Partida Rol por web

Había dado una última mirada a Juana antes de subir detrás de la senescal y los primogénitos, tal y como se me ordenara e ingresamos en aquel iluminado salón, era elegante y muy hermoso, y la senescal había prometido, tras ingresar que se reuniría con nosotros muy pronto, a diferencia de los demás yo había optado por caminar con paso tranquilo, estaba tensa en cierta medida pero años en el eliseo me habían ayudado en ese aspecto.

Dirigí al grupo que había esperado antes una dulce sonrisa dando un vistazo rápido de cómo se habían formado, si lo habían hecho, los grupos de conversación allí; hasta que oí la innecesaria risa del primogénito malkavian y el brujah,  era en cierta medida escandalosa, como la de dos niños… pero no, los niños eran adorables ellos eran aterradores… y molestos, les di una mirada de soslayo, sin darle demasiada importancia, la situación ya era lo suficientemente tensa como para jugar con algo así y aquellos que estaban por encima tenían derechos que no se les podía negar.  

Y ahora... ¿A quienes debería conceder mi compañía? pensé observándolos a todos, pero casi siendo consciente de que quizás había decidido desde el principio de la fiesta, los había saludado a casi todos, de hecho... le di una mirada a Rosa y a Dante, viendo a donde irían. 

-Los buenos deseos ayudan a la moral, señor Yamski. Y eso tiene su importancia. No se deben descartar a la ligera. Pero en este caso es bien cierto que vamos a protegernos contra amenazas externas, no una mera posibilidad.- cabeceo un leve asentimiento a Elizabeth, en reconocimiento de sus palabras.

Iba a añadir algo más, pero la llegada de la Senescal y el grupo restante me priva de ello. Al fin se acerca el momento de saber que se cuece realmente, por lo que opto por terminar con la charla vacía. O casi vacía. Y sin embargo el momento se retrasa un poco más.

Al menos no es una reunión desagradable...excepción hecha con Rosa, claro. Como dicen por ahí, la créme de la créme.

Escuché el discurso del pontífice Tremere con una sonrisa. El tipo se creía un Lopez Rega en la cima y parecía más una remasterización oscura de Favio Zerpa. Estuve a punto de contestar a su pregunta cuando llegó nuestra anfitriona con los dos primogénitos, los cuales también eran un plato, con sus comentarios que iban dirigidos a intentar mostrarse como individuos superiores y la verdad era que fallaban estrepitósamente.

Tosí por lo bajo para volver la atención a mi persona y le respondí al brujo. -Soy Amador Rodríguez de Benavides. Es un placer estar ante una presencia tan espectacular como la suya. - Respondí inclinando la cabeza y con una sonrisita. Definitivamente, "espectáculo" era una de las maneras como las que definiría lo que los tres "antiguos" estaban haciendo. -Lo mismo va para ustedes, señores primogénitos. - Dije repitiendo el saludo a los otros dos prepotentes. "Ojalá que esos payasos pronto dejen la escena principal." Pensé.

Las palabras (como el dinero) tienen su propia mística. Facundo lo sabía y aquella clase de expresiones en boca del pontífice, le hicieron mirar levemente a Elizabeth, para luego ojear a Klement. Iba a decir algo cuando la llegada de la senescal y los restantes primogénitos interrumpió su hilo de pensamiento, especialmente porque Rosa también venia con ellos.

Verla sin duda le quitaba mucha gracia al asunto. Retiro parte la atención dedicada al resto por unos instantes, mirándola de arriba abajo rápidamente, para cerciorarse de que estuviera bien.  Una lastima que así fuera. Casi se sentía tentado a saludarla, pero se contuvo por si acaso tuviera alguna de sus salidas tan especiales. Se volvió a centrar en la conversación presente.

-Las amenazas externas son un problema secundario en este momento, señor de Bourdeo. Es la misma clase de postura que debatíamos con la señora Malena hace unos momentos. Para reforzar una torre, antes de engrosar los muros deben afianzarse los cimientos. +intervino con tono suave.+ Lo cual parece ser el tema de la noche. 

