta y a paso rápido me marché de allí con intención de correr cuando ellos no me vieran y no pudieran escuchar mis pisadas. Mi objetivo era salir de aquel sótano lo más rápido posible y resguardarme en un sitio donde hubiera adultos, ya que ellos eran demasiados y las consecuencias por estar espiándolos no podían ser buenas.

La respuesta del muchacho había hecho tomar noción a los jóvenes nigerianos de las circunstancias que implicaba su presencia allí. Los pasos de Cory debían ser rápidos, por lo que sus pisadas eran firmes afianzando el agarre en el suelo y los escalones.Detrás de él, se podían escuchar los pasos múltiples que lo corrían por detrás intentado acortar la distancia dificultada por la bebida.

Volvía a pasar aquella puerta de rejas, dejando abierta mientras rechinaban sus pernos. Otras vez el paisaje de las estanterías que ahora eran simples obstáculos mientras buscaba salir a la planta del living.El muchacho, un poco agitado, había roto la calma del living donde se encontraba el cura junto a dos posibles padres junto a agradable agasajo de té y algunas pequeñas delicias.

Tras aquella entrada impactante, Peter se quedo mirando  de forma penetrante a Cory.

El padre venía teniendo una charla tranquila y amena; sin dudas aquellos señores podría proporcionar una vivienda, un amor incodiciona; un verdadero hogar.

- Esperemos haber como se llevan -  pensaba Peter, deseando que aquello fuera otro acto concreto.

Estaba sirviendo el té, la útlima taza, para continuar con la charla donde nuevas preguntas seguirían para enteder el hambito y el motivo por el cual llegaron al orfanato, y al interesarse en un joven adulto. Cuando sus ojos se clavaron completamente en Cory y volcó un poco de la taza que llenaba, que había llegado a las corridas al lugar; pudiendo tirar por la borda aquella entrevista.

- Uuuuhh, perdón. La vejez no viene sola. - comento con una sonrisa un poco falsa. Para luego continuar, meintras secaba con unas servilletas de papel - Si me disculpan tengo algo que hacer por unos segundo y además de traer para limpiar de forma más correcta - comento a la pareja, para hacer un gesto entre reverencia y perdón al levantarse.

Su caminata fue rápida hasta el joven, para tomarlo del brazo y hablarle por lo bajo. - Que tu secede que entras así, no  terminas tus tareas y acaso eres tan inrespetuoso y egoísta que quieres arruinar la entrevista para otro niño - mientras so sostenía fuerte para que no se zafara. Intentado de evitar cualquier evento peor, ya que allí se encontraba la pareja que observaba mientras tomaba el té

Se encontraban en medio de la sala, desde allí tomado por el brazo Cory podía observar todo con atención. Una seríe de delicias, se encontraban para agasajar a los invitados, con productos realizados por los mismos chicos. Tostadas, muffins, macarons eran una de las tantas cosas que solían realizar la mayoria de muchachas y algún que otro niño adepto a la cocina.

El hombre de pelo, había tomado una de aquellos muffins de banana y cocholate, que Cory podía distinguir por el aroma a recíen horneado. El olor familiar le hacían enceder sus papilas gustativas, su hambre y sus recuerdos con Kensia.

Sobre la mesa se encontraban una seríe de libros, el cual uno estaba abierto con fotos; a la cual la señora señala y leía algunas notas que se encontraban a su lado.

Desde el arco, donde antes había llegado Cory y que ahora se encontraba a la espalda de Peter, se asomaban aquellos 3 muchachos que habían perseguido al joven. Desde lo lejos y aprovechando la situación, indicaron una señal a Cory; con sus dedos recorrian su cuello en señal de amenaza, avisando las consecuencias.

Tras llegar a donde el padre Peter, vi como una pareja que estaba allí, mostraba interés por adoptar un niño o niña del orfanato, lo que me causo una leve intriga, pero en ese momento mi cabeza estaba pensando en lo del sótano y en no recibir una paliza.

