Partida Rol por web

Demasiado arriesgado-insistió la azafata- De verdad, con ese TASSER en nuestro poder estarán reducidos. Solo necesito unos minutos a solas en primera clase.

Jeanette escucho con atención lo que decían. Sus planes, pese a ser una locura eran mejor que nada. Se le ocurrió una idea, incluso le serviría para alejar al pequeño de los disparos. Miro a Fátima y asintió con la cabeza.

-Tengo una idea-susurro con precaución. No le dio tiempo a decir nada mas pero si funcionaba podría separar a los secuestradores.

Miró de nuevo a los lados para asegurarse de que nadie los vería. Le corría un sudor frío por la frente y tragó saliva antes de hablar:

-Voy...-les miró antes de continuar, asustada- voy a decirle a esa chica, ¿Kate?, que nos lleve a mi hijo y a mi a la parte de atrás. Así mi hijo estará lejos de... bueno, de los disparos...-les miró de nuevo a los ojos. Aquello era los mas importante, la seguridad de su hijo y todo lo que hacía era por él- Eso la obligará a llevarnos a la parte de atrás con lo que quedará separada de su compañero...

No dijo mas. No hacía falta. Ellos tendrían que ocuparse del resto, aunque intentó pensar alguna forma de ayudar a retener en la parte de atrás a la terrorista pero ella no sería capaz de reducirla, no se le ocurría como. Se sintió impotente por no poder hacer nada mas, pero era lo mejor para el pequeño y aquello bastaba.

¡Fátima!

El grito de Kate es como un latigazo agudo que te hace estremecer. Te das la vuelta lentamente para encararte con ella.
La muchacha está parada en mitad de la nave, y con la pistola te hace un gesto para que te acerques, cosa que te apresuras a hacer. Kate sostiene en una mano la pistola, que te apunta, y en la otra una botella de plástico de agua mineral. Pero son sus ojos enrojecidos los que hacen que se te seque la garganta, ya que reflejan una desconfianza manifiesta. ¿Qué sucede ahora? ¿Acaso te ha visto hablar con los dos pasajeros de delante?

Como si fuera capaz de leerte la mente, te das cuenta de que la mirada de la chica con el rostro salpicado de sangre se desvía hacia atrás, hacia donde estabas antes, una mirada que muestra una hostilidad y recelo creciente. Te parece que sí, que te ha descubierto mientras hablabas con el hombre y la mujer de más adelante. Intentas tragar saliva pero te resulta imposible.

Alto. Ordena cuando te encuentras a un par de metros suyo. Tú detienes tus pasos, tratando que tu rostro no refleje el miedo y preparandote para replicarle en caso de que te acuse de algo. Sin embargo lo que hace la chica, sin dejar de apuntarte, es abrir el tapón de la botella de agua con los dientes. En cuanto lo ha hecho, comienza a derramar el agua de un lado a otro, atravesando el pasillo.

Esto es el río Missisipi. ¿Comprendes? Dice Kate mirándote a los ojos.

¿Qué? No alcanzas a entender lo que dice o hace esta transtornada.

Repetid conmigo: el río Missisipi. La muchacha pelirroja te amenaza con el arma, pero no sólo a ti. En los asientos de al lado hay tres pasajeros conscientes: una pareja de ancianos jubilados a un lado y un joven delgado, quizás un estudiante, al otro.

¡Repetidlo!

Instintivamente, Fátima miró por la ventana cómo si así pudiese descubrir donde estaban y luego miró hacia la televisión para ver donde estaban situados ¿No iban a Chicago?

Kate-dijo sin comprender dando un par de pasos hacía atras,como quien no quiere la cosa, en dirección a primera clase- Estamos a cientos...No. Miles de kilometros del Missisipi. No lo estamos sobrevolando.

Esperaba que la mujer se acercase para que los dos pasajeros pudiesen abalanzarse sobre ella...o algo.

Por favor por favor...tengo que llegar a primera clase...sólo quiero que esta gente se salve. Nada más

¿Si...sigo atando a los pasajeros de preferente?-preguntó esperanzada la azafata. Kate se había puesto a derramar agua a decir que estabamos en el Missisipi...La cosa se estaba complicando.

El agua sale de la botella, cayendo a borbotones. Y Kate no hace caso de tus súplicas, de hecho, sus ojos enrojecidos y vidriosos te miran con más desconfianza si cabe.

