Partida Rol por web

La cosa era mucho más difícil de lo que esperaba, no estaba acostumbrado a lugares con tanta gente y además tan variada, Agnis era... "única" pero incluso así encontraba gente parecida a ella.
Si además le sumabamos como me distraída de vez en cuando saludando a cada chica guapa que veía la búsqueda parecía hacerse eterna. Tras buscar durante un tiempo encontré a Glong, parecía estar mejor que la última vez y seguro que no se alegraba de verme pero aún así me acercaría.
-¡Eh, Glong! ¿Que tal, como estas? Seguro que bien ahora que no te intentan matar o al menos no ahora mismo, bueno a lo que iba ¿has visto a Agnis? La chica de pelo blanco que iba con nosotros cuando llegamos a Vectoria.

-Una basica relacion toxica,muy comun,muy repetitivo.-Dijo la Inmolada ante el (NO) chiste de docecuatro,pensaba que seria mas inteligente pero...pura fuerza física su relación con Globin--donde Biritux,está por el lago sin nombre,sigueme-la Inmolada se encamino hacia donde lo indico aquel demonio,tenia tiempo para pensar que decirle a el,pero ya lo vera cuando lo tenga cara a cara.

El goblin despertó de un salto, levantándose y frotando sus ojos. Tardó unos segundos en reconocer al pirata, y tras escuchas lo que decía, respondió con un sonoro bostezo.

- Que susto me has metido, niño. Si no me falla la memoria, aquel humano de negro que venía con vosotros, el del pelo largo, fue a buscarla. Me pidió para esperarle aquí por si la encontraba. - Explicó el goblin, entre bostezo y otro. - Los otros aeronautas no van a fastidiarme aquí, llamarían demasiado la atención de la milicia. -

No esperaba encontrarme tanta gente dentro de la biblioteca. Tenía que hablar con el librero en privado y me molestaba que hubiera tantos espectadores allí.

Pasé completamente de la gente que había allí dentro y me dirigí directamente a él.

Buenas de nuevo. Tenemos que hablar - miro a la pareja que estaba con él. - en privado. Es importante y urgente

Berlborme nota la seriedad en el tono de voz de Threkor. Cortésmente, sonríe hacia la pareja.

- Vuelvo más tarde ¿Porque no le dais una ojeada a la biblioteca? Existe una sección sobre vampirismo en el segundo piso. - Sin decir mas, se alejó de la pareja, caminando hacia el corredor que llevaba a su laboratorio.

- Veo que conociste a Búrax. - Dijo, tras estar lo suficientemente apartado de la multitud. Mantenía una distancia segura de Threkor, debería estar juzgando si Threkor representaba un peligro o no. - Y seguramente ya te encuentras consciente de su hostilidad hacia mi persona... Si, veo que ya estas informado. -

Miro a la pareja que sea leja hacia la zona que le indicó el viejo para comprobar que no se quedaban cerca a fisgonear.

Sí. Le he conocido y de verdad que tiene mucha hostilidad hacia ti. - Miro de soslayo al librero evaluando si me intentará atacar antes de escucharme. No me andaría por las ramas y pondría las cosas claras. - Me ha enviado a matarte, pero no tengo la intención de hacerlo. Posees conocimientos que deseo aprender y para mi eres más valioso vivo que muerto. No obstante, necesito llevarle una prueba de que he acabado contigo. ¿Crees que tus habilidades podrían ayudarme a engañar a Búrax? Necesito que confíe en mí para indicarme como llegar a la Catedral Invertida.

Reí un poco por la reacción de nuestro pequeño "amigo". Me quede pensativo unos segundos, intentando trazar alguna clase de plan de acción.
-Entonces supongo que no me queda otra que esperar aquí a los dos, encontrar a una persona en esta ciudad es toda una hazaña y más aún para un pirata como yo. Seguro que Elías no tarda en dar con ella y venir por aquí tal y como te dijo.
Me apoye en una de las paredes más cercana, otra vez a esperar sin hacer nada no me gustaba nada yo era un hombre de acción deseoso de meterse en peleas, beber, navegar y vivir aventuras. Pero no me quedaba otra que tener un poco más de paciencia.

¿como conoces la ciudad? ¿has venido antes? —el clon intentaba segirle el paso a la inmolada pero sentia que con cada paso que daba se debilidaba, por lo que rapidamente busco su reloj de cuerda en su bolsillo y entonces descubrio el porque. deteniendose abruptamete 12 busco entre su traje la injeccion que debia de mantener su celulas estables por otras 72 hora.
Aplicandosela en la vena principal de su brazo izquierdo.

