Partida Rol por web

-Yo también estoy de acuerdo en hablar primero con los monjes, es más fácil que desaparezcan o pierdan la cabeza. Dice esbozando un leve sonrisa. Las pistas que no hayan desaparecido ya no creo que vayan muy lejos. En cualquier caso si buscando a alguno de los monjes acabamos en las habitaciones podemos echarlas un vistazo. Yo empezaría por el hermano Vasil no sea que su estado empeore. 

Rascandome algo la nuca digo pensativamente: La verdad me hubiese gustado conversar con el Diacono a solas, ¿quien nos dice que el no es el problema?, de donde vengo la mugre casi siempre cae de arriba si entienden lo que digo, pero os seguire.

La atmosfera que se siente cuando el diacono y las hermanas estan juntos no es una buena, debe haber una historia allí... Luego de pensar esto volteo y hacia la hermana y le pregunto:

Hermana Esteffania que le parece si usted es nuestra primer entrevistada, ya nos hemos conocido y quizás haya menos tensión que con los demás miembros de vuestra iglesia

casualmente luego de dirigirme a la hermana volteo a ver al hombre musculoso conocido como Kelgar con esperanzas de que el comparta mi gusto por el buen licor

Kelgar, que tal si luego de entrevistar no buscamos al hermano erm... olvide su nombre, el que toma mucho tu sabes, y vemos si encontramos su receta para la bebida jeje

Hermana Esteffania que le parece si usted es nuestra primer entrevistada, ya nos hemos conocido y quizás haya menos tensión que con los demás miembros de vuestra iglesia

-Ehmmmm...si, si, vale...- dice Stefannia un poco confusa, y baja la mirada intimidada 

Kelgar compartió la idea de Az, en cuanto Steffania podía bien ser la primera a la que interrogaran.
Sí, ya que estamos yo también quisiera preguntarte algo querida... le dijo, y se aseguró de que no había ningún monje cerca antes de continuar.

Me he fijado que no pareces muy alegre al lado del Diácono... ni tú, ni Maria. Estás entre amigos, así que puedes contarlo todo. ¿Acaso no es el gordito bonachón que aparenta? preguntó, en un tono algo despectivo, pues si el gordo le estaba haciendo algo a las chicas, lo aplastaría con su espada.

Luego, miró sonriente a Az y asintió.
Ah sí, nuestro amigo el bebedor... será el primero al que visitar. En Haufmann decimos que los borrachos nunca mienten.
Y ya de paso le pediré algo de bebercio... parece que va a ser un día muy largo. dijo, dejando claro cuál era su objetivo.
Supongo que no es necesario ir todos a interrogar a la misma persona, ¿no? Podemos dividirnos en un par de grupos para aligerar las cosas... sugirió, pues ir los cinco todo el rato preguntando de uno en uno a los monjes, se le haría raro.

Kelgar, que tal si luego de entrevistar no buscamos al hermano erm... olvide su nombre, el que toma mucho tu sabes, y vemos si encontramos su receta para la bebida jeje

-Yo también estoy interesado en el hermano Tomas, y deberíamos pasar antes por las cocinas a por algo de beber y invitarle nosotros a un par de rondas, apuesto lo que sea que después de eso seguro que nos cuenta todo lo que sepa.

No dandole mucha importancia a la pregunta de Kelgar aunque era sin duda el meollo de la interrogación decidí sentarme a esperar una posible respuesta.

Sabe Srta Steffania esto no tiene porqué ser una interrogación creo que sus nervios están descolocados en cuanto al grupo o por lo menos conmigo, no tengo interés en causarle daño y para ser sincero solo tengo curiosidad.

La pregunta de Kelgar a Steffania me sorprende y despierta mi curiosidad. Pienso que quizás pueda contarnos algo importante, así que decido esperar a su respuesta antes de proponer nada más.