*Sin ir mas lejos, aquí mismo tenemos tanto a los pilares como los soportes... falta la mezcla.

Mis ojos van a facundo cuando interviene, tan agudo como siempre.

-Tan solo seguía el hilo de las palabras del Pontífice, señor Bahl. Estoy absolutamente de acuerdo en que el primer paso para cualquier, digamos, construcción resistente es eliminar toda impureza de la mezcla. En cualquier caso, el momento de especular y hacer suposiciones ha terminado por esta noche.

Ahora, es el momento de que aparezca la Senescal. Antes de que nos pongamos nerviosos.

Impurezas...se me ocurre una bien clara. Será...pronto. Jules, tranquilo.

Dante habia seguido la marcha en completo silencio, atento pero aparentemente relajado. Sin embargo, cuando entraron al salon y la puerta se cerro tras ellos, un sentimiento de profunda incomodidad lo invadio. Se sentia casi exactamente como se sintio cuando entro a la cueva del monstruo, hacia tantos años... Y como en aquella ocasion, estaba seguro, lo que pasaria aqui y ahora lo cambiaria, probablemente en algo menos humano.

Trato de sacurdise estos sentimientos de la cabeza, concentrandose en su trabajo. Se puso delante de la puerta que acababa de cerrarse y cruzo los brazos por detras de la espalda, en clara señal de vigilancia. A pesar de las palabras de el Niño (o quizas, a causa de estas), no olvidaba que la Senescal lo habia traido en calidad de guardaespaldas, de soldado. El no era un igual alli, entre tanta gente ilustre, sino un servidor.

No estaba del todo seguro de porque aquello lo reconfortaba...

Tras la aparición del Pontífice, Franco estaba mucho mas cauteloso que antes, observandolo todo y escuchando cada palabra, sin darse tiempo a expresar alguna emoción. Que está pasando? se preguntó tras el dialogo ambiguo y cómplice entre los primogénitos Brujah y Malkavian, las frases de ambos le recordaban la conversación que había truncado con Facundo, aún sin definirse a juzgar por los comentarios.

Se encontró sorprendido por las palabras con las que Jules y  Amador se dirigieron al Pontífice. No tienen ni idea con quien se meten, pensó para sí, convencido que lo único que se podía hacer con esa criatura monstruosa era estar en silencio y hablar lo mínimo solo si era mandatorio. La compostura de Facundo era, sin embargo, elogiable. El muchacho se movía bien en el poder, eso era evidente, pero temía que su ambición se convirtiese en su debilidad. Hubiese querido apoyarlo, pero hablar a su favor en ese grupo era algo que lo perjudicaría, así que guardó silencio al respecto, sin sacarle un ojo de encima a Rosa.

Se acercó a Antonelli, los Malkavian, impredecibles y locos para muchos, podían ser la clave para volver a repartir las barajas esa noche, tal vez una nueva tirada pudiese ser mas favorable. Dio una rápida mirada a Don Matias y habló en voz baja pero audible a Antenelli- El grupo que eligió la Senescal es reducido pero variado, parece que lo ha pensado todo. Tú ayudaste en la elección de los que hemos sido invitados?- sabía la respuesta, ella no tenía ese grado de influencia sobre la Senescal, pero reconocer la posición de la Arpía y su Clan podía ser algo que catalizara a Don Matías, que irónicamente le parecía la clave del equilibrio en ese Consejo.

La figura de Julieta Bernal apareció en el umbral de la puerta por la que había desaparecido junto con Mercedes y se acercó al grupo de vástagos -Por favor, síganme, la Senescal los verá ahora -se limitó a musitar con aire solemne y esperó a que todos le devolvieran la mirada asegurándose de que la habían oído, comenzó a caminar con aire recatado hacia la misma puerta que antes.