Esto… Agita la botella de un lado a otro, terminando de vaciarla. Es el río Missisipi…
Debe de referirse al agua que está derramando, no puede ser otra cosa.

Repetidlo. Dice de nuevo en voz baja.

El río Missisipi. De manera involuntaria las palabras surgen de tus labios. Y de los tres pasajeros más próximos. Todos lo habéis pronunciado al mismo tiempo.

Pero ¿qué? Te llevas las manos a la boca, más sorprendida que asustada por lo que acaba de suceder. Miras a Kate. La muchacha te sonríe.
¿Ves? No era tan difícil… Comienza a caminar, de nuevo hacia la parte trasera, en dirección contraria a la que quieres ir. Camina de espaldas, sin dejar de apuntarte.
Ven conmigo.

Un paso y después otro. Sigues a Kate, que vuelve a susurrarte.

Casi hemos terminado Fátima, pero si vuelves a desobedecerme, a no hacer lo que te pida… Sonríe de manera transtornada. No, no te dispararé. Lo que haré será disparar a uno de los pasajeros.

Notas cómo el estómago se te revuelve, pero te obligas a no flaquear. Tarde o temprano llegará tu oportunidad.
Luisa me lo contó todo de ti. Continúa la chica. ¿Luisa? ¿Tu compañera? ¿La que sustituyó Kate en este vuelo?
Dijo que consideras a los pasajeros de cada vuelo como responsabilidad tuya. La chica hace una mueca mientras llega hasta el final del pasillo.

De manera que te castigaré a través de ellos…

La afirmación de Kate sentó a Fátima cómo una patada en la boca del estomago. Era capaz de arriesgar su vida pero...¿la vida de sus pasajeros?

¿Que tiene que ver Luisa con esto Kate?¿También está metida en esto o la habeís....?-Fátima bajó aún más la voz mientras tragaba saliva. Y sin saber de donde sacó fuerzas para  continuar ¿Y que intentaís? No me creo nada de lo de Al Qaeda...

Fátima espero unos segundos antes de continuar.

Kate, Recapacita. Nos van a derribar...y respecto a los pasajeros. Si. Me siento responsable de ellos. Me importan. Tienen suerte ¿verdad? Tienen a alguien que daría su vida por ellos ¿Y tu? Porque tal y como te habla me da la impresión de que a tu "novio" no le importaría matarte si es necesario para sus planes. Tu y yo no somos tan diferentes. Yo quiero a los pasajeros, pero para ellos no soy nada más que una herramienta para su comodidad....y tu amas a ese chico pero...

Fátima bajó la cabeza sin continuar esperando que sus palabras afectasen a la azafata psicopata. Que la minase la moral. Que la diese una oportunidad

Barack Obama había pensado que las horas más tensas que jamás viviría durante su mandato serían las que pasó durante la operación que acabó en el asesinato de Osama bin Laden.

Qué equivocado estaba…

La sala de reuniones cuenta con un monitor de televisión, varios teléfonos fijos y dos ordenadores portátiles. Junto a él están varios de sus asesores, así como dos altos cargos del Estado Mayor, el director de Inteligencia Nacional y la Secretaria de Estado. El vicepresidente está presente mediante videoconferencia.

Debe saber, señor Presidente… le susurra al oido su jefe de comunicaciones. Que nuestras valoraciones indican que la opinión pública está de su parte en estos momentos. Hace una pausa y prosigue, en voz todavía más baja. Nadie le culpará si se ve obligado a tomar la decisión de derribar el avión.
Obama cierra los ojos con fuerza, como si le doliese la cabeza y hace un gesto con la mano a su asesor para indicarle que le ha comprendido. Después sigue atendiendo a las explicaciones que está dando el general frente al televisor, que muestra la ruta del United Airlines 333 sobre un mapa de los alrededores de la ciudad de Chicago.

…por lo que si el UA 333 continúa volando con el piloto automático, en menos de diez minutos se encontrará sobre el aeropuerto O´Hare, donde describirá una ruta circular de aproximación que es la que se puede ver aquí, y que continuará mientras tenga combustible. El general carraspea. Sin embargo, en el momento en que el avión se aparte de la ruta que marca el piloto automático, podría llegar al centro de la ciudad en dos o tres minutos. Nuestros cazas están preparados para derribarlo en ese caso, señor Presidente, en cuanto usted lo autorize.