Cuando vi que el padre Peter me agarró fuerte de un brazo supe al momento que me iba echar una de sus broncas con posibles consecuencias negativas, por lo que, rápidamente me dispuse a hablar.

- Padre Peter todo tiene una explicación ... - Dije, cuando de repente vi como los 3 compañeros nigerianos de antes estaban en el arco por el que había entrado. Ellos estaban amenazándome con gestos y muecas, por lo que rectifique las palabras que iban salir por mi boca y comenté lo primero que se me paso por la cabeza. - ... me gustaría saber donde está el hacha para cortar la leña.

Sabía con certeza que si llegara a decir algo, todos los días que me quedaban en el orfanato sería un continuo acoso y yo precisamente no es que tuviera muchos amigos para defenderme.

Lentamente el cura junto al muchacho iban dejado la sala caminando rumbo a la cocina. Ya que en aquella sala la presencia de los posibles padres impedían infundir un castigo acorde a los mandatos del señor.

- Yo te mostraré donde esta el hacha – comento mientras imponía fuerza movilizando al muchacho. La cara de Peter era una inyectada en el rojo sangre de su cuerpo dispuesto a ejercer un castigo y volver inmediatamente con la entrevista.

Tras pasar el arco a la cocina y dejar atrás el lugar tras cerrar la puerta inmediatamente camino con prisa a una de las alacenas para empezar a buscar aquello que deseaba. – Donde está? – murmuraba por lo bajo.

Tras encontrar lo que necesitaba, se acerco a la puerta de salida trasera, junto a la avena para volcar en el suelo.

- Ven aquí!- insistió mientras se acercaba al muchacho para tomarlo nuevamente y forzarlo a posarse de rodillas en la avena. – Ahora tendrás tu castigo, pero no conmigo sino con Dios….Esa cámara que es para seguridad, me dará la noción si completaste tus 10  rezos de Padre Nuestro – dijo señalando la cámara. Para luego marcharse para volver al living – Y no quiero escuchar nada de quejas o comentarios…fuera de mi vista un tiempo – le termino de gritar para salir

La impresionante cocina, se iluminaba naturalmente por las grandes ventanas a las cuales la luz se hacía paso. Sus muebles blancos inmaculados, remarcaban el trabajo de otros jóvenes huérfanos; y las mesadas aun con un poco de polvo de harina junto a los moldes de pastelería indicaban la reciente labor del agasajo que se producía en el living.

A tu recuerdo llego aquel día al cual Kensia había cocinado contigo y ante el descuido Cory había dejado su navaja en el horno; no pudiendo lograr abrirla nuevamente ya que al enfriar el seguro se había fijado.

La cámara emitía a luz roja de sincronización con el sistema de seguridad, y las rodillas ya empezaban a molestar mientras la avena particulada se encrustaba en la piel; aun no había empezó a rezar y sabía que aquello le llevaría un tiempo prudencial. Sobre todo para evitar la ira del Padre Peter, seguir distante de los chicos alcoholizados y evitar arruinar la entrevista.

- Todavía recuerdo cuando conocí al padre Peter, parecía ser la mítica persona algo mayor que se portaba bien con todos los chicos y que sería incapaz de castigarlos, pero por lo visto parece que mi primera impresión no fue acertada - Pensaba mientras me colocaba de rodillas en la avena.

Tan pronto se marchó de la cocina comencé a rezar: -Padre nuestro que estas en los... - Para mis adentros no paraba de pensar en como me podía entretener en un momento como ese. Con la mirada me puse a buscar algo que me distrajera y de repente mis ojos se posaron en el horno, horno en el que había dejado la navaja cuando estaba cocinando con Kensia. Aún me acuerdo de lo ricos que estaban los pasteles que hacía ella y las sonrisas que me sacaba en contadas ocasiones.

Cuando me quise dar cuenta ya iba por el tercer rezo, pero las rodillas me dolían demasiado y mi cabeza no paraba de pensar en que ojala se estropeara la cámara. Lo malo de todo eso es que si me levantaba también tendría en contra al padre Peter y no era buen momento dada la situación con los nigerianos.

