Partida Rol por web

Pues la verdad, no se donde anda tu ficha >-<

Ponla por aqui y dime más o menos tus intenciones detalles y demás.

Recién terminé la ficha, que era lo único que me quedaba. Te la copio aquí, revisa, porque soy nueva en el sistema e igual he puesto alguna burrada xD

Atributos Principales

Agilidad: 1
Apariencia: 1
Complexión: -1
Conocimiento: 0
Creatividad: 2
Forma Física: 1
Influencia: 0
Percepción: 1
Psique: 0
Voluntad: 0

Atributos Secundarios

Fuerza: 0
Salud: 1
Resistencia: 25
Daño sin arma: 2+ Combate sin armas
Daño con arma: 2+ melé
Shock sistémico: 6

Habilidades

Armas de fuego (AGI) 1/1
Artes interpretativas (CRE, CON) 3/1
Atlética (AGI, FOR) 2/1
Callejeo (CON, INT PER) 1/1
Combate sin armas (AGI, FOR, CON) 2/1
Cultura general (CON) 2/1
Defensa (AGI) 2/1
Interrogatorio (APA, CMP, INF) 2/1
Investigación (PER, CON) 3/1
Melé (AGI) 1/1
Negociación (CMP,INF) 1/1
Observación (PER) 2/1
Seducción (APA, INF) 2/1
Subterfugio (APA, INF, PER) 2/1
Idioma (CRE) 1/1


Defectos:

Adicción: al deporte. "Necesita" salir a correr todas las mañanas.

Extras:
Contactos: Papá McCoy y todo en lo que eso puede derivar.

Rasgos:
Comunicador implantado (500 c)
Bot de escucha (2100 c)
Equipo de oyente (5500)
Gas espía (2) (1000)

Pues de Atributos te quedan por repartir 4 PPS (total de 30)

Y de PHs unos 10, digamos que la Adicción que propones sería -1, dandote 11 PHs, El papi podría ser un aliado de calidad 3, quedandote 8 PHs para repartir (12 si quieres dejar los PPs para Habilidades) ><

Editado, ya debería estar. Es que no sé sumar, que soy ingeniera xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

Bueno, algunos detalles:

Salud se redondea hacia el numero entero más cercano y es (FOR+PSI+VOL)/3, que quedaría en 0.

Resistencia se suma tb Complexión, por lo que queda en 20 >_<

Tienes que elegir un arte interpretativa en que seras competente (supongo que será escritura).

Cultura General lo mismo, debe ser un area en la que sepas. Aqui la opciones son innumerables.

El resto bien >_<

Te la requetecopio, ¿ya está bien? :)

Atributos Principales

Agilidad: 1
Apariencia: 1
Complexión: -1
Conocimiento: 0
Creatividad: 2
Forma Física: 1
Influencia: 0
Percepción: 1
Psique: 0
Voluntad: 0

Atributos Secundarios

Fuerza: 0
Salud: 0
Resistencia: 20
Daño sin arma: 2+ Combate sin armas
Daño con arma: 2+ melé
Shock sistémico: 6

Habilidades

Armas de fuego (AGI) 1/1
Artes interpretativas: Escritura (CRE, CON) 3/1
Atlética (AGI, FOR) 2/1
Callejeo (CON, INT PER) 1/1
Combate sin armas (AGI, FOR, CON) 2/1
Cultura general: sociedad (CON) 2/1
Defensa (AGI) 2/1
Interrogatorio (APA, CMP, INF) 2/1
Investigación (PER, CON) 3/1
Melé (AGI) 1/1
Negociación (CMP,INF) 1/1
Observación (PER) 2/1
Seducción (APA, INF) 2/1
Subterfugio (APA, INF, PER) 2/1
Idioma (CRE) 1/1


Defectos:

Adicción: al deporte. "Necesita" salir a correr todas las mañanas.

Extras:
Contactos: Papá McCoy y todo en lo que eso puede derivar.

Rasgos:
Comunicador implantado (500 c)
Bot de escucha (2100 c)
Equipo de oyente (5500)
Gas espía (2) (1000)

Okey, pronto pondré la intro.

"...los soldados de las Fuerzas Aéreas destacados en Maine han cortado la autopista. Mientras reparten a los conductores panfletos con sus condiciones buscan reunir suficientes donativos de los civiles para salvar su precaria situación. Los militares de la base reclaman a la Administración el inmediato pago de sus sueldos atrasados. El 20% del presupuesto militar ha sido suspendido debido a las dificultades por la que atraviesan las arcas públicas..."

