Ante las palabras de Firas y la visión de las tripas de su compañero sobre la cubierta, el marinero decide alejarse corriendo. Quizá tenga mejor suerte con otro bote.
Esta barquichuela tiene ya algunas provisiones cargadas, pero a penas constituyen la comida de un día: Un queso curado a penas empezado y un par de hogazas de pan, envueltos en tela; un par de pellejos de vino, y un poco de carne en salazón.
El agua de la cubierta lo empapa, a medida que la galera comienza a hundirse en las olas…
Tirada de Fuerza si queréis empujarlo por la borda en la próxima envestida de la marea.
Sin mediar palabra, Eledor se pone a empujar el bote.
Mas valía darse prisa si querían salir de allí.
No me agradava la idea de un chapuzon nocturno así que me puese a empujar.
“Mediabella” se une al sacerdote y al elfo en su empeño por hacer cabalgar el bote sobre las olas. Pero, a causa de las arremetidas del barco, y de la modesta fuerza de Firas y de la joven, a penas consiguen que el bote vuelque con su contenido...
En ese momento, una ola mucho más grande que el resto, una hola producida por la envestida del cuerpo de la bestia contra el barco, hace que la barquichuela se ponga a flote sobre la cubierta y es arrastrada hasta la superficie, mientras la galera se hace astillas. A duras penas conseguís subir a bordo, salvando vuestras vidas. Al menos, por el momento.
Los gritos de los hombres de cubierta son estremecedores y el crujido de la madera al romperse os hiela el corazón.
La criatura no para de moverse, y está sobre vosotros…
Tirada de Destreza, dificultad Grande, para maniobrar el bote.
El sacerdote de Bastet suelta su báculo sagrado y se arma con los remos del pequeño bote, haciéndolo maniobrar sobre el maremoto que se cierne ante vosotros.
El mundo se mueve a un ritmo trepidante a vuestro alrededor: La bestia marina golpeando la galera, los hombres lanzándose al mar en barquichuelas, agarrados a barriles y tablas o, simplemente, confiando en sus habilidades como nadadores…
El mundo a vuestro alrededor se ha convertido en un cao. Así que la pregunta es: ¿y ahora, qué?
Eledor ve con estupor la escena del barco hecho astillas a causa de la bestia.
-Rema!- Dice animando a su compañero. -Tenemos que alejarnos lo mas rapido posible. -Lo apremia.
-En eso estoy pidiendo fuerza a la diosa. Yo solo soy su instrumento, pero lo lograremos. No ha llegado nuestra hora.
Continua remando y mirando el espectaculo, nota que se le olvida algo el qué. Derepente
-!TRACK¡ ho diosa nos lo hemos olvidado, llamalo no podemos perderle.
Track puede oír perfectamente las voces de sus compañeros desde donde se encuentra.
Mientras ellos trataban de hacerse a la mar, la pequeña pixie ha podido contemplar la escena de la destrucción del barco sin correr el más mínimo peligro. Ha visto como los hombres huían desesperados, y cómo el mar los acogía en su vientre asfixiante.
Ahora puede ver perfectamente el pequeño bote de Firas y Eledor, y a la mujer que los acompaña…
Track se separa un momento de las sirenas para poder ver a una enbarcación que le llama la atención, ¡andá! el hombregato y los demás han salido del barco, ¿porqué han abandonado la comodidad del buque para ir a parar a una barquichuela?
En esos momentos Track observa que no hay barco mercante en el que sentirse a salvo... Vaya, debe de haberse marchado a toda prisa o... Track se queda quieta un momento y palidece. Por fin se ha dado cuenta de que el monstruo no venía a darles la buenas noches. Rápidamentre se dirige hacia la pequeña enbarcación para reunirse con sus amigos.
-No os lo vais a creer, el monstruito ese lleva una comitiva de sirenas a su alrededor. Lo que no sé es para qué, porque sólo viajan a su alrededor sin hacer gran cosa...