Por el quinto rezo tuve que parar, me dolían como nunca las rodillas, por lo que me senté en suelo y me las frote para quitar la avena y reincorporarme poco después para continuar. Parecía que el dolor había disminuido pero no lo suficiente por lo que al llegar al noveno padre nuestro me levante con las esperanza de que el padre Peter no mirara la cámara y de hacerlo no se diera cuenta de la falta de un padre nuestro. Tras levantarme volví a sacudir de nuevo las rodillas y tras notar como se me pasaba algo el dolor fui hacía la puerta de la cocina con la intención de ir a donde estaba el sacerdote y notificarle que ya había acabado de rezar.

- Hasta luego y estaremos en contacto - Le decía el padre Peter a los invitados, despidiendolos desde la puerta con una sonrisa amable. Al girar, el hombre pudo ver a Cory y su rostro volvió a cambiar de amable a enojado.

- Creo que esa forma de circular por el hogar e interrumpir a los mayores, más aún cuando son citas delicadas que pueden influenciar en la vida de otros chicos, no se te han inculcado... te hemos dado todo aquí, amor, comprensión, techo y comida - Comentó mientras se aproximaba al muchacho.

- Ahora iré a verificar si haz cumplido tu rezo, pero quiero que vayas a meditar sobre lo ocurrido mientras cortas leña - Abrió la puerta de un cobertizo y tomó de allí un hacha, no muy grande - Cuando vuelvas, hablaremos al respecto y esperaré hasta entonces para tu justificación.. - Tras dejar la herramienta en manos de Cory, se alejó por el pasillo.

- Dios mio en vaya líos me ando metiendo ultimamente - Estaba pensando para mi mismo mientras el padre Peter se iba a revisar la cámara. Rápidamente cogí el hacha que me había entregado y me dirigí hacia fuera para empezar a cortar la leña.

Una vez allí coloqué un tronco lo bastante grande, duro y grueso que no se partiera para poder apoyar los cachos más pequeños y así cortarlos más fácilmente. Si por mi fuera hubiera dejado el hacha y hubiera ido donde fuera que estuviese Kensia a contarle todo esto, ya que ella era la única persona que me podía ayudar o por lo menos darme algún consejo útil. Pero sabía perfectamente que si por algún casual el padre Peter venía y no me veía cortando la leña no me esperaría nada bueno.

- Ojalá estos fueran algunos de los chavales de antes - Dije en un tono bajo y algo enfadado mientras cortaba con fuerza los troncos de leña. Mi cabeza no paraba de pensar en como me podía vengar de ello o por lo menos sacarles algo de provecho por el chivatazo que tenía.

Acabo de cortar la leña

- Parece ser que no hay mas leña que cortar por el momento, bendita sea - Digo con cierta satisfacción tras ver el montón formado con los troncos cortados. Ahora solo tenía que buscar una manera de carretarlos por lo que decidí ir al cobertizo donde estaba el hacha y de paso que la volvía dejar ahi buscar algo útil. Después mi siguiente paso sería ir a la cocina por un vaso de agua que tenía más que merecido.

El tiempo pasó lentamente mientras golpeaba cada tronco con el hacha, que si bien no era muy grande, resultaba bastante pesada y cansadora en las manos de Cory. Los troncos también ejercían bastante resistencia al intentar cortarlos, dada la inexperiencia del muchacho y la poca fuerza que tenía.

Al finalizar y encontrarse bastante exhausto, había logrado cortar nueve trozos, no eran muchos pero tal vez serian suficientes para algunas horas de la chimenea principal del orfanato. Cory ahora estaba lleno de sudor, dolor en los brazos y cansancio, factores que le jugaron en contra.

Al girar y poner rumbo al interior, en busca de algo para trasladar la madera, por un segundo pudo observar como una persona balanceaba un palo directo a su rostro, todo se volvió negro.