La sala se queda repentinamente silenciosa. Obama respira hondo antes de hablar.
¿Estamos absolutamente seguros que realmente se trata de un acto terrorista?

A su alrededor los demás asistentes a este gabinete de crisis se miran entre sí hasta que el director de Inteligencia toma la palabra.
El anuncio del secuestro fue filtrado por un correo electrónico a Al Jazeera quince minutos antes de que el controlador aéreo diera la primera señal de alarma, por lo que debemos darlo por cierto. Y aunque es verdad que desde que se iniciara la crisis no hemos tenido ninguna comunicación con el vuelo, nuestro deber es contemplar la peor de las situaciones y estar preparados para ella.

Pero… es el jefe de gabinete quien toma ahora la palabra. ¿No es cierto que existen grandes diferencias respecto a los atentados del 11-S? Por ejemplo, hasta ahora el avión sigue con la ruta programada, y además el “secuestro” ha tenido lugar cerca del final del trayecto, cuando los depósitos de combustible están más vacíos y por tanto usarlo en un ataque suicida causaría menos daños…

Eso es cierto. Replica el general. Pero no podemos prever qué puede suceder en esta situación. Se trata de un acto terrorista, dirigido a causar daños que pueden ser más devastadores para la moral de la nación que el simple siniestro de un avión de pasajeros.

Si me disculpan. Interviene ahora el jefe de comunicaciones. Ahora mismo la atención mundial está sobre nosotros. Todos los medios del globo examinarán con lupa nuestras decisiones. Cada minuto se emiten más de diez mil tweets sobre el tema, por el amor de Dios… El hombre suspira y se pasa la mano por el cabello. Lo que quiero decir es que si nos precipitamos…

La sala vuelve a quedarse en silencio.

No nos precipitaremos. Asegura el general. Pero, señor Presidente, necesitamos su autorización en caso de que… Hace una pausa. Necesitamos la autorización del comandante en jefe.

Barack Obama se lleva las manos al rostro.

¿Señor Presidente? Insiste el general.

Kate sacude la cabeza, como si se negase a escuchar tus palabras.
Yo… ¡cállate! Me confundes, ¡necesito terminar con esto!

La muchacha pelirroja continúa retrocediendo, pero sus pasos y su expresión ya no muestran la misma seguridad que antes, sino más bien duda. Ni siquiera te mira ya directamente a los ojos, aunque continúa apuntándote.
Sabiendo que has resquebrajado la coraza de la chica, avanzas tras ella con pasos cautelosos y las manos levantadas para mostrar que no eres una amenaza. Debes tener cuidado de no presionarla demasiado.

¡Tú! Ahora Kate se dirige a la pasajera despierta más al fondo del avión, la muchacha joven que has atado antes y que continúa llorando desconsoladamente.
¡Tú eres San Francisco! Le espeta la azafata pelirroja mientras le deja en el regazo una pequeña figura de plástico que reconoces como una reproducción del Puente Golden Gate.
S-san F-Francisco… Solloza la muchacha, siguiendo el extraño juego de Kate. Caes en la cuenta entonces que la azafata ni siquiera le ha pedido que repitiese el nombre y aun así la joven maniatada lo ha dicho.

Llegáis entonces al final del pasillo. En la parte más trasera del Boeing, justo cerca de donde Mary continúa inconsciente y de donde Kate ha dibujado dos pies en la pared. La azafata levanta la mirada para enfrentarse a ti y puedes ver cómo también está llorando. Gruesos lagrimones le caen por el rostro, formando surcos en las manchas de sangre.

¡Voy a demostrarte que te equivocas! ¡Él me quiere, sólo a mí! ¡Abu Nazir en persona es mi hombre, mío sólo!
El nombre por el que Kate ha llamado al Terrorista no te suena de nada, pero la chica sigue despotricando, como una niña pequeña con una rabieta.

¡Lo que haremos hoy será recordado! La pelirroja llega hasta la pared donde está el teléfono fijo que tiene linea directa con primera clase. Lo descuelga y se lo lleva a la oreja, mientras con la otra mano empuña la automática y te apunta.
Kate te lanza una sonrisa torva.

