Partida Rol por web

Tributo de Sangre (XII)

Heraldos de Paz

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20/01/2009, 17:24
Antor PielGris

-Mujeres....- Pensó Antor y casi largó una carcajada. No entendió la reacción de Alfren, el trató de ser un caballero, pero no le importó en lo mas mínimo la actitud de su compañera. Al contrario, le pareció jocosa.

-Como lo creas conveniente, Moravius.- Respondió a las sugerencias del hechicero sin perder su sonrisa. -Aunque yo hubiera preferido la retaguardia.-

Se dirigió hacia su posicion, y esperó.

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20/01/2009, 19:41
Alfren Niubar

Tras haber escuchado lo que le había dicho Merkus, Alfren respondió: -Gracias, Merkus, por tu gesto. Me gusta que la gente me trate de igual a igual, en especial los hombres. Pero lamentablemente algunos no entienden que no todas las mujeres deben de ser "delicadas señoritas".- lanza una corta mirada a Antor de enojo, en seguida volvió a mirar al guerrero con la misma energía que antes. - Pero tranquilo, tampoco estoy diciendo que soy más hábil que tú y que me tengas que guardar tanto respeto.- dijo finalmente, refiriendose a la reverencia emitida por el bárbaro. En su rostro apareció cierto rubor apenas notable que solo Merkus podría ver si se fijara nuevamente en ella.

Desde su puesto, Alfren comenzó a fijar la vista en todos sus compañeros. Primero en Bathalias: -MMM, tenemos un elfo, no parece tan fuerte y tiene un semblante bastante deprimido...- Después a Antor: -Por aquí a un pícaro, se viste al parecer bastante lujoso y al parecer está repleto de energía, pero es un grosero...- En seguida a Moravius: -¿Hechicero? No parece mucho por su aspecto, a pesar de su túnica, y es bastante guapo...- Por último, miró a Merkus, que estaba a su  lado: -Es bastante respetuoso a pesar de ser un guerrero bárbaro, y parece ser muy fuerte...- Pero no pensó en nada más, a la única mujer del grupo no le gustaban mucho los prejuicios.

Después de echarle una mirada a todos sus acompañantes, la guerrera volvió a revisar su equipo, por si no le faltaba nada, llevaba su preciada espada junto a su cinturón, su cota de mallas bien acomodada en su cuerpo y su saco  a su espalda con algunas provisiones y otras cosas de utilidad, la ropa bien ajustada para recorrer el largo camino sin dificultas. Por último, se dirijió a todo el grupo: -Muy bien, creo que estamos todos listos, ¿o no?- Una sonrisa se dibujaba en el rostro de Alfren y su determinación y energía estaban claramente grabadas.

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20/01/2009, 22:44
Director

Todo el grupo se preparó a consciencia para la misión que iban a realizar. En el mapa estaban bien indicados los dos caminos que seguirán los hombres del conde y vuestro grupo. El Capitán Neomen partió ya hace una hora, abriendo camino, para que los enemigos del Conde Nesvind vayan a por ellos y que vosotros tengáis via libre.

Dos soldados abrieron las puertas del castillo y todos vieron el camino que sale desde el castillo. A un kilómetro, el grupo vio como el camino se bifurca. En el mapa estaba todo claro. El camino de la izquierda es el camino que tomó el Capitán, el de la derecha es el vuestro, donde pasaréis entre los enemigos del Conde...

Es hora de viajar... otra vez.

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21/01/2009, 09:42
Merkus

Merkus miró de reojo a la guerrera y se percató de su rubor pero no mostró atisbo de emoción ante ella, no entendía el motivo, sólo estaba esperando que llegara el momento de partir - por qué se ruboriza la mujer?? no sé... mmm... me parece valiente y de buen corazón - luego, miró hacia Antor - él tiene sentido del humor, también me parece valiente y un buen hombre - después, desvió la vista hacia atrás a Moravius - es sabio y me hace pensar con sus preguntas... - luego, hacia Bathalias al final del grupo - a este aún no le conozco suficiente -  acto seguido miró hacia las puertas del castillo por donde se habian ido hacia un rato el capitán Neomen con su tropa - no entiendo por qué envían a soldados si según Ashadir eran unos cobardes... - pensó el bárbaro.

