Partida Rol por web

Saludó nada más entrar: ´- Hola chavalín. No me imaginaba verte por aquí. Mientras caminaba hacia el mostrador para ser atendida por este servicio del astropuerto. En cuanto la mirasen alzó la mano, para avisar al personal del puesto, de que era la siguiente en ser atendida y necesitaba algo de ellos.

- Esperemos que aquí sepan algo más.

-¿Qué tal, Gideon? Voy a esperar por aquí, a ver si logramos cabrear un poco a los empleados de estas depencias. Hace un momento, casi lo logramos en otro lugar.

Lander estaba esperando que finalmente Ikateria diese con un varg típico, con la esperanza de que le alegrase la jornada. Decidió quedarse a la escucha y esperar. Con un poco de suerte, sería una anécdota que contar, y si no ocurría... <Si no ocurría, sería una decepción>.

<Venga, por favor, un varg que reaccione como tal ante las provocaciones. No pido tanto>, pensaba Lander mientras se le escapaba una pequeña sonrisa. Seguramente era un estereotipo, pero aún mantenía una pequeña esperanza.

Como veía que Lander tenía intenciones de hacer de "eco" otra vez, ya que no se "avalanzaba" a actuar, esperó a que los operarios le llamasen y le dieran turno para atenderla. Además, esperaba que Gideon les contase algo divertido, antes de que los técnicos de esta instalación le dijesen algo.

Chavalín. Me hizo gracia el apelativo teniendo en cuenta de que era casi un lustro más mayor que Ikateria.- ¡Yásas, Ikateria! Lander! -​​​​​​ Saludé con bastante entusiasmo. No parecían haberse metido en lios, eso era bueno. 

Justamente me preguntaba por qué no estabais...um.. por aquí.  - me acerqué hacia ellos no sin antes dar las gracias al oficinista por su atención. Educación, Gideon. Siempre educación.

-​​​​​Me comentan que el último repostaje de la Estacada fue aquí hace cuatro meses. ¿Sabéis ya donde...um... Está la exploradora? Deberíamos acabar con éste asunto...um.. lo antes posible.

Sonrió. - Precisamente es lo que veníamos a preguntar aquí. Se acercó como para contarle un secreto: - Los de control de tráfico nos han mandado para acá, así que a ver si nos pueden aclarar algo. Pero algo le daba en la nariz de que les derivarían para otro lugar y aquí no sabrían nada. - ¿Algo secreto por los políticos? ¿Alguna chufla de algún idiota? De todas maneras El Jefe sabía el error de la máquina, así que, sabía que existía. En alguna parte tiene que estar el puñetero pecio.

Por dentro estaba bastante cabrada, aunque por fuera pareciese que le fuera montar una escenita de tres rombos al comerciante en la oreja.

Al volverse hacia sus compañeros, el oficinista cree dar por terminada la consulta de Gideon así pues, da paso al siguiente turno, llamando la atención de Ikateria.

Lander no tenía muchas ganas de ayudar y tampoco creía que fuese necesario, así que permaneció a la espera mientras su mente vagaba por recuerdos de una vida anterior.

Recordaba su anterior destino, en la corbeta Retributor. Llegó a ser primer oficial de la misma. Le gustaba esa nave y tenía gran aprecio a toda la tripulación. Era un buen destino. Luego se estropeó todo y pasó a ser un mueble más en un despacho...

Cómo echaba de menos los abordajes y registros de barcos con contrabando.

La Retributor no era un modelo al uso de corbeta. No se hicieron muchas iguales. Era un modelo caro de producir y no tenía unas prestaciones mucho mejores que otros modelos, sin embargo, a él le encantaba ese pequeño plus de potencia que daba, sabiamente exprimido por su tripulación.

El clan contrabandista Benks Jahl no lo vio venir:

Los informes de inteligencia naval indicaban que había una ruta estable de contrabando en el subsector Joya. Aparentemente una familia operaba una flota de naves dedicada al contrabando y también a la piratería. La nave insiginia era un viejo destructor que había sido modernizado y acondicionado para portar pequeñas lanzaderas. Podría ser un enemigo mortal en un combate a cara de perro.

La Capitán Heer confiaba en Lander. Ambos se respetaban y la oficial dejó a Lander trazar un plan de intercepción y posterior abordaje. Debatieron durante dos horas la aproximación y ataque al destructor, así como el consiguiente abordaje.

La capitana corrigió la táctica de Lander donde su mayor experiencia creyó necesario y se prepararon para ejecutar su ataque relámpago. El sistema planetario en el que decidieron ejecutar su trampa tenía grandes erupciones solares lo que dificultó que el destructor Orgullo del Clan detectase que algo iba mal con su electrónica anticuada.

