Partida Rol por web

Fernando tu envió un email con algunos puntos de reunión de los caitiff en tu zona: uno, la Boca del Lobo, era un pub llegando a la rivera del Riachuelo; el otro se llamaba Vector y estaba cerca de Parque Lezama en el límite con tu territorio y el de Dante. En ambos lados tenías que preguntar por un caitiff llamado Nicky que estaba a cargo de los dos lugares.

Después de leer el mail que me mandó el Brujah, decido hacer una visita a Vector, en Parque Lezama. De los dos era el lugar que me sentía más cómodo, por la zona. Busqué en internet el lugar para ver qué tipo de sitio era y vestirme acorde a la necesidad antes de salir para allá, esperando que sea una noche productiva, y pensando en cómo me iba a presentar ante los caitiff locales.

Vector era una disco de mala muerte ubicada en Parque Lezama, durante la crisis del 2001 fue una casa tomada en la que funcionó un centro cultural que devino en boliche cuando los capos del barrio decidieron que ese espacio era suyo. La casa tipo PH tenía una habilitación dudosa y estaba decorada de forma muy desprolija, pero con las luces bajas que reinaban se apreciaba poco la falta de detalle.

En la puerta unos matones te miraron de arriba a abajo pero ni chistaron, el lugar estaba repleto de mortales bailando, sudados y drogados, los que no estaban solo borrachos. Los jóvenes que bailaban chocaban sus cuerpos con el tuyo mientras avanzabas, ahí dentro eras un niño bonito y las chicas te guiñaban los ojos ignorantes del peligro que podías significar.

Una banda tributo tocaba unos temas con una base rítmica que te hacía pensar en una danza tribal, el cartel al lado de la barra indicaba "Fernet en jarra $60.-". En el piso de arriba un pasillo con balcón dejaba ver una figura sentada en un sillón desvencijado rodeada de punkies, parecían estar vigilando todo... Quizás tuvieras que preguntarles a ellos por el tal Nicky.

No estaba totalmente arreglado para este lugar, no merecía la pena, y no quería llamar la atención. Tan solo con una remera y unos pantalones pasables por sobre las camisas y las elegancias, fui hasta Vector, encontrando justo lo que creí que habría.

Entré facilmente, la entrada era barata. El olor de toda la gentuza de dentro me embriagaba, pero no de la forma que uno querría, sino que era como tomar vino en caja después de acostumbrarse al tinto añejado. No se podía esperar menos de un lugar controlado por un sin clan.

Después de darle una breve mirada al lugar identifiqué dónde es que estaban los administradores, por lo que me acerqué un poco más al sillón del balcón, ojeando a las personas de ahí, y ver qué tipo de acercamiento sería el indicado.

-Hola lindo -te llegó la voz desde atrás tuyo, cuando te diste vuelta vista a una chica de unos 20 años con el pelo rubio y mechones de colores, te sonreí con cara de pícara -¿Tan solito paseando por acá? -preguntó y se acercó a tu oído -Te van a comer vivo...

Mientras camino prestando más atención a mi objetivo que al entorno, escucho una chica que me habla de atrás, con lo que me doy vuelta instintivamente y la observo.

La chica te mira despreocupadamente con las manos en la cintura y una sonrisa de lado, su aura a simple vista es azul clara* y no es una vástago.

Una pizca de tensión se distingue en el aire alrededor de ustedes, como si alguien los observara con suma atención, el grupo de arriba del balcón charla como si ustedes no existiesen, sin embargo podrías jurar que los están mirando... Finalmente, ves el brillo de unos ojos desde abajo de una escalera cercana, más hacia la izquierda, un brillo nada humano... El aura pálida que se percibe a pesar de las sombras que rodean a la figura en penumbras tampoco lo es.