Por un momento, en aquella oscuridad, había una luz… Una voz masculina le hablaba con cariño, pero no lograba entender las palabras… Era confuso, pero la sensación era muy calidad y agradable… ¿Quién era? ¿Quién?...

Al despertar, Cory se encontraba en su habitación, en frente de si se encontraba un hombre con ropas blancas y llevaba un aparato en sus manos, tras pasar un poco la confusión, el médico con el estetoscopio se hizo nítido. A su lado, el padre Peter miraba con preocupación. Las luces estaban encendidas y por la ventana todo se veía negro, ya era de noche y Cory había pasado varias horas inconsciente.

- Parece que te cayó la rama de un árbol en la cabeza – Dijo el médico sonriendo – A parte del moretón negro en la cara, estas bien, pudo haber sido peor, toma reposo por el resto del día y mañana estarás bien –El médico se levanto e intercambió unas palabras con el padre Peter.

Mi dolor de cabeza era inmenso. Poco a poco empecé a tener imágenes más claras a medida que habría los ojos, hasta que pude reconocer al padre Peter y aun médico. Di una ojeada por encima y pude ver que estaba en mi habitación y tendido en la cama. 

Lo último que recordaba era que estaba cortando leña cuando me giré y alguien me dio un palo en la cara. El médico dijo que posiblemente fuera una rama que me cayera pero yo sabía perfectamente que no era así. Con cuidado y con ayuda de la mano me toque la cara para localizar donde tenía el moratón simplemente por curiosidad.

Cuando vi que el padre Peter y el médico se pusieron a hablar intente prestar atención a ver si escuchaba algo.

Mientras Cory comprobaba su herida, la cual era dolorosa y por suerte no había generado ningún corte, pero seguramente tendría unos visibles moretones, la conversación de los adultos llegaba a sus oídos.

- Que tome el calmante cada vez que sienta dolor, por lo demás no hay que preocuparse - Comentó el medico.

- Muchas gracias, perdona John por hacerte venir a estas horas, se que debías estar celebrando en tu casa

- Tranquilo jaja - El médico colocó una mano en el hombro del padre Peter - Para algo están los hermanos y además podría haber sido peor, llevarlo a la mutual habría significado más gastos y papeleo

- Lo se, te debo una, gracias

- Ya son varias, ¡eh! Mañana Lucy va a hacer su famosa barbacoa y mamá va a ir, me gustaría que fueras...

- No lo se... sabes que no la veo desde...

El padre Peter se giró hacia Cory, dio unos pasos y dejó sobre la mesilla de luz unas pastillas y un vaso de agua, luego, mientras colocaba una mano en el hombro del chico, a modo paternal habló.

- Será mejor que descanses, no te sientas obligado a bajar a la cena y si te duele toma una de estas, dormirás mejor - Tras eso, se giró y en compañía de aquel médico se retiró de la habitación.

Luego de volver a la soledad de su cuarto, Cory tuvo unos minutos a solas para meditar sobre los acontecimientos, sin embargo, la puerta se abrió lentamente, como si alguien estuviese espiando.

- Anda, no sabía que el padre Peter tuviera familia la verdad, aunque ahora que los veo se parecen un poco - Pensaba mientras escuchaba la conversación como quien no quería la cosa. Cuando se acercó para dejarme las pastillas y el vaso de agua pude ver en su rostro como mostraba cierta preocupación por mi estado, en el fondo parecía buena persona solo que debía de estar un poco estresado y por eso impartía tanta disciplina.

Tras marcharse el padre Peter y su hermano, me quedé unos minutos mirando hacia el techo pensando si habrían sido los chavales que pillara en el sótano antes. Entre pensamiento y pensamiento algo rompió mi tranquilidad, cuando giré mi cabeza pude ver la puerta abriéndose lentamente, sabía perfectamente que ahí había alguien.

- Puedes pasar, no muerdo - Dije un poco crispado mientras me sentaba en la cama. Había tenido un día malo y solo me faltaba que alguien se pusiera a espiarme ahora.