Los invitados atravesaron la puerta de doble hoja de madera de cerezo lustrada para entrar a una sala de reuniones elegante y acorde con el estilo del salón de espera y del edificio en general. Allí esperaba una mesa larga y lustrosa orlada por sillas de ébano torneado tapizadas con terciopelo negro. A la cabecera de la mesa esperaba de pie Mercedes, ya sin el vestido y enfundada en un mono de seda negra más vaporoso y cómodo cuyo único detalle a destacar era el escote, un triángulo invertido que llegaba hasta la cintura del pantalón dejando visible la piel del cuello y la que estaba entre sus pechos, allí brillaba un colgante con una piedra rojo sangre, parecía ser un rubí. El cabello seguía suelto y los tacos de bailar en su lugar, pero la expresión del rostro de la Senescal era una un poco más fría y menos benévola que la de escaleras abajo, aún así no dejaba de resultar amable y podía leerse en sus ojos cierta ansiedad que ocultaba llevando las manos a los bolsillos de los pantalones.

Delante de ella, sobre la mesa, descansaban carpetas de diferentes colores, algunas pudieron identificarlas como aquellas que Julieta había sostenido contra sí al hablarles en la sala de espera. En la habitación había luz suficiente para verse las caras pero no era excesiva. Las blancas luces nocturnas de la ciudad entraban por las ventanas creando un juego curioso de sombras con las luces ambarinas de antaño que brillaban desde las paredes del recinto, el viento de la noche, caliente y resentido por las altas temperaturas del día, agitaba las cortinas detrás de la toreador.

Los primeros en entrar fueron los primogénitos brujah y malkavian que se ubicaron a la derecha de Mercedes, los tremere esperaron a que todos ingresaran para entrar últimos. Todos debían entrar al salón, inclusive aquellos que podría parecer que no debían hacerlo: Dante y Antonelli fueron llamados a unirse al grupo, la arpía obtuvo un asiento junto a su primogénito, quedando tercera desde la derecha.

Una vez que todos se ubicaron en alguna de las sillas libres alrededor de la mesa (el azote gangrel y la brujah quedaban dispensados si quería permanecer de pie por razones propias de sus funciones) la senescal juntó las manos delante de sí y comenzó a hablar:

-Hermanos en la sangre, bienvenidos una vez más -saludó -Seguramente se preguntarán por qué se encuentran alrededor de esta mesa como participantes de esta reunión del Consejo de Buenos Aires -detuvo su mirada café en cada uno de vosotros -Luego de la tragedia que golpeó a la Torre el pasado abril nuestra prioridad número uno fue mantener la paz y asegurar los límites del principado, el motivo es claro: si caía Buenos Aires, poco tardaría el resto del país en caer también, la anarquía suele contagiarse con rapidez -explicó -Hemos apuntalado la torre y reforzado su estructura, por decirlo de una manera poética; ahora que lo peor de la tempestad ha pasado, o al menos eso pensamos, -miró a los primogénitos y al pontífice tremere buscando apoyo y todos le devolvieron la mirada, inclusive el primogénito brujah asintió -Es hora de reforzar su base: ustedes están aquí porque algunos han sido seleccionados tanto por sus aptitudes como por su trayectoria en la ciudad para ayudar y brindar consejo a quienes debemos llevar a cabo la conducción del principado hacia un buen puerto -estaba claro que no hablaba solo de ella, sino que realmente creía que era un trabajo en conjunto -Y al cabo de un período de asistencia a la Torre algunos de ustedes accederán a uno de los puestos vacantes que han dejado nuestros ilustres predecesores, los primogénitos toreador, nosferatu, tremere y ventrue -hubo una condescendencia en su voz que denotaba que lo de ilustres era una floritura puramente retórica. -¿Cómo se llevará a cabo esto?- abrió las manos a ambos lados de su cuerpo en forma expresiva pero no demasiado -Sencillo. Se ha dividido la ciudad en dominios, estos dominios serán temporales y estarán bajo el cuidado de cada uno de los aspirantes, cada cuatro meses nos reuniremos y cada uno de vosotros presentará ante este Consejo los avances y medidas efectivas tomadas para administrar apropiadamente su dominio en beneficio de su clan y deberán, claro, -apoyó las manos sobre la mesa inclinándose hacia adelante, la gema roja brilló apagadamente pendiendo atraída por la gravedad -demostrar que lo han hecho mejor que sus compañeros de clan. Al cabo de un año votaremos a los primogénitos entre nosotros, a menos que la efectividad y el liderazgo de un integrante de un clan esté probada ante sus pares -volvió a erguirse y entrelazó las manos.