Me doy vuelta hacia la mujer. Parecía ser una humana, quien se sentía confiada solamente porque era un "chico lindo" en una zona que no me correspondía. Si bien estaba ahí por trabajo, no pude resistirme el seguirle el juego, incluso cuando noté, por el rabillo del ojo, a mi verdadero objetivo mirándonos.

—Justamente eso pensaba de vos. — Le contesté con una sonrisa. Por un segundo pensé en activar los dones de Cain para asegurarme que la mujer caiga ante mi, pero no me pareció divertido. Seguramente, diga lo que diga, iba a seguir pensando que ella era la presa. Quería que siguiese así hasta último momento. — ¿O sos vos la que viene tras de mi? — Dije inocentemente, una frase que le daba la iniciativa a ella.

Mientras tanto lanzaba una mirada disimulada, por el rabillo del ojo, al vástago ofuscado en las escaleras. Pase lo que pase con esta chica, ese sí que no se me escapaba.

La chica se ríe con unos ojos llenos de ferocidad -Yo soy una inocente palomita -musita poniéndose una mano en el pecho para que deliberadamente le mires el escote -¿Te puedo comprar un trago? -ladea la cabeza y te mira mordiéndose el labio de abajo. Sus ojos negros relampaguearon desde el marco de su cara, los llevaba delineados y sus pestañas tupidas vibraron cuando bajó la mirada fingiendo vergüenza, esa chica definitivamente no la tenía.

De pronto nota que el grupo de arriba te está mirando, se acerca y te pasa los brazos por el cuello, una suave canción de fondo suena y todos a su alrededor aprovechan la casi ausencia de luz para bailar pegados -¿Sabías que los matones de este lugar te están fichando, no? -pregunta en tu oído -No hagas ningún gesto que nos delate, te están mirando...

Me acerco a la mujer, aceptando su oferta, pero un poco apurado. La verdad es que tampoco quería perder tiempo con la chica, no esperaba que tome la iniciativa de invitarme algo de esa forma. Sin embargo cuando nota que nos observan sonrío. Quizá podía sacarle un par de cosas sobre lo que sabía del lugar. — ¿Qué tiene que nos vean? ¿No es normal que miren a la gente que viene a su boliche? — Pregunto de forma desentendida, mientras miro de reojo, buscando al tipo que estaba buscando por las escaleras. Si ellos usaban Auspex entonces sabrían que había un vástago en su territorio, y eso los pondría nerviosos, lo cual no me servía de nada. No quería que piensen que estaba cazando en lo que consideraban su territorio.

Será mejor que termine rápido con esta mujer.

Ella mueve su cuerpo contra el tuyo invitándote a bailar -No es normal que miren tanto -dice y sus dedos en tu cuello rozan tu piel pálida, sus labios se acercan a tu oído -Sos un tipo interesante, ¿No? -se ríe por lo bajo y te mira de frente, sus labios a poca distancia de los tuyos.

Desde abajo de la escalera sale un hombre con un traje algo anticuado, negro, y un peinado curioso. Atraviesa toda la pista hasta donde están ustedes y sin mediar palabra agarra a la chica del brazo y la separa de vos -Basta Dolores -la voz es glacial y la chica pone cara de estar mortalmente ofendida -Te pido perdón por mi hermana, es un poco lanzada -la mira y le hace un gesto para que se vaya, pero la chica se cruza de brazos y mira hacia un costado, después cuando ve que la puso en vergüenza delante tuyo se va afectada. -Inclusive cuando es poco saludable para ella. Tu cara no me suena, ¿Es tu primera vez en el boliche? -algo te dice que sus preguntas van más allá de sus palabras, sonríe con amabilidad, una amabilidad amenazante.

Le sonrío al vástago, probablemente uno de los sangre impura que regentaba el lugar, o al menos conocía a los que lo hacían, cuando me saca a su hermana de delante mio. "Hermana... eso significa que su edad como hijo de la noche es de tan solo un par de años, no puede tener casi ningún conocimiento de cómo funcionan las cosas verdaderamente, y debe ser mucho más debil que yo. Estoy seguro que puedo usar la mayoría de mis dones de caín y él estaría indefenso." Pesné como conclusión.