- Búrax debe tener algún hechizero o mago a su servicio, sin dudas. Si yo usara algún objeto mágico, podría fácilmente descubrir que se trataba de una trampa... - Belborme permanece en silencio por algunos minutos, pensativo.

- Pero aun podemos utilizar nuestra astucia. Búrax es un subordinado de Zordoelaram, un vampiro poderoso. El viejo orc le tiene mucho miedo a Zordoelaram, y creo que si mencionaras su nombre podrías hacer con que te diera la información que necesitas. Pero hay que pensar en todo esto muy bien... -

- Creo que Elias mencionó algo de encontrar un templo de Tanna-Toh, podriamos buscar uno, si te apetece. Conozco algunos que quedan por aquí cerca. - Comentó Glong.

El goblin había sido pago solamente para llevar al grupo, y ahora tenía que hacer papel de guía turístico. Le debía picar el bolsillo por pedir una propina.

Un gesto de duda apareció en mi cara mientras observaba en silencio al pequeño goblin.
-Y desde luego eso no pensaras hacerlo gratis -dije sonriente, no era nada extraño que aprovechará mi problema para llenarse un poco más los bolsillos- No te culpo por ello, adelante yo te sigo ya acordaremos un precio por que me sirva de guía.
Hice un gesto con la mano indicando que caminará. Mientras no me intentará cobrar demasiado le pagaría, pero si se le ocurría intentar subir mucho el precio iba a conocer mi lado más corsario.

Me había demorado mucho en contestar.

Era una decisión difícil. Asentí firmemente, con el mentón en alto casi desafiando los posibles peligros con mi corta estatura frente a Elias.

Finalmente asentí tras debatirlo mentalmente y la aglomeración de pálpitos nerviosos en mi pecho haciendo eco en mis oídos, resuelta, decidí seguirlos. Después de toda una oportunidad de esta índole no se presentaba todos los días.

Con las mejillas rojas por el esfuerzo que constituía seguirles el paso a aquellos hombres y la respiración agitada, en silencio, o tal vez animada por el elogio que había recibido del caballero oscuro ante  mi pequeña contribución decidí que finalmente esta era una gran aventura que no quería perderme.

El pequeño duo se mezcló con la multitud de viajantes en las calles llenas, iluminadas por las farolas mágicas y por la luna, brillante en lo alto del cielo.

Con los ojos, ambos buscaban a rostros conocidos, pero por todas partes, un sin-fin de aventureros y razas exóticas desfilaba. Desde orgullosos paladinos de Valkaria a humildes druidas de Alihanna, desde aterradores elfos-negros clérigos de Tenebra a coloridos qareen hechiceros.

Trás algunos minutos, al fin encontraron una cara amiga. De un lado de la calle, Kain venía acompañado de Glong, y del otro, Elias con Agnis.

Una amplia sonría, ensanchándose en mi cara y subiendo hasta mis ojos que, iluminados momentáneamente por el mágico resplandor de las farolas mágicas, refulgieron además por la alegría de encontrar al pirata y al siempre malhumorado goblin.

Por un instante al mirar sobre mi hombro, en mirada ascendente, esperé,  en la fracción del segundo, expectante del próximo movimiento del oscuro caballero que me acompañaba.   Elias parecía resuelto, yo por otro lado solo esperaba no entorpecerles el camino. Trague en seco, un poco dubitativa apaciguando los ímpetus mientras mis dedos comenzaban a juguetear incesantemente unos con otros, tal vez los nervios o tal vez por el frio de la noche.  

No estaba segura si deberíamos coordinar algo pero eso lo dejaba en manos de los demás, al menos por el momento, asi resolvi aguardar pacientemente al proximo paso.

No tardamos mucho más en encontrar a mis dos compañeros, Agnis y Elias venían justo desde el otro lado de la calle al nuestro, ya me empezaba a estresar de ver tanta gente en un mismo lugar por eso esboce una gran sonrisa y extendí ambos brazos además aligere el paso para alcanzarlos más rápido.
-No sabéis la de vueltas que he tenido que dar para encontraros a vosotros dos. ¿Habéis conseguido información mientras me recuperaba? Porque estoy deseando volver a encontrarme con ese elfo.
Era extraño ver a alguien hablar tan feliz y deseoso de ver a la persona que casi le mata tan solo unas horas atrás. Pero así era yo alguien que buscaba los problemas como el aire que respiraba y disfrutaba de ello.