Finalmente, respondió a su compañera Alfren sin desviar la vista alerta a lo que había delante - Así es... Alfren Niubar, estamos todos listos, parece que vamos a salir ya... - respondió a la guerrera con su voz grave y profunda - me pregunto donde estarán el conde y el secretario... no me caen bien ninguno de los dos - pensó mientras empezó a caminar por el camino que les habían indicado.

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21/01/2009, 16:37
Bathalias de Emdelis

Bathalias levantó la cabeza. Su mirada había estado perdida en el suelo, mientras el permanecía pensativo desde el momento en que el secretario del Conde saliera del salón. Había avanzado con sus compañeros casi sin darse cuenta, y así se encontraba cuando la voz grave y profunda del Bárbaro lo hizo volver en sí.
-Bien Moravius, estoy de acuerdo con tu propuesta- dijo mientras caminaba para colocarse cerrando la fila- Habrá que estar atento durante todo el camino, y ninguno se separe del cofre, ya que me temo que si lo hace, morirá. De igual forma, tendremos que perseguir a quien lo tome como si fueramos su sombra.
Pero basta de charla, ¡Marchemos!

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21/01/2009, 18:06
Antor PielGris

Cuando todo el grupo se organizó, a Antor le correspondió ponerse en marcha primero, manteniendo la formación desde el comienzo. Se subió a su caballo, no tan velozmente como en años atras, pero lo suficiente como para que no se notara.
-Espero que la distracción se suficiente.- Pensó mientras el sonido de los cascos de su caballo comenzaban a sonar.
Antor giró su cabeza ni bien cruzó el umbral de las puertas del castillo, para saber si los demás le seguían.

-Uno adelante, tres al medio con el cofre y uno atras. Esta formación me hace acordar cuando tuvimos que transportar al Conde Glasham por los bosques azules, hace como 20 años.- Dijo Antor, comenzando a contar una de sus historias.
-Claro que yo me encontraba en la retaguardia, y la misión consistía solo en protegerlo. Lo que no impidió que parecemos en varios pueblos para deleitarnos de la comida, bebida y sobre todo de la bellas señoritas del lugar.- e hizo una pausa, como saboreando el recuerdo.
-En resumidas cuentas, el Conde no lo logró, pero nos pagaron igual, jeje.-

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21/01/2009, 21:35
Director

Con algunas trazas más de tensión de la esperada finalmente se pusieron en marcha, adentrándose en el bosque por el sendero de leñadores que partía lateralmente del castillo. Enseguida fueron ganando altura y el camino les llevó a través de colinas y valles cubiertos por una manta verde de abedules y fresnos.

El día había amanecido claro y despejado, pero con el paso de las horas unas nubes grises se adueñaron del cielo, dando como resultado un techo encapotado que impedía el paso de los rayos del sol. No obstante no hacía demasiado frío, con lo que mientras el cielo no se decidiera a descargar agua la marcha no se haría más incómoda de la cuenta. El canto de los pájaros les acompañaba en su avance como única nota discordante con el sonido de los cascos de sus caballos. Hasta el momento las mulas se comportaban con bastante decoro.

En diversos momentos el sendero se acercaba lo suficiente al camino principal como para que pudiesen observar desde las alturas al contingente del Capitán Néomen que avanzaba paralelos a ellos, en formación cerrada. Fue precisamente en uno de esos momentos cuando percibieron que algo no iba bien. Les llegaron de forma nítida el sonido de los caballos allá abajo en el camino, las conversaciones de los soldados, las órdenes de los oficiales. Pudieron escucharlo todo con tanta claridad porque el bosque se había sumido en un silencio absoluto. La calma era total, únicamente rota por aquella columna que avanzaba por la serpenteante línea amarilla de tierra.