Se tomó unos segundos antes de proseguir -De los presentes el señor Morgan y la señorita Bello trabajarán directamente para el principado, por lo que no aspirarán a una silla pero sí tendrán voto, al igual que la señorita Antonelli. ¿Alguna duda hasta aquí?

Curiosa situación. Solo el hecho de escoger asiento ya podría suponer motivo de discordia entre los presentes. Podría, si me importara eso. Pero en realidad salvo el asiento de la cabecera, el de Mercedes, la importancia del resto no era algo real. No por sentarse en un lugar concreto eso nombra a nadie primogénito, ni por dejar de hacerlo pierde el título. Quizá le importase a quien le otorgue importancia al simbolismo romántico, pero no a Jules.

Antes de escuchar las palabras de la Senescal avanzó hasta la mitad de la mesa por el lado derecho, izquierdo desde el punto de vista de Mercedes, y se sentó deseando escuchar lo que se iba a decir.

Interesante tarea. Y nada sencilla.

Si el premio final sería adecuado para la responsabilidad que conlleva el cargo, era algo que Jules tendría que valorar cuidadosamente.

-Solo para dejarlo claro. Si detectamos presencia del Sabbat en esos dominios en los que se nos pone a prueba ¿Qué curso de acción recomienda, Senescal?

Aunque cada uno tenga su política particular, en ciertos asuntos lo mejor sería estar de acuerdo en todas partes.

Lástima que no sea redonda.. Me ubiqué en el asiento más lejano a la izquierda de la Senescal. Por un lado pensaba reflejar mi postura política igualitaria pero algo tradicionalista, por eso el asiento izquierdo más cercano a la derecha. Por otro lado permanecía a la vista de los Primogénitos Brujah y Malkavian (y los mantenía a ellos en la mía), en cuanto al Pontífice, dudaba que hubiese un lugar donde el Tremere no pudiese vigilarme. La propuesta de la Senescal era una forma adecuada de fortalecer el Principado mientras aseguraba su posición. Aliaba a los poderosos y nos ofrecía a los demás la posibilidad de obtener dominios y cargos mediante nuestro desempeño. Podría decirse que bajo la promesa de una meritocracia se mantendría el in statu quo ante pero se buscaba un uti possidetis iuris. No pude evitar una sonrisa al escucharla. Esa clase de oportunidades estaban lejos del alcance de alguien como yo tan pronto. Generalmente se presentaban décadas, sí no siglos, después. Jules, se adelantó y tocó un punto importante, uno que me interesaba particularmente...

Cuando Franco Noble se me acerco le ofrecí una sonrisa y mientras hablaba asentí más por cortesía que por otra cosa, sabía tan bien como él el curso y la razón de sus palabras pero habría sido una grosería no contestar.

-Eres muy amable Franco al pensar eso, pero me temo que no tuve mucho que ver, aun así... sin duda la reunión de esta noche será memorable para todos- sonreí con dulzura inclinando ligeramente la cabeza, iba a agregar algo más, cuando Julieta apareció de nueva cuenta y nos invitó a pasar a la siguiente sala; ligeramente sorprendida fue un tanto difícil mantener la sonrisa mientras ingresaba a la sala. ¿Sería solamente un espectador? Eso sería difícil, aquella reunión me ataría irremediablemente a ella, lo supe de inmediato mientras inclinaba graciosamente la cabeza y observaba el cambio de vestimenta de la senescal, habría sido perfecta de no notarse la ansiedad de sus ojos y de sus labios; un lenguaje corporal que sin duda no se pasaría por alto, con todo había obtenido un puesto muy bonito… cerca de la senescal. “Son demasiados honores para una noche” me dije con un gesto pensativo.

