Partida Rol por web

Cuando vió la sonrisa de su compañera se la devolvió, saber que estaba bien le aliviaba, para acto seguido girarse a su rival.

Si sabes que soy Green Lantern... ya lo sabes: en el día más brillante...

Extendió sus manos hacia delante, escuchar la confesión sobre el planeta del kryptoniano no le sorprendió en absoluto, recordaba haberlo escuchado antes, o algo parecido. Pero quien lo dijo ya no está vivo. Parecía ser un deporte de malvados últimamente fastidiar a su compañero, y eso era algo que no podría consentir. Su anillo comenzó a brillar en verde.

... en la noche más oscura...

El ataque del villano consiguió que se detuviese un segundo... pero el ver a su compañero intacto le hizo sonreír. Sabía que podía confiar en él. El brillo de su anillo tomó la forma de su compañero, una especie de Supermán verde, aunque mucho más débil. Si el inmortal quería probar el poder de Krypton, desde luego que el guerrero esmeralda haría lo posible por ayudar su compañero. El falso supermán se arrojó contra DarkSeid dispuesto a golpearlo con toda la fuerza que era posible.

¡El mal no escapará de mi vista!

Gritó, acompañando su ataque con varios gestos con las manos.

Tratando de no estorbar a mis compañeros, me eché a un lado y le ataqué a un flanco, a base de puñetazos, mientras Lantern le atacaba con... ¿Un doble verde mío?.

Darkseid pareció sorprendido al ver como Superman salía inmune de sus devastadores rayos.

Increíble. Solamente una persona ha logrado resistir mi Rayo Omega. Te felicito. Eres más fuerte de lo que pensaba, tendrías un lugar de honor en mi Elite si te unes a mi. Todavía estás a tiempo.

Pero antes de que pudiera continuar, un constructo verde con la apariencia de Superman se estrelló contra el pecho de Darkseid, aunque estalló en pedazos al chocar contra el amo de Apokolips.

Por su parte el hombre de acero se colocó al lado de la amazona y descargó una lluvia de golpes que habrían derribado una montaña. Pero Darkseid no era una montaña.

Estaba evaluando a sus tres enemigos, pensando en quién matar a continuación, cuando se escuchó una alarma. De al lado de su trono apareció una pantalla donde se veían imágenes de un edificio, tanto del exterior como del interior. Fuera una mujer enorme estaba barriendo el suelo con soldados de asalto. Y dentro podía verse una mancha escarlata pegando a Parademonios, mientras otro salia despedido sin que pareciera que nadie le hubiese tocado.
El amo de Apokolips se quedó mirando un instante tratando de comprender qué sucedía. Al final pareció entenderlo.

¿Qué creéis que estáis haciendo? Acaso pensáis que me podéis pribar de mi poder. Ilusos. Aun en el caso de que lograran entrar estarán muertos antes de poder reaccionar siquiera.

 Ni siquiera me paré a respondedle, seguí atacándole con mis puños, dispuesto a hacerle callar y vengar tanto a la Tierra como a Krypton...

El caballero esmeralda continuó su juramento, más como un recordatorio para sí mismo que otra cosa, para ayudarle a centrarse en su tarea.

... que aquellos que adoran al mal...

Alzó sus manos, imperturbable al ver cómo su gólem se había convertido en polvo. Su compañero seguía atacando y estaba seguro de que la amazona cumpliría con su parte: ella siempre lo hacía. La luz verde se condensaba en su anillo.

... teman mi poder: ...

Sobre el guardián de la voluntad se dibujaba un hacha que giraba sobre sí misma mientras éste sonrió confiado a su rival.

... ¡La luz de Linterna Verde!

Entonces lanzó sus manos hacia delante mientras la luz impulsaba el hacha como un poderoso rayo de energía. No desvió la mirada de su rival en ningún momento. Sin embargo por unos instantes dudó si ésta impactaría o no contra su rival.

Los golpes de la amazona no parecían llegar a dañar a su rival, pero lejos de enfadarse aquello le daba fuerzas para seguir luchando.  Escuchó las palabras de Green Lantern y observó el poder de su compañero: era realmente intrigante cómo alguien podía manejar un arma tan poderosa, pero en realidad todos ellos eran increíbles. La variedad de habilidades que presentaban hacía que su grupo fuera un equipo realmente útil.