Estas palabras atrajeron tu atención a la pantalla holográfica dispuesta sobre la barra del Doomsday's Clock. En ella se veían unos tipos uniformados de azul sujetando pancartas, el antaño ejercito más temido del mundo obligado a mendigar su propio sueldo. Sin duda todos lo que aparecían eran patriotas, los últimos de su especie que no se habían unido al sector privado; mercenarios o ejércitos de las megacorporaciones con sede en alguna estación orbital libre de impuestos.

Te volviste a girar, tenias a pocas pulgadas de tu cara la camarera androide. La faz artificialmente agradable de una muchacha vagamente asiática de cabellos imposiblemente sedosos y sonrisa de revista. Aunque los robotistas japoneses se esforzaban en hacerlos cada vez más humanos había ciertos tics reconocibles en su facciones.

-¿Le traigo otra copa?- Otra de las características de los empleados androides, aparte de venir en cajas y no costar más que su mantenimiento y la energía de la que se alimentaban, era lo pelmas que llegaban a ser. Un empleado de carne y hueso hubiera visto en tus silenciosos gestos y la expresión de la cara las pocas ganas de repetir bebida.

Te negastes sin decir nada. No necesitabas otro café, ya estabas suficientemente nerviosa debido a la entrevista que te esperaba en el otro lado de la calle. Era una oportunidad para convertirse en una verdadera periodista de cabeza a los pies, no una de esas redactoras que calentaban sillas en la redacciones de los informativos y que se dedicaban a sacar chismorreos por la red sino periodismo del bueno, del que había sido relegado a selectos y escasos rincones por los codiciosos accionistas de los media y el poco interés del público.

Rose tiene un problema: no puede evitar desviar su atención a la información interesante. Es una de esas personas que se paran en mitad de la calle, frente a una pantalla con contenido parcialmente interesante, interrumpiendo el paso y la prisa de los viandantes. Una de esas personas que observaba fijamente las noticias, a veces regalando más atención de la que debería.

Con los ojos fijos en la pantalla, no puede evitar chasquear la lengua. Da un rápido vistazo a la gente que está allí con ella, buscando la reacción de la información en sus caras, pero se gira bajando la mirada cuando comprende que a la mayoría de la gente que allí está... le importan un pimiento esos soldados. Qué injusta falsa estabilidad...

Con un suspiro, cierra los ojos al encontrarse cara a cara con la camarera. Los abre lentamente, controlando su ira, y hace un leve gesto con la mano indicando que no. Apoya el codo sobre la barra y apura el ya terminado café, mirando la hora en su muñeca.

¿Preparada?

Cruzas la calle junto con una docena de personas, cada una en lo suyo. Una oronda mujer cuyas carnes parecen querer escapar de su vestido de cuero negro y muestran un sinfin de tatuajes tribales pasea a su cerdito. Un hombre de melena desgreñada y sucia, vestido con un traje barato de ejecutivo parece hablarle a su mano, aunque más bien habla a una especie de espejo, seguramente un aparato que sirva como agenda y ordenador personal. Te cruzas con un moreno tipo imposiblemente musculoso, seguramente con fibras musculares implantadas, que te mira con aire de chuleria como esperando a que le digas algo, hasta que desaparece de tu vista. Una chica joven que parece solo vestida con un impermeable, parece un tanto desorientada en la acera de enfrente. En La Ciudad cada persona es una isla extraña y exotica, iguales en su indiferencia hacia los demas y diferentes por cantidad de neuras y de adornos que esperan que les diferencien del vecino al que desprecian.

Llegas hasta la puerta de The Word esquivando gente que va muy deprisa. Un tipo vestido con traje de negocios te dedica una mala mirada tras una gafas que el sirven como pantalla de datos, pero sigue en su andar, absorto en sus quehaceres.

Obseva a cada uno de los personajes con curiosidad casi científica a través de sus largas pestañas maquilladas. Refunfuña en su interior, su padre había contratado a un asesor de imagen para que la aconsejara... ¡200 créditos y sólo le ha puesto un poco de maquillaje! Se acomoda en el recién estrenado traje de chaqueta (para el que, claro, no necesitó un asesor) y se alisa un poco el pantalón por detrás.