Mudando la sonrisa por un gesto de serena concentración escuche a la senescal con respeto y, porque no decirlo, admiración: había convertido una situación de riesgo en una oportunidad, notando los hambrientos lobos a su puerta los había dirigido a otra dirección que no solo la beneficiaria socialmente sino que le daba ventaja sobre todos, los concursantes se esforzarían por mejorar el estado de la ciudad mientras intentaban sabotearse mutuamente al tiempo que cortejarían sus favores; entre los concursantes y restando a los primogénitos y al pontífice había tres Ventrue en la habitación, dos Tremeré, tres Toreador, un Lasombra, un Giovanni, y por último estábamos Dante y yo… nuestra posición era quizás la más preocupante de todas, porque no participando en la competición teníamos voto dentro de ella y eso sin duda atraería a los demás sobre nosotros… él podría defenderse sin duda y quizás mi importancia como arpía me protegería a mí… pero pronto empezarían el cortejo o las amenazas... además no debía perderse de vista lo peor, las nuevas responsabilidades. 

“ha echado el cebo y la trampa estaba dispuesta, hemos caído” pensé con cierto lamento y admiración, entonces Jules de Bourdeo hablo, preguntando sobre el Sabbat, una situación interesante, sin duda cada uno tendría sus preguntas, por mi parte simplemente incline la cabeza cerrando los ojos en gesto de respeto un solo segundo antes de volver a la pose perfecta que sostenía, debía pensar rápido antes de que la situación pudiese superarme.   

Julieta nos interrumpió nuestras charlas para invitarnos a pasar a la sala del consejo, donde nos esperaba Mercedes, luego de un notorio cambio de vestuario.

Por supuesto, nunca antes había estado en la sala del consejo, por lo que aproveché mi visita, mientras todos escogían asientos, para examinar bien los cuadros de las paredes y otras decoraciones de la misma. Finalmente, me agarré uno de los últimos asientos disponibles.

Todos callamos mientras la anfitriona hablaba. Ya entre mortales impondría respeto, pero el silencio de los vástagos era mucho mayor, sin respiraciones ruidosas, movimientos nerviosos, o incluso pestañeos, parecíamos estatuas ante la senescal. Ella se dedicó a explicar las reglas básicas del concurso que había ideado, sorprendiéndonos a todos los presentes.

Apenas anunció la finalidad del mismo, y mientras uno de los Ventrue exhibía su primera duda, busqué la mirada de María Malena, la cual había estado callada desde hacía un tiempo, había notado. A lo mejor esto le daba un poco de chispa para su noche.

Mercedes no pude evitar dejar escapar una sonrisa ante la pregunta del vástago ventrue, no hubiera esperado otra cosa de él: su espíritu inquisitivo era una de las cualidades que más le resultaba interesante de Bourdeo.

-Buena pregunta -señaló -La tregua con el Sabbat que comenzó poco antes de la Noche de los aullidos ha terminado -dijo sin más, como si fuera lo más natural del mundo, pero su expresión se endureció un tanto -Por lo tanto, si se comprueba presencia Sabbat en un dominio la cuadrilla, o quien quiera que descubra esa presencia, deberá cazar a la manada -parpadeó pensativa, era evidente que disfrutaba de esos pequeños detalles humanos y teatrales -El protocolo sería avisar a la sheriff, o a uno de sus ayudantes, detener, interrogar y entregar a las autoridades del principado -se encogió de hombros y comenzó a caminar alrededor de la mesa, obligando a sus interlocutores a seguirla con la mirada o a decidir no hacerlo -Eso claro, a menos que la manada sea particularmente belicosa y termine eliminada o... -pensó unos segundos -A menos que se tenga una pista de que siguiéndolos se podrá obtener mayor información -explicó. -Sea como fuera, el vástago que posee el dominio es enteramente responsable de lo que el Sabbat haga o deshaga en sus tierras. Les recomiendo formar cuadrillas y supervisarlas ustedes mismos -deslizó, dejando ver que no esperaba que se quedaran detrás de un escritorio firmando papeles -El principado brindará durante este período de prueba una pareja de guerreros assamitas que estarán al servicio de cada aspirante, en calidad de apoyo de vigilancia.

