Partida Rol por web

Tres Haikus de Viaje

El Halcón y la Muerte

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02/12/2011, 17:36
Toritaka Jinkiku

El Hatamoto, decide que allí hay poco más que ver, y las averiguaciones del Shugenja están incomodando a los samuráis halcones, que se remueven incómodos dentro de sus armaduras.

Finalmente, dejáis el lugar y volvéis de camino al pueblo. Aun es medio día, y no habéis tardado tanto como esperabais.

Tras llegar al borde de la colina, en la que está el palacio Toritaka, y rodeados por las casas de los aldeanos este despide a sus hombres tras dar órdenes rápidas y se gira hacia vosotros.

Bien, os agradezco la ayuda. Aunque me parece que no hemos hallado ninguna respuesta esclarecedora. 

Les quería tener bajo vigilancia, porque no me fio de la gente que no conozco. Pero creo que eso se va a acabar aquí y ahora. Si me disculpan vuelvo para realizar mis gestiones, espero verlos para la cena. Y de nuevo muchas gracias.

El joven espera unos segundos antes de marcharse y dejaros solos.

Camináis un poco por el pueblo antes de hablar entre vosotros e intercambiar opiniones.

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02/12/2011, 17:37
Director

Tras haberle dado muchas vueltas, llegas a una extraña conclusión. El hombre que perseguís, quedo malherido de un brazo, justo como el ser de la visión. Haru casi se lo arranca, y cuando prendiste fuego a sus alas, el ala completamente quemada era precisamente la de ese brazo.

Pero fue tu mente la que te llevo a darte cuenta, que justo antes de que saltara al vacio, justo cuando tenía los ojos cerrados, en su cara, había una muesca, una herida, descendente que cruzaba su rostro para dejarlo marcado con una fea cicatriz.

Tras haberlo meditado y haberte repuesto del susto inicial, estabas seguro de que el asesino era vuestro enemigo. Ahora lo tenías claro. Pero era una información complicada de explicar, y que aun debías mantener bajo llave.

Además, aun te preocupaba viajar al bosque a por la planta que necesitabas. Un bosque que hasta que Jinkiku no os levanto el control, no podías visitar.

Ahora tenías dos caminos para seguir. La búsqueda de la planta, y la búsqueda del miembro de la niebla asfixiante, que había venido sin duda a hacer daño a aquel lugar. Porque su única misión era eliminar a los clanes menores como el Halcón.

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02/12/2011, 17:38
Director

Kiru esta meditabundo, y después del arranque de sinceridad del Hatamoto, y habiéndoos quedado solos tienes ganas de comentarle lo que habías averiguado.

Sus visiones te habían dejado intranquila. Pero parecía que el shugenja ya había conseguido lidiar con ellas, y volvía a estar en ese cómodo silencio suyo.

Sin embargo habías notado algo, las gentes del pueblo os miraban recelosas. Y a pesar del número de casas, no había gente suficiente para llenarlas. De hecho, te daba la impresión de que más de una estaba ya vacía. Como si los aldeanos del pueblo hubieran decidido marcharse.

Era algo desalentador, porque sabias por las tierras de tu padre, que un pueblo es prospero en la medida en que sus aldeanos se preocupaban por él. Y parecía que incluso a pesar de ser un clan menor, en aquel lugar ya no quedaba mucha gente viviendo y trabajando.

Notas de juego

A postear!

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05/12/2011, 10:38
Kuni Kiru

Lo acontecido durante aquel día había sobrepasado mis sentidos en muchas más formas de las que me hubiera imaginado nunca.
Durante algunas horas medito en silencio sobre todo aquello, mientras camino solitario por entre los muros del castillo Toritaka, hasta que poco a poco consigo ordenar mis caóticos pensamientos.

Al entrar en la tarde, me dirijo a la cena, no con gran apetito, sino con la esperanza de encontrarme con mis compañeros de viaje y comentarles las conclusiones a las que había llegado, así como proponerles entrar en el bosque aquella misma noche.

Había descubierto que aquel poder maligno no era imposible de vencer y aunque el interior era fuerte, el emboltorio no lo era.

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05/12/2011, 21:21
Kakita Adako

Habían sido momentos de reflexión, de atar cabos en privado, mientras paseaba a solas a la espera de la hora en que iban a encontrarse, antes de la cena.

Adako estaba seria, y aunque su rostro impasible no mostraba miedo, lo cierto es que lo que iban descubriendo de unos y otros había puesto la desazón en su alma. Un samurai puede enfrentarse a otro, puede enfrentarse a la muerte, al dolor. Pero a un demonio...

Había sido así durante largo rato. Pero se sobrepuso. Cuando se reunió con sus compañeros de viaje se había bañado, se había vestido libre ya del polvo del camino, del viaje. Y, en cierto modo, de sus temores.

Sonrió.

-Buenas noches...