La Retributor se mantuvo escondida entre el cinturón de asteroides del sexto planeta del sistema. Todo iba perfecto y la Capitán y el primer oficial Haakon esperaban nerviosos que todo encajase.

El Orgullo del Clan apareció tal y como los chicos de inteligencia habían previsto. Los sensores pasivos de la Retribution triangularon su posición desde el inicio de su viaje sublumínico. La tripulación mantenía la corbeta al mínimo de emisiones teniendo en cuenta que no estaba diseñada para eso.

Tenían la posición aproximada de la base oculta que hacía de mercado negro para los traficantes. Ese era el gran objetivo. La familia Benks Jahl iba a quedar fuera de fuego, pero el gran premio era el lugar de reunión de los corsarios, contrabandistas y otros delincuentes que creían delinquir con impunidad.

El destructor pirata continuaba su trayecto hacia su destino. Pasó juntó a la Retributor a distancia de disparo de sus grandes cañones. Sus sistemas de control de tiro no serían muy avanzados, pero el número de cañones y su gran calibre daba la ventaja al viejo destructor. De hecho, los oficiales de la corbeta vieron con asombro que los de inteligencia habían subestimado la potencia de fuego de los piratas.

El destructor siguió su camino. LLegó al alcance de las armas de la corbeta, pero estas siguieron mudas.

-Tranquilos. Todos prevenidos. Están entrenados para esto. Esperen a la posición idónea, ordenó la capitán.

-Esperen...

-Esperen...

-Esperen...

-Armas prevenidas.

-¡FUEGO! ¡FUEGO! ¡FUEGO!

Era todo o nada. El plan era bueno. La sorpresa podía hacer que el combate se decantara a su favor.

Las municiones volaron a su objetivo. Todo estaba en juego. La espera se hizo eterna.

El destructor viró para esquivar los disparos que fallaron por poco. Causaron daños, pero nada que impidiese al destructor devolver el fuego. Había llegado la hora de la verdad.

-Guerra electrónica, interfiera sus sistemas. Ya no hay sigilo que mantener.

-Armas prevenidas. Vuelvan a disparar a mi orden sobre los puntos indicados.

-Roten la nave 90º. Impulsores de babor. ¡YA!

Se estaba produciendo el escenario que no deseaban. La Orgullo del Clan disparó sus grandes baterías y misiles contra la corbeta.

-¡FUEGO!

La Retribution abrió fuego por segunda vez y los proyectiles volaron a hipervelocidad contra el destructor, más lento que la corbeta pero mucho más grande y blindado. La corbeta volvió a virar. Las contramedidas inundaban el vacío.

-¡BOOOOOOOOMMM! La corbeta se sacudió, tembló y vibró. Se escuchó el metal resquebrajarse. Habían sido impactados. Lander miraba a la capitán que no parecía impresionada.

La corbeta se estremeció de nuevo. Se había producido otra explosión.

-¡Señora, todas las municiones han alcanzado el objetivo! ¡Explosiones en los objetivos designados!

El viejo destructor recibió varias andanadas que destruyeron sus motores y la mayor parte de su armamento. Con el destructor casi inmovilizado, sin posibilidad de huir o maniobrar para ponerse a salvo o disparar las pocas armas que le quedaban, el clan Benks Jahl decidió rendirse.

El destructor, renquenate, consiguió detener toda la inercia que acumulaba antes de que algo catastrófico le ocurriese.

La corbeta no había sufrido tanto castigo, pero no habría soportado otra andanada aunquen o impactase de lleno como la anterior. Se habían enfrentado a una potencia de fuego superior y habían sobrevidido.

-Tripulación, buen trabajo. Evaluación de daños.

-Contingente de infantería: prepárense para abordar. Sr. Haakon, su turno. Va a dirigir el abordaje mientras le cubrimos desde la Retribution.

La capitana volvió la vista a los monitores tácticos y de estado de la nave. Aún no habían terminado.

Lander se ajustó el caso y se preparó para reunirse con el destacamento de infantería.

-¡Ehem!, escuchó el antiguo oficial, y volvió al momento actual. Ikateria esperaba unos papeles o algo parecido mientras conversaba con el oficinista.

Sin demorarse ya más, les hizo un gesto, como que le tocaba. A partir de ese momento se centró en el trabajo, ignorando ignorando a los compañeros, que esperaba se pusieran a hablar entre ellos.

- Buenos días. Venimos a este puesto por recomendación de Control de Tráfico. Cumplimos órdenes del Servicio de Exploración para recuperar una de sus Tipo S. Necesitamos los datos de ubicación para poder hacer las reparaciones y entregarla a sus legítimo propietario. Inspiró profundo: - ¿Podrían ayudarnos en estas pesquisas?