Aguardo con curiosidad a la respuesta de Steffania ante una pregunta tan directa, aunque mi intención sigue siendo registrar la habitación común de los monjes. Si allí encuentro a alguien, mejor que mejor, pero para empezar me fío más de las pruebas materiales que de las mentiras que puedan contar unos y otros...

 Para Kelgar

Me he fijado que no pareces muy alegre al lado del Diácono... ni tú, ni Maria. Estás entre amigos, así que puedes contarlo todo. ¿Acaso no es el gordito bonachón que aparenta?

La hermana Steffania se ruboriza y niega energicamente con la cabeza -¡No, no, el Diacono es bueno con nosotras, nunca nos haría ningún daño...- mira al suelo todo el tiempo -Yo no me esforzaría tampoco demasiado en investigar este asunto, esta claro que el Diacono se esta tomando demasiadas molestias en todo esto...-

Para Alveco

Motivo: Advertir

Tirada: 1d100

Resultado: 69(+75)=144

Consigues un par de pellejos de vino para vuestro amigo Tomas, :-p

Para Az

Sabe Srta Steffania esto no tiene porqué ser una interrogación creo que sus nervios están descolocados en cuanto al grupo o por lo menos conmigo, no tengo interés en causarle daño y para ser sincero solo tengo curiosidad.

Stefannia vuelve a mirar al suelo mientras os hace una reverencia -Les agradezco su amabilidad al respecto, intentaré serles de utilidad...-

Buscáis a Tomas por el monasterio, y no os cuesta demasiado dar con el, o al menos saber donde se encuentrá.

En dirección hacia las habitaciones de los monjes, pasáis por el Scriptorium y encontrais allí a dos monjes que aun no habiais visto: Una muchacha, y un joven con gafas que os mira con curiosidad mientras transcribe a pergaminos, un gran tomo de aspecto muy antiguo.

-Saludos hermana Steffania- dice la joven con una reverencia y una sonrisa -Veo que vais muy acompañada hoy...-

El muchacho no dice nada, y continua transcribiendo casi ignorando vuestra presencia en la sala

-Estamos...buscando al hermano Tomas...- dice Steffania con cierta desgana, no sabeis muy bien porque

La muchacha suspira y sonrie como disculpandose -Lo lamento, esta aun dormido despues de...bueno...-

-¡Despues de la cogorza de anoche!- dice el monje de las lentes mientras no levanta la cabeza del libro

La joven sonrie nuevamente con verguenza -Lo lamento...suele beber demasiado y luego no asiste a las misas de la mañana y el Diacono se enfada mucho con él, ¡espero que no lo mande a la capilla de los olvidados otra vez por esto!, ¡pobre hermano Tomas, pasa mas tiempo allí que aqui!- de pronto parece percatarse algo y se pone en pie -¡Que descortesia! soy Selena, y este a mi lado, es el hermano Duncan, ¿en que podemos ayudaros?-

La idea de inicial de hablar con Tomas se había desinflado de momento, sin embargo otras posibilidades se abrían ante sus ojos. 

-El Diacono nos ha encargado que investiguemos la extraña desaparición de vuestros compañeros y estamos hablando con los hermanos a ver si han visto u oído algo raro. Quizás tus agudos sentidos te han hecho ver algo que haya pasado desapercibido a los demás Duncan. 

-El Diacono nos ha encargado que investiguemos la extraña desaparición de vuestros compañeros y estamos hablando con los hermanos a ver si han visto u oído algo raro. Quizás tus agudos sentidos te han hecho ver algo que haya pasado desapercibido a los demás Duncan. 