La respuesta de Antonelli había sido amable y vacía, daba igual, ambos se respetaban y sentían cierta simpatía, pero por sobre todo, ambos sabían jugar este juego muy bien. Ella aún llevaba el clavel blanco en su vestido y como si la conversación continuase, la acompaño y se sentó a su lado con total naturalidad. Había decidido que los Malkavian eran clave en esa locura, y Antonelli tenía funciones que iban mas allá de los intereses del clan, estar a su lado era el mejor lugar para él. Observó a cada uno de los presentes mientras mercedes hablaba sobre los futuros primogénitos y los dominios, las primeras expresiones eran las mas ricas para tener en cuenta después. Él se mantuvo inmutable.

Buena jugada, pensó. La ambición de los candidatos haría que diesen lo mejor de sí, mejorando el control de la ciudad y obteniendo su fidelidad, puesto que estarían mas ocupados en sus dominios que en los cuestionamientos sobre su liderazgo. Además, bastaba con armar un tumulto, cualquiera sea, dentro de uno de esos dominios para dejar fuera al candidato que menos le gustase, por lo que no solo lograba controlar mejor la ciudad y afianzar su liderazgo, sino que el futuro consejo le sería fiel. Brillante. Eso valía para casi todos, pero no para todos. La Arpía y el Azote Gangrel estaban fuera de esa disputa, pero eran miembros importantes de la camarilla y su lugar allí era muy importante. Que hacían él y David allí? Jamás aceptarían los demás que a ellos se les diese dominios, eso sería una jugada peligrosa que debilitaría la imagen de la Senescal. No podía ser eso, así que esperó pensativo.

Jules habló, los Ventrue tenían una obsesión con la Mascarada, el conflicto entre la Camarilla y el Sabbath eran algo primordial para ellos. Hubiese deseado que esa pregunta nunca hubiese sido hecha, y más aún hubiese esperado no recibir esa respuesta de parte de Mercedes. Aún no sabían el origen de la noche de los aullidos, y ya habían terminado la paz con la otra facción. Mala idea, muy mala idea. Sus enemigos bien podrían ser una facción dentro de la Camarilla, o criaturas con poderes suficientes para vencer a un cainita, seres de los cuales solo había leído pero no dudaba de su existencia, no necesariamente el Sabbath era el enemigo en ese momento, un enfrentamiento entre cainitas era una mala estrategia. A Ernestina no le gustará esto, pensó decepcionado. Se dio cuenta que Mercedes solo buscaba afianzar su poder, un enemigo visible haría que todos marchen en una sola dirección y los uniría bajo su mando, no importaban si eran culpables o no, solo servían de excusa para sus objetivos. Seguía siendo un plan brillante para ella, pero peligroso para la supervivencia de los vástagos. Que pensarían los primogénitos? Cuanto faltaría para que una vez extirpado el Sabbath el siguiente enemigo fuesen los Giovanni?. 

Decidió hablar, si no lo hacía quedaría preso de este juego, aunque al hacerlo se exponía mas de lo que deseaba. Quería evitar que se le asignase un dominio y más aún quedar atrapado en una enemistad con el Sabbath que le traería problemas a su clan, pero había algo que no cuadraba y decidió aprovecharlo -Mercedes, lo que propones fortalecerá a la Camarilla en la ciudad y sacará a la luz a quienes sean dignos de ser primogénitos de los clanes Ventrue, Tremere y Toreador, es algo alentador para estos tiempos lo que acabas de anunciar.  Pero en cuanto al cuarto clan que has mencionado, hasta donde se los Nosferatu han desaparecido, aunque no estoy seguro que así sea realmente. Cuentas con todo el apoyo del clan Giovanni en lo que has expuesto, pero tal vez podamos serte de mas utilidad ayudando a encontrar algún sobreviviente entre ellos, eso podría ser un gran aporte a este consejo contar con un primogénito mas- Jugaba con fuego, del mas caliente, pero ese era su trabajo después de todo, si Mercedes no lo acorralaba lo haría Eusebiusz y si sobrevivía a ellos, Ernestina estaría esperándolo. No había nada bueno delante de él a menos que asumiera riesgos y tomara la iniciativa, eso venía haciendo los últimos cincuenta años y esta reunión no era la excepción.