Con firmeza cruza la puerta de The Word, mirando hacia el frente, como quien piensa que está a punto de lanzarse al vacío. Con los ojos busca y capta rápidamente una recepcionista. Se dirige directamente hacia ella, Hola, perdona, busco a Mitchell Royce, ¿dónde puedo encontrarlo?, hace una mueca que imita a una sonrisa amable y, apoyando sólo un par de dedos sobre el mostrador, espera impaciente la respuesta, mientras observa todo lo que le rodea. Le gusta hasta el ascensor... ¡Yay!

Vuelve a mirar a la recepcionista, realzando algo su sonrisa.

La mujer de recepción parece una novataen la modificación corporal, pero ha preferido realzar los ojos y ponerse orejas puntiagudas, dandole un aspecto elfico. Vestida con su uniforme dorado da una extraña impresión. En todo caso cuando vienes tan entusiasmada reprime una mueca de extrañeza y con voz dulce y amable te manda al piso 23, donde te recogerá la secretaria de Royce.

Haces lo que te dice, parándote solo a ver parte de la exposición que han montado en el hall con motivo del 20 aniversario del diario. Pero no quiere hacer esperar y te paras menos de lo que querrías, ya tendrás tiempo de verlo con más detenimiento. Subes por un ascensor tubular, acompañada de varios trabajadores de The Word. Tipos de redacción amarrados a su vaso de cafe, una mujer de mantenimiento con su mono y un tipo repeinado y trajeado de aspecto importante que supones que debe ser un comercial. Cada uno de estos se acaba bajando en algun piso, dejandote sola en tu ascensión hasta el piso 23.

Las puertas se abren en un suspiro. Tu corazón bate a 100 por hora, intentas concentrarte recordando algun truco de yoga que te enseñaron, consiguiendo controlar tu nerviosismo. La chica que te recoge es rubia, de media melena y cuerpo envidiable que parece natural. Sonrie de forma afectuosa y con esto te sientes como en casa, como si fuera una colega.

-Sigame por aquí. Soy la secretaria de Mitchy. - Te extraña que lo llame por un nombre de pila. -Creo que ahora estará con sus cosas pero te dedicará algo de atención.-

Al abrir la puerta una cascada de sonidos inconexos sale de la puerta rompiendo el ambiente armonioso del pasillo. En una habitación asepticamente blanca miles de pantallas proyectadas holograficamente la iluminan en una constelación de canales de noticias y grabaciones, posiblemente en directo, de distintas secciones del periódico. En el centro de la tormenta hay un escritorio, con el logo de The Word grabado en su frente. y tras el escritorio, sentado, un hombre rollizo y con perilla que parece fumar varios cigarrillos a la vez mientras parece fijarse en un ordenador personal cercano. Al ver entrar a Rose este deja los cigarrillos en un cenicero cercano y se dirige hacía este. A pesar de que parece un fumador compulsivo no hueles a tabaco, seguramente el despacho disponía de algún tipo de ambientador o de extractor de humos integrado.

Haciéndose oír por encima de la cacofonía, el orondo personaje dice:
-Perdón, un momento y le atiendo.- Aprieta un botón no se sabe donde y las pantallas desaparecen con un leve zumbido, dejando paso a un blanco sin macula por todos lados, como si estuvierais en el centro de la nada. -¿Quiere un cigarrillo?- Dice alargándole unos Winstons.

Se cruza de brazos y tamborilea con los dedos mientras camina siguiendo a las amables señoritas. ¿Mitchy? Mitchy..., se sonríe, a espaldas de la rubia, mientras discretamente intenta descubrir si ése trasero es verdadero o no.

Al entrar en la habitación echa un vistazo rápido a las pantallas, buscando alguna noticia y seleccionando casos interesantes. Sonríe a Royce, algo nerviosa y echa un rápido vistazo al escritorio que se sitúa frente al que espera que sea su futuro jefe.

No, gracias, rechaza el cigarrillo y su sonrisa se torna seria. Le ofrece su mano para saludar, Señor Royce, soy Rose McCoy. Asiente con la cabeza para reforzar su presentación. Permanece de pie frente a él, esperando que le ofrezca sentarse... o lo que sea.

El rollizo editor le da la mano profesionalmente a Rose, hace un breve gesto para que se siente y él mismo se acomoda en su butaca.

