Eruditen se encontraba al final de su vida. Los años le pesaban. Lo notaba en las articulaciones y en lo mal que le sentaban los alimentos. Había vivido una vida aburrida por más que se hubiera empeñado en vivir las mas grandes aventuras. Su carácter soñador contrastaba con su edad, y aunque era alguien no exento de sabiduría para algunas cosas, para otras tantas le tenían en la gran ciudad por un loco. El creía en la magia, en aquellas historias del mundo helénico sobre dioses caprichosos e inciertos destinos.
La tristeza comenzó a apoderarse de el, cuando pasados los años se arrepentía de haber perseguido tales sueños.
Un día marchaba en una caravana en dirección al este. Se acompañaba de personas con las cuales no compartía demasiado. Solo viajaba. Seguía el mismo camino que ellos. Una mañana hubo una gran tormenta de arena.
Eruditen no llego a tiempo a refugiarse en una de las tiendas de la caravana, de pronto se vio arrastrado por la arena y el viento, rodo a través de una duna y cayo tendido en el suelo...
¿Explico como va a reaccionar mi personaje?
Haz que actué como veas conveniente. Estas en una situación de peligro mortal. No puedes ver más que unos pocos metros delante de ti por la arena, te sientes desorientado y eres anciano y débil.
Miro a mi alrededor a ver si veo alguna roca tras la que refugiarme o alguien a quien pueda ayudar, por ejemplo. Mi primera reacción es esta.
Apenas puedes pensar con claridad el viento te golpea con mucha fuerza. Buscas infructíferamente refugio. Otra sacudida y caes pendiente abajo. Ruedas y te llenas de arena todo el cuerpo. ¿Morira Eruditen perdido en el desierto?
Intento quedarme quieto en el suelo y juntarme conmigo mismo haciendo un ovillo. Creo que esto será mejor que ponerme a andar y poder ser arrastrado por el viento.
El anciano se muestra humilde frente al poder del inclemente tiempo, la arena lo golpea implacablemente pero Eruditen se limita a esperar que simplemente pase. Y así acaba por suceder. Poco a poco el tiempo se va suavizando y en un rato que para el protagonista es una eternidad el cielo del desierto queda despejado.
Al mirar a su alrededor se da cuenta de lo mucho que se ha alejado de la caravana. Esta cansado, deshidratado y débil. A unos pocos cientos de metros ve un oasis. Aguas cristalinas aun a pesar del temporal, y una alformbra de verde vegetación¿Esta viendo un espejismo?
Como no ve ningun lugar mejor al que ir, se va al oasis. Pero no corriendo para no agotarse. Va a paso tranquilo. Y procura tener cubierta la cabeza con algo de ropa para no cojer una insolación.
Aunque intente mantener la calma en su avance la sed es muy fuerte, y la visión de aquellas cristalinas aguas un estimulo muy fuerte. Entra en el verde del oasis y el anciano siente la humedad en sus pies. Una agradable sensación. Esta a solo unos pocos metros de calmar la sed que solo puede conocerse en situaciones de vida o muerte.
Un halcón sobrevuela el oasis por encima del anciano. No es un animal normal y corriente, sino un ser que brilla con luz propia tan brillante como el mismísimo sol. Aterriza a un lado en el verde del oasis y mira a Eruditen. Entonces las plantas de aquel lugar crecen hacia el y le construyen un manto de vegetación que rodea sus alas.
"Quien sabe si el halcón domina algun idioma; desde luego es un ser poderoso" pienso, y luego digo:
- Hola, me llamo Eruditen, ¿y tu?
No habla con voz. Sus palabras resuenan con claridad en la mente .-Hace milenios tenía un nombre. Mi nombre es el que los hombres deciden ponerme, pero eres el primero que veo en mucho tiempo-.
- Precisamente busco una civilización de humanos cercana, la que sea. ¿Podrías ayudarme a encontrarla?
.-Las arenas cambian su dibujo mientras hablamos. El viento las mueve a su antojo como a las olas del mar. Puedo darte indicaciones para el camino que es, pero no para el que será. Si quisieras que te ayudase, tendría que ir contigo hasta el final del camino-.
- ¿Y no irías conmigo hasta el final del camino? Quizá podría compensarte...
.-Si quieres llevarme contigo, coge lo único que queda de mi. Un amuleto de oro enterrado al borde de este oasis. El ultimo símbolo que me representa-. Instintivamente el anciano comprende el lugar exacto de su localización.
- Ahora voy a por este amuleto. Espérame. - Y voy hacia allá, en efecto, hacia el oasis.
Cuando el anciano cansado intenta desenterrar el objeto la tierra cede y le abre paso. Es tan suave la tierra como el queso fresco. Pareciera que el mismo terreno le ayudase a encontrar el objeto. Y allí esta. Un halcón de oro puro. Un símbolo posiblemente de alguna religión antigua.
Cuando el anciano se levanta con el en la mano, tiene al halcón luminoso apoyado en el hombro. El halcón no pesa, y parece etéreo. Increíblemente el cansancio, la sed e incluso las molestias de la edad desaparecen para Eruditen. Se siente más vigoroso que cuando tenía veinte años. Quizás nunca se había sentido tan bien en toda su vida.
- Me siento fenomenal!! ¿Tienes idea de lo que me pasa, simpático halcón?