Las sirenas comen carne de hombre -pronuncia la hechicera, parca-. Engañan a los marineros con sus canciones y luego devoran su carne blanda e hinchada.
No escuchéis sus dulces promesas de amor. No esperéis de ellas refugio o consuelo. Las sirenas son bestias marinas, no hermosas doncellas. Si os dejáis engañar por su aspecto es que sois más entupidos de lo que aparentáis -murmura hosca.
-Ahora mismo; haggg... toda mi atención se centra hahaha... en seguir alejandonos de aquí.
Ya me contaran que es eso, pero ahora; a ver si no llamamos mucho la atención y nos deja irnos sin problemas. Hay diosa cuantas piedras dejas en el camino que hemos de recorrer. Pero no seran ostaculo para nuestra misión; solo pruevas de fé y redención por nuestros pecados. Pero esta piedra parece una colina...
Continua con su fatigosa tarea esperando que el tiempo mejore.
¡Tú si que eres una bestia, mujer! -responde una voz aguda, junto a la barquichuela.
¡Bruja! -dice otra.
¡Fea! -replica nuevamente la primera.
Dos pequeñas sirenas nadan en torno al bote, salpicando de agua a sus ocupantes.
Se mueven de forma suave, sin que les afecte la marea, divertidas por la angustia de los desgraciados “seres de secano”.
No deberíais tener miedo del mar -sonríe la de cabellos morenos.
¡Venid a jugar con nosotras! -invita su compañera.
El reino marino es amplio y suntuoso. Con todo tipo de lujos…
¡Os invitaremos a un festín! -dice apremiante la de piel tostada y cabellos cobrizos.
Uhm, la idea de comer me parece bien, pero no veo lugar alguno en el que cenar tranquilamente. Ya en el barco tuve que perseguir la comida debido al balanceo contínuo del barco... ¡No os digo con el mar enbravecido!
La pequeña pixie, ajena a las insinuaciones de las sirenas y a las palabras de la mujer encapuchada, sigue la conversación con normalidad. Aunque trata de observar al monstruo marino para saber si se alejan de él o si por el contrario se acercan.
No te dejes engañar, Track -musita la hechicera con los ojos ardientes de ira-. El único festín al que estas arpías te piensan invitar es aquel en el que tú les sirvas de aperitivo.
A pesar de que sus palabras son apenas un susurro, los agudos oídos de las sirenas las captan sin dificultad. Y enfurecidas comienzan a balancear el bote.
“Mediabella” comienza a susurrar palabras en un idioma que os es desconocido. Pero claramente sabéis que está tratando de conjurar algo con sus artes.
No obstante, una de las sirenas alcanza el extremo de la túnica de la bruja, y tira de ella con todas fuerzas, estrangulándola.
¡¡Cierra tu sucia bocaza, engendro!! -grita.
Su compañera, viendo que su farsa se ha ido completamente al traste, comienza a empujar la barcaza con mucho más ímpetu.
No os resistáis, orejas picudas -dice, con el pecho agitado por el esfuerzo-. Pronto podréis descansar de los horrores de la vida en el mullido lecho de Neptuno.
-Eso ni lo penseis. La diosa nos protege y no caeremos en dulces envenenados.
Continua remando con mas ganas.
Las sacudidas del bote se vuelven cada vez más y más fuerte.
Las dos jóvenes sirenas emiten un agudo sonido con sus gargantas, que parece atravesar el cerebro de los tripulantes de la barcaza. Tras lo que comienza a acercarse un sin fin de criaturas marinas que apoyan sus embestidas.
Tirada de Destreza, dificultad Buena, para evitar caer al agua.
Quiero intentar entorpecer de alguna manera a las sirenas y a los bichos que me rodean ya sea en plan mosca cojonera o como buenamente pueda. ¿Qué me aconsejas y qué debería de tirar?
Hay que ver así no la verdad