-He visto algunos artículos suyos en el Dayfax, y la verdad es que me hizo sentir curiosidad. Así que empecé a buscar un poco por mi cuenta y encontré algunos viejos artículos publicados en un fanzine llamado "Voz en Grito".- El que sepa tanto de ella hace que el corazón de Rose se aceleré aun más. - ¿Lo hizó usted sola?-

Por un momento no sabes ni que responder. ¿Es algún tipo de prueba? ¿Alguna trampa? Múltiples pensamientos se agolpan en tu cabeza...

Observa a Royce en silencio unos segundos, pensando... buscando la trampa. Yo lo editaba, con algunas compañeras. Escribía la mayoría de los artículos, pero no todo..., baja la mirada, perdiendo un instante de seguridad en sí misma, para luego volver a levantarla, observando fijamente los ojos del que, esperaba, iba a ser su jefe. Pero sí, el corazón de "Voz en grito" era el mío. De hecho, ya no se edita. Cuando me fui algunas niñas lo siguieron, con artículos escolares y basura de ese tipo. Pero a nadie le interesa que han cambiado el nuevo libro de francés. Yo... Nosotras escribíamos cosas que dolían, artículos mordaces que desenmascaraban secretos muy bien guardados. Ese fue el éxito de "Voz en grito", que niñas de quince años se atrevieran a hacer algo así.

Continúa observando a Royce, tanteando su reacción. Quizás había sonado demasiado reaccionaria... demasiado pasional. ¿Dónde estaba el maldito asesor de imagen cuando hacía falta? A pesar de sus dudas no se inmuta. Ligeramente inclinada sobre el escritorio, apoya dos dedos sobre la tabla y, al ver su gesto demasiado amenazante se endereza, adoptando una posición más relajada. Se ajusta la chaqueta del traje... ¡qué calor!

-No esta nada mal. Demuestra vocación.- Dice sonriendo galante.

Se incorpora un poco y la mira a los ojos. -Ahora unas preguntas. Para ver si es la persona que buscamos.-

-¿A que se atrevería para encontrar la Verdad?-

-¿Que opina de un diario como The Word?-

-¿Cuales son sus metas a largo plazo?-

Observa a Royce fijamente y no tarda ni medio segundo en replicar, ¿Insinúa que tengo límites? No puede evitar animar las comisuras de sus labios con una sonrisa pícara. Quiero decir... estoy dispuesta a todo lo que esté en mi mano y un poco más. Si está justificado, claro.

Se cruza de brazos, tomándose apenas unos segundos para continuar. The Word... Es el diario líder, qué más necesito decir. Es el hogar de los mejores periodistas que conozco, y el periodico que más ampollas ha levantado... Es lo que necesita la gente de a pie para mantenerse atado a la realidad. Y no lo hacen mal. Piensa durante unos segundos, valorando lo que acaba de decir. Intenta ser tan analítica que no puede analizar el análisis, así que mejor decir lo que piensa.

¿A largo plazo? Sinceramente, ocupar la silla en la que está usted ahora, después de una buena cantidad de artículos a mis espaldas y de haber levantado la suficiente mierda... tanta, que ya no pueda más. Le mira, aún, fijamente. Basura, no mierda, se corrije. Se habla a sí misma mientras escudriña la expresión de Royce, ¡Imbécil! ¿Mierda? Tienes suficiente vocabulario para decir doce sinónimos de esa palabra, ¿qué coño haces?

Suspira, aunque apenas se le nota, esperando más preguntas... o lo que sea.

Royce nota el nerviosismo de Rose, pero como respuesta solo sonríe. Como comprensivo ante l tensión que experimenta Rose en la entrevista.

-Creo que es una buena candidata para un proyecto que llevo años en mente. Hablo de un equipo de investigación con diversos profesionales con diversas habilidades útiles para la búsqueda de la verdad. Hablo de un equipo que corre y asume riesgos, y va donde hiciera falta ir para encontrar la noticia. Por supuesto, esto está bien retribuido. Por supuesto que le haremos un Seguro de Periodista. La paga serían 3000 al mes. ¿Que dice?- Dice sonriendo de oreja a oreja.

Rose levanta una ceja, ¿Un equipo? ¿Con quién más trabajaría?

Entorna levemente los ojos, Rose, imbécil. Le tenías que haber dicho "sí". Imbécil. Aunque, claro, supongo que habrán elegido un buen equipo. Claro, claro que me interesa. Suspira. Aún está a tiempo de cagarla, así que frunce un poco los labios, obligándose a mantener callada.

¿Cuándo empezaría?, sonríe, un poco forzadamente, intentando mostrarse algo más amable, después de la pregunta impertinente que acaba de soltar.