 El joven sigue sin levantar la vista de los libros que continua transcribiendo  y da un profundo suspiro antes de hablar -Lo cierto es que no me intereso demasiado por el resto de mis queridos...- hace una breve pausa -...hermanos, y sus pecaminosas y estupidas formas de actuar. Tengo entre manos todo lo que necesito para entregarme a Dios del modo mas puro y productivo posible...- por primera vez os mira, da un par de golpes con la pluma sobre el libro -...Hacer que la historia perdure...- y vuelve a bajar la vista nuevamente a sus quehaceres -...Asi que si me disculpan, por mi pueden entrar ahi y despertar a ese holgazan beodo de Tomas, y que tengan suerte al respecto...-

-Sera mejor entonces no molestarle mientras duerme...- dice Steffania apresuradamente -...Volveremos en otro momento-

-¡Hermano Duncan!- dice Selena -Les ruego le disculpen, esta siempre tan concentrado en sus cosas que...-

En ese momento llegan al Scriptorium otros dos monjes, dos muchachos jovenes, uno de pelo castaño y aspecto sereno, y otro Aeon de cabellos rubios, de aspecto mas valiente y en cierto modo, incluso egocentrico.

-¿Algún problema?- dice el rubio con tono algo amenazador -Están en un monasterio, aquí deben respetar a los monjes que habitamos entre estas paredes, o van a tener serios problemas conmigo...- declara plantandose delante de todos

-¡Hermano Valeron!- dice el otro muchacho -La ira solo lleva a la oscuridad del corazón, y allí Dios no tiene lugar...- declara de forma lenta y casi tediosa, como si ambos muchachos fueran la versión opuesta el uno del otro

Kelgar comenzó a sospechar cosas.
Al parecer Steffania no estaba a disgusto con el Diácono como había pensado, si no que parecía molestarle que se invirtieran tiempo y recursos en la búsqueda de los monjes desaparecidos.
Y cuando el chupatintas ese les explicó que el borracho Thomas dormía, no se le pasó inadvertida su prisa por decir aquello de dejarle dormir... cuando el borracho era precisamente uno de los que posiblemente estuviera más activo por las noches y por tanto podría haber visto algo.

Kelgar se presentó a los cuatro monjes, bueno tres monjes y una monja que conocieron.
Soy Kelgar. Estamos aquí porque vuestro jefe nos paga por descubrir qué ha sido de los dos monjes que han desaparecido.
Así que si tenéis algún problema en ello, hablad con el Diácono.
Mientras tanto, ¿alguno de vosotros tiene algo que decir sobre Petrica y Urzica? Cualquier detalle por absurdo que os parezca... no sé, cómo que se intercambiaban cartas con una moza del pueblo de al lado o cosas así... dijo, en un tono alegre.

Más tarde despertaría al borracho y también quería hacerle alguna pregunta a Steffania por supuesto.

La actitud despectiva de algunos de los novicios empezaba a enfadar a Alveco que hasta ahora se había mantenido calmado.
-Esta claro muchachos que no sabéis la gravedad de los hechos, pudiera ser que vuestros hermanos decidieran abandonar el monasterio por su propia voluntad y entonces vosotros estáis a salvo.

O puede que algo o alguien les haya hecho desaparecer, si es así no creo que podáis detenerlo con vuestra ira y vuestro desprecio por todas aquellas cosas que no sean la vital tarea de hacer perdurar la historia. Dice remarcando la palabra vital a la vez que mira a Duncan. Así que podéis meter la cabeza debajo de la tierra para no ver el peligro y rezar por que el peligro no os vea a vosotros o tratar de ayudar.

Como ha dicho el Diacono podéis vernos como unos enviados del Señor para solventar vuestros problemas, al fin y al cabo los caminos del Señor son inescrutables. Termina relajando el rostro y mostrando una sonrisa. 

Apelar a su religión!, bien jugado Alveco! pienso mientras muestro una sonrisa algo impresionado

A ver a ver, ¿no es más fácil que nos digan toda la información que teneis de manera honesta acerca de la desaparición de sus hermanos, así nosotros seguimos por nuestro camino y ustedes por el suyo?, o quizás prefieren entorpecer nuestro trabajo con molestas e inutiles acusaciones que no llevaran a nada y quizás los miembros de su iglesia seguirán desapareciendo y nosotros aquí discutiendo...

Así que ¿como sera?, que tengo muchas ganas ya de toparme con algo entretenido. Digo mientras me estiro un poco, tanta caminata y charla me aburren