Asintiendo Jules se echó algo atrás en su silla, un mero símbolo de que dejaba el turno de palabra a cualquier otro. Aunque tenía otra pregunta en mente, quizá la vocalizase otro de los presentes. Y, por supuesto, las respuestas de la Senescal dan mucho en lo que pensar.

Así que se nos darán asesinos Assamitas. Mercenarios a quienes no hemos contratado nosotros sino ella y que por tanto deben su lealtad, bueno, lealtad en un mercenario...digamos su palabra y honor, a la Senescal. Es decir, des cainitas que nos obedecerán hasta que eso entre en conflicto con algo y que nos mantendrán vigilados. Diría que estás forzando un poco la mano, Mercedes.

Las palabras de Franco me hacen suspirar, internamente, no parece comprender en la posición que está. Peligro o privilegio, depende de él y sus acciones.

La senescal tuvo que hacer todo su esfuerzo para disimular que no le habían gustado para nada las palabras del giovanni, a pesar de ello prefirió internamente que se hablara eso allí a que no se hablara en absoluto y el representante de la familia Noble comenzara a tejer de las suyas por detrás. Cosa que todos harían, pero cuantos más detalles quedaran claros más fuerza tendrían las acusaciones que luego se harían, si resultaba necesario claro.

También le sorprendió que el giovanni rechazara el dominio, luego tendría que hablar con él en privado. -Tienes razón Franco, y al mismo tiempo no tienes razón -contestó directa y frontalmente, entornó los ojos mientras paseaba por alrededor de la mesa con las manos en los bolsillos, serenamente, como lo haría una pantera por la selva -La ayuda que pueda brindarnos el clan giovanni en este asunto es vital y la agradezco, sobre todo porque si hay alguien que puede ayudarnos a esclarecer aún más qué sucedió la Noche de los aullidos son los nosferatu, en caso de que quede alguno. Como dije escaleras abajo, si alguno ve o encuentra alguno debe notificar de inmediato al principado -sostuvo llevándose una mano al pecho, una expresión corporal muy fácil de leer -Pero la verdad es que si encontramos algunos nosferatus, ¿A quiénes representarán? -dejó la pregunta flotando en el aire, se detuvo al otro extremo de la mesa, cerca de David -A un clan que representa menos del 1% de la ciudad -negó con la cabeza -Tenemos una problemática más apremiante en puerta: los independientes, los chiquillos que pululan por la ciudad sin voz ni voto pero son mayoría -expresó alzando un poco el mentón y miró a todos -El primogénito brujah ha propuesto, y Don Matías Dueñas y yo estamos de acuerdo, en que esa silla debe estar ocupada por alguien que no pertenezca a los clanes que tienen tradición -anunció. Yamski se puso tieso, más tieso de lo normal -Si por alguien que represente a esa gran minoría -musitó, -Es una situación que no podemos ignorar más.

Mercedes sabía que algunos de los presentes tenían negocios non sanctos, esperaba que cada uno usara su criterio y asumiera las consecuencias de jugar o no a espaldas del principado. Más peligroso que darle poder al giovanni o al lasombra era decir que eran amigos con el sabbat, esas palabras no iban a salir de su boca en esa reunión.

"assamitas, leales a ti senescal y no a quienes deben apoyar, una lealtad podrida que no podremos sostener sin perder los nervios, porque... ¿Quién lleva una serpiente a su cama?" pensé mirando a mi alrededor y comenzando a pensar en casa, las luces serian muy altas, y las cimitarras debían ser aterradoras... se había roto la paz y volvíamos a la guerra, un enemigo visible ocuparía las mentes de sus súbditos... "las sombras solo ayudan cuando hay trozos de luz ¿Verdad?"