¡Y de repente lo vieron! Desde su posición elevada lograron descubrir un gran grupo de jinetes ocultos en un claro del bosque. Se trataba de un grupo bastante más numeroso que el del Capitán Néomen y estaban completamente equipados para la batalla. No portaban estandartes que les identificaran, pero aún en la distancia, podía descifrarse por sus monturas y sus ropajes que no se trataban de simples asaltantes de caminos. Eran caballeros y soldados regulares, y estaban a punto de lanzarse sobre la columna que avanzaba.
 

Notas de juego

Bien... Si alguno quiere hacer algo, lo que sea, que en las notas de juego o en un mensaje privado, me lo diga, para ver si hay que realizar alguna tirada. ¿Vale?

Black.

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22/01/2009, 19:07
Antor PielGris

Antor levantó su mano izquierda en puño, para que se detuviesen. Señaló con la misma mano una parte del bosque, a lo lejos.
-Tenemos compañía, creo?- susurró.
Un grupo de soldados, muy numerosos, escondidos en el bosque, listos para atacar a la caravana del Capitán Néomen.
-No se ve bien. No podremos con ellos si vamos directamente a su encuentro. Si le avisamos al capitán, corremos riesgo de ser descubiertos, y todo habría sido en vano.- Pensó amargamente.
-Debemos continuar nuestro camino una vez que el ejercito del Capitán Néomen sea atacado. Asi lo usamos como distracción, como habíamos quedado- susurró, pero dudó de sus palabras.

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22/01/2009, 19:54
Bathalias de Emdelis

Bathalias se detuvo y escuchó las palabras de Antor.
-Exacto, lo mejor será esperar a que comience la batalla para poder avanzar[/B]- dijo, mientras giraba para mirar hacia atrás y los lados -[B]Habría que verificar que no hubiesen más enemigos a lo largo el camino, pero creo que eso será difícil, debido a que no nos podemos separar del cofre. -agregó, volviendo la cabeza hacia sus compañeros- Iré al frente, ya que si hay enemigos esperándonos en el camino los podré descubrir rápidamente.-sentenció firmemente.

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25/01/2009, 19:36
Merkus

El fornido hombretón siguió a Antor, el pícaro iba vigilante llevando la delantera en el camino por si veía una trampa o algo extraño, mientras junto a la decidida guerrera caminaba el fuerte bárbaro, seguido de Moravius que sujetaba las mulas que cargaban el cofre y lo necesario para el viaje, y Bathalias detrás vigilando la retaguardia a través del bosque por el sendero lateral de leñadores, como les indicó el capitán Néomen.

Merkus contempló atento los fresnos y abedules, alerta a cualquier sonido extraño, mientras la vegetación iba cambiando a medida que ascendian por colinas y bajaban hasta los valles alejándose del castillo.

El bárbaro miró hacia el cielo - El tiempo está cambiando a peor, por ahora parece todo normal, aún no llueve, no es una situacion tan mala - pensó Merkus, de pronto, en un momento en el que ambos caminos se acercaban, el de los soldados y el suyo, Merkus escuchó... el silencio, un silencio que se podía cortar con un cuchillo y que presagiaba una emboscada inminente como esperaban según sus planes, y entonces, el bárbaro les vió, los soldados que estaban escondidos y dispuestos a atacar a la tropa del capitán Néomen.

De pronto, Antor levantó su mano izquierda en puño, Merkus se paró a su indicación, observando hacia donde señalaba el pícaro, la zona que él ya habia visto unos instantes antes, y escuchó lo que dijo, acto seguido, le respondió desde atrás Bathalias que dijo estar de acuerdo y se movió hasta ponerse junto a Antor, dejando a Moravius el último tirando de las mulas.