—De hecho, sí, la verdad es que estoy aca por algunos asuntos, pero me distraje un poco. — Dije como si no fuese la gran cosa. —Me gustaría hablar con ustedes, si es posible. — Dije poniendo énfasis en la palabra "ustedes", sabiendo que sabía qué significaba. No hacía falta hacerles saber que venía sin malas intenciones, ya que me presentaba de una forma en la que dejaba clara mi condición. Jugué con la idea de activar mi encanto vampírico, pero decidí que no era necesario, seguramente me llevaría de una forma u otra a donde quería ir. Los jefes querrían saber qué hacía un miembro de la Camarilla en este lugar, si es que estaban lo suficientemente letrados en la Camarilla.

El muchacho entendió tu mirada, claro que sí. Hizo una sonrisa de lado, algo socarrona y atrevida para estar delante de un "mayor", el gesto de su mano te indicó que lo siguieras y comenzó a caminar hacia las escaleras -¿Cómo presento a Su Eminencia? -quiso saber -Mi nombre es Porras -dijo y se sonrió de lado. Siguió escaleras arriba en dónde una mixtura de vástagos y vástagas de sangre débil te rodearon pero al mismo tiempo te abrieron paso. El que estaba sentado en el sillón desvencijado tenía toda la pinta de punkie y no pudiste determinar a simple vista si era hombre o mujer.

-¿Sí? -preguntó mirándote, examinándote con sus ojos café.

Debatí cómo presentarme a la gente de aquí. Usar todo mi nombre sería mi preferido, pero sabía que la pomposidad solo crearía problemas. Mi primer nombre debería estar bien, pero no quería ponerme demasiado a la altura de ellos, que eran inferiores después de todo, incluso si tenían su utilidad. —Benavides. — Dije finalmente, usando mi apellido con una sonrisa.

Seguí a "Porras" hasta que llegamos al individuo/a que parecía controlar el lugar, rodeado de su prole. "Irónicamente, casi podrían pasar por Brujahs. No sé si eso habla bien de ellos o mal de los segundos." Pensé mientras curioseaba con la mirada, antes de posarla en el/la jefe. —Buenas noches, supongo que usted esta a cargo. — Dije preguntándome si se dignaría a recibirme en privado o tendría que discutir frente a su prole.

-Podría suponerse que sí -contesta alzando el pecho un poco, enderezándose en el asiento -Así que... Benavidez -te mira a los ojos y junta las yemas de los dedos de sus manos delante de sí -¿Qué es lo que busca en este antro de perdición? -hay un rastro de ironía en su tono que te resulta molesto, hace un gesto con la mano como señalando el lugar -¿a qué debemos el honor de su visita?

Miré alrededor a los sinclan, preguntándome si ellos en total sumaban tantos años como yo de no-muerto, hasta que habló el líder. —Vengo tan solo como una especie de heraldo con noticias. — Respondí, saliendo mi vena dramática desde lo profundo de mi alma. —Soplan vientos de cambio en todo Buenos Aires, especialmente para los vástagos como nosotros. Hay noticias que puede que ustedes no haya oído aún, e incluso si uno rechaza los acontecimientos que pasan alrededor, siempre se valora el estar informado, ¿no? — Lo último lo dije mirando especialmente a la persona que estaba ante mi. Deseaba que me lleve a un apartado para discutir todo, pero no podía pedirlo directamente. Una conversación privada me permitirían usar mis dones de Cain más libremente, y siempre era más fácil convencer a un individuo que a una multitud.

Así es que estudié la cara que ponía esta mientras pronunciaba mis palabras, con cuidado de no hacer enojar a nadie particularmente. Estaba seguro que podía salir con vida, pero perdería a los sin clan de forma rotunda si me atacaban.