A él le gustará saber el juego que llevas junto a tus dos amigos de allá delante…

Discúlpenme. Anuncia la presentadora del informativo especial de la BBC, mientras se lleva la mano al oido. Me están informando que disponemos de imágenes… sí, de imágenes del interior del Boeing 757 secuestrado…

La presentadora asiente con la cabeza. Parece ser que están siendo grabadas por los mismos terroristas y se están emitiendo prácticamente a tiempo real a través de varias páginas web.

Mirando a ambos lados, como buscando confirmación, la presentadora continúa: En estos momentos estamos conectando con una de ellas para poder ofrecerles las imágenes. Me… me piden advertirles que su contenido puede herir su sensibilidad, pero el innegable valor como documento periodístico nos obligan a ofrecérselas sin editar.

Conectamos en directo.

No se a que dos amigos te refieres. La única amiga que tenía aquí era Lorraine.Y matasteis. Así que llamaló. Llamaló y veras como viene y te pega cuatro gritos por haber retrasado aún más vuestra operación. Como cuando fuiste a ver si estaba bien. Reaccionó muy bien ¿verdad?-empezó a decir Fátima-Quizás incluso te pegue, pero claro...será solo por tu bien.-concluyó con cierto sarcasmo

Fátima estaba ya cansada de la situación pero no sabía que más hacer. Necesitaba actuar. Y necesitaba actuar rápido. Si lograse conseguir que Kate se moviese para que pasase al lado de los pasajeros...Luego quizas podría convencer al resto del pasaje de que se uniesen contra el otro terrorista. Pero ahora tenía que conseguir que Kate colgase el telefono y se marchase de allí. A ser posible junto a aquella pareja tan peculiar que había conocido antes. Además aunque el doctor no hubiese hablado con ellos, sabía que se uniría al ataque y quizás algún pasajero más.

A pesar de todo lo que ha hecho, no puedes evitar sentirte algo culpable por las palabras que le diriges a Kate. Y es que puedes ver cómo éstas le hieren en lo más profundo cuando dos regueros de lágrimas surgen de sus ojos, resbalando por sus mejillas mientras su expresión se desencaja y sus labios tiemblan.

Es lo que haces siempre, hablar con la gente para hacerles sentir cómodos y a gusto, pero retorcido de una manera perversa para conseguir el efecto contrario, hacerles sentir como una mierda.
Y te disgusta hacerlo, aunque sea a esta chica que ha asesinado y que os ha puesto a todos en esta crítica situación. Kate, a la que ves ahora como lo que es: una marioneta, una pobre desgraciada en manos de ese Terrorista.

Sin embargo, la muchacha continúa sosteniendo en su mano el teléfono, aunque parece que se haya olvidado de él por completo. Incluso puedes oir de fondo los pitidos sonando…

Cuelga… te escuchas pensar a ti misma. Cuelga de una maldita vez…

No os queda mucho tiempo. Debes reducir a Kate, encontrar la manera de encargarte del otro terrorista y llegar hasta la cabina, abriéndolo con el código de entrada, el 67579, y después aterrizar este avión.

Yo… Dice la muchacha rehuyendo tu mirada. Entonces, como si hubiese escuchado tus pensamientos, alza el teléfono y lo cuelga.

¡Yo soy la espada de Alá, y mi nombre es Abu Nazir!

Estas palabras, este mensaje, acompañado de las imágenes del hombre que ha secuestrado el vuelo 333 de United Airlines, son repetidas a lo largo y ancho de todo el mundo, a través de la red, de los informativos, y llegando a la vez a millones de personas. Para unos se trata de un terrorista, un fanático, para otros es un rebelde, un luchador por la libertad.

No importa, el Terrorista se ha dado a si mismo el nombre inventado de Abu Nazir y de pronto esa pasa a ser la realidad, y lo que es más importante, siempre lo ha sido.

Yo… murmura Kate sollozando. Yo soy lo que él necesita… Él me quiere…

¿Abu Nazir?

De pronto, los recuerdos sobre el terrorista conocido como Abu Nazir llegan hasta Fátima mientras la realidad cambia a nivel global.

Tras la muerte de Osama bin Laden este es el hombre en el que se dice ha recaído el auténtico liderato de Al Qaeda, él es el peor enemigo de América y del mundo libre. Incluso se dice de él que fue la auténtica mente maestra tras los atentados del 11-S, además de cientos de acciones terroristas a lo largo y ancho del mundo en los últimos años.