- Estoy con vos Antor Pielgris, no debemos llamar la atención, estamos cerca, mejor no movernos hasta que el ruido de la batalla nos camufle, es triste que no podamos hacer nada por ellos, pero llevamos el auténtico cofre y ayudarles seria poner en riesgo nuestra misión. - susurró Merkus, se quedó quieto como una piedra más, sin hacer ni un sólo movimiento hasta que llegara el momento de distracción para proseguir de inmediato como un tigre acechante esperando el momento adecuado para saltar sobre su presa.

Bathalias no debía haberse movido... espero que no haya llamado la atención de los soldados enemigos... en cuanto nos alejemos me pondré el último para no dejar sin protección a Moravius y a las mulas - pensó Merkus mientras esperaba sin moverse vigilante.

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26/01/2009, 17:07
Director

Abajo, en el camino, se desataron los siete infiernos.

Ante una señal invisible los ballesteros iniciaron el ataque, al primera andanada de saetas consiguió descabalgar a los soldados de las tres filas de cabeza. Seis hombres valientes, seis soldados con familia y seres queridos, muertos en tan sólo unos instantes. No obstante sus compañeros reaccionaron de inmediato, los hombres del conde avanzaban alerta, en espera de una emboscada como aquella y actuaron con presteza. Cerraron filas en formación, parapetándose tras sus escudos y colocando sus monturas en posición de combate. Un grupo de al menos diez hombres descabalgaron en un visto y no visto y se lanzaron colina arriba en pos de los atacantes. Fue tan rápida su reacción que forzosamente tenía que estar planificada.

Casi de seguido, el grupo de asaltantes que aún permanecía oculto entre la espesura recibió la señal de atacar y se lanzaron a la carga hacia el flanco de la columna. El impacto fue brutal. Acero contra acero, carne contra carne, gritos, dolor… confusión. Los caballos relinchaban asustados, los oficiales gritaban órdenes al aire que, en la mayoría de los casos eran seguidas por los soldados, o lo intentaban.

Lo que inicialmente debía de haber sido una emboscada sencilla, contando con el factor sorpresa y superioridad numérica, se convirtió al poco en una batalla igualada, en la que los hombres del conde mantenían la formación y la disciplina, consiguiendo causar tantas bajas como recibían.

Tres hombres del grupo de soldados que ascendía la colina cayeron ante un nuevo disparo de los ballesteros, pero el resto logró llegar hasta su posición y los pusieron en fuga.

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26/01/2009, 23:47
Alfren Niubar

El viaje no presentó inconvenientes para Alfren en ningún momento, iba lo más cómoda posible sobre su caballo. Aunque el sol se haya ocultado detrás de las nubes mientras subían las colinas, en el rostro de la mujer aun se veían su energía y determinación.

El viaje pasó tranquilo, nada distrajo al grupo en su pasar y no habían ni charlas ni discuciones, solo se escuchaba el paso de los animales y el cantar de los pájaros. Alfren aprovechó esta instancia para ponerse a pensar sobre su futuro si lograba completar con éxito la misión, ganaría la confianza del Conde y cada vez estaría más cerca de alcanzar su objetivo. De repente, algo turbó a la distraída guerrera. Antor se había detenido anunciando que había una tropa enemiga esperando al capitán Neomen y a sus soldados. en seguida, Bathalias y Merkus fueron a su encuentro y le hablaron.

Alfren se bajó de su caballo y caminó lo más despacio posible para no llamar la atención y se dirijió donde los tres hombres para contemplar a los emboscadores. Ahora en su rostro ya no había alegría, si no una seria preocupación. -Deberíamos ayudarles.- pensó cuando contempló a los enemigos. Fue cuando comenzó la batalla. La cosa estaba bastante fea, muchos morían. Ahora Alfren estaba aun más preocupada. -Deberíamos ayudarles- dijo, hablando más fuerte por el ruido del enfrentamiento -, quizás si nos unimos a los soldados de Neomen logremos salir victoriosos.- Quizás la preocupación de la guerrera le estaba nublando un poco su juicio, pasando por alto varios detalles.