Estaba aún dando vueltas al Sabbat y demás relaciones cuando a mi lado Franco hablo, dando voz y voto a lo que me parecieron los intereses de su clan, aunque de forma muy velada, podía comprender su accionar, por supuesto y en silencio lamente que se viera en la molesta situación en la que se hallaba, un gesto leve se formó en mi rostro mientras hacía esfuerzos por no mirar en dirección al pontífice tremeré del cual había adivinado una nueva tensión.

En silencio pase una mirada rápida por la mesa, todos asumían la situación por supuesto, y entonces la senescal hablo, fue inevitable que mientras hablara yo misma sonriera, que bellísima situación, que insostenible lamento, que peligrosa jugada. “Te amaran, te amaran hasta que noten que les das como representantes a un Lasombra o a un Giovanni... no importa cuan capaces, cuan virtuosos cuan leales sean, y tú lo sabes... no te importa eso sino...” cada uno de ellos no serían de fiar ni para sus propios representados, habría que hacer un gran esfuerzo y eso les exigiría a ellos las energías necesarias a impedir que hicieran nada por su propia cuenta, como fortalecer a la espada de Caín, estarían atados, sobre todo los Giovanni por su parte David, David tenía una exquisita oportunidad... En fin era una hermosa jugada política.  

“el zorro tiene una pata en la trampa y la trampa caerá pronto destrozándole los nervios” 

Franco había bajado su carta, el resultado de su jugada no parecía estar completamente a la vista. Si un dominio no le era asignado y no tenía Assamitas detrás eso le quitaba poder pero le daba libertad, algo mucho mas valioso en esa mesa, Ernestina estaría conforme y eso era lo principal. Suspiró hacia sus adentros, Mercedes estaba yendo aún más lejos en su jugada, no solo iba por el dominio de la ciudad y el control del consejo con sus nuevos primogénitos marioneta, sino que apostaba a destruir al Sabbath y ganarse a los independientes. Mucho mas osada que Alexandria, pragmática sobre todo. Si él estaba allí era por ella, no por los demás primogénitos, eso no lo había olvidado.

La inclusión de los independientes le daba un gran poder al primogénito Brujah, por lo que sabía de él sus ideales eran mucho mas afines a los de este nuevo grupo que a cualquiera de los del resto allí sentados. Y la postura de ir por la mayoría en desmedro de las tradiciones poco representativas, no solo alcanzaba a los Nosferatu, los Tremere tenían muy pocos adeptos por sus exigentes requisitos y eso debilitaba parcialmente al Pontífice, que era por lejos el mas poderos en la sala. Otra sutil jugada de Mercedes para afianzarse, comenzaba a admirar a esa mujer. Su clan, los Giovanni también era minoritario, pero a diferencia del resto tenía una gran influencia sobre los mortales, su familia tenía a la opinión pública de la ciudad en sus manos, y los independientes solían ser influenciados por sus manipulaciones. Los Malkavian, se dijo y se volvía a repetir, para no perder el rumbo, en esta locura Don Matías le seguía pareciendo el mas preparado para sacar ventaja, y estaba atento a él todo el tiempo.

Aún con todo, desafiar las tradiciones era algo fuerte, osado de parte de la Senescal. Decidió apoyarla, hasta cierto punto eran aliados, hasta que Ernestina no dijera lo contrario o Mercedes se cansara de su presencia.-Ese pragmatismo es muy sabio en esta era de cambios continuos, mi familia tiene información sobre este grupo que estará a vuestro servicio y el del consejo si lo desean - No quiso pronunciar mas palabras, ya había hablado demasiado por el momento. Los Noble eran Giovanni, si, y eran además los dueños de la información en todo el país, no solo sobre los mortales, también sobre la Camarilla, el Sabbath y estos grupos nuevos que abundaban en la ciudad, pero compartirla era algo que Ernestina guardaba con recelo, y usarla en favor del clan era la especialidad de su esa mujer a quien servía.