Al contrario de como abrió la puerta, Kensia entró corriendo a la habitación y casi de un salto se lanzó sobre Cory, abrazándolo con fuerza. Incluso el abrazo le causó un poco de dolor.

La chica tenia los ojos rojos llenos de lágrimas, parecía que había estado llorando durante un largo rato.

- ¡Estaba muy preocupada! ¡Mucho! - Dijo muy afligida - Te busqué, había algo que quería contarte y cuando me dijeron lo que te había pasado me asuste muchísimo.... - Presionó su rostro contra el pecho del chico.

- Ouch - Exclamé tras el efusivo abrazo de Kensia. Me estaba agarrando tan fuerte que sentía un ligero dolor pero a la vez era bastante reconfortante y no sabía si era por el abrazo o por saber que había alguien realmente preocupado por mi.

- No te preocupes, estoy bien, esto no es nada - Dije mientras intentaba mirarla a los ojos. Sabía que ella estaba preocupada por lo que cuando me miró eche una sonrisa un poco forzada para que no se preocupara y como quien no quería la cosa intente cambiar de tema para medio olvidar esto. - ¿Y que es eso que me querías contar? Ahora me creaste curiosidad.

Kensia que vestía una bata de dormir, le indicaba a Cory en conjunto con la oscuridad que se observaba desde la ventana, que ya era bastante tarde y que el festejo de fin de año estaba cerca.

La muchacha se metió dentro de la cama con el muchacho, mientras lo hacia a un lado para poder entrar junto con él.

- Bueno….mmmm… - Kensia pensaba mientras revoleaba los ojos de un lado. – necesito que me prometas que te vas a cuidar y tendrás cuidado – primero pidió la muchacha, con un poco de rudeza.

- Resulta que cuando el padre entró con tu cuerpo en brazos, pude escuchar a unos chicos respecto a una venganza por lo del sotano – hizo una pausa para continuar. – resulta que fui al sótano y pude traer esto, que estaba en una caja de archivo con tu nombre; ya que además yo debía ir por pedido del padre a retirar mi caja – comentó a Cory mientras de uno de los bolsillos sacaba una especie de carta doblada para entregársela al muchacho.

- Creo que es la primera vez que una mujer que no es mi madre se mete en cama conmigo - Pensaba mientras intentaba no ponerme sonrojado ni nervioso. 

- No te preocupes, te prometo que a partir de ahora andaré con más ojo - Dije mientras me movía en la cama para dejarle más espacio a ella. Pude ver mientras como metía la mano en un bolsillo de su bata y me explicaba donde había conseguido esa carta. - No tenías que haber bajado hasta el sótano sola, podía haberte ocurrido algo - Le sermoneé a la vez que cogía la carta para empezar a abrirla. Tenía bastante curiosidad de saber que había en el interior y no me importaba que ella lo viera también, puesto que tenía total confianza.

Lentamente, pero con cierto nerviosismo, comencé a abrir el sobre por encima procurando no romperlo demasiado. Estaba bastante intrigado ya que nunca había recibido una carta en el orfanato y no sabía que quien podía ser.

La muchacha se sonrojo al ver la preocupación de Cory a pesar del estado del muchacho que parecía el más indicado de ser cuidado. La mirada de Kensia transmitía una sensación de tristeza y timidez; con su mano aparto la carta de la mano de Cory a un costado. De su cuello desengancho un collar con una piedra negra de marmol onix con un ligero grabado de una K; que colocó al muchacho.

 - No estás entendiendo porque tuve que buscar también mis cosas...Cory, seré adoptada y temo no volver a verte- sus ojos se habían puestos vidriosos.

La muchacha se paro de la cama, - Tú eres mi complemento, quiero estar contigo y ser solo para ti- la muchacha tomaba valor y se mordia el labio. Se agachó y beso los labios de Cory, dejando caer su bata para ver si bello cuerpo casi desnudo.