Sus compañeros sufrieron la misma suerte que ella al atacarle; Darkseid era un enemigo duro, pero ellos eran tres.  Por suerte el factor sorpresa impidió que el enemigo pudiera reaccionar antes de que ellos volvieran a lanzarse a atacar.

¡No cedáis! Nosotros pondremos fin a esta tiranía.

Gritó la amazona antes de intentar asestar un puñetazo al todopoderoso rival. Había observado con orgullo cómo sus compañeros lo daban todo y ella no sería menos: la princesa de las amazonas tenía mucho que demostrar todavía. 

Los héroes aprovechan ese momento de distracción que les han dado sus compañeros, pues quedaba claro que lo que se veía en las imágenes era el ataque de Flash, J'onn y Barda, para lanzarse a por todas contra Darkseid.

Aun así, el hacha de energia se rompe una vez más contra la piel del amo de Apokolips, y la amazona trata de desequilibrarle con sus puñetazos en el estomago pero sin aparente efecto. El único que parece afectar algo es el puñetazo de Superman, que logra girar la cabeza de su enemigo, haciéndole retroceder un poco. No obstante la sonrisa de Darkseid les dice todo lo que necesitaban saber. Su enemigo sigue indemne.
No solo eso, si no que carga contra la amazona lanzando su enorme puño contra ella. La joven cruza los brazos tratando de absorber el golpe con sus brazaletes mágicos, pero...¿Será suficiente?

Definitivamente es el enemigo más duro al que me he enfrentado- pensó la amazona al ver como todos sus ataques no servían para nada.  La situación comenzaba a ser frustrante para la princesa, pero sus pensamientos se desvanecieron en cuanto su enemigo le golpeó de un modo brutal. Por mucho que Diana quiso protegerse con sus brazaletes, el impacto del golpe de Darkseid la hizo sentirse débil, y aturdida. 

-¡No podemos caer!

Gritó, con evidentes signos de que aquel golpe le había hecho daño. Intentó asestar una patada al cuerpo de su enemigo, pero la sensación de fatiga que recorría su cuerpo hizo que tan siquiera llegara a golpear a su rival. 

-Mierda... todavía nos queda mucho por hacer. Esto no es nada. 

Decidido a terminar de una vez con mi adversario, trato de dispararle una visión calorífica a quemarropa. No parece hacerle daño, pero no es lo que pretendo, si no provocarlo para que trate de utilizar sus propios rayos y contraatacar con la estrategia que tengo planeada...

¡Aguanta, amazona!

Exclamó, preocupado por el golpe que ésta había recibido. Miró entonces a Darkseid, estaba claro que ninguno de ellos podía permitir que éste ganase, por lo cual haría lo que mejor se le daba: intentarlo una y otra vez hasta conseguirlo. Su anillo brilló y ésta vez lanzó un rayo de energía esmeralda contra su rival, tan sólo que recordaba vagamente a la amazona. Era un ataque a todo, sin importar si éste era capaz de golpear al Linterna Verde.

No obstante, parecía que la puntería no estaba de su lado.

Diana había recibido un fuerte golpe que la había desplazado algunos mentros, pero a pesar de la herida, la amazona estaba lejos de quedar fuera del combate.
No obstante, ni ella ni ninguno de sus compañeros lograban hacer mella en Darkseid. Sus golpes o rayos impactaban pero nisiquiera retrasaban al behemot.

En ese momento una nueva alarma sonó en la pantalla. El señor de Apokolips se giró a mirar y luego se volvió a los héroes.

Idiotas. Habéis sentenciado a muerte a vuestro velocista. No hay nada más rápido que la Muerte.

Dicho estó golpeó con su tremenda fuerza a Superman, el cual no pudo evitar ser alcanzado.

¡No subestimes a nuestro compañero!

Dijo el guerrero esmeralda cuando su enemigo dijo que nadie era más rápido que la muerte. Entonces golpeó a su compañero... y el Linterna Verde frunció el ceño, con rabia, mientras trataba de pensar cuál era la mejor opción en éste momento.

Apretó los dientes y decidió esperar a que fuese el villano quien atacase... si lo hacía, se encontraría con un muro verde frente a él que quizá podía evitar un golpe a sus compañeros y que éstos se pudiesen centrar en reducirle a cenizas.

Resisto el puñetazo como si nada y, mientras mis ojos siguen brillando de color carmesí, le dedico una sonrisa diabólica:

- Esta vez no lo tendrá tan fácil, monstruo. ¡Soy la venganza de Kryton!.