Ni si quiera pasa por tu cabeza cómo el terrorista más conocido del mundo ha podido subir a tu vuelo comercial. Sólo puedes pensar en que alguien como Abu Nazir jamás querría a una mujer como Kate, occidental, estadounidense, ¿pelirroja?. Absolutamente imposible.

Y la mirada rota que te dedica Kate hace que te des cuenta de que ella también lo sabe. Ahora lo sabe. Y puedes ver cómo un dolor atroz asoma a sus ojos.

Lo siento… te susurra antes de meterse el cañón del arma en la boca y apretar el gatillo.

Ante el disparo, Fátima se sobresaltó y se encogió en una esquina. Si antes estaba cubierta de sangre, ahora su aspecto era realmente espantoso. Su pelo tenía tintes rojos por todas partes y su ropa estaba empapada.

Kate-susurró-Ka..te

La azafata estaba destrozada. Ella había matado a otra persona.Quizás no disparó el arma pero la cargó y apuntó en la dirección correcta. Fátima sentía la bilis en la boca, pero aguantó como pudo. Las piernas la fallaron hasta quedar arrodillada, sollozando ante el cadaver de la terrorista, pero ella estaba viva. Y eso era lo que importaba. Tenía que salvar a los pasajeros y puede que Kate fuese una marioneta que realmente no mereciese la muerte, pero ahora había más oportunidades de salvar a los pasajeros...o de morir.

Lo siento Kate-dijó finalmente mientras con una mezcla de lástima y repulsión se hacía con la ensangrentada arma-pero tu misma lo dijiste.Los sacrificios son necesarios.

Tienes que abrir la mano muerta de Kate para poder hacerte con el arma, que está pringosa por la sangre. Pero lo haces porque tienes que hacerlo, porque no hay otro remedio. Por fin sostienes el arma entre las manos. Es pesada, oscura y te resulta enorme en tus manos pequeñas.

Aun de rodillas, la levantas hasta tu rostro y la sujetas por la empuñadura, introduciendo tu dedo en el gatillo. ¿Se aprieta el gatillo y ya está? No sabes nada de armas más allá de algunas notas en clases de seguridad que os dieron hace tiempo, pero te das cuenta que si te atreves a usarla tendrás que sostenerla con fuerza y con ambas manos, apuntando hacia adelante con los brazos extendidos. Si dudas al disparar, si tardas un segundo más de lo necesario, acabarás como Kate...

Kate... Miras a los ojos de la chica, fijos en tí pero apagados, sin verte, y te fijas en el charco de sangre que se agranda detrás de su cabeza. Ojalá no tuvieses que ser tú quien hiciera esto. Ojalá otro más capacitado en el manejo de armas se encargase de esta pistola. Recuerdas cómo Abu Nazir sostenía su arma. Parecía a gusto con ella, acostumbrado a ella. Sabes que si inicias un tiroteo con él tienes las de perder, eso sin olvidar los pasajeros que podrían ser heridos o que la integridad física del avión podría peligrar...

¡Atención, cerdos americanos! La voz de Abu Nazir resuena pasillo adelante. ¡Ha vuelto! Con rapidez te metes en la zona reservada del fondo del avión y aun agachada apoyas la espalda contra la pared.

¡Todo el mundo en pie! ¡El mundo quiere ver vuestros hinchados rostros cebados por el capitalismo!

Está aquí. Echas un rápido vistazo y ves como los pasajeros que quedan conscientes se incorporan, temiendo la reacción de Nazir si no lo hacen. Están pasando al pasillo central y avanzando hacia adelante, con lo que no puedes ver al Terrorista, que se encuentra al otro lado, al final del pasillo. Por lo menos eso significa que él tampoco te ve a tí. Ni al cadáver de Kate. Está demasiado lejos.

¡¿Kate?! Te llega la voz del Terrorista. ¡Kate, ¿estás ahí?!

Te quedas congelada mientras, obviamente, Abu Nazir no recibe ninguna respuesta por parte de Kate, pero... ¿qué puedes hacer tú?

En ese momento, como si fuese una señal del cielo, comienza a sonar el teléfono de la pared, el mismo que Kate ha utilizado hace unos momentos...

No puede ser Nazir quien llama, ya que este teléfono conecta directamente con primera clase. Entonces... ¿quién?