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06/12/2011, 11:53
Director

Al bajar al pueblo te cruzas con tus compañeros, pero parecen demasiado absortos en sus pensamientos, y decides que por el momento es mejor dejarlos tranquilos. Tienes un plan más interesante.

Tras poco buscar, notas que hay dos casas un poco más alejadas del resto. Y allí ves a un grupo de tres hombres, seguramente familia que llegan sucios y con olor a sangre.

Sin duda, son los Etas que estabas buscando. Y parece que han llegado de trabajar ahora mismo.

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09/12/2011, 07:10
Bayushi Haru
Sólo para el director

El Escorpión se acercó al grupo con un andar suelto y despreocupado, muy similar al que cualquier samurai hubiera utilizado en los jardines de un palacio. No parecía particularmente avergonzado de tratar con aquellas gentes, ni evidenciaba el típico desprecio que la mayoría de los suyos mostraba cada vez que trataba con un eta. Muy por el contrario, casi podría decirse que estaba feliz.

- Saludos, esforzados trabajadores !!! – vociferó el samurai con evidente regocijo, como si la sencilla visión de aquellos pobres descastados hubiera sido un sueño anhelado durante años. – Parece que las Fortunas me empiezan a sonreír. Al fin creo haber encontrado a alguien digno de la tarea que tengo entre manos.

- Veréis, tengo un conocido que ha ido a reunirse con sus ancestros. – continuó de inmediato el Escorpión, agachando su cabeza durante unos instantes a modo de una última plegaria de despedida – Y bueno, el caso es que debo trasladarlo hasta su lugar de reposo final.

- En el pueblo me dijeron que quizás alguno de vosotros podría encargarse de tan ingrata tarea, así que decidí venir de inmediato. Me han dado muy buenas referencias, y no pienso reparar en gastos. Todo sea por él…

Tras algunos momentos de pensativo silencio, en los que Haru parecía recordar a su amigo perdido, volvió a retomar el apresurado monólogo.

- En fin, no quisiera entretenerlos más con mi cháchara. ¿Qué decís? ¿Creen que alguno de vosotros podrá ayudarme con mi amigo?
 

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12/12/2011, 17:53
Director

Mi señor, nosotros somos los únicos por esta zona encargados de tales menesteres. Digamos donde debemos ir, y lo atenderemos sin dilación.

Las palabras sonaban bien, eran educadas casi cultas. Sin embargo, una vez acabadas, notas que están más que ensayadas. Quizás, en un fútil intento de no convertir a sus camaradas o al mismo interlocutor en blanco de las iras de algún señor iracundo.

Los hombres, anegados en barro, tierra, hojas sueltas, y sobre todo, restos de sangre, esperaban con la cabeza baja a que dieras las indicaciones oportunas.

Notas de juego

Se que tienes examen. Pero demosle un poco de brio a esto, para poder seguir la party. Que ahora estan los demas esperando por ti.
Te aviso que tu plan tendra exito, asi que narra lo que creas conveniente, y yo te posteo lo que consigues segun lo que tu pongas.

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13/12/2011, 05:44
Bayushi Haru
Sólo para el director

- Bien, bien, excelente. Podréis poneros a trabajar cuanto antes. Mi pobre compañero está un poco lejos de aquí, en el camino que lleva a las tierras del Escorpión. Puede que a un día de viaje, quizás un poco más. Espero que eso no sea problema.

Mientras hablaba, el Bayushi se golpeó ligeramente su costado, haciendo tintinear las monedas que llevaba en la bolsa. El gesto parecía descuidado, como si lo hiciera inconcientemente, pero debería de bastar para acallar cualquier protesta.

- Veréis, cuando nos dirigíamos hacia aquí, fuimos atacados por una banda de asaltantes. Eran unos sujetos misteriosos, que desaparecieron tan rápidamente como habían llegado, llevándose un caballo y algunos suministros. Mi compañero cayó con bravura mientras luchaba contra estos forajidos, y el resto de nosotros apenas si pudimos escapar.

- Supongo que todo debe de seguir tal como lo dejamos, con mi amigo en su carro y todo lo demás. Si conseguís llevar una mula o un caballo os ahorraréis un gran trabajo.

- Por cierto, tengo entendido que en estos días ha habido otros ataques por la región. ¿Estáis al tanto de eso? Imagino que si algo semejante ha ocurrido, vosotros os habéis debido de encargar de los cuerpos. ¿Podría acaso echarle una mirada al trabajo que han realizado? Más que nada para asegurarme de que mi compañero está en buenas manos.

Notas de juego

Básicamente, la idea era averiguar que sabían estos sujetos sobre los homicidios ocurridos durante los últimos días. Deben haber tratado con los cuerpos y la escena del crimen, así que algo deben tener. Si era posible, incluso que me llevaran hasta donde ocurrieron los hechos, para observarlo con mis propios ojos.

Claro que prentedía conseguirlo de una forma retorcida y maquiavélica, que permitiera al Escorpión salir impoluto de todo el asunto, y con una coartada a prueba de suspicacias.

Además, si no es mucho dinero, y si los eta están de acuerdo, tampoco me importaría darle una correcta sepultura al Yasuki que encontramos en el camino. O al menos que el señor del lugar tome conocimiento de su funesto destino, como para que se haga cargo de los gastos.

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19/12/2011, 11:50
Director

La idea de trabajar fuera de la zona parece apetitosa para los trabajadores. Que sin miramientos aceptar tus indicaciones.

El precio convenido es mucho más barato de lo que podías pensar. Las cosas fuera de la Capital Imperial eran mucho más baratas de lo que habías imaginado.

Pero en lo referente a como estaban los muertos de la zona, la cosa era otro cantar. Parecían que tenían miedo.

Podías esperar que tuvieran miedo de morir por la ira desatada de un samurái, o podías esperar el miedo si supieran que se quedan sin comer durante una temporada. Pero no sabias porque tenían miedo. Ver muertos, era su trabajo, y sin embargo, no encontraste una manera de hacerles hablar sobre ese tema.

Te indicaron vagamente los lugares donde ellos fueron a recoger los cadáveres, y estos no tuvieron problema en indicarte, que se estaban quemando una zona cercana.

No era normal quemar un cadáver. No al menos hasta el ataca de Iuchiban, una vez resucitado contra uno de los Hantei, y aun así no era una costumbre extendida.

Allí pasaba algo. Algo que tenía a los Etas temiendo volver a trabajar en el pueblo.

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20/12/2011, 11:28
Director

El último en entrar en la sala fue el joven Escorpión. Allí sentados estaban Kuni Kiru san, y Kakita Adako san.

Aun quedaba un poco de tiempo para hablar antes de que la cena con el Hatamoto del pequeño palacio, y eventual líder de los samuráis Toritaka comenzara.

El ambiente era cálido, contrastando con la niebla espesa que se había acomodado en la cima del cerro desde hacia unas horas.

El día había sido extraño, las preguntas muchas, las respuestas pocas y confusas. Pero allí estaban nuestros héroes, de nuevo juntos, pero separados por su silencio.

Cada uno era una Ola de un gran mar de misterios que atacaba las costas del imperio con fuerza y desmesura.

Notas de juego

A jugar!

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20/12/2011, 13:46
Kakita Adako

-Buenas noches, Haru san. Acabamos de llegar nosotros también. Me preguntaba qué había sucedido contigo después de separarnos. Supongo que sabes ya del segundo asesinato... por decirlo suavemente. En realidad ha sido un descuartizamiento, y siento decirlo así, con tan poca etiqueta, en un lugar como éste. Pero no creo que debamos, entre nosotros, guardar más formas que las estrictamente necesarias. Ni tampoco secretos, por cierto. Si queremos resolver este enigma demoníaco, debemos estar unidos, actuar y pensar como uno sólo. Y no mantener resquemores ni malentendidos...

Adako estaba hablando con un tono discreto, pero amistoso, conciliador. Bajó la cabeza, en señal de respeto.

-Por eso, y lo digo a ambos, si en algún momento os he podido ofender... quizá con un uso demasiado osado de alguna de mis habilidades... os pido disculpas por ello. No os conocía de nada, cuando me encontré con vosotros en la posada del pequeño pueblecito en el que coincidimos por primera vez. Y una mujer sola es un débil objetivo, debe defenderse antes de que llegue un ataque. Por eso os obligué de algún modo a decir la verdad... siento que eso, que sin duda advertísteis, hubiera podido mermar la confianza que ahora podríamos tener entre los tres. Lo siento. Lo siento de veras.

Y la inclinación, entonces, se hizo reverencia.

Notas de juego

Tarde pero necesario, para poder hablar ya siempre con libertad y confianza. :)

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24/12/2011, 11:19
Kuni Kiru

Mi mente continuaba en el suceso de aquel día cuando la grulla consiguió sacarme del ensimismamiento con inesperada rapidez. Aquella disculpa era para mí del todo necesaria. Yo mismo no era precisamente un ejemplo de etiqueta y aunque en su situación puede que hubiera actuado de otra manera, no creo que el resultado hubiera sido muy bueno que digamos.

-Los nemuranais existen para ser usados pero siempre con criterio y cautela, y aunque es cierto que no éramos tus enemigos, es igual de cierto que tampoco éramos aliados.- Digo de forma serena -Aún así, yo nunca miento, como has podido comprobar,la mentira tiene las patas muy cortas. Si no quiero decir algo, simplemente no lo digo- afirmo a la bella dama con una ligera sonrisa en el rostro, una sonrisa casi imperceptible.

Guardo silencio y miro al escorpión por si quería comentar algo frente al momento de sinceridad que había tenido nuestra compañera la grulla. Me preguntaba si al escorpión le había descubierto en alguna mentira, aunque creía tener la respuesta, ya que si no era así me sorprendería sobremanera, o por romper con los prejuicios o por habilidad en su oficio.

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27/12/2011, 06:34
Bayushi Haru

Haru ingresó en la habitación con los hombros caídos y claros signos de cansancio ensombreciendo sus facciones. Se movía con torpeza, casi arrastrando los pies, y ni siquiera su pulida máscara de porcelana podía ocultar el agotamiento que lo invadía. Tal parecía que todos aquellos días de marcha habían empezado a cobrarse su precio.

Saludó a sus compañeros con una distraída reverencia, y se dejó caer pesadamente en una de las sillas que había junto a la mesa. Permaneció un largo rato en silencio, con la mirada perdida en los detalles del mantel que tenía frente a él. Luego, con cierta indolencia, y sin parecer demasiado interesado, escuchó las palabras de la Grulla con aire aburrido, como si sus párpados se sostuvieran por pura etiqueta.

“… por eso os obligué de algún modo a decir la verdad…”

El Escorpión recibió esta simple e inocente frase como un auténtico y sonoro cachetazo en su orgullo. Sus ojos se abrieron como platos, y toda su espalda se arqueó de repente, cuadrando los hombros y sacando pecho en actitud desafiante. Pronto, sus ojos se habían vuelto finas rendijas oscuras, donde ardían unas pequeñas ascuas incandescentes.

¿Qué había dicho aquella mujer? ¿Qué lo había “obligado” a decir la verdad? ¿Qué había sido muy “osada” con sus habilidades? ¿¿¿Qué lo había ofendido???

Haru se habría echado a reír en aquel preciso instante, incapaz de contener las carcajadas que le producían aquellos sinsentidos. Si que había resultado presuntuosa la noble dama. Pretender siquiera pensar que se podía engañar a un Escorpión en su propio juego…

Eso sí que era gracioso… si no fuera porque parecía estrictamente cierto.

Una creciente sensación de ira se había ido apoderando del espíritu del Escorpión, agigantándose en su pecho de manera incontrolable, a medida que Haru iba tomando conciencia de la cruda realidad.

Tal vez había hablado más de la cuenta. Y quizás… solo quizás… empezaba a preocuparse demasiado por el bienestar de su compañera. De una forma que podría llegar a interponerse en el cumplimiento de su misión.

De todos modos, si algo así había ocurrido (algo que aún no estaba del todo claro), había sido exclusivamente por su propia decisión. El lo había querido así, y nada tenían que ver los misteriosos encantos de la Grulla. ¿Qué podía hacer una delicada avecilla de corral contra las retorcidas artes de un experto?

Nada !!! Absolutamente nada !!!

Y encima tenía el tupé de sentirse avergonzada…

- Estimada Adako… - dijo por fin el Escorpión, con aquella voz que dejaba traslucir una dulce y arrebatadora sonrisa de lobo acechando a su presa – Creo que sois demasiado dura con vos misma. Entiendo que, en el amable encierro donde os encontrabas, quizás os habíais habituado a torcer las voluntades de cuantos te rodeaban.

- Pero estamos lejos de casa. Todos nosotros. Y aquí, en el mundo real, las cosas son un poco más… complicadas. - había un inconfundible tono de paternal condescendencia en las palabras del Escorpión. Solo le faltaba palmearle cariñosamente la empolvada coronilla mientras le decía “Ya, ya, pequeña niñita. Has demostrado tu gracia. Ahora vuelve a tus juegos y deja que nosotros tratemos los asuntos de mayores.”

- Ciertamente, no careces de encanto. Pero se necesita más que una cara bonita y una dulce sonrisa para engañar a un Escorpión. – el tono de Haru se había endurecido un poco, perdiendo su afectada grandilocuencia de antes. Sin embargo, a pesar de ello (o tal vez, precisamente por ello), parecía mucho más franco y sincero. – Y créeme, es aún más difícil ofenderlo

- Si de algo eres culpable, quizás sea de contar demasiado a menudo con la bendición de las Fortunas. Pareces darte de bruces con las respuestas, mientras que otros debemos escarbar amargamente en el barro para encontrarlas. Pero claro, nadie podría culparte por ello. Al menos yo no lo haré. Y os pido disculpas si alguna vez pareció que lo hacía. Han sido días extraños… incluso para mí…

- Y hablando de cosas extrañas… - agregó de repente, desviando su mirada hacia el Kuni para cortar de raíz su breve silencio contemplativo – ¿A qué viene eso de un nemuranai? ¿Y qué tiene que ver con todo esto? ¿Acaso nuestro enemigo se ha valido de algún objeto prodigioso para sus fechorías? ¿Has captado algún rastro de algo semejante?

Notas de juego

Perdón por la parrafada. Hacía rato que no escribía, y estoy algo oxidado.

Por cierto, espero que todos hayan pasado felices fiestas. Llego tarde para los buenos deseos, pero espero resarcirme con un FELIZ AÑO PARA TODOS !!!!

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27/12/2011, 12:59
Kuni Kiru

Sonrío ante el comentario del escorpión, como quien sonríe ante un niño que acaba de descubrir algo nuevo y sorprendente que para los adultos ya hace mucho que se convirtió en común y trivial. Seguidamente miro a Adako sin dejar de sonreír, aunque sin saber si revelar todo el misterio o no.

-Adako San ciertamente ha sido bendecida por Benten, de eso no hay duda- digo mirándo a la grulla a los ojos durante unos segundos, para luego apartar la mirada y dirigirla al escorpión -Y aunque bien pudiera valerse de las armas que le ha proporcionado la fortuna para sacarnos la verdad, ella ha decidido usar un arma mucho más refinada- hago una pausa para acercarme a la grulla y continuo apagando mi voz, para intentar que el sonido no salga de aquel grupo de tres -un nemuranai- digo finalmente -en concreto un abanico, si no me equivoco- afirmo.

-En cuanto a mis conclusiones acerca del enemigo- continúo mirando esta vez al suelo -creo firmemente que el ser que ha asesinado en tierras halcón es la misma persona que hemos estado siguiendo- respiro profundamente antes de continuar -Confundí sus artes con las de un maho-tsukai, pero su poder es mucho más siniestro, algo que nunca había visto antes- hago una pausa y vuelvo a mirar al grupo. -Pero esto es en realidad algo positivo, ya que sabemos que ese ser ha huido de nosotros y que es posible acabar con él. Aun así considero que hay que investigar el poder que controla para que el imperio sea capaz de luchar contra ese poder en el futuro, ya que si hay uno, es posible que haya más como él, quizás toda la organización a la que pertenece lo sea- sentencio.

Notas de juego

Felicidades a todos tb :)

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27/12/2011, 16:44
Kakita Adako

La Grulla había mantenido su postura de respeto mientras habían empezado las reacciones en respuesta. Por ello se perdió el monólogo corporal con que el Escorpión recibió sus disculpas. Levantó la mirada cuando el Cangrejo habló, y asintió a sus palabras.

-Sí, sé que no mientes. Y es verdad que la mentira suele tener las patas cortas, pero también es cierto que en algunos hombres expertos ni siquiera las necesita, y se vuelve muy peligrosa porque puede deslizarse cual serpiente infiltrándose sin que nadie se aperciba de ello, o lo haga cuando ya haya clavado sus colmillos venenosos en el incauto inocente. Por eso la busco más allá de lo que veo.

Pero entonces sí captó la actitud de Haru, y a renglón seguido recibió su delicadamente sarcástico comentario como un jarro de agua helada. Volvió a bajar la mirada mientras enrojecía vivamente, y sentía que una injusta vergüenza mezclada con el enfado aceleraban los latidos de su corazón. Negó con la cabeza gacha.

Sin embargo, antes de que pudiera articular una respuesta que no estuviera teñida por su sentimiento de amarga indignación, Kiru salió al paso, y dejó claro cuál era su secreto. Para su alivio. En voz baja, y en un tono de tranquilo respeto. La muchacha se lo agradeció en silencio, y con una mirada explícita y transparente, justo antes de recuperar su entereza y contestarle al Escorpión, también en voz baja.

-No me considero una cara bonita que pueda usar su aspecto o sus... encantos... para torcer la voluntad de nadie, o para obligarle a decir la verdad. Tal como ha apuntado Kiru san el mérito se lo debo a mi abanico. Y es ese nemuranai el que pone a las Fortunas a mi lado cuando de sinceridad obligada se trata.

Se giró hacia el shugenja.

-Y, por cierto, tampoco yo miento. Nunca. No sólo por mi naturaleza, que ya de por sí me inclina a ello. Además, el propio portador del abanico está bajo su influjo.

Suspiró, y calló unos segundos. Sin darse cuenta rozó con la punta de los dedos el fino reborde de marfil que asomaba de su obi. Se irguió entonces, decidida a no dejar que el enésimo desprecio con que Haru la había obsequiado calara más en su ánimo. Decidió olvidar su herida dignidad, y centrarse en aquello que verdaderamente importaba.

-En cuanto al autor de estos aberrantes asesinatos, creo que tiene un propósito con ellos. El de asustar a las gentes simples y sencillas de estas tierras. Creo que el propósito de estas muertes es el de sembrar el terror, y alejar de este pueblo, de este territorio, a sus habitantes. Un pueblo que merma en el número de sus gentes se hace débil, se desmorona. Y con él sus familias, y con ellas todo el Clan. Soy hija de un lugar pequeño, y mi padre, su líder, me ha inculcado desde siempre que la desunión de los aldeanos, y el miedo, es el peor de los males para el futuro de un pueblo. Ese... ser, hombre, diablo o... lo que sea... se está valiendo de ello para esparcer una gangrena de muerte que vacíe las tierras del Halcón. Eso creo...

Notas de juego

¡Y un 2012 con esperanzas hechas realidad!

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30/12/2011, 05:41
Bayushi Haru

Ciertamente, Haru no había esperado todo aquello.

Si las sutiles insinuaciones de la Grulla lo habían sorprendido con toda la delicadeza de un firme cachetazo, las inapelables conclusiones del Kuni fueron un verdadero un gancho al mentón.

Tras ellas, el Escorpión pareció desinflarse en su asiento. Su espalda volvió a encorvarse, y sus hombros cayeron como los de una marioneta a la que le hubieran cortado los hilos. Durante un largo rato, solo pudo permanecer en completo silencio, con la mirada perdida en algún punto indefinido de la pared que tenía justo en frente. Aunque su exquisita máscara de porcelana le brindaba aún cierta protección a su herida dignidad, estaba claro para sus camaradas que detrás de ella había una quijada que colgaba exánime, brindándole a aquel rostro una expresión de infinita estupidez.

Era la viva imagen del abatimiento. De la derrota.

Durante largos y dolorosos instantes, el Escorpión pugnó por mantener bajo control el torbellino de sensaciones que lo asaltaban. Su mirada pasaba de la penosa indolencia a la rabia más encendida, a la vez que cientos de pensamientos cruzaban sin concierto por su mente.

¿Acaso podía ser verdad? Sus recuerdos de aquella lejana noche en Ginasutra eran demasiado vagos como para encontrar allí alguna certeza. Y durante los días siguientes, había estado tan absorto en aquel insidioso enemigo que apenas si había prestado atención a la hermosa muchacha. Tal vez fuera cierto, después de todo… Podía serlo…

Pronto, una extraña escena acudió a su memoria. Una que había ocurrido hacía tan solo unas horas, en aquel mismo castillo. Un sencillo y anónimo sirviente les había confesado de forma brutal y atolondrada sus temores más íntimos.

Haru recordaba haberse maravillado ante lo que creyó era la sagaz sutileza del Kuni para encontrar la verdad en el corazón de aquel pobre diablo. Recordaba también haber sentido una profunda frustración en ese momento. Una sensación que quizás mentes menos lúcidas bien podrían haber confundido con lisa y llana envidia. Nada más lejano, pues el astuto Escorpión hacía tiempo que había trascendido semejantes mezquindades, tan propias de los espíritus mediocres y serviles.

En cualquier caso, aquella sensación no era extraña para Haru, quien ya empezaba a acostumbrarse a ella. Lo había perseguido sin piedad durante los últimos días, casi… desde el preciso momento en que la bella Adako se había cruzado en su camino…

Cuando finalmente consiguió recuperar un atisbo de cordura, sus ojos se clavaron en el Kuni, a quien observó largamente con una mirada de odio infinito.

- Y tú lo supiste todo este tiempo !!! Vaya compañero que resultaste !!! – parecían gritar desaforadamente aquellos ardientes ojos oscuros.

El Escorpión meditó en silencio un largo rato, sumido en su angustiante infierno personal. No parecía prestar atención a lo que ocurría a su alrededor, y el resto de los comentarios de la Grulla apenas si le llegaban como un suave eco distante.

Sin embargo, en medio de aquellas palabras sordas y sin sentido, hubo una en particular que despabiló de repente al atribulado samurai.

“… Halcón…”

Los párpados del Bayushi volvieron a cerrarse casi por completo, hasta convertirse en crepitantes rendijas de un negro profundo e infinito. Poco a poco, una expresión de taimada astucia volvió a aquellas facciones.

El maldito diablo parecía estar sonriendo.

- Buen intento, dulce Dama. – dijo entre dientes, intentando recuperar aquel tono aterciopelado de siempre. – Aunque infructuoso.

- No pretendo saber qué es lo que han visto en ti las Fortunas. Pero es indudable que gozas de su bendición. Y de una forma que no había visto antes. Más de lo que tú misma te atreves a reconocer.

- Puede que tengas un juguete mágico. Quizás funciona y todo. Pero no es nada. Es solo esto… - dijo mientras golpeaba suavemente la máscara de porcelana con su dedo índice – Solo oculta el verdadero poder. Lo protege.

- Tienes un punto. – agregó ya en un tono más serio, cortando de raíz su tono de retorcida ironía - O, al menos, crees tenerlo. Y dudo que lo hayas adivinado con tu bendito abanico mágico. Ya ves, las Fortunas…

- En fin… ¿por qué piensas que busca debilitar al Halcón? Quizás solo esté de paso. Una muerte más, o dos. Como el comerciante que vimos en el camino. ¿Qué tenían de especiales esos cuerpos? ¿Acaso sabemos quienes eran? ¿Por qué murieron?
- Creo que has dado con la punta del ovillo. Aún no se por qué, pero las Fortunas te han puesto por la buena senda. Ahora necesitamos desentrañar esas preguntas para hilar toda la madeja.

Notas de juego

Otra vez, perdón por la parrafada infumable. Supongo que no pude resolver la crisis existencial de Haru en una pocas líneas.

Buen año a todos.

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30/12/2011, 11:51
Kakita Adako

Adako parpadeó, perpleja. Seguía sin entender por completo el hilo de los pensamientos de Haru. El Escorpión hablaba mucho, pero lo que decía, aunque fuera con esa voz aterciopelada y cadenciosa de la seducción, quedaba para ella lleno de interrogantes que no conseguía esclarecer.

¿Qué había querido decir ahora el enmascarado Bayushi...?

-No acabo de entenderte, Haru san. No sé si me insultas o me halagas, sinceramente, no lo sé. No tengo idea de a qué te refieres cuando dices que las Fortunas me han bendecido más de lo que yo misma reconozco, ni qué es lo que quieres decir cuando dices que el abanico oculta y protege otro poder. Mi abanico simplemente es un objeto mágico que uso para detectar la mentira, no hay más. No sé cuál es ese punto. Y no alardeo de que Bentén se fijara en mi, o no lo hiciera, soy como soy, y a veces la belleza es una maldición, quizá quien más bello es pueda confirmarlo...

Calló, un lapso de un corto segundo. Había allí un juego amargo, la Grulla no desconocía su condición, muchos se lo habían proclamado. Aunque no lo tenía a gala. Pero el Escorpión sabía que ella le había visto, sin su máscara, y que estaba de más hablar de bendiciones. Aunque tampoco iba a usar ese argumento contra él, que quizá lo escondía precisamente para no valerse de eso. Sacudió ligeramente la cabeza, aún perpleja, aún dudosa. Y se centró de nuevo en lo importante, en lo que estaban intentando averiguar.

-En cuanto a lo que pienso, me refiero al Halcón por el hecho de que estamos en sus tierras. Y porque es esa ave la que aparece en mi mapa mágico, ¿recuerdas? El mapa que me dio mi sensei, con una leyenda oculta, implícita en él, un mensaje que no puedo descifrar a menos que lo recorra. -La muchacha lo extrajo de entre los pliegues de su kimono, y lo mostró. En él, efectivamente, había un halcón dibujado, junto a un tupido bosque.- Ese ser alado cuyo brazo herimos, brazo que Kiru san me ha descrito como inerte en la visión que el Kami le ha mostrado, se ha abatido sobre los hombres de la aldea, y se ha ocultado en el bosque, sembrando el terror. Por tanto es posible que sea el bosque, que también como veis aparece en mi mapa, el lugar elegido para llevar a cabo su misión corrosiva.

Volvió a doblar con delicadeza y cuidado la tela del mapa, y lo guardó de nuevo. Lo hizo sin dejar de hablar, mostrando sus propias deducciones como si sus pensamientos se vertieran en su voz, sin más dobleces ni repliegues.

-Puede que sea sólo una iniciativa individual de un hombre endiablado, pero me habéis hablado también de una organización tenebrosa, y he supuesto que pensáis que pertenece a ella. Una organización tiene siempre un propósito, y si su brazo llega hasta el bosque de los Espíritus para operar desde allí sobre unos atemorizados habitantes de un pueblo, hasta conseguir que huyan de él, es que el propósito de ese brazo, de esa organización, se basa en esa huida. Las gentes del pueblo nos miraban recelosas a nuestro paso. Y quizá os habréis fijado en que a pesar del número de casas, no hay gente suficiente para llenarlas. De hecho, me ha dado la impresión de que más de una estaba ya vacía. Como si los aldeanos del pueblo hubieran decidido marcharse. Eso es algo desalentador, porque sé por las tierras de mi padre que un pueblo es próspero en la medida en que sus aldeanos se preocupan por él. Y parece que, incluso a pesar de ser un clan menor, en este lugar ya no queda mucha gente viviendo y trabajando. Esa es mi sospecha. -Se encogió de hombros, suspirando- Aunque no es más que eso, una suposición...

Notas de juego

Spartan, amigo, no te disculpes por postear extenso. Creo que todos lo agradecemos, sobre todo cuando lo haces tan bien. Huelga decir que mi niña Adako está impresionada, aunque no entienda nada...

XD

¡¡FELIZ 2012!!