Escuché educadamente el susurro de Ikateria, aunque me parecía de muy mala educación ir cuchicheando en público.  

-​​​​​​¡Ah!..um...- exclamé sin tener muy claro que se esperaba que dijera.  Su comentario había sido tan inocuo que su intención tenía que ser hacer ver qué tenía algo que ocultar.  No acababa de ver en qué podía ayudarnos eso.

Lander, por su parte, parecía ausente.  Había observado durante la semana de tránsito que, en los momentos de inactividad, el ex-oficial solía mostrar un gesto similar.  Salir de la rutina de años era difícil, mucho más de lo que la gente se imaginaba.

Ikateria se adelantó, su turno.  En susurros, comenté con Lander. -Básicamente es lo que les he preguntado yo. - sonreí, las arrugas alrededor de mis ojos se acentuaron. -​​​​​​Veremos si el encanto femenino que cree tener supone una diferencia en este caso

-¿Encanto? ¿Dónde has visto eso?, sonríe mientras lo dice.

-De todos modos, no importa. Supongo que se lo dirán y podremos continuar buscando. ¿Qué tal la Kalamata? ¿Todo en orden?

El oficinista toma la tableta con la documentación legal que le tiende Ikateria y la examina. Hace sus comprobaciones en el terminal. Alterna la mirada entre Ikateria y la tableta un par de veces antes de dirigirse a ella.

- ¿Sus legítimos dueños? - pregunta a su vez devolviendo la tableta -. La tripulación de ese buque dejó Walston hace varias semanas, señora. No irán a volver, ¿verdad?.

-Disculpen que me entrometa, dice desde la posición en la que se encuentra de charleta con Gideon. -¿Sabe por qué se marcharon y dejaron la nave tirada? Aunque se escapa a los objetivos del trabajo que nos han encomendado, tengo curiosidad.

- Bien, eso es que saben donde está o por lo menos que ha pasado y hacia donde se dirigía. Para ella fue una buena noticia, aunque ... - ¿La antigua tripulación se refiere? Sacudió la cabeza como si respondiera a algo obvio. - No creo, esos no eran sus dueños, solo la operaban. Tras lo que explicó: - Esa nave, aunque no sea de un Servicio de Guerra, se la traba igual en propiedad. Es como si fuera de una Armada o Ejército. La tripulación la opera, pero es de una nación no de los que habitan en ella. Luego, como buena curiosa preguntó: - ¿Por qué?¿Qué hicieron esas personas? Temía que la nave hubiera sufrido una plaga, hubieran pasado una enfermedad o incluso, tal vez que se les hubiera colado un bicho o algo.

El hombre asiente aceptando la explicación de Ikateria. Se encoge de hombros mirando a Lander.

- Quién sabe - responde tomando unos papeles que un vargr le entrega. Los revisa brevemente estampando una firma y los devuelve -. Esa nave no tenía buen aspecto cuando llegó - añade -. Molestos y maleducados, señora. Creo que dejaron algunas facturas sin pagar en el hotel antes de marcharse.

Sonrió pero habló severa: - Si me dan una copia de esas facturas, haré porque sean entregadas a la autoridad pertinente y sean abonadas. Me pasaré por el hotel a ver si les puedo hacer el favor. Luego se puso cómoda y entonces preguntó mucho más ... confidencialmente: - ¿Y me podría ayudar a encontrar la navecilla esa?

-Todavía terminamos en la trena... susurró para sí mismo el antiguo oficial. <Qué forma de complicar la situación. ¿Pero qué le pasa?>

Lander veía con cara de póker el movimiento de Ikateria.

- Exploradora Ikateria! - puse mi mano sobre la de la expeditiva mujer, sonreí al funcionario - No puede ir abonando tasas así, sin un recibo.  Walston no es uno de esos mundos... - recalqué de forma algo paternal antes de seguir hablando.  - Seguramente no hayan oído hablar de la reglamentación imperial acerca de la propiedad última y el uso usufructuario de las naves exploradoras.  Dejemos que haga la consulta pertinente, al fin y al cabo la ley esta de nuestro lado - sonreí, no me temblaría la mano en contactar con un abogado 

El empleado mira los créditos pero, aunque no llega a cogerlos, es evidente que los mira con interés. Sin embargo, teclea en su terminal.

- La nave consta como que continúa en el sistema, señora - dice -. Bajo encargo del Gobierno Mundial. Puede que en Lago Central sepan algo más.

Tsk - me calo la gorra y me alejo del mostrador. Me sorprende la actitud del funcionario pero lo asumo sin hacer un escándalo de ello.  No se puede ser mercante sin asumir que hay gente que, por dinero, hace de todo. -​​​​​​ Me voy a tomar el fresco.  Si necesitais algo estoy afuera.