Me miraba a lo lejos completamente decidido, y en cierta parte feliz, pues por alguna razon, sentia que habia sido digno de ver una resolucion muy digna y honorable, y eso me habia sorprendido mucho. Teniamos justo la informacion que necesitaban todos para bajar al sub-mundo e ir con cuidado, asi que a lo lejos logre divisar al pirata Kain junto a Glong, no tardamos mucho en encontrarlos al final de todo. — Da gusto verte en momentos como este, Kain. — Le dije con una sonrisa amistosa despues de su saludo, mirando a Agnis de reojo por un segundo. — En efecto, dejenme decirles que encontramos la entrada al sub-mundo, y al parecer es un joven iluso con alguna habilidad especial que esta siendo reclutado por Burax, una de las figuras mas imponentes del lugar. Ese elfo no sabe en lo que se esta metiendo, y podemos detenerlo y tu le puedes regresar tu venganza. — Dije cruzado de brazos, mientras miro al piso pensativo, y sigo hablando. — Sera peligroso, pero es momento de ir. Jabamiah y los demas ya estan adentro seguramente, no se si bien o mal, pero es nuestro turno. — Dije, empezando por guiarlos hacia la entrada del sub-mundo, donde Jabamiah estaba. 

No era mala idea lo que decía el viejo. Apelar a los miedos del jefe ogro podía ser una buena estratgeia. Lo malo es que no sabía nada de ese tal Zordoelaram y mentir sin tener información siempre es peligroso.

Por otro lado, siendo un nigromante, sería fácil que pudiera conocer al vampiro en cuestión y que Burax se lo creyera.

¿Qué me puedes decir de ese vampiro? ¿Sería posible simular que le conozco o que estoy a sus órdenes?

- Sé lo que todos saben. Es el lider del gremio el cual Búrax pertenece y debe ser uno de los indivíduos más misteriosos de Vectoria. Casi nunca aparece personalmente, el mismísimo Búrax solo lo vio una vez, y desde entonces tartamudea al escuchar su nombre. - Respondió Belborme, acariciando su espesa barba. - Aparte de eso, solo existen rumores y teorías acerca de él, y uno de esos rumores es sobre si es o no un vampiro. Puedes utilizar eso a tu favor, si es un vampiro, seguramente está metido en magia negra. Búrax es un orc, no es muy inteligente, si creas una buena historia, podrás engañarlo fácil. -

El grupo tomó algunas calles, siendo conduzido por Elias y Glong, y alejándose cada vez mas de las zonas mas albarrotadas de Vectoria. Los bellos y elaborados edifícios de Vectoria empezaron a volverse cada vez mas escasos, siendo substituídos por construcciones viejas y feas. Algunos bravucones con cara de pocos amigos observaban al grupo desde una esquina de la calle mientras este se encaminaba hacia la tienda "Joyas Brutas", donde supuestamente se encontraba el pasaje secreto hacia el submundo.

Uno de los bravucones murmuró un chiste sucio al ver Agnis y los quatro hombres empezaron a reír a carcajadas.

Aunque pensativa durante el trayecto, sorda no estaba, los murmullos de los comerciantes y las concurridas calles iban quedando atrás mientras nos adentrábamos en callejuelas oscuras llenas de susurros y secretos. Caminábamos alejándonos cuando otras palabras de un tono diferente llegaron a mis oídos;  el chiste, broma, o comentario escapaba mi comprensión, entendía tal vez algo de las costumbres masculinas  pero la razón, el verdadero significado, era algo que a pesar de mis tantos estudios y conocimientos simplemente no entendía.

Mis ojos rojos viajaron confundidos hasta el grupo de hombres, inocencia y candor, con una clara pregunta sin pronunciar ante el desconcierto de las posteriores risas.

Justo como venía, apegada a mis compañeros, aferrando entre mis dedos unos pliegues de sus ropas para que mis cortos pasos pudieran mantener el ritmo de su caminata y no se me adelantaran, caminaba sin mirar. En  el instante que me tomo cambiar la mirada sentí la fuerza de la inercia llevarme en un jalón adelante cuando el dueño de la prenda continuaba con su camino  nuevamente chocando con la espalda de alguien, Elias o Kain, no lo pude precisar.

-Ehh?  Murmure ante el sopetón, lamentando desde ya, que ni siquiera habíamos comenzado y mi torpeza hacía de las suyas.-Estoy bien, ...vamos. Apremie en un hilillo de voz, aunque sonaba más a una disculpa, no era momento de rezagarnos. Tal vez les pudiera preguntar después a mis amigos que significaba eso que habían dicho aquellos hombres.