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31/12/2011, 12:28
Kuni Kiru

Escucho con callada solemnidad a cada uno de mis compañeros en este extraño viaje, que un día las fortunas tuvieron a bien embarcarnos. La actitud del escorpión, y sus comentarios acerca de los dones de la grulla, me decían que el asunto del nemuranai había supuesto un descubrimiento mucho más importante para Haru de lo que había sido para mí, que no dejaba de verlo como una curiosidad mágica que podría ser útil en el futuro.
Yo no me había sentido insultado por ello, ya que seguramente yo hubiera echo lo mismo si dispusiera de tal artilugio. Aunque albergo mis serias dudas de haberlo contado tan a la ligera y en una situación como la que nos encontramos, ya que sé por experiencia que la gente no suelen tomarse bien ser objetivo de poderes mágicos. Todos temen a lo que no conocen, aunque digan lo contrario, les hace sentirse indefensos.

-Creo que este no es mejor lugar para debatir sobre los dones que disponemos cada uno, aunque si es recomendable que los pongamos en común en algún momento si queremos seguir siendo compañeros, más teniendo en cuenta a quien nos enfrentamos- digo en un intento de poner fin al asunto.

-En cuanto a lo de aquel que está matando a estas gentes, creo que se trata de un intento de menguar poco a poco las fuerzas de los halcón.- afirmo - como bien ha apuntado Adako San parece que hay poca gente en relación con la cantidad de viviendas, y las muertes unidas al miedo que provoca un ser desconocido puede que hayan sido las causantes- hago una pausa mientras pienso mis próximas palabras

-Mi propuesta es la siguiente. Ir los tres al bosque esta misma noche y cazar a ese que venimos persiguiendo. Con suerte podremos usar las recién desveladas capacidades de Adako San para sacar algo en claro de todo esto- digo sonriendo a la grulla, en un intento de quitar algo de hierro al asunto.

Notas de juego

FELIZ AÑO TAMBIEEEEEEEEEEEEEN, ojalá sea mejor que este que termina para todos :)

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12/01/2012, 08:07
Bayushi Haru

Mientras el Bayushi escuchaba atentamente la pormenorizada explicación de Adako, sus penetrantes ojos oscuros ardían como frías ascuas a punto de morir, y no se apartaban ni un ápice de los exquisitos labios de la dama. Era una mirada extraña y sombría, de una ambigüedad que bordeaba entre la ferviente admiración y el odio más irreductible, matizada quizás con un leve destello de lujuria.

Haru no perdía detalle, y cada tanto sus facciones se contraían en lo que parecía una astuta sonrisa de lobo. Cuando el Kuni comenzó su intervención, apenas si le prestó atención, obnubilado aún por el misterioso encanto de la Grulla.

Quizás fueran sus inapelables conclusiones. O tal vez la arrebatadora belleza de su rostro. El caso era que Haru no apartó su mirada de ella en ningún momento, ni siquiera cuando rompió finalmente el silencio.

- La sabiduría de nuestro líder espiritual no admite discusión. – dijo finalmente el Bayushi, inclinándose para dedicar una sencilla reverencia a Kiru. Su tono evidenciaba una clara satisfacción ante las palabras del shugenja, aunque teñida quizás de un leve dejo de sorpresa – Como de costumbre, estimado Kuni-san, vuestras intervenciones son tan oportunas como juiciosas. Es una lástima que no decidáis abrir vuestra educada boca más a menudo.

A pesar de su notoria ambigüedad, el tono relajado de aquellas palabras hacía imposible percibir algún destello de ironía en ellas, y el Cangrejo no pudo determinar si se trataba realmente de un reproche por sus silencios pasados.

- De todos modos, aunque debo concederos que quizás sea oportuno posponer para una circunstancia más adecuada esta fascinante discusión acerca de los dones con que los Kami han obsequiado al mundo, debo permitirme una última aclaración.

- Todo insulto encierra un halago, noble Dama. Aunque admito que ambos pueden convertirse en velos difíciles de atravesar. Sin embargo, cuando insultaba… o halagaba… vuestros encantos, pensaba más en Fukurokujin que en la patrona del Amor Romántico.

La voz del Escorpión se volvía más dura y firme a cada instante, como si su espíritu se oscureciera al abordar ciertas cuestiones.

- Nuestro enemigo tiene algún tipo de vínculo con la secta conocida como “Niebla Asfixiante”. Tal vez sea un miembro pleno, o tal vez no. En estos momentos, semejante detalle es irrelevante.

- En cualquier caso, tengo serios motivos para creer que este grupo persigue un único objetivo: la aniquilación total y absoluta de todos los Clanes Menores. Ya lo han hecho en el pasado, y volverán a hacerlo si no lo prevenimos.

- De hecho, la inmunda rata que perseguimos… - por un brevísimo instante, la cuidada modulación del Escorpión dejó escapar un leve suspiro de ira – parece haberse vuelto particularmente eficaz en esta tarea.

El tono del Bayushi se volvió tan gélido como la misma muerte cuando concluyó.

- Su nombre es Bayushi Kusame. Y, aunque mi Clan hace tiempo que lo ha olvidado, alguna vez fue un gran comandante. Un glorioso líder, que puede proclamar a los cuatro vientos el despreciable honor de haber reducido a cenizas Shiro Usagi…