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27/01/2009, 03:28
Antor PielGris

EL grupo siempre se manejó sin un líder visible. Era lo mas cercano a lo que se diría una democracia. Todos opinaban y la mayoría decidían. Y esta vez la mayoría se centró en la primera opinión de Antor.

-No creo que sea lo mas conveniente Alfren.- dijo inmediatamente Antor. El viento comenzó a soplar de frente al grupo, lo que permitió que Antor pudiera levantar un poco mas la voz.

-Yo también quisiera poder ir a ayudarles, pero seria una perdida de tiempo.-
dijo e hizo una pausa para observar la maestría del capitán Néomen al dirigir a sus hombres. -Realmente formidables.-

Volvió a dirigirse al la guerrera con una voz un poco mas autoritaria de lo de costumbre. -Esos hombres allí mueren para que nosotros podamos pasar inadvertidos por este camino. Fue la misión para la cual fueron encomendados. Seria una falta de respeto hacia ellos y hacia sus muertos, si no aprovechamos el momento para seguir.-

Se podía escuchar los sonidos de la batalla, y aunque a Antor hubiese preferido salir en su ayuda, no olvidó al anillo de oro.

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27/01/2009, 06:40
Moravius

Moravius el mago contemplaba la cruenta escena de la batalla, con su mano izquierda en su barbilla, pensativo. -Lo que propone Alfren es descabellado, la razón debe imperar en estos momentos- Pensó Moravius respecto a la propuesta de Alfen. Luego se  dirijió a Alfren y Antor.

-Estoy contigo, Antor, y la razón no es únicamente el trabajo de estos hombres. Si no ayudamos a los soldados de Neomen, los soldados enemigos se irán con el cofre falso, y si tenemos suerte, se darán cuenta de la tetra cuando ya estén lejos y no sabrán que nosotros llevamos el verdadero cofre debido a que no nos habrán visto. En cambio si nos unimos a los hombres de Neomen, aunque salgamos victoriosos, cabe la posibilidad de que uno de los soldados enemigos sobrevivientes huya y vaya donde su superior y le informe que nosotros portamos el cofre verdadero, entonces enviará nuevas tropas hacia nosotros.- Dijo Moravius, demostrando el razonamiento que había concluido mientras pensaba contemplando la cruenta batalla.

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27/01/2009, 21:03
Merkus

Escuchó los razonamientos de cada uno de sus compañeros y se unió a la conversación - Estoy con Antor y Moravius - miro de refilon hacia donde se percibia que habia una batalla y con la seriedad y la parquedad en el hablar que le caracterizaba a Merkus dijo levantando una ceja volviendo la mirada hacia Antor y los demás - pero no nos paremos, ahora es el momento de continuar mientras ellos están distraidos luchando. Me pondré el último ya que Bathalias se ha puesto delante. - dijo finalmente Merkus solemne.

 

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27/01/2009, 21:12
Director

Los sonidos de la batalla fueron amortiguándose conforme se alejaban por el sendero de leñadores que se había convertido ahora su vía de escape. Con cada paso dejaban tras de sí una parte de su alma, una parte de su orgullo, una parte de su honor. Todos sabían que aquel era su papel en esta obra y asumieron, desde el mismo momento en el que se les informó de la maniobra de distracción, que la única posibilidad que tenían era aprovechar el momento y seguir avanzando. Pero aún así…

Aquellos pensamientos fueron relegados a un segundo plano en cuanto el camino se hizo más escarpado y las rocas que les rodeaban exigieron toda su atención. Todavía no se encontraban por completo a salvo de una posible emboscada, quizás los enemigos del Conde hubiesen preparado un segundo encuentro. Además, aquellas colinas estaban sembradas de criaturas ladinas, dispuestas a obtener ventaja de cualquier despiste.

Bathalias avanzaba en cabeza, como siempre. Un poco más atrás sus compañeros custodiaban las mulas y aquel cofre que podría cambiar sus vidas para siempre. Tres mil ducados de oro era una cantidad tan elevada que jamás habrían podido imaginar hallarse tan cerca de una suma igual y ahora que la tenían ante sí, el destino les dirigía hacia un pantano infecto para entregarlos a una Bruja que decían que era tan peligrosa, que con sólo respirar a su lado de forma que la importunase podía llegar a matarte con una mirada.

Poco a poco, el cielo se fue oscureciendo y la senda le condujo hacia un valle tras el cual ya ninguna elevación volvería a impedirles el avance. Ante ellos se extendía el camino real, que les conduciría hasta los pantanos. Tan sólo unas horas les separaba ya de su destino, pero la noche no perdonaba ilusiones. Debían detenerse y descansar, para afrontar al día siguiente la que sería la etapa más difícil de su viaje.

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28/01/2009, 18:10
Antor PielGris

Antor observó el cielo, buscando guia y consuelo. Supo que no podría dormir esa noche, que el no haber ayudado a los soldados le traerían remordimientos, al menos por un tiempo.

-La noche no reconoce enemigos ni amigos. Debemos parar y dejar descansar a nuestras monturas.- dijo mientras acariciaba la crin de su bello animal, y trató de no parecer cansado.

Desmontó de su caballo y comenzó a caminar a su lado por el camino. Observó todo el lugar, buscando donde permanecer esa noche. el valle parecía fértil y encontró el sitio ideal.
-Por allí, compañeros.- dijo señalando unos a unos 300 metros hacia el costado del camino, lo suficientemente lejos como para no ser vistos desde el mismo.
Unas rocas de no mas de metro y medio de altura y unos arboles proporcionarían de refugio contra el viento y la lluvia. -Los arboles serán un excelente puesto de vigilancia.- Pensó.

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29/01/2009, 23:25
Director
Sólo para el director

Notas de juego

Nota para el Director y para el Jurado.

En solo dos días, desde el 27 a las 21:00 aproximadamente, sólo ha posteado: Antor PielGris.

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30/01/2009, 17:54
Antor PielGris

Antor comenzó a caminar hacia el lugar señalado por él, para revisar el terreno, pero sin alejarse demasiado del cofre.-No se que tan lejos me puedo alejar de esta maldición.- Pensó mientras caminaba y miraba su anillo.

El lugar se ajustaba perfectamente a lo que pensó que seria. Las rocas no evitaban poner un asentamiento allí y los arboles eran fuertes y grandes, como para poder atar las monturas y servir como puesto vigía.

-Además hay un lugar seco para poder hacer fuego. No lo encenderemos ahora, porque descubriría nuestra ubicación. Pero estara listo por si necesitamos cerrar alguna herida con el mismo.- Pensó tratando de adelantarse a cualquier acontecimiento.

Retomó sus pasos hacia donde se encontraba su grupo.
-Y?, que les parece mi idea de quedarnos aquí?.- Recapituló.

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30/01/2009, 23:33
Bathalias de Emdelis

Bathalias observó el lugar que señalaba su compañero, y tardó en poder comprender a que se refería. Le pareció que el tiempo no había transcurrido desde que comenzaron el avance luego de la emboscada, pero evidentemente la noche estaba cayendo sobre el grupo.
-No se que opina el resto del grupo- dijo Bathalias al tiempo que se detenía- pero si están de acuerdo con descansar, que así sea. Dado el caso, yo me propongo hacer la primera guardia de la noche.
Su voz sonaba apagada, tenía la mirada perdida y el rostro inexpresivo. Sin duda el haber presenciado la batalla le había afectado